Dime, querida, ¿tú tienes reja portátil?

 

Dada la intensa actividad del papa Francisco, a veces se nos pasan cosas que resultan ser la mar de interesantes.  Por ejemplo, el pasado mes de mayo mantuvo un encuentro con los religiosos de Roma. Y hete aquí que les contó esta anécdota:

Recibí una carta, hace 6-7 meses, de una religiosa de clausura que había comenzado a trabajar con los pobres, en la portería; y luego salió a trabajar afuera con los pobres; y luego siguió adelante, más y más, y al final dijo: «Mi clausura es el mundo». Yo le respondí: «Dime, querida, ¿tú tienes reja portátil?». Esto es un error.

Obviamente no dijo el nombre de la religiosa de clausura, pero en España no tenemos que ir muy lejos para encontrar a dos, sobre todo una, que encajan como mano a guante en esas palabras del Papa: Sor Lucía Caram, dominica a la que le gusta más una cámara de televisión que a un niño goloso un dulce, y Sor Teresa Forcardes, benedictina metida a política.

De hecho, la monja dominica, argentina, secesionista catalana y culé, tiene escrito un libro que se titula “Mi claustro es el mundo”, en el que seguramente se dedica a explicar por qué ella considera que está bien aquello que el Papa cree que es un error.

Ante la reprimenda que sufrió de boca del Nuncio de Su Santidad en España, Sor Lucía Caram dijo que pensaba ir al Papa a quejarse. Pues bien, yo que ella no iría. Porque como se le ocurra decirle:

«Mi claustro no son los límites del monasterio, sino también el mundo. Reconozco que es un caso atípico, por eso tengo una vida muy activa. Pero gracias a mi comunidad y a mi estilo de vida, tengo también mucho tiempo de contemplación y de estudio».

Se puede encontrar con lo de:

«Dime, querida, ¿tú tienes reja portátil?». Esto es un error.

Y claro, antes o después nos enteraremos y el jolgorio será grande. Es más, no podrá decir que la culpa la tiene Rajoy. En ese caso, no podrá protegerla ni su queridísimo Artur Mas, ese hombre que, como todo el mundo sabe, (ironía on) es un político apasionado por los pobres que no tiene nada que ver con la burguesía catalana (ironía off). Digo queridísimo porque ella mismo reconoció estar enamorada de él.

 

Luis Fernando Pérez Bustamante