La pobreza azota a muchas familias, se agrava con la guerra madre de todas las pobrezas, depredadora de vidas, de almas y de los afectos más queridos.  Una vez más la familia fue el tema de la Catequesis del Obispo de Roma el 4 de junio de 2015 en una soleada Plaza de san Pedro donde miles de fieles y peregrinos vibraron al unísono.

“La pobreza azota a muchas familias en las periferias de grandes ciudades y también en las zonas rurales Muchas veces se ve agravada por la guerra, que es sin duda la madre de todas las pobrezas, depredadora de vidas, de almas y de los afectos más queridos”.

El Papa explicó que “en medio de estas situaciones, muchas familias intentan vivir con dignidad, confiando en la bendición de Dios, convirtiéndose así en una auténtica escuela de humanidad que salva a la sociedad de la barbarie”, pero aclaró que “ este reconocimiento no nos exime de nuestra obligación de velar con la oración y con la acción para que a nadie falte el pan, el trabajo, la educación y la sanidad”.

Francisco afirmó que, “es necesario que desde todas las instancias de la vida pública se pongan los medios para un nuevo orden social, que rompa la espiral perversa entre familia y pobreza que lleva la sociedad a la ruina”.

El Sucesor de Pedro dijo: “También nosotros cristianos debemos estar cada vez más cerca de las familias que sufren la pobreza. La Iglesia madre no debe olvidar nunca este drama de sus hijos. Ella también está llamada a ser pobre, practicando la simplicidad en su propia vida, de manera que llegue a ser fecunda y pueda dar una respuesta a tanta miseria.

El Vicario de Cristo finalizó pidiendo a todos: “Pidamos a Dios que sostenga a las familias sometidas a la dura prueba de la pobreza, para que puedan seguir siendo en el mundo lugar de acogida y escuelas de auténtica humanidad”.