ACOGIDA DEL ADMINISTRADOR DIOCESANO

¡BIENVENIDO, D. MANUEL, NUEVO OBISPO!

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SANTANDER | 30.05.2015


Hoy, a las 12, de la mañana, comenzará su servicio pastoral como Obispo en la Catedral D. Manuel Sánchez Monge. .

¿Quién es un obispo? La palabra obispo viene del griego, del verbo episcopéo. De esta raíz vienen otras palabras conocidas como periscopio, microscopio, etc. Significa mirar sobre, velar, cuidar, preocuparse de alguien, etc. Y esta es la misión del Obispo. Es un hombre con los demás hombres. Es un cristiano con los demás cristianos, frágil, limitado y pecador como todos los humanos, pero que cree con los demás cristianos en el amor misericordioso y salvador de Dios que nos hace sus hijos. Esto hace que viva con la alegría del Evangelio. Pero es, a la vez, un cristiano que tiene una responsabilidad, asumida por amor a Jesucristo y a los hombres: ser obispo para los demás y ante los demás.

Como obispo es imagen del Dios Padre, el Obispo invisible de todos. Su cátedra- de ahí viene catedral- nos recuerda el amor paternal y las entrañas maternales de Dios para todos: niños, mayores, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, sacerdotes, con sagrados, laicos, creyentes y no creyentes. Es icono, signo, signo de Jesucristo, de la vida, entrega y enseñanza del Buen Pastor. Por eso lleva una cruz pectoral en el pecho y báculo en las celebraciones; su rasgo principal ha de ser la caridad que le lleva a conocer a su pueblo y a la solicitud y misericordia por todos, porque todos somos pecadores, a anunciar la Buena noticia del amor incondicional de Dios por cada persona, y particularmente a la solidaridad con los enfermos, los pobres, indigentes, los que sufren en su cuerpo o en su alma, los parados, los ganaderos, agricultores y los hombres de la mar. El obispo está ungido por el Espíritu Santo para recordarnos y movernos a todos a construir una sociedad nueva y fraterna, basada en el amor que se traduce en compromiso personal y comunitario por la paz, el diálogo, la reconciliación y el perdón, la vida honrada y sencilla, la verdad, la lógica del don y la justicia. Y eso es posible aquí y hoy, en Cantabria y en el valle de Mena, de Burgos, con la ayuda de Dios y la buena voluntad de todos desde la política, los sindicatos, el empresariado, la enseñanza, los medios de comunicación social, las asociaciones y las diversas manifestaciones de la sociedad civil.

Es, además, cabeza y representante de la Iglesia en Santander, que quiere vivir y vive en comunión con el papa Francisco y con las demás iglesias compartiendo la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que evangelizar con lágrimas.

En este empeño venimos trabajando los cristianos de esta Diócesis personal y comunitariamente, con nuestros fallos e incoherencias, es verdad, en los monasterios, las parroquias de los pueblos y ciudades, los centros de espiritualidad, las catequesis, las predicaciones, los centros de enseñanza, las residencias de mayores, en hospitales, los centros de acogida para peregrinos, necesitados, emigrantes, marginados, servicios de Cáritas, Centros de Orientación Familiar, Proyecto Hombre, Manos Unidas, medios de comunicación social, presencia en instituciones públicas, sindicatos, partidos políticos, universidades, empresas, etc.

Algunos cristianos, movidos por la fe en Cristo, han m partido para tierras lejanas, particularmente para América.

Todo ello lo hemos realizado con la presencia, oración, animación y ejemplo de los obispos que han servido a esta y en esta iglesia; entre ellos recordamos a D. José Eguino y Trecu, el Obispo de “transparente caridad pastoral”, y su auxiliar, D. Doroteo Fernández, de “austera sencillez”; D. Eugenio Beitia, de “ amplitud de espíritu y cultura”; D. Vicente Puchol, ,” el del impulso renovador”; D. José María Cirarda, “ el de corazón alegre, lleno de fortaleza eclesial”, y su auxiliar, D. Rafael Torija, con su “honrada sencillez”; D. Juan Antonio del Val, el de “modesta y humilde esperanza en el Señor” y trabajador por descubrir nuevos caminos de corresponsabilidad; D. José Vilaplana, el “impulsor de la lectura creyente de la Biblia”,; D. Carlos Osoro, vivo retrato de su libro “La Iglesia a la que amo”, que fue Administrador Apostólico de esta Iglesia y ahora es Arzobispo de Madrid, y D. Vicente Jiménez Zamora, actual arzobispo de Zaragoza, soriano de pro, de verbo preciso, que ,entre otras realizaciones, convocó y animó la celebración de las Asambleas Diocesanas de laicos y del Clero.

Los cristianos católicos de la Diócesis de Santander, D. Manuel, le damos la más cordial, amplia y sentida bienvenida. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Cuente, D. Manuel, con nuestra acogida, sencilla y humilde, oración y con nuestra lealtad, porque, como dice una leyenda en una casona de esta tierra: “GUARDA LEALTAD ESTOS UMBRALES/ QUE ES LEY DE LOS MONTAÑESES SER LEALES”.

Manuel Herrero Fernández, OSA
Administrador Diocesano de Santander