La universidad de Alcalá organiza un curso de “Bioneuroemoción”

Varias personas se han puesto en contacto con la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) para informar de que se han dirigido a las autoridades académicas de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) manifestando su preocupación por la celebración de un curso de verano en el que se dará cobertura académica a una de las diversas pseudoterapias de carácter espiritual propias de la Nueva Era (New Age).

El curso en cuestión, publicitado en la oferta formativa estival de la academia, se titula “Bioneuroemoción aplicada a la fisioterapia: más allá del síntoma”. Su directora, según leemos, es la fisioterapeuta Milagros Pérez Muñoz. Consta de 50 horas lectivas y está previsto que se celebre del 26 de junio al 12 de julio. Llama la atención el precio, que es de 600 euros.

En el programa concreto del curso, que se ofrece también en la web de la UAH, leemos que el objetivo del curso es “que el fisioterapeuta adquiera los conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para utilizar la Bioneuroemoción como herramienta o método que permite optimizar y desarrollar desde una perspectiva holística la intervención fisioterapéutica”.

El perfil de las profesoras

Además de la directora del curso que ya ha sido nombrada, el resto del profesorado que impartirá las clases lo forman Montse Batlló y Yolanda Pérez. Al igual que la responsable, Milagros Pérez, son fisioterapeutas. Pero observamos otras curiosidades en el resumen curricular que se da en el folleto del curso: Montse Batlló es diplomada en Bioneuroemoción y profesora del Instituto Español de Bioneuroemoción, mientras que Yolanda Pérez es consejera en Descodificación Biológica Original y kinesióloga.

Tanto Milagros como Yolanda son profesoras en la UAH. Es significativo que ambas han sido objeto de una queja a la Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Fisioterapia de Madrid debido a que “expusieron conocimientos tergiversados y refutables desde el campo de las ciencias básicas (física y biología) y clínicas (medicina y neuropsicología). Entre otros, se hizo referencia a procesos oncológicos como consecuencia directa de conflictos en el estado de ánimo. Y en la queja se puede leer este ejemplo, literal: me siento asfixiado por un problema, me falta el aire, entonces genero más pulmón, tengo un cáncer de pulmón.

Desde la teoría que defiende la Bioneuroemoción, frente al cáncer “se propone como solución una separación radical del entorno familiar durante cuarenta días (cuarentena, muerte simbólica) donde no se indica al paciente dónde debe permanecer pero sí se insta a que permanezca sin contacto si desea continuar con la terapia Bioneuroemoción”. Esto se debería a que los conflictos que generan el proceso oncológico los están generando los familiares más próximos (padres, hermanos) y que por tanto es necesario alejarse de ellos” para curarse.

¿Qué es la Bioneuroemoción?

La queja antes citada resume de una forma muy ajustada la supuesta terapia ante la que nos encontramos, y a la que se denomina “grupo de riesgo sectario”. De hecho, la denuncia viene motivada por el “riesgo significativo de que el Instituto Español de Bioneuroemoción consiga a través de la Fisioterapia: primero, acceder a pacientes en situación vulnerable a los cuales pueda perjudicar; y segundo, utilizar a la Fisioterapia como aval ante la sociedad”.

La Bioneuroemoción, tal como se explica en la queja, se fundamenta en una derivación de movimientos pseudoterapéuticos como la “Nueva Medicina Germánica” del ex-doctor Ryke Geerd Hamer (condenado por mala praxis y buscado actualmente por la justicia de otros países), “Un Curso de Milagros” (otro movimiento con grupos considerados oficialmente sectarios), y mezclados con pseudoterapias New Age como “constelaciones familiares”, a los que se les añade una falsa apariencia de ciencia, desvirtuando conceptos de física cuántica o epigenética.

El movimiento era conocido anteriormente como “biodescodificación”, y también deriva de la “descodificación biológica”, considerada como movimiento sectario en Francia. En España, su promotor es Enric Corbera, quien actualmente está siendo denunciado ante el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña junto con otros profesionales por los casos de manipulación psicológica de tipo sectaria a los que se ha llevado a la gente que sigue esta corriente.

En concreto, su denuncia ha sido por la intrusión (mediada por la responsable de psicooncología) en un aula de 4º de Enfermería del Hospital Universitario de Sant Pau en la Universidad Autónoma de Barcelona para difundir su doctrina entre el alumnado de manera no informada.

Actualmente están surgiendo otros grupos derivados, conocidos como “bioemoción” o “bio-reprogramación”, todos los cuales tienen en común la premisa de que “todas las enfermedades están causadas por nuestras emociones”.

Los psicólogos catalanes ya alertaron

Tal como informamos en marzo de 2014, el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) se vio obligado a emitir un comunicado en el que se desvincula de la Bioneuroemoción y de los tratamientos de “biodescodificación”.

En el comunicado, la Junta de Gobierno del COPC se desmarca tanto de estas prácticas como de las que se engloban bajo la denominación de “Un Curso de Milagros”, por lo que se entiende que habría profesionales de la salud mental que estarían practicando terapias de la Nueva Era de este estilo.

El COPC “no considera que en este momento, este modelo y prácticas derivadas cuenten con el aval y la garantía suficiente para poder ser definidos como que se sitúan en los estándares científicos y de calidad propios de la práctica psicológica”, explica, y por lo tanto afirma también que “no pueden encuadrarse en los cánones previstos en la Lex Artis propia de la profesión o el oficio de Psicólogo”.

Por si no quedaba claro, el comunicado añadía que “el hecho de que algunos de los valedores de este modelo y prácticas derivadas pertenezcan al COPC no supone que cuenten con el apoyo o aval de esta institución”, desmarcándose completamente de unas prácticas que considera “al margen de las reconocidas como propias por este colegio profesional”.