El Papa y el Cristo "comunista"

Cristo comunista

-          Oye José, ¿has visto el regalo que dio Evo Morales al Papa?

-          No, vengo llegando del trabajo, ¿qué ha sido?

-          Un Cristo “comunista”, míralo…

-          ¿En serio?

-          Claro. Y lo ha aceptado he…

-          Déjame averiguar bien primero

-          El portavoz del Papa ha confirmado que el Papa no ha tenido ninguna reacción particular, y que dicho símbolo no tiene una interpretación ideológica específica. 

Luego de investigar mejor la noticia vi que distintos medios la habían presentado de distinto modo. Unos de corte oficialista intentaron suavizar la situación afirmando que el Papa había dicho que eso no estaba bien. Posteriormente otros medios presentaron el vídeo con más detalle donde en la conversación se escucha que cuando Evo Morales explica al Papa quien fabricó el objeto blasfemo, este le dice “no lo sabía”, a lo que Evo contesta “Pues ya lo sabe”.

En ese momento sentí mucha indignación, pero ya pasado el enojo comparto unas reflexiones.

- Lo que ha hecho el presidente de Bolivia ha sido un insulto premeditado por el cual ha intentado sacar provecho político. No es la primera vez que un presidente comunistoide insulta de esta manera. El presidente Hugo Chávez hizo algo similar cuando regaló al presidente Obama el libro “Venas abiertas de América Latina”.

- Aunque los símbolos pueden interpretarse de varias maneras, en mi opinión vincular a Cristo con el comunismo, una ideología atea que ha destruido la vida de millones de personas, es una blasfemia que ningún católico debería aceptar.

- Por esto último creo que ha sido un error que el Papa aceptara ese regalo. ¿Que lo han tomado desprevenido? Es evidente… ¿Que procede de un sacerdote católico que luchó por reivindicaciones sociales que fue torturado y martirizado?… Pues, aunque lo hubiese fabricado la madre Teresa de Calcuta no por eso el objeto se haría menos blasfemo. Que ha habido y habrán curas “revolucionarios” es algo que sé muy bien dado el país en que vivo. Mi antiguo confesor era un cura comunista, quien me dio la primera comunión también. ¿Eso hace al comunismo bueno o a ese símbolo menos blasfemo? No lo creo.

- Las declaraciones el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi tratando de suavizar el hecho diciendo que “el símbolo no tiene una interpretación ideológica específica” me han parecido penosas. En pleno siglo XXI no creo que alguien crea que la hoz y el martillo no tienen una interpretación ideológica específica, y menos viniendo de un regalo de Evo Morales. No es sensato subestimar la inteligencia de las personas.

- Aprovecho de recordar que el comunismo ha sido condenado por el Magisterio de la Iglesia en las encíclicas Divini Redemptoris de Pío XI (19 de marzo de 1937), Ad Apostolorum Principis de Pío XII (29 de junio de 1958), Mater el Magistra de Juan XXIII (15 de mayo de 1961) y Ecclesiam suam de Pablo VI (6 de agosto de 1964). El Concilio Vaticano II aunque no explícitamente ratificó estas condenas en su constitución pastoral Gaudium Et Spes.

Y más allá de lo que ha dicho el Magisterio, yo he experimentado en carne propia lo que puede hacer la ideología comunista a un país. Vivo en una Venezuela donde el sueldo de un trabajador es menor a 14 dólares mensuales, que tiene la mayor tasa de asesinatos del mundo y donde la impunidad en los delitos sobrepasa el 95%. También tenemos la inflación más alta del mundo y la más alta escacés, al punto de que tenemos que hacer largas colas para todo y generalmente nos vamos con las manos vacías. Un país que se dice democrático pero donde no hay separación de poderes y se discrimina y encarcela a los opositores. Las empresas, antes prósperas ahora se han reducido más de la mitad y están en crisis, porque las que fueron expropiadas ahora están baldías y las que no, no producen ni la mitad de cuando eran privadas. No sé lo que nos espera o hasta donde vamos a llegar, pero es nada en comparación con lo que le ha pasado a otros países que han visto el experimento completo: La Unión Soviética de Stalin, la China de Mao, la Cuba de Fidel, la Camboya de Pol Pot, la Corea del Norte de Kim Jong-un, etc.

Sé que rechazar ese obsequio hubiera sido “políticamente” incorrecto, pero yo prefiero un Papa políticamente incorrecto a uno muy popular por más que llegue a la portada de la revista The Rolling Stones. Por supuesto, esto es sólo mi opinión personal.