Crónica de Roma
Incansable pastor de la Iglesia cubana

Avanza el proceso de beatificación de un obispo cubano

 

Se trata del siervo de Dios monseñor Adolfo Rodríguez Herrera, quien fue arzobispo de Camagüey (Cuba)


En medio del contexto diplomático de acercamiento entre la Iglesia y el Estado en Cuba. Fuentes en Roma han señalado a Religión Confidencial "esta esperanzadora noticia que habla de la vitalidad y de la santidad de la Iglesia en Cuba".

Se trata de un “hecho importante en el camino pastoral de Cuba” han recalcado porque el pasado 8 de mayo se clausuró la fase diocesana en el proceso de beatificación del siervo de Dios Adolfo Rodríguez Herrera quien fue arzobispo de Camagüey en Cuba y falleció el 9 de mayo de 2003 a los 79 años de edad.

Este es un paso notable en el proceso de beatificación de uno de los obispos cubanos más queridos en la iglesia de esta isla caribeña. 

Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera nació en la provincia de Camagüey en 1924, estudió en los seminarios de Santa María de Camagüey, San Basilio Magno de Santiago de Cuba y El Buen Pastor de La Habana. Posteriormente estudió en la Universidad Pontificia de Comillas en España y allí fue ordenado presbítero el 18 de julio de 1948. El mismo año regresó a Camagüey y comenzó a ejercer su sacerdocio.

El siervo de Dios Adolfo Rodríguez Herrera "fue obispo durante 40 años y testigo de todos los avatares de la iglesia y la sociedad cubana en los años posteriores a 1959", fecha en la que venció la revolución cubana encabezada por Fidel Castro.

Según indican fuentes de la iglesia cubana, monseñor Adolfo Rodríguez era “el último de los obispos cubanos que participó en el Concilio Vaticano II y también el último de los que vivieron los años de mayor represión religiosa del régimen castrista”.

De hecho, los historiadores describen que monseñor Rodríguez Herrera desarrolló “una excepcional acción pastoral frente a situaciones adversas y difíciles, con un clero insuficiente para cubrir las necesidades espirituales de sus fieles”.

Su lema episcopal estuvo basado en su incondicional confianza en el Señor expresado con la cita bíblica ‘Es bueno confiar en el Señor’. Cuando monseñor Rodríguez era párroco en Vertientes, provincia de Camagüey, se produjo la expulsión masiva de sacerdotes de la isla y junto a un pequeño grupo de sacerdotes tuvieron a su cargo mantener las actividades litúrgicas en toda la provincia.

En enero de 1998 recibió en la diócesis a Juan Pablo II y, a finales de ese mismo año, el Papa elevó a Camagüey como Arquidiócesis y mons. Rodríguez que entonces tenía 74 años  fue nombrado el primer Arzobispo de Camagüey. Un año después, fue elegido presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, cargo que desempeñó hasta el año 2001.

Para este siervo de Dios “ser cristiano en Cuba es tan difícil como lo es en cualquier lugar del mundo”. 

Twitter: @mercedesdelat