El primer encuentro de Francisco en Turín fue con el mundo laboral a través de tres de sus representantes   -una trabajadora, un agricultor y un empresario, que contaron sus experiencias al Pontífice.  El Papa recordó este domingo luego a todos que el trabajo “no solo es necesario para la economía, sino para la persona humana, para su dignidad, su ciudadanía y su inclusión social”. El Obispo de Roma instó a decir “no” a fenómenos como la idolatría del dinero, la mafia o la corrupción, tan extendida “que parece una actitud”.

“ ‘No’ a una economía que descarta a quienes viven en la pobreza absoluta pero también a los niños, los ancianos y ahora también a los jóvenes. ¡Lo que no produce se excluye a modo de usar y tirar. Estamos llamados a decir ‘no’ a la idolatría del dinero, que nos impulsa a entrar a cualquier precio en el número de los pocos que, a pesar de la crisis, se enriquecen sin tener en cuenta a muchos que se empobrecen, a veces hasta el hambre. Estamos llamados a decir ‘no’ a la corrupción, tan difundida que parece una actitud, un comportamiento normal. Pero no con palabras, sino con hechos. ‘No’ a los acuerdos mafiosos, a las estafas, a los sobornos y este tipo de cosas”.

Ante esta situación, “global y compleja”, el Papa señaló que “no solo se puede esperar la recuperación” sino que “el trabajo es fundamental y es necesario que toda la sociedad, todos sus componentes, colaboren para que haya un trabajo para todos y sea digno del hombre y de la mujer”. Pero esto “implica un modelo económico que no sea organizado en función delcapital y de la producción sino del bien común”.

También abordó el tema de los derechos de las mujeres, que “deben ser protegidos con fuerza porque ellas, que también portan el mayor peso en el cuidado de la casa, de los hijos y de los ancianos, son aún discriminadas en el trabajo”.

Y ante fenómenos como el desempleo y la crisis económica, Francisco pidió no culpar a losinmigrantes de que “aumente la competencia” porque “ellos son víctimas de la desigualdad, de esta economía que descarta y de las guerras”. El Papa animó asimismo a “invertir con valentía en la formación, tratando de cambiar la tendencia que ha visto caer en los últimos tiempos el nivel medio de educación y a muchos jóvenes abandonar la escuela”. Y abogó por “un pacto social y generacional basado en la solidaridad y que recupere “la confianza entre jóvenes y adultos”.

“¡‘Ánimo’! No significa paciencia, resígnense. No, no, no significa esto. Al contrario, significa: osen, sean valientes, ¡vayan  adelante! ¡Sean creativos! ¡Sean artesanos todos los días,artesanos del futuro! Con la fuerza de aquella esperanza que nos da el Señor que jamás defrauda, y que también necesita de nuestro trabajo”.

(RC-RV)