“Hemos podido comprobar la destrucción que ha provocado el terremoto de Nepal y les aseguro que esta gente necesita mucha ayuda y muy continuada”, dijo el Padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, tras pasar su primera mañana en Katmandú, capital de Nepal. El sacerdote partía el pasado miércoles con un cargamento de más de cinco toneladas de material sanitario y de curas, así como alimentación infantil, donados por la Fundación COFARES.

El Padre Ángel llegó a Nepal acompañando a un grupo de Bomberos Unidos sin Fronteras que trajeron en el avión un primer envío de 450 kilos de material sanitario y alimentos que entregaron en un orfelinato y en la Cruz Roja del país.

En el orfelinato de Shipra hay 95 niños menores de 16 años de los que 25 son huérfanos de fallecidos en el terremoto del pasado mes de mayo. El Padre Ángel saludó a los niños y entregó el material a los gestores del centro, una fundación que recibe alguna ayuda del Gobierno de la Nación.

Los responsables del centro pidieron a Mensajeros y a Bomberos Unidos Sin Fronteras que manden una petición para que se envíe sobre todo agua potable y repelente de mosquitos. El centro ha suspendido las clases porque la escuela parece que no ofrece garantías, El edificio anexo ha sufrido también desperfectos que hacen peligroso su uso. El padre Ángel, junto con Bomberos Unidos sin Fronteras, continuarán con su ayuda a este centro que está situado muy cerca del aeropuerto internacional de Katmandú. De hecho, en los próximos días está prevista la llegada de otro envío de 1,5 toneladas con alimentos y productos sanitarios.

El padre Ángel ha visitado también la Parroquia de la Asunción, en Katmandú, una de las pocas católicas del país, donde se han entregado 20 tiendas de campaña para quienes han perdido sus casas. Allí el padre Ángel ha rezado un responso por todas las víctimas del terremoto, y en especial por los montañeros asturianos desaparecidos.

Junto con el padre viajan dos profesionales de la ONG Bomberos Unidos sin Fronteras, Ángel del parque de Santa María de la Cabeza de Madrid, y Coco, de Córdoba. Miriam, una enfermera del SUMMA, completa el grupo.

El presidente de Mensajeros de la Paz comprobó en su visita al lugar la destrucción de decenas de edificios y recorrió uno de los campamentos en los que hay cientos de refugiados que han perdido sus casas.