La responsable de la Comunidad de San Egidio en Madrid, Tiscar Espigares,participó ayer en la 68 Semana de Misionología de Burgos, en la mesa redonda Misión y promoción social, en la que también han intervenido Marisa Salazar, responsable de prensa de Cáritas Española y Soledad Suárez, presidenta de Manos Unidas. Esta mañana también se ha contado con la presencia de Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología de Burgos.

 El catedrático de la Facultad de Teología de Burgos ha abierto esta mañana la tercera jornada de la Semana de Misionología de Burgos con una ponencia sobre la Iglesia local como sujeto pastoral de la evangelización y protagonista fundamental de la acción misionera. Más tarde ha tenido lugar la mesa redonda Misión y promoción social de Caritas, Manos Unidas y la Comunidad San Egidio, que han presentado la ‘cara amable’ de la Iglesia, a la vez que una “denuncia profética en un mundo que se nos va de las manos”.

Tiscar Espigares, explicó cómo la semilla del Vaticano II recién sembrada en un joven Andrea Ricard de 20 años, suscitó la fundación de la Comunidad de San Egidio. En España, San Egidio cuenta con comunidades en Madrid, Barcelona y Tarragona. Son comunidades laicales que salen a la calle, al encuentro del pobre, “personas con dignidad que han sido heridas por la vida”. No se trata de atenderlos o de darles de comer, sino de “mostrar que son nuestros amigos”. “Nosotros estamos con los pobres porque creemos en Cristo resucitado”. Por eso, cuando algún voluntario se acerca a nuestra comunidad porque quiere participar, le insistimos en que “la oración es el primer servicio”. Por otro lado, tenemos muy claro que “somos iglesia no sólo para los demás, sino con los demás” y debemos mostrar la alegría de trabajar juntos.

Por su parte, Marisa Salazar, destacó “la dimensión social de la Iglesia” con la que Cáritas “quiere llegar a todo hombre, como la misma misión Ad gentes”. Insistió en el importante entramado de esta institución, con más de 7000 Cáritas parroquiales que trabajan de forma escondida y gracias a las cuales, la Iglesia llega a todos los rincones. Animó a “creer y potenciar la cooperación internacional”. Como los misioneros, todo cristiano debe abrir su mente para hacer próximo a los que más sufren en la lejanía geográfica.

La actual presidenta de Manos Unidas, insistió en el protagonismo de la mujer en esta ong de la Iglesia. Además de estar presidida siempre por una mujer laica, sus pioneras tenían un objetivo muy claro: eliminar el hambre en el mundo y promover el desarrollo de todos los hombres, los mismos fines son los que busca la misión Ad gentes.

La Semana de Misionología continuará esta tarde con una mesa redonda de experiencias misioneras que llevan el Evangelio a los excluidos, los jóvenes y el mundo de la cultura. Participarán una familia misionera en Estonia y un misionero en Moscú.

La Semana, terminará mañana, 9 de julio, con la intervención de Francisco Serrano Oceja, decano de la Facultad de Humanidades y Comunicación de San Pablo CEU y será clausurada por Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo.