ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 04 de julio de 2015

La frase del día sábado 4 de julio

"Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando..." 
(Beato Piergiorgio Frassati)

 


Papa y Santa Sede

''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades''
Texto del mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo 2015

Nuevo obispo en la diócesis paraguaya de San Lorenzo
Mons. Joaquín Hermes Robledo Romero, antes se encontraba en la sede de Carapeguá

Benedicto XVI: 'La música sacra demuestra que el cristianismo es verdadero'
El papa emérito agradece el doctorado honoris causa  y recuerda que “la música occidental es algo único, sin igual en otras culturas y esto nos debe hacer pensar”

El papa Francisco

Francisco visita a María antes de partir hacia América Latina
Depone un ramo de flores con los colores de las banderas de los países que va a visitar: Ecuador, Bolivia y Paraguay

Mundo

Sobre vida y familia, en Estados Unidos gana consenso la posición de Texas
​Después de la polémica sobre 'matrimonio gay', hay otra entre Texas y la Corte Suprema sobre el cierre de las clínicas de aborto. En todo el país crece la cultura pro-vida

Los obispos de Colombia: La violencia no es el camino para la paz
El presidente de la CEC expresa lamenta los recientes atentados y pide que prosigan los diálogos de paz

Espiritualidad y oración

Un profeta incómodo
 XIV Domingo Ordinario

San Antonio María Zaccaría - 5 de julio
«Ángel en carne. Gran reformador y artífice de los Clérigos regulares de San Pablo (barnabitas). Aspirando a lo máximo, se ocupó de recordar a sus hijos que debían alcanzar las grandes cotas de la santidad»


Papa y Santa Sede


''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades''
 

Texto del mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo 2015

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades'' es el título del Mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo 2015 (27 de septiembre) publicado el martes por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. El mensaje, fechado el 24 de junio, está firmado por el cardenal Antonio Maria Vegliò y por el obispo Joseph Kalathiparambil, respectivamente presidente y secretario de ese dicasterio. 
 
El documento, como su título ya indica, se centra en las oportunidades y desafíos que el incremento masivo del turismo representa para la sociedad contemporánea y recuerda que el concepto de turista está siendo sustituido cada vez más por el de viajero, es decir, la persona que no se limita a visitar un lugar, sino que, de alguna manera, se convierte en parte integrante del mismo. A la luz de la encíclica del Papa Francisco Laudato sí', el Mensaje señala que el sector turístico, aprovechando las riquezas naturales y culturales, puede promover su conservación o, paradójicamente, su destrucción y por último invita a hacer del viaje ''una experiencia existencial''.
 
A continuación el texto íntegro.
 
''Fue en el 2012 cuando se superó la barrera simbólica de mil millones de llegadas turísticas internacionales. Y los números siguen creciendo, tanto que las previsiones estiman que en el 2030 se alcanzará el nuevo objetivo de dos mil millones. A estos datos se deben sumar las cifras aún más elevadas referidas al turismo local.
 
Para la Jornada Mundial del Turismo queremos centrarnos en las oportunidades y los desafíos planteados por estas estadísticas, y por ello hacemos nuestro el tema que propone la Organización Mundial del Turismo: ''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades''.
 
Dicho crecimiento plantea un desafío a todos los sectores implicados en este fenómeno global: turistas, empresas, gobiernos y comunidades locales. Y, ciertamente, también a la Iglesia. Los mil millones de turistas deben ser necesariamente considerados sobre todo como mil millones de oportunidades.
 
El presente mensaje se hace público a los pocos días de la presentación de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, dedicada al cuidado de la casa común. Es un texto que debemos tomar en gran consideración, ya que ofrece importantes directrices a seguir en nuestra atención al mundo del turismo.
 
Estamos en una fase de transformaciones, en la que cambia el modo de desplazarse y, en consecuencia, también la experiencia del viaje. Quien se traslada a un país distinto del suyo, lo hace con el deseo, consciente o inconsciente, de despertar la parte más recóndita de sí a través del encuentro, el compartir y el intercambio. El turista busca cada vez más un contacto directo con lo diverso en su singularidad.
 
Se ha debilitado el concepto clásico de ''turista'' al tiempo que se ha fortalecido el de ''viajero'', es decir, aquél que no se limita a visitar un lugar, sino que, de alguna manera, se convierte en parte integrante del mismo. Ha nacido el ''ciudadano del mundo''. Ya no ver sino pertenecer, no curiosear sino vivir, ya no analizar sino unirse. No sin respeto por lo que y a quien se encuentra.
 
En la última encíclica, el papa Francisco nos invita a acercarnos a la naturaleza con ''apertura al estupor y a la maravilla'', hablando ''el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo'' . Ese es el acercamiento correcto que hay que adoptar ante los lugares y los pueblos visitados. Este es el camino para aprovechar las mil millones de oportunidades y hacerlas fructificar aún más.
 
Las empresas del sector son las primeras que deben implicarse en la realización del bien común. La responsabilidad de las compañías es grande, también en el ámbito turístico, y para poder aprovechar las mil millones de oportunidades es necesario que sean conscientes de ello. Objetivo final no debe ser tanto el lucro cuanto la oferta al viajero de caminos transitables que le lleven a esa experiencia que está buscando. Y las empresas deben hacer esto desde el respeto a las personas y al ambiente. Es importante no perder la conciencia de los rostros. Los turistas no pueden reducirse a una simple estadística o a una fuente de ingresos. Es necesario poner en práctica formas de negocio turístico estudiadas con y para las personas, invirtiendo en los individuos y en la sostenibilidad a fin de también ofrecer oportunidades laborales desde el respeto a la casa común.
 
Al mismo tiempo, los gobiernos deben garantizar el cumplimiento de las leyes y crear otras nuevas adecuadas para la protección de la dignidad de la persona, de la comunidad y del territorio. Es esencial una actitud decidida. Incluso en el ámbito turístico, las autoridades civiles de los distintos países deben pensar en estrategias compartidas para crear redes socioeconómicas globalizadas en favor de las comunidades locales y de los viajeros, para así poder aprovechar positivamente las mil millones de oportunidades que ofrece la interacción.
 
En este contexto, también las comunidades locales están llamados a abrir sus confines a la acogida de quien llega de otros lugares movido por una sed de conocimiento. Una oportunidad única para el enriquecimiento recíproco y el crecimiento común. Ofrecer hospitalidad permite hacer fructificar las potencialidades ambientales, sociales y culturales, crear nuevos puestos de trabajo, desarrollar la propia identidad y valorizar el territorio. Mil millones de oportunidades para el progreso, especialmente para los países en vías de desarrollo. Incrementar el turismo y, en particular, en sus formas más responsables permite encaminarse hacia el futuro firmes en la propia especificidad, historia y cultura. Generar ingresos y promover el patrimonio específico permite despertar esa sensación de orgullo y autoestima útiles para reforzar la dignidad de las comunidades de acogida, que deben estar siempre atentas a no traicionar el territorio, las tradiciones y la identidad en favor de los turistas.Es en las comunidades locales que ''se puede generar una mayor responsabilidad, un fuerte sentido comunitario, una especial capacidad de cuidado y una creatividad más generosa, un entrañable amor a la propia tierra, así como se piensa en lo que se deja a los hijos y a los nietos''.
 
Mil millones de turistas, si son adecuadamente acogidos, pueden convertirse en una importante fuente de bienestar y de desarrollo sostenible para todo el planeta. La globalización del turismo también conduce al nacimiento de un sentido cívico individual y colectivo. Cada viajero, adoptando un criterio más adecuado para recorrer el mundo, se convierte en parte activa en la protección de la Tierra. El esfuerzo de cada individuo multiplicado por mil millones se convierte en una gran revolución.
 
En el viaje también se esconde un deseo de autenticidad que se expresa en la inmediatez de las relaciones, en el dejarse involucrar por las comunidades visitadas. Nace la necesidad de alejarse del mundo virtual, capaz de crear distancias y conocimientos impersonales, y de redescubrir la autenticidad del encuentro con el otro. Y la economía del compartir puede tejer una red a través de la cual se acrecientan una humanidad y una fraternidad capaces de generar un intercambio equitativo de bienes y servicios.
 
El turismo representa mil millones de oportunidades también para la misión evangelizadora de la Iglesia. ''Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón''. Es importante, en primer lugar, que acompañe a los católicos con propuestas litúrgicas y formativas. Debe también iluminar a quien, en la experiencia del viaje, abre su corazón y se interroga, realizando así un verdadero primer anuncio del Evangelio. Es indispensable que la Iglesia salga y se haga cercana a los viajeros para ofrecer una respuesta adecuada e personalizada a su búsqueda interior; abriendo el corazón al otro, la Iglesia hace posible un encuentro más auténtico con Dios. Con este fin se debería profundizar en la acogida por parte de las comunidades parroquiales y en la formación religiosa de personal turístico.
 
Tarea de la Iglesia es también educar a vivir el tiempo libre. El Santo Padre nos recuerda que ''la espiritualidad cristiana incorpora el valor del descanso y de la fiesta. El ser humano tiende a reducir el descanso contemplativo al ámbito de lo infecundo o innecesario, olvidando que así se quita a la obra que se realiza lo más importante: su sentido. Estamos llamados a incluir en nuestro obrar una dimensión receptiva y gratuita, que es algo diferente de un mero no hacer'' .
 
No deberemos olvidar la convocatoria realizada por el papa Francisco a celebrar el Año Santo de la Misericordia. Debemos preguntarnos sobre cómo la pastoral del turismo y de las peregrinaciones puede ser un ámbito para ''experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza''. Signo peculiar de este tiempo jubilar será sin duda la peregrinación.
 
Fiel a su misión, y partiendo de la convicción que ''evangelizamos también cuando tratamos de afrontar los diversos desafíos que puedan presentarse'',4 la Iglesia colabora para hacer del turismo un medio para el desarrollo de los pueblos, especialmente de los más desfavorecidos, promoviendo proyectos simples pero eficaces. La Iglesia y las instituciones deben, sin embargo, estar siempre atentas para evitar que mil millones de oportunidades se transformen mil millones de riesgos, colaborando en la protección de la dignidad de la persona, de los derechos laborales, de la identidad cultural, del respeto del ambiente, etc.
 
Mil millones de oportunidades también para el ambiente. ''Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios'' . Entre el turismo y el medio ambiente existe una estrecha interdependencia. El sector turístico, aprovechando las riquezas naturales y culturales, puede promover su conservación o, paradójicamente, su destrucción. En esta relación, la encíclica Laudato si’ aparece como una buena compañera de viaje.
 
Muchas veces fingimos no ver el problema. ''Este comportamiento evasivo nos sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo''. Actuando no como dueño sino como ''administrador responsable'', cada uno tiene sus propias obligaciones que se deben concretar en acciones precisas, que van desde una legislación específica y coordinada a simples gestos cotidianos, pasando por programas educativos apropiados y proyectos turísticos sostenibles y respetuosos. Todo tiene su importancia.6 Pero es necesario, y sin duda más importante, un cambio en los estilos de vida y en las actitudes. ''La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco''.
 
El sector turístico también puede ser una oportunidad, es más, mil millones de oportunidades para construir caminos de paz. El encuentro, el intercambio y el compartir favorecen la armonía y la concordia.
 
Mil millones de ocasiones para transformar el viaje en una experiencia existencial. Mil millones de posibilidades para ser artífices de un mundo mejor, conscientes de la riqueza que se encuentra en la maleta de cada viajero. Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades para convertirse en ''los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud''.
 
(Fuente VIS)

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Nuevo obispo en la diócesis paraguaya de San Lorenzo
 

Mons. Joaquín Hermes Robledo Romero, antes se encontraba en la sede de Carapeguá

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El papa Francisco ha nombrado obispo de la diócesis de San Lorenzo, en Paraguay, a Mons. Joaquín Hermes Robledo Romero, quien antes se encontraba en la sede de Carapeguá. Lo indicó este sábado la oficina de prensa de la Santa Sede, en un comunicado.

En el mismo se precisa que Mons. Robledo nació en Asunción el 26 de septiembre de 1950, fue ordenado sacerdote el 25 de diciembre de 1975 e incardinado en la arquidiócesis de Asunción.

Consiguió la licencia de Filosofía en la Universidad Católica de Asunción y una licenciatura en Ciencias Religiosas en el Instituto Superior de Teología de dicha universidad.

En el año 2000, con la creación de la diócesis de San Lorenzo, se volvió vicario general, cargo que ha desempeñado hasta su nombramiento como obispo coadjutor de Carapeguá, el 1° de julio de 2009. Recibió la ordenación episcopal el 30 agosto siguiente. El 10 de julio de 2010 pasó a ser obispo de Carapeguá.

 

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Benedicto XVI: 'La música sacra demuestra que el cristianismo es verdadero'
 

El papa emérito agradece el doctorado honoris causa  y recuerda que “la música occidental es algo único, sin igual en otras culturas y ésto nos debe hacer pensar”

Por Redacción

Castel Gandolfo, (ZENIT.org)

El papa emérito Benedicto XVI recibió este sábado en Castel Gandolfo, un doctorado Honoris Causa de la Universidad Pontificia Juan Pablo II y de la Academia de Música de Cracovia.

El senado de la Academia de Música de Cracovia explicó su decisión indicando que el Pontífice emérito es un modelo de comportamiento moral y civil, acompañado de dimensiones religiosas y humanísticas profundas. En particular, subrayó el amor y la atención de Joseph Ratzinger por la música sacra y por su papel en la Liturgia.

Benedicto XVI en el mensaje agradecimiento indicó su alegría porque con esta distinción, “se vuelve aún más profundo mi relación con Polonia y Cracovia, la patria de nuestro gran santo Juan Pablo II”. Y esto “porque sin él mi camino espiritual y teológico no es ni siquiera imaginable”. Añadió que “con su ejemplo vivo nos ha mostrado como es posible" armonizar la gran música sacra con la participación común en la liturgia. 

Así recordó cuando en su infancia asistía a las misas acompañadas por el coro y la orquesta, “como parte integrante de nuestra experiencia en la fe en la celebración de la liturgia”. Y que cuando “resonaban las primeras notas de Mozart en la misa de la coronación, “el cielo casi se abría y experimentaba profundamente la presencia del Señor”.

Indicó también que en la Constitución sobre la liturgia del Concilio Vaticano II se dejó por escrito "claramente" el deber de "conservar e incrementar con gran atención el patrimonio de la música sacra".

Y de las diversas problemáticas se plantearon, entre ellas si las misas para las grandes obras corales, deberían o no ser interpretadas en salas de concierto y o en la liturgia, donde habría espacio solamente para el canto y la oración de los fieles.

¿Pero entonces, cómo evitar así el empobrecimiento cultural de la Iglesia? Por ello Benedicto XVI plantea ¿qué es la música?, ¿de dónde viene y a qué lleva?

El primer dato, indica el papa emérito, es la experiencia del amor, que empuja al hombre a otra dimensión del ser, a expresarse de una manera nueva.

Un segundo origen de la música es la experiencia de la tristeza, al ser tocados por la muerte, el dolor, y los abismos de la existencia. Dimensiones que no pueden encontrar respuesta solamente en los discursos.

Y el tercer lugar del origen de la música es el encuentro con lo divino, que desde el inicio es parte de lo que define al ser humano.

En ningún otro ámbito cultural --asevera Benedicto XVI-- la música tiene la grandeza que en el ámbito de la fe. Con autores, “de Palestrina a Bach, a Hendel, hasta Mozart, Beethoven y Bruckner”, se ve que “la música occidental es algo único, que no tiene igual en otras culturas. Esto nos debe hacer pensar”.

Y si bien reconoce que “la música occidental supera ampliamente el ámbito religioso y eclesial”, ésta tiene “su manantial más profundo en la liturgia, en el encuentro con Dios”.

“La respuesta grande y pura de la música occidental se ha desarrollado en el encuentro con aquel Dios, que en la liturgia se vuelve presente hacia nosotros en Jesucristo. Esta música es para mi una demostración de la verdad del cristianismo”. Porque “donde se desarrolla una respuesta así, se dio el encuentro con la verdad, con el verdadero creador del mundo.

El papa emérito concluye que por esto “la gran música sacra es una realidad de rango teológico y de significado permanente para la fe de toda la cristiandad”.

Y al mismo tiempo es claro “que esta no puede desaparecer de la liturgia y que su presencia puede ser una manera muy especial de participación a la celebración sagrada, al misterio de la fe”.

El papa emérito Ratzinger concluye indicando que si bien no conocemos el futuro de nuestra cultura y de la música sacra, hay una cosa clara: “donde se realiza en encuentro con el Dios viviente que en Cristo viene hacia nosotros, allí nace y crece nuevamente también la respuesta, cuya belleza proviene de la misma verdad”.

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El papa Francisco


Francisco visita a María antes de partir hacia América Latina
 

Depone un ramo de flores con los colores de las banderas de los países que va a visitar: Ecuador, Bolivia y Paraguay

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco parte este domingo por la mañana desde el aeropuerto Leonardo Da Vinci, en Fiumicino, hacia Quito, en el Boeing A330-200 del Alitalia "Piero della Francesca" en el viaje de una semana que le llevará a Ecuador, Bolivia y Paraguay.

Por ello el sábado por la tarde el Papa ha ido a la basílica de Santa María la Mayor para pedirle a la Virgen por este viaje apostólico en América Latina. 

"Ha depositado delante de la imagen de la Virgen, un ramo compuesto por flores de los colores de las banderas de los tres países que visitará" ha indicado un comunicado de la Oficina de prensa del Vaticano, que precisa: "Se ha quedado en oración durante unos veinte minutos".

En la Iglesia de 'Santa María Maggiore', el santuario mariano más antiguo del mundo, está un cuadro de la patrona de Roma, María Salus Populi Romani, la cual el Papa va a saludar antes de partir y después de llegar de los viajes apostólicos.

 

 

 

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Mundo


Sobre vida y familia, en Estados Unidos gana consenso la posición de Texas
 

​Después de la polémica sobre 'matrimonio gay', hay otra entre Texas y la Corte Suprema sobre el cierre de las clínicas de aborto. En todo el país crece la cultura pro-vida

Por Federico Cenci

Roma, (ZENIT.org)

Lo que está sucediendo entre Texas y la Corte Suprema de los Estados Unidos se parece cada vez más a un duelo a distancia sobre los temas sobre la vida y la familia.

Poco tiempo atrás el gobernador texano Ken Paxton, había decidido que los funcionarios públicos de su Estado, invocando la 'objeción de conciencia por motivos religiosos' podían negarse a celebrar los 'matrimonios' homosexuales, como impuestos por los jueces en todo el territorio nacional, con una sentencia del 26 de junio pasado.

Como si fuera una reacción a este gesto de desobediencia, el lunes pasado la Corte Suprema, con 5 votos a favor y 4 en contra, ha impedido el cierre de unas  10 clínicas de las 19 que practican el aborto en Texas, decisión que ha entrado en vigor el primero de julio.

Las clínicas podrán permanecer abiertas al menos hasta que la Corte Suprema decida examinar dos artículos de una ley de Texas, propuesta por el gobierno y aprobada por el Parlamento en el 2013, que impone que los abortos sean realizados en pequeños hospitales con parámetros de seguridad muy elevados, los cuales necesitan inversiones de millones de dólares.

Esto hizo que los 41 centros que practicaban el aborto en el 2012, hoy se hayan reducido a 18, y podrían disminuir aún más, provocando la protesta de los activistas pro-aborto, ante la Corte de apelación federal de Nueva Orleans, la que entretanto consideró legítima la norma.

Tres semanas después, con la esta decisión de la Corte Suprema, la situación cambió, y las fotos de los activistas pro aborto que festejaban dio la vuelta al mundo.

De acuerdo a un estudio realizado por la sociedad de sondeos Gallup, al inicio de 2015 solamente el 34 por ciento de los estadounidenses apoyan las actuales políticas de interrupción de la maternidad. La disminución inició en el 2012 cuando la aprobación llegaba al 39 por ciento.

Es significativo que entre el 2002 y el 2008 cuando las políticas nacionales sobre el aborto eran más restrictivas, el 43 por ciento de los ciudadanos se declaraban bien dispuesto a esta actitud de las instituciones.

Hoy el 24 por ciento de los entrevistados indica que quiere leyes más rigurosas, mientas que el 12 por ciento expresa que quiere más libertad.

Los resultados del sondeo coinciden con el creciente aumento de participación en la Marcha por la Vida, que el 22 de enero pasado vio a medio millón de personas por las calles de Washington, con motivo de la sentencia 'Roe contra Wade', que en 1973 había obligado a todos los Estados a que permitieran el aborto voluntario, hasta entonces considerado delito en una buen parte de los del País.

 

 

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Los obispos de Colombia: La violencia no es el camino para la paz
 

El presidente de la CEC expresa lamenta los recientes atentados y pide que prosigan los diálogos de paz

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

“Estos actos violentos no son el camino para lograr la paz”. Con estas palabras el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, rechazó los recientes atentados en Bogotá, como indica un artículo apenas publicado en la página web de la CEC, y expresó su respaldo para que continúen los diálogos de paz.

El prelado lamentó estos hechos e invitó a los habitantes de Bogotá y en general a toda la población colombiana a no dejarse llevar por el pánico y la inseguridad.

"Aunque estos hechos son lamentables, sin saber quién los hizo, tenemos que conservar la cabeza fría para entender que este tipo de actos no son el camino para lograr la paz. La tenemos que lograr de otra manera y no con las armas", afirmó.

Monseñor Castro Quiroga pidió sensatez entre los colombianos para que los diálogos continúen y se corrijan las posibles fallas que se puedan estar presentando en las negociaciones que avanzan en La Habana, como por ejemplo: "cierta incertidumbre, lentitud que a veces es desesperante, cierta falta de información sencilla y fácil para la gente". 

El presidente de la CEC envió un mensaje de solidaridad a los heridos de estos atentados y en nombre del episcopado colombiano, que se encuentra reunido en Medellín participando de unos retiros espirituales, pidió por su pronta recuperación.

En los últimos dos días se registraron tres atentados. El jueves dos artefactos explosivos fueron detonados, uno en el sector financiero (Chapinero) y otro en la localidad de Puente Aranda, con un saldo de diez personas heridas, de las cuales una grave. Y este viernes un artefacto de bajo poder explotó en la carrera séptima con calle 21 en el centro de la ciudad.

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Espiritualidad y oración


Un profeta incómodo
 

 XIV Domingo Ordinario

Por Mons. Enrique Díaz Díaz

San Cristóbal de las Casas, (ZENIT.org)

Ezequiel 2, 2-5: “Esta raza rebelde sabrá que hay un profeta en medio de ellos”.
Salmo 122: “Ten piedad de nosotros, ten piedad”.
II Corintios 12, 7-10: “Me glorío de mis debilidades, para que se manifieste en mí el poder de Dios”.
San Marcos 6, 1-6: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra”-

 

Hay una tumba siempre llena de flores, de milagros y de retablos… Ya hace muchos años que murió el Padre José y parece que cada día se siente más vivo su recuerdo. “¿Era muy querido por toda la gente?”, me preguntan quienes lo no conocieron. La mayoría de las personas ahora respondería que sí, pero la realidad es que el Padre José tuvo que vivir momentos de dolor, de soledad y de frustración porque percibía que no eran escuchadas sus palabras. El tiempo y la distancia lo han idealizado y ahora lo honran hasta quienes lo desprestigiaban y se le oponían. “Es más querido un profeta en su tumba que proclamando sus verdades”. La verdad ilumina pero lastima y el verdadero profeta con frecuencia vive en soledad e incomprensión. ¡Qué fácil es llevar flores a una tumba! ¡Qué difícil aceptar la verdad del profeta!

Hoy la liturgia nos presenta tres profetas que sufren la incomprensión y la experiencia dolorosa de la debilidad: Ezequiel debe confrontar un pueblo rebelde, Pablo sufre en carne propia la debilidad y Jesús es rechazado y despreciado en su propio pueblo. ¿Signo doloroso de quien es profeta? Tal parecería: un profeta es descalificado cuando apenas inicia, el otro presentado en sus miserias y el tercero rechazado en su propia casa.

Jesús es verdadero profeta pero no siempre es acompañado por el éxito. Con frecuencia el evangelio nos presenta a Jesús rodeado de multitudes, aclamado y reconocido. Las “multitudes”, compuestas en su mayoría por gentes sencillas, ignorantes, pobres y necesitadas, perciben esa fuerza y esa sabiduría que brotan de sus labios. Reconocen que la sabiduría y los milagros son presencia del Reino de Dios. Reconocido y aceptado, va sembrando su palabra. Pero no todo es miel, su palabra también es contradicción, su palabra cuestiona, su palabra descubre y desnuda las ambiciones de los corazones. Entonces es rechazada y provoca persecución. Cuando Jesús hace el milagro y se manifiesta poderoso es fácil aceptarlo. Cuando sus palabras cuestionan y desestabilizan, cuando van en contra de posiciones y privilegios, cuando desenmascaran y exigen verdad, entonces son rechazadas.

De tanto encarnarse Jesús se ha vuelto uno de tantos. Y ahora es difícil escucharlo. En Nazaret conocen todo de Jesús: su particular historia familiar, su apariencia corporal, sus cabellos, sus ojos, su modo de caminar, sus costumbres y aficiones, muchos de sus episodios infantiles. Nada habían descubierto de particular en este joven que ahora se presenta atrevido en la sinagoga y a quien todos reconocen autoridad y sabiduría. ¿Cómo aceptarlo si siempre lo habían visto como uno más de la pequeña población? ¿Cómo reconocer un profeta en quien está catalogado como un simple artesano, perteneciente a una familia como todas? ¿Cómo es posible reconocer a Dios en un individuo tan familiar, tan vecino, tan ordinario? Un Dios tan cercano, tan próximo y tan a la mano, es difícil de reconocer. Tan encarnado, tan “humano”, se ha vuelto el Mesías que la carne lo oculta y dificulta aceptarlo. Solamente la fe puede ayudar a descubrirlo, pero la fe es lo que falta en Nazaret y así Jesús permanece bloqueado en su actividad milagrosa a favor de los necesitados.

A Jesús le duelen estas desconfianzas y el recibimiento hostil y agresivo de los suyos. Se nota en su reproche adolorido al citar el proverbio respecto a la aceptación del profeta. Se encuentra con una mentalidad estrecha, con la mezquindad y los prejuicios. Le duele la incredulidad de los más cercanos, sin embargo no se llena de amargura, sino que rompe aquel estrecho círculo y lanza su mensaje mucho más allá: “Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos”. La palabra con frecuencia es rechazada cuando no se acomoda a los caprichos y costumbres de ciertos esquemas. Da temor cuando abre nuevas perspectivas y parece insolente anunciar una nueva forma de vivir y ser. Pero el profeta no busca la aceptación y el aplauso de un público al que tiene que agradarle. Él es fiel a una inspiración originaria, busca abrir caminos nuevos, donde el Reino de Dios pueda instaurarse, donde la voluntad del Padre sea la norma, donde el amor y el servicio suplan todos los mandatos, donde lo más importante sea la persona y no las apariencias.

¿Por qué se rechaza hoy a Jesús Profeta? Puede ser que sea rechazado porque nos está cuestionando en profundidad y no somos capaces de una verdadera conversión. Quisiéramos un Evangelio que solamente nos consuele y nos apapache, pero no un Evangelio que nos exija cambio, coherencia y fidelidad. No un Evangelio que desestabilice las estructuras de injusticia y privilegios en los que se ha asentado nuestra sociedad. Se torna un Evangelio revolucionario y peligroso que es rechazado e ignorado. Entonces serían para nosotros las palabras de Ezequiel: “Un pueblo rebelde… testarudos y obstinados…” Si es así, debemos continuar proclamando valientemente el Evangelio. Habrá que ser fieles a nuestra misión de profetas. Pero también me pregunto si el rechazo que sufre el Evangelio no brota de la incoherencia y de la falta de honestidad de quienes deberíamos predicarlo. Cuando nuestra proclamación se hace con reglones demasiado torcidos para ser leídos, cuando no va respaldada por una vida y una opción radical, sino que se diluye en palabras que no van sostenidas por las acciones, entonces el Evangelio no es creíble.

Hay una tercera posibilidad. A veces queremos una predicación que vaya adornada y sostenida por milagros y fuegos artificiales, por ruido y aspavientos. En cambio Cristo se presentó encarnado, humilde, con un trabajo sencillo, como parte de una familia sencilla… y desde ahí, desde su pobreza y apariencia ordinaria, predica, acompaña, sostiene, en silencio, en la oscuridad. Aparece el Profeta en ropas sencillas, y entonces es difícil reconocerlo aun para los de casa. Muchas preguntas me deja la palabra de Dios en este domingo, como discípulo y seguidor de Jesús: ¿Cómo es mi fidelidad al Evangelio, cómo mi fidelidad al estilo de Jesús y cómo mi fe y perseverancia para seguirlo predicando?

Dios nuestro, que en la vida escondida de tu Hijo, nos has manifestado la riqueza de tu Reino, concédenos ser fieles a sus enseñanzas y ejemplos y mantenernos constantes en la escucha y predicación de su Palabra. Amén.

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San Antonio María Zaccaría - 5 de julio
 

«Ángel en carne. Gran reformador y artífice de los Clérigos regulares de San Pablo (barnabitas). Aspirando a lo máximo, se ocupó de recordar a sus hijos que debían alcanzar las grandes cotas de la santidad»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Antonio María fue otro rayo de luz para la Iglesia, como san Cayetano y san Ignacio, en una época marcada por las ansias de reforma que en lo eclesial discurría entre una ferviente búsqueda de Dios y la tibieza de miembros de la Iglesia, incluidos pontífices y prelados, que habían sucumbido bajo el influjo mundano del Renacimiento. Antes de morir dejó este excelso legado a los suyos: «No quiero que seáis santos pequeños: os quiero grandes santos. No digáis nunca: ¡solamente hasta aquí!, en vuestras ascensiones espirituales, porque siempre queda cuesta por subir. Es preciso que corramos como locos no sólo hacia Dios, sino también hacia los prójimos, porque en ellos entregamos a Dios lo que no podemos darle directamente, no teniendo Él necesidad de nuestros bienes».

Nació a finales de 1502 en Cremona, Italia. Su padre era de ascendencia genovesa y origen patricio. Fue hijo único, aunque estuvo rodeado de sus parientes cercanos, tíos y primos, que compartían un palacio destinado también al próspero negocio de paños de lana de su propiedad. A buen seguro que la unidad existente entre todos, coronada por el patriarca de la familia, tendría su trascendencia en la formación del futuro santo que vio cómo iban dejando este mundo paulatinamente algunos de estos seres queridos, uno de ellos su propio padre. Cuando su madre Antonieta enviudó, él tenía año y medio de vida, una edad en la que el perfil de los rostros amados suele permanecer desdibujado. Pensando en su bien, ella no volvió a casarse. Transmitió a su hijo el valor de la abnegación, de la pobreza y de la renuncia en beneficio del prójimo. Tan bien asimiló esta lección el santo que siempre huyó de lo superfluo y ostentoso. En su adolescencia se desprendió sin dudarlo de su capa de terciopelo para que se cubriese con ella un pobre harapiento. Este gesto, tras el que se adivinan otros similares, se producía en unas circunstancias calamitosas para su ciudad: damnificados por el desbordamiento del río, fiebres y miseria por doquier. Para alguien de su sensibilidad era un escenario ante el que no podía quedar impasible.

A los 15 años comenzó estudios de filosofía en Pavía donde permaneció tres años. Entre tanto, Lutero clavaba en las puertas del castillo de Wittenberg su repulsa contra las indulgencias, plasmadas en las famosas 95 tesis. En diciembre de 1520 quemó la bula de excomunión papal. Ese año Antonio María se había trasladado a Padua para cursar medicina. Como universitario y creyente, vivió de lleno las consecuencias derivadas de este funesto episodio que tuvo gran repercusión en el ambiente universitario en el que se movía. Renunció a la herencia que le correspondía, y solo aceptó lo preciso para vivir.

En 1524, nada más concluir los estudios de medicina, regresó a Cremona. Eligió la carrera para poder ayudar al prójimo y enseguida vio que sus anhelos iban más allá del cuidado del cuerpo. Comenzó a frecuentar a los dominicos, y consagró su virginidad a María. También se fraguó su vocación sacerdotal. Confió este sentimiento a su director espiritual y después de cursar los estudios eclesiásticos, en 1528 se ordenó sacerdote. En su primera misa, y en el instante de la consagración, se produjo un hecho sobrenatural: el altar quedó inundado de luz durante un tiempo mientras era escoltado por ángeles que se unían a su adoración a Cristo.

Las catequesis con niños de diversa condición fue una de sus primeras acciones apostólicas. Las impartía en la iglesia de San Vitale orientando sus vidas evangélicamente frente a las ideas profanas y laxas defendidas por la corriente renacentista predominante. A este grupo infantil se fueron uniendo sus madres y el resto de familiares. Querían escuchar a este apóstol que salía a la calle con el crucifijo en la mano a buscar a la gente que andaba por el mal camino, y que en medio del asfalto les exhortaba a la penitencia y al arrepentimiento de sus pecados. Puso en marcha a las angélicas con el apoyo de la condesa de Guastalla, Luisa Torelli, que adquirió una casa para llevar vida de perfección con otras jóvenes.

En 1530 se trasladó a Milán, donde se involucró en la Sociedad de la Sapiencia Eterna. Conoció entonces a Giacomo Antonio Morigia y a Bartolomé Ferrari, que deseaban iniciar una sociedad de sacerdotes. Al conocer al santo se materializó su proyecto dando lugar a los Clérigos regulares de San Pablo (barnabitas), nombre que aludía al lugar de reunión, la iglesia de San Bernabé. Esta fundación les acarreó no pocos disgustos y amenazas de personas exaltadas, como un predicador que arremetió contra ellos tildándolos de fanáticos y locos. Fueron denunciados ante el arzobispado, el Senado y la Inquisición. Lleno de confianza Antonio Maria acudió al tribunal, y en el transcurso del proceso los jueces comprendieron que todo era fruto de una calumnia. El acusador inicuo se retractó antes de morir, mientras el santo lo acogía en sus brazos.

A este enamorado de Cristo y de María se debe el toque de las tres de la tarde todos los viernes, y las cuarenta horas de adoración al Santísimo Sacramento solemne y perpetua, prácticas que inculcó a los fieles y que siguen vigentes. También constituyó una congregación para los casados con el fin de introducir el espíritu de la reforma en las familias. Con indecible fatiga, debido a la lucha que mantuvo día tras día, cayó extenuado en Guastalla. Ni siquiera podía trasladarse con sus hermanos de comunidad, y rogó que le enviasen con su madre a Cremona. Ésta, al verle en tal estado a sus 36 años, estalló en llanto. Y él le dijo: «¡Ah, madrecita, dejad de llorar! En breve, gozaréis conmigo de aquella gloria eterna en que, desde ya, espero entrar». Vaticinó que él moriría el día de la octava de san Pedro y san Pablo, y así sucedió el 5 de julio de 1539. León XIII confirmó su culto el 3 de enero de 1890, y lo canonizó el 27 de mayo de 1897. Fue considerado por sus paisanos «Padre de la Patria» y «Ángel en carne».

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