Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa Francisco recordó que el último domingo de mayo en Bayonne, Francia, fue proclamado beato el sacerdote Louis-Edouard Cestac, fundador de las Religiosas Siervas de María, de cuya figura dijo: “Su testimonio de amor a Dios y al prójimo es para la Iglesia un nuevo aliciente para vivir con alegría el Evangelio de la caridad”.

El Obispo de Roma también saludó a los queridos romanos y peregrinos, que viajaron con sus familias, grupos parroquiales, asociaciones y escuelas. De modo especial el Santo Padre saludó a los fieles de La Valletta, Malta; Cáceres, España y Michoacán, México; así como a los procedentes de diversas localidades italianas; sin olvidar a los chicos que han recibido o se preparan a recibir el Sacramento de la Confirmación, a quienes animó a ser gozosos testigos de Jesús.

“Al término del mes de mayo – dijo el Papa – me uno espiritualmente a las tantas expresiones de devoción a María Santísima; de modo particular menciono a la gran peregrinación de los hombres al Santuario de Piekary, en Polonia, que tiene por tema: “La familia: casa acogedora”. De ahí que Francisco haya manifestado su deseo de “que la Virgen ayuda a toda familia a ser “casa acogedora”.

El Papa Bergoglio recordó asimismo que el próximo jueves se llevará a cabo en Roma la tradicional procesión del Corpus Domini. A las 19.00 en la Plaza de San Juan de Letrán – dijo – celebraré la Santa Misa y, por tanto, adoraremos al Santísimo Sacramento, caminando hasta la Plaza de Santa María la Mayor. De ahí la invitación del Santo Padre, a participar desde ahora en este solemne acto público de fe y de amor a Jesús Eucaristía, presente en medio de su pueblo.

Antes de concluir sus palabras el Papa invitó a los fieles presentes a hacerse la Señal de la Cruz en voz alta recordando el misterio de la Santísima Trinidad.

Y concluyó deseando a todos feliz domingo, pidiendo por favor, que no se olviden de rezar por él. “Buen almuerzo y hasta la vista”.

(María Fernanda Bernasconi - RV)