Las Naciones Unidas hace unos años elaboraron  un plan global de una Década de Acción 2011 – 2020, para la Seguridad Vial a nivel mundial. Con este objetivo del 4 al 11 del mes de mayo de 2015 vamos a celebrar la Tercera Semana Mundial de la Seguridad Vial, dedicada a salvar vidas y muy particularmente, la de los niños.

La Educación Vial Escolar no puede ser un adorno más o menos decorativo  en las aulas. Son más de quinientos los niños que todos los días pierden la vida en accidentes de tráfico en todo el mundo; podemos decir, que es la segunda causa de muerte entre esta población de 1 a 14 años. Tampoco podemos olvidar los miles de niños, que debido a un accidente de tráfico, quedan heridos de mayor o menor gravedad. Pasando de una mirada global al territorio español, podemos ofrecer estos datos del año 2013:46 niños  muertos, 410 heridos graves y 5.502 heridos leves.

Si desglosamos estos datos, podemos decir, que en las calles fallecieron 31 niños, 65% quedaron heridos graves y 59% fueron heridos leves.Sin hacer distinción entre vía urbana e interurbana,  sabemos que 25, de los 46 niños fallecidos, eran pasajeros, 5 conductores de bicicleta y 1 conductor de un tractor agrícola. Los niños resultaron más gravemente lesionados, cuando eran peatones el 56% y el 33% como pasajeros.

Es verdad que estos datos son fríos y pura estadística; pero, no podemos olvidar, que detrás de cada cifra, lo que hay, es un niño muerto o heridos, o lo que es igual, muchísimo dolor, lágrimas y tragedia en sus familias. Con el Evangelio en las manos, no podemos cerrar los oídos a las palabras de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante” (Jn 10,10). Jesús nos enseña a valorar y proteger a los niños, llegando, incluso a enfadarse, con aquellos que no les trataban bien. (cf. Mc 10, 13-14). “Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios… Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos” (cf. Mc  10, 14-16).

Nuestra sociedad debe poner todos los medios a su alcance para proteger la vida de los más débiles, que en este caso de la seguridad vial, son los niños; y hacerlo con el mismo cariño y dedicación de Jesús: “Entonces le presentaron unos niños para que les impusiera las manos y orase” (Mt 19, 13). Los mayores tenemos que ser para los niños como ángeles de la Guarda y ver en ellos el rostro de Dios, (Mt 18,10). Los mismos niños han hecho sus propias declaraciones para la Seguridad Vial, que la Organización Mundial para la Salud refleja en 10 puntos que por su interés os queremos facilitar, aunque sean resumidos:

1. controles de exceso de  velocidad

2. reducir la conducción después de beber alcohol

3. utilización del caso de protección

4. utilización de sistemas de retención infantil adecuados y efectivos en los vehículos

5. Medidas para mejorar la visibilidad de los menores de edad

6. mejorar la infraestructura de la red de carreteras, en particular, para facilitar la seguridad de los peatones y de los ciclistas.

7. adaptar los diseños de los vehículos, incluyendo medidas que implementen la seguridad de los peatones.

8. medidas específicas para proteger a los conductores noveles, tales como la obtención por etapas del permiso de conducción,  el establecimiento de restricciones a la conducción por la noche, reducir la tasa de alcoholemia.

9. Mejorar  atención postraumática tras  un accidente de tráfico, y reconocer  las necesidades específicas de los menores.

10. Garantizar la supervisión de los niños en la carretera.

Estos diez puntos, al ser universales, lógicamente son muy generales, de ahí, que cada país, incluido España,  tiene que hacerles propios según sus necesidades y posibilidades.

Tomemos, pues, los mayores,  muy enserio el cuidado y seguridad vial de los niños. Para ello, apelamos al sentido común y de la responsabilidad, para educar convenientemente a los niños y no sólo con la palabra, sino sobre todo con el ejemplo, tanto cuando somos conductores como cuando somos peatones conscientes, que si las palabras mueven  el ejemplo arrastra.

A modo de información, este año 2015, la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, que celebraremos el próximo 5 de julio en España, llevará el lema: “EL QUE NO DEJA DE ANDAR E IR ADELANTE, AUNQUE TARDE, LLEGA”. Son palabras de Santa Teresa de Jesús que el Departamento de  Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal, hace suyas, con motivo de los quinientos años del nacimiento de esta gran mujer “inquieta y andariega”.

 Que Santa María, la madre del Niño Jesús y san José, que huyeron a Egipto haciendo un largo camino arriesgando su propia vida por salvar la del Niño (cf. Mt 2, 13-23); y cuando se perdió, lo buscaron con inmenso dolor, por los caminos y ciudad, hasta dar con él (cf. Lc 2 41-51) protejan a todos los niños del mundo, que diariamente están expuestos a los más variados peligros en nuestras calles y carreteras.