Visita Turín para venerar la Síndone

El Papa a los jóvenes: «¡Sean castos!»

 

El papa Francisco acudió este domingo a la catedral de Turín (norte de Italia) y oró ante la Sábana Santa, la tela que, según la tradición, fue empleada para envolver el cuerpo de Jesús de Nazaret en el sepulcro. En un encuentro con los jóvenes, el Papa les pidió que «hagan el esfuerzo de vivir el amor en modo casto», aunque «no sea fácil», para superar una concepción fácil y hedonista del amor.

22/06/15 8:02 AM


(Efe) El pontífice llegó al tempo hacia las 09.15 hora local (07.15 GMT) de este domingo después de presidir en la plaza del Palacio Real de Turín un encuentro con representantes del mundo laboral y que fue retransmitido por el Centro Televisivo Vaticano (CTV).

Acto seguido acudió a la catedral, a pocos metros de distancia, para venerar la Sábana Santa, ante la que permaneció sumido en un profundo recogimiento durante aproximadamente 10 minutos y con el templo en penumbra. Tras el rezo, se santiguó, se levantó de la silla y se aproximó a la reliquia, tocándola con la mano.

En un acto con jóvenes en la plaza Vittorio de Turín, el Santo Padre les pidió que rechacen las actuales versiones «hedonistas» del amor y «hagan el esfuerzo de vivirlo en un modo casto», aunque «no sea fácil».

«Tengo que decir una palabra impopular pero el Papa a veces también tiene que arriesgarse. El amor no debe usar a los otros, el amor es casto. Por eso les digo, ¡Sean castos!», exclamó el pontífice en esa localidad al norte de Italia.

«No es fácil, todos saben las dificultades para superar esta concepción fácil y hedonista del amor pero, pedónenme, les pido hacer el esfuerzo de vivir el amor en modo casto», continuó en ese sentido.

«Todos hemos pasado por etapas en las que esta virtud es muy difícil, pero es un amor que no usa al otro por el placer, que hace la vida de la otra persona sacra. "Yo te respeto, no quiero usarte"», dijo.

Sus palabras se produjeron después de que una joven italiana le pidiera consejo sobre el desamor y, en su respuesta, el pontífice criticó «este mundo hedonista en el que solo el placer tiene publicidad».