“Querida familia salesiana, he pensado tanto qué decirles, lo he escrito, pero es demasiado formal. Lo entrego al Rector Mayor para que él se los haga conocer”: fueron las primeras palabras del discurso espontáneo que el Papa Francisco dirigió a la padres Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, en la Basílica de María Auxiliadora, el domingo en Turín.

En clima amigable, al finalizar su discurso, el Papa Bergoglio saludó a muchos de los religiosos presentes, manifestándoles su afecto y reconocimiento.

Éste es el resumen del discurso entregado:

“En mi peregrinación, dedicada a la veneración de Jesús crucificado en el signo de la Sábana Santa, elegí venir a este lugar que representa el corazón de la vida y de la obra de San Juan Bosco, para celebrar con ustedes el segundo centenario de su nacimiento”. Con estas palabras comienza el discurso que el Papa Francisco entregó, en la tarde de este domingo, en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, al Rector Mayor de los padres Salesianos.

Tras agradecer al Señor por haber donado este Santo a la Iglesia, que junto a otros tantos santos de la región piamontesa “constituyen un honor y una bendición para la Iglesia”, “sobre todo por la actividad desarrollada en favor de los jóvenes, en particular aquellos pobres y emarginados”, el Pontífice remarca tres elementos esenciales de la vida de Don Bosco:

Una inquebrantable confianza en Dios

Francisco destaca la “inquebrantable confianza en Dios” que sostuvo la misión sacerdotal del Don Bosco. Confianza que es “sustancia de la vida consagrada”, dice, “para que el servicio al Evangelio y a los hermanos no sea un permanecer prisioneros de nuestras visuales”, “sino un continuo superarnos a nosotros mismos, anclándonos a las realidades eternas y hundiéndonos en el Señor”. “Ésta es nuestra fecundidad”, puntualiza.

El servicio a los jóvenes

Fue otro de los aspectos importantes que Francisco quiso destacar de la vida de Don Bosco. Un servicio realizado con “firmeza y constancia, entre obstáculos y fatigas, con la sensibilidad de un corazón generoso”.

“Evangelizar educando y educar evangelizando”: en su discurso el Papa invita a evangelizar y a educar a los jóvenes “proponiendo un estilo educativo hecho de razón, religión y ternura, universalmente considerado como sistema preventivo”. ¡Mansedumbre y ternura fuerte! – insiste –  y los alienta a “continuar con generosidad y confianza las múltiples actividades en favor de los jóvenes”, sin olvidar a “los chicos de la calle” de don Bosco.

Docilidad y fidelidad a la Iglesia y al Papa

El Obispo de Roma recuerda además la docilidad y fidelidad de Don Bosco a la Iglesia y al Papa. Hoy, se lee en el discurso, “la Iglesia se dirige a ustedes, hijos e hijas espirituales de este gran Santo”, y “los invita a ‘salir’ e ir nuevamente al encuentro de los jóvenes: aquellos de las periferias de las metrópolis, en las áreas de peligro físico y moral, en los contextos sociales en donde faltan tantas cosas materiales, pero sobre todo falta el amor, la comprensión, la ternura, la esperanza”. Tras recordar que el oratorio de don Bosco nació del encuentro con los “chicos de la calle”,  el Papa expresa su deseo de que puedan anunciar a todos la misericordia de Jesús “haciendo ‘oratorio’ en todo lugar, en especial en aquellos más inaccesibles”.

Luego de recordar a  las tantas instituciones religiosas que nacieron de la obra de don Bosco, el Pontífice alienta a la familia Salesiana a “seguir por este camino, imitando la fe de quienes los han precedido”.

(MCM-RV)

A la salida de la Iglesia de María Auxiliadora, el Papa saludó a la gente que le esperaba en la calle y les dijo que no se olviden de que una de las características de la verdadera persona que reza, es la alegría y que no se puede tener cara de vinagre. Les pidió también que se dejaran encontrar con Jesús todos los días, y siempre con alegría, insistió. Finalmente les impartió la bendición.

Después, se dirigió al cotolengo, a la ‘Pequeña Casa de la Divina Providencia’, para estar con los enfermos que viven allí y las personas que trabajan con ellos. En este encuentro privado el Papa saludó a los presentes y se mostró agradecido a aquellos que hacen posible esta obra. Francisco es el tercer pontífice que visita esta institución fundada hace casi dos siglos por San José Benito Cottolengo.

(MZ-RV)