En sus palabras después del Regina Coeli, el Papa Francisco reiteró su cercanía a las poblaciones golpeadas por un fuerte terremoto en Nepal y en los países vecinos: «Rezo por las víctimas, por los heridos y todos los que sufren por esta calamidad. Que reciban el apoyo de la solidaridad fraterna. Y recemos a la Virgen para que esté al lado de todos ellos».

El Santo Padre recordó asimismo la beatificación en Canadá de «María Elisa Turgeon, fundadora de las religiosas de Nuestra Señora del Santo Rosario de San Germán: religiosa ejemplar, dedicada a la oración, a la enseñanza en los pequeños centros de su diócesis y a las obras de caridad. Demos gracias al Señor por esta mujer, modelo de vida consagrada a Dios y de generoso compromiso al servicio del prójimo».

Y saludando con afecto a todos los peregrinos provenientes de Roma, de Italia y de varios países, el Papa Francisco se dirigió en particular a los numerosos fieles polacos, que han peregrinado en ocasión del primer aniversario de la canonización de Juan Pablo II: «queridísimos, que resuene siempre en sus corazones su llamada: ‘¡Abran las puertas a Cristo!’, que decía con esa voz fuerte y santa que él tenía. Que el Señor los bendiga a ustedes y a sus familias y que la Virgen los proteja.

(CdM – RV)