En la rueda de prensa que se desarrolló el 13 de julio durante el vuelo de regreso de Asunción del Paraguay a Roma, tras el IX Viaje Apostólico internacional a tres países de América Latina, el Papa Francisco, respondiendo a la periodista Stefania Falasca del periódico Avvenire acerca del discurso que pronunció en Bolivia, el pasado 9 de julio en Santa Cruz de la Sierra a los Movimientos Populares, recordó que se trató del segundo Encuentro de este tipo, tras el primero celebrado en la Ciudad del Vaticano en octubre del año pasado.

El Santo Padre explicó que se trata de un evento organizado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz dijo que, naturalmente, se siente cercano a este fenómeno que también se verifica en el resto del mundo, en Oriente, en Filipinas, en la India y en Tailandia.

En esta ocasión el Pontífice afirmó que son movimientos que se organizan entre ellos no sólo para hacer una protesta, sino para ir adelante y poder vivir. Y son movimientos que tienen fuerza, y esta gente, que son tantos y tantas, no se siente representada por los sindicatos, porque dicen que los sindicatos ahora son una corporación, no luchan  – ahora estoy simplificando un poco – pero la idea de tanta gente, ésta gente, es que no luchan por los derechos de los más pobres.  Y la Iglesia no puede ser indiferente. La Iglesia tiene una Doctrina social y dialoga con este movimiento, y dialoga bien.

En efecto el Papa Francisco, dirigiéndose a los periodistas recordó que ellos mismos han visto el entusiasmo de sentir que la Iglesia no está lejos de nosotros, que la Iglesia tiene una doctrina que nos ayuda a luchar por esto; y que se trata de un diálogo. No es que la Iglesia hace una opción por el camino anárquico. No, no son anarquistas: éstos trabajan, tratan de hacer tantos trabajos, incluso con los residuos, las cosas que sobran; son trabajadores verdaderamente.

Al respecto cabe destacar que el mismo Papa Bergoglio afirmó que “necesitamos un cambio, un cambio real, un cambio positivo, un cambio redentor”, durante el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares que celebró en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.

En la segunda etapa de su Viaje Apostólico a Latinoamérica, el Santo Padre participó en este II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, organizado también con la colaboración de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, en que se reunieron delegados de estos movimientos de todo el mundo: indígenas, inmigrantes, campesinos “sin tierras” y los llamados “villeros”.

También en esta ocasión Francisco recordó con alegría el primer Encuentro celebrado en el Vaticano, que se vivió en un clima de “fraternidad, entrega y sed de justicia”. Mientras en este segundo Encuentro el Papa invitó a todos, a los Obispos, sacerdotes y laicos, junto a las organizaciones sociales de las periferias urbanas y rurales, a profundizar este encuentro, con el fin de superar las graves situaciones de injusticia que sufren los excluidos en América Latina y en toda la tierra.

Asimismo, el Obispo de Roma señaló que ante los problemas comunes de los latinoamericanos y en general de toda la humanidad, necesitamos y queremos un cambio. “Un cambio real, un cambio de estructuras. Porque como dijo el Santo Padre “este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco”. Por ello, afirmó el Papa, el mundo entero necesita “respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los Pueblos y crece entre los pobres, debe sustituir esta globalización de la exclusión y la indiferencia”.

(María Fernanda Bernasconi - RV)