ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de julio de 2015

La frase del día

Dios nos habla en el silencio del corazón.
(Beata madre Teresa de Calcuta)

 


El papa Francisco

El Papa a los alcaldes del mundo: 'Crear conciencia sobre la ecología humana'
'El daño contra el ambiente rebota contra el hombre' y la encíclica Laudato Si' 'no es verde sino social'

El discurso del papa Francisco a los alcaldes del mundo: texto completo
El Santo Padre se dirigió a los alcaldes reunidos en el Aula del Sínodo

Papa y Santa Sede

La alcaldesa de Madrid pide en el Vaticano reflexionar sobre las causas de la prostitución
Las autoridades locales deben ser las primeras en dar ejemplo, es la invitación de Manuela Carmena en un encuentro con los alcaldes de todo el mundo sobre esclavitud y cambio climático 

Manuela Carmena: “El Papa es un ejemplo”
La alcaldesa de Madrid asegura que las conductas no solamente se modifican con leyes sino principalmente con actitudes ejemplares

Alcaldes del mundo firman una declaración conjunta
Se comprometen a luchar contra la trata y a favorecer el cambio hacia la energía renovable

Iglesia y Religión

"Francisco es la voz que tiene el coraje de decir las cosas como son"
Entrevista al secretario de los dos papas, Mons. Georg Gänswein

Bartolomé I invita a defender la creación como una meta ecuménica
Lo hizo en la Cumbre de las Conciencias en Francia, preparatoria de la próxima Cumbre de París en diciembre, llamada oficialmente por la ONU 'COP21'

Espiritualidad y oración

Comentario a la liturgia dominical
Domingo 17 del Tiempo Ordinario - Ciclo B - Textos: 2 Re 4, 42-44; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15

Los milagros eucarísticos se enseñan al mundo gracias a Carlo…
De una idea del joven Siervo de Dios Carlo Acutis, la Exposición sobre los Milagros Eucarísticos reúne más de 130 hechos prodigiosos que atestiguan la presencia real de Jesús en la Eucaristía

Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (Manuelita de Jesús) - 22 de julio
«Mexicana, llamada a la vida religiosa tras la lectura de la vida de Teresa de Lisieux, y fundadora de varias instituciones misioneras»


El papa Francisco


El Papa a los alcaldes del mundo: 'Crear conciencia sobre la ecología humana'
 

'El daño contra el ambiente rebota contra el hombre' y la encíclica Laudato Si' 'no es verde sino social'

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco ha participado este martes por la tarde en el encuentro sobre cambio climático y esclavitud, donde se ha dirigido a más de sesenta alcaldes procedentes de distintas partes mundo. Durante su discurso a los participantes, pronunciado en español, ha analizado las dos emergencias tratadas a lo largo del día.

La cultura del cuidado del ambiente no es una actitud solamente “verde”, ha asegurado el Papa, es “mucho más”. Por eso, ha precisado que cuidar el ambiente significa tener una actitud de ecología humana. La ecología “es total, es humana”, ha precisado. De este modo, el Santo Padre ha explicado que en la encíclica Laudato Si’ “no se puede separar al hombre del resto”.

Por otro lado, el Pontífice ha subrayado “el efecto de rebote que existe contra el hombre cuando el ambiente es maltratado”. El Papa además ha asegurado que su encíclica no es “verde” sino social, destacando que cuidar el ambiente es “una actitud social”.

A propósito del encuentro que se está celebrando, Francisco ha indicado que le ha parecido una idea muy fecunda invitar a los alcaldes. Porque, ha advertido el Papa, “una de las cosas que más se nota cuando el ambiente no es cuidado, es el crecimiento desmesurado de las ciudades. Es un fenómeno mundial”. Así, ha explicado que “son como cabezas se hacen grandes pero cada vez con cordones de pobreza y miseria más grandes”.

La gente sufre los efectos del descuido del ambiente, ha precisado. “Y en este sentido está involucrado el fenómeno migratorio”, ha añadido. ¿Por qué la gente viene a las grandes ciudades?, se ha preguntado el Pontífice. “Porque el mundo rural ya no les da oportunidades”. 

A continuación ha mencionado otro punto que está en la encíclica y que denuncia, con mucho respeto, la idolatría de la tecnocracia. Algo que “lleva a despojar del trabajo, que crea desocupación”, ha advertido Francisco, denunciado la desocupación juvenil que afecta a tantos países de Europa.  

¿Qué horizonte, qué futuro se ofrece a estos jóvenes? A propósito, ha advertido de los riesgos que corren de caer en adicciones, en el aburrimiento al no saber qué hacer de su vida, en el suicidio, o involucrarse en proyectos guerrilleros que ofrecen un ideal de vida.   

También ha denunciado la cantidad de “enfermedades raras” que vienen por culpa del exceso de la tecnificación. Así como ha advertido sobre la desertificación y la deforestación de algunas zonas del planeta. Y todos estos fenómenos confluyen en “el trabajo en negro”. El no ganar lo suficiente para poder vivir puede provocar actitudes delictivas, ha subrayado. Al respecto, ha condenado nuevamente el trabajo esclavo y la prostitución como “fuente de trabajo para poder sobrevivir”.

Por otro lado, el Pontífice ha manifestado que tiene esperanza en la cumbre de París que se celebra a finales de este año para que “se logre algún acuerdo fundamental básico”. Las Naciones Unidas --ha insistido-- tienen que interesarse fuertemente en este fenómeno.

El Santo Padre ha presentado dos formas de incultura. En primer lugar “la incultura que Dios nos entregó para transformarla en cultura” y la segunda es “cuando el hombre no respeta la relación con la Tierra”. Para poner un ejemplo ha hablado de la energía atómica, “es buena, puede ayudar”, ha observado, pero existe la parte negativa de esta energía, como "Hiroshima y Nagasaki”.

Para finalizar su discurso, el Santo Padre ha recordado la responsabilidad que tienen los presentes para combatir la trata de personas y proteger el medio ambiente. “El trabajo más serio y profundo se hace desde la periferia hacia el centro”, ha explicado. Es decir, “desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad”.

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El discurso del papa Francisco a los alcaldes del mundo: texto completo
 

El Santo Padre se dirigió a los alcaldes reunidos en el Aula del Sínodo

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

A continuación el texto completo del papa Francisco, dirigido a los alcaldes reunidos en el Vaticano, en la cumbre organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales y las Naciones Unidas, que se realizó hoy martes y continúa este miércoles. 

"Buenas tardes, bienvenidos.

Les agradezco sinceramente, de corazón el trabajo que han hecho. Es verdad que todo giraba alrededor del tema del cuidado del ambiente, de esa cultura del cuidado del ambiente. Pero esa cultura del cuidado del ambiente no es una actitud solamente – lo digo en buen sentido- “verde”, no es una actitud “verde”, es mucho más. Es decir, cuidar el ambiente significa una actitud de ecología humana. O sea, no podemos decir: la persona está aquí y el Creato, el ambiente, está allí. La ecología es total, es humana. Eso es lo que quise expresar en la Encíclica “Laudato Si”: que no se puede separar al hombre del resto, hay una relación de incidencia mutua, sea del ambiente sobre la persona, sea de la persona en el modo como trata el ambiente; y también, el efecto de rebote contra el hombre cuando el ambiente es maltratado. Por eso, frente a una pregunta que me hicieron yo dije: “no, no es una encíclica ‘verde’, es una encíclica social”. Porque dentro del entorno social, de la vida social de los hombres, no podemos separar el cuidado del ambiente. Más aun, el cuidado del ambiente es una actitud social, que nos socializa en un sentido o en otro -cada cual le puede poner el valor que quiere- y por otro lado, nos hace recibir – me gusta la expresión italiana cuando hablan del ambiente- del “Creato”, de aquello que nos fue dado como don, o sea, el ambiente.

Por otro lado, ¿por qué esta invitación que me pareció una idea -de la Academia de monseñor Sánchez Sorondo- muy fecunda, de invitar a los alcaldes, a los síndicos de las grandes ciudades y no tan grandes, pero invitarlos aquí para hablar de esto? Porque una de las cosas que más se nota cuando el ambiente, la Creación, no es cuidada es el crecimiento desmesurado de las ciudades. Es un fenómeno mundial, es como que las cabezas, las grandes ciudades, se hacen grandes pero cada vez con cordones de pobreza y de miseria más grandes, donde la gente sufre los efectos de un descuido del ambiente. En este sentido, está involucrado el fenómeno migratorio. ¿Por qué la gente viene a las grandes ciudades, a los cordones de las grandes ciudades, las villas miseria, las chabolas, las favelas? ¿Por qué arma eso? Simplemente porque ya el mundo rural para ellos no les da oportunidades. Y un punto que está en la encíclica, y con mucho respeto, pero se debe denunciar, es la idolatría de la tecnocracia. La tecnocracia lleva despojar de trabajo, crea desocupación, los fenómenos desocupatorios son muy grandes y necesitan ir migrando, buscando nuevos horizontes. El gran número de desocupados alerta. No tengo las estadísticas- pero en algunos países de Europa, sobre todo en los jóvenes, la desocupación juvenil, de los 25 años hacia abajo, pasa del 40 por ciento y en algunos llega al 50 por ciento. Entre 40, 47 –estoy pensando en otro país- 50 – estoy pensando en otras estadísticas serias dadas por los jefes de gobierno, los jefes de Estado directamente. Y eso proyectado hacia el futuro nos hace ver un fantasma, o sea, una juventud desocupada que hoy ¿qué horizonte y qué futuro puede ofrecer?, ¿qué le queda a esa juventud? O las adicciones, o el aburrimiento, o el no saber qué hacer de su vida -una vida sin sentido, muy dura-, o el suicidio juvenil – las estadísticas de suicidio juvenil no son publicadas en su totalidad-, o buscar en otros horizontes, aún en proyectos guerrilleros, un ideal de vida.

Por otro lado, la salud está en juego. La cantidad de enfermedades “raras”, así se llaman que vienen de muchos elementos de fertilización de los campos - o vaya a saber, todavía no saben bien las causas-, pero de un exceso de tecnificación. Entre los problemas más grandes que están en juego es el oxígeno y el agua. Es decir, la desertificación de grandes zonas por la deforestación. Acá al lado mío está el cardenal arzobispo encargado de la Amazonia brasilera, él puede decir lo que significa una deforestación hoy día, en la Amazonia, que es el pulmón del mundo, Congo, Amazonia, grandes pulmones del mundo-. La deforestación en mi patria hace unos años – hace 8 o 9 años- me acuerdo que hubo del Gobierno Federal a una Provincia, hubo un juicio para detener una deforestación que afectaba a la población. ¿Qué sucede cuando todos estos fenómenos de tecnificación excesiva, de no cuidado del ambiente, además de los fenómenos naturales, inciden sobre la migración? El no haber trabajo, y después la trata de las personas. Cada vez es más común el trabajo en negro, un trabajo sin contrato, un trabajo arreglado debajo de la mesa. ¡Cómo ha crecido!. El trabajo en negro es muy grande, lo cual significa que una persona no gana lo suficiente para vivir. Eso puede provocar actitudes delictivas y todo lo que sucede en una gran ciudad por esas migraciones provocadas por la tecnificación. Sobre todo me refiero al agro o la trata de las personas en el trabajo minero, la esclavitud minera todavía es muy grande y es muy fuerte. Y lo que significa el uso de ciertos elementos de lavado de minerales – arsénico, cianuro- que inciden en enfermedades de la población. En eso hay una responsabilidad muy grande. O sea que todo rebota, todo vuelve. Es el efecto rebote contra la misma persona. Puede ser la trata de personas por el trabajo esclavo, la prostitución, que son fuentes de trabajo para poder sobrevivir hoy día.

Por eso me alegra que ustedes hayan reflexionado sobre estos fenómenos. Yo mencioné algunos, no más, que afectan a las grandes ciudades.

Finalmente, yo diría que sobre esto hay que interesar a las Naciones Unidas. Tengo mucha esperanza en la Cumbre de París, de noviembre, que se logre algún acuerdo fundamental y básico. Tengo mucha esperanza, pero sin embargo, las Naciones Unidas tienen que interesarse muy fuertemente sobre este fenómeno, sobre todo, en la trata de personas provocada por este fenómeno ambiental, la explotación de la gente. Recibí hace un par de meses a una delegación de mujeres de las Naciones Unidas encargadas de la explotación sexual de los niños en los países de guerra. O sea, los niños como objeto de explotación. Es otro fenómeno. Y las guerras son también elemento de desequilibrio del ambiente.

Quisiera terminar con una reflexión que no es mía, es del teólogo y filósofo Romano Guardini. Él habla de dos formas de incultura: la incultura que Dios nos entregó para que nosotros la transformáramos en cultura y nos dio el mandato de cuidar, y hacer crecer, y dominar la tierra; y la segunda incultura, cuando el hombre no respeta esa relación con la tierra, no la cuida – es muy claro en el relato bíblico que es una literatura de tipo místico allí-. Cuando no la cuida, el hombre se apodera de esa cultura y la empieza a sacar de cause. O sea, la incultura la saca de cause y se le va de las manos y forma una segunda forma de incultura: la energía atómica es buena, puede ayudar, pero hasta aquí, sino pensemos en Hiroshima y en Nagasaki, o sea ya se crea el desastre y la destrucción -por poner un ejemplo antiguo. Hoy día, en todas las formas de incultura, como las que ustedes han tratado, esa segunda forma de incultura es la que destruye al hombre. Un rabino del medioevo, más o menos de la época de Santo Tomás de Aquino – y quizás alguno de ustedes me lo escuchó- explicaba en un “midrash” el problema de la torre de Babel a sus feligreses en la sinagoga, y decía que construir la torre de Babel llevó mucho tiempo, y llevó mucho trabajo, sobre todo hacer los ladrillos -suponía armar el fango, buscar la paja, amasarla, cortarla, hacerla secar, después ponerla en el horno, cocinarla, o sea que un ladrillo era una joya, valía muchísimo- y lo iban subiendo, al ladrillo, para ir poniendo en la torre. Cuando se caía un ladrillo era un problema muy grave, y el culpable o el que descuidó el trabajo y lo dejó caer, era castigado. Cuando se caía un obrero de los que estaban construyendo no pasaba nada. Este es el drama de la segunda forma de incultura: el hombre como creador de incultura y no de cultura. El hombre creador de incultura porque no cuida el ambiente.

Y ¿por qué ésta convocatoria de la Academia Pontificia de las Ciencias a los síndicos, alcaldes, intendentes de las ciudades? Porque ésta conciencia si bien sale del centro hacia las periferias, el trabajo más serio y más profundo, se hace desde la periferia hacia el centro. Es decir, desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad. La Santa Sede o tal país, o tal otro, podrán hacer un buen discurso en las Naciones Unidas pero si el trabajo no viene de las periferias hacia el centro, no tiene efecto. De ahí la responsabilidad de los síndicos, de los intendentes, de los alcaldes de las ciudades. Por eso les agradezco muchísimo que se hayan reunido como periferias sumamente serias de este problema. Cada uno de ustedes tiene dentro de su ciudad cosas como las que yo he dicho y que ustedes tienen que gobernar, solucionar, etcétera. Yo les agradezco la colaboración. Me dijo monseñor Sánchez Sorondo que muchos de ustedes han intervenido y que es muy rico todo esto. Les agradezco y pido al Señor que nos dé a todos la gracia de poder tomar conciencia de este problema de destrucción que nosotros mismos estamos llevando adelante al no cuidar la ecología humana, al no tener una conciencia ecológica como las que nos fue dada al principio para transformar la primera incultura en cultura, y frenar ahí, y no transformar esta cultura en incultura.

Muchísimas gracias".

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Papa y Santa Sede


La alcaldesa de Madrid pide en el Vaticano reflexionar sobre las causas de la prostitución
 

Las autoridades locales deben ser las primeras en dar ejemplo, es la invitación de Manuela Carmena en un encuentro con los alcaldes de todo el mundo sobre esclavitud y cambio climático 

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se encuentra en el Vaticano para participar en un encuentro mundial de alcaldes, sobre esclavitud y cambio climático, organizado este martes y miércoles, por la Pontificia Academia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales y las Naciones Unidas.

Carmena, ha sido una de las elegidas para hacer una de las breves intervenciones de diez minutos en las  que podían compartir con todos los asistentes sus experiencias en sus ciudades. La recién elegida alcaldesa de la capital española, ha reconocido que en el ayuntamiento ya se ha encontrado políticas de sus predecesores, a favor del medio ambiente y que ella seguirá en esa línea. Aunque, ha subrayado, “mi equipo quiere aportar y está aportando un cambio”.

Al respecto ha manifestado sentirse orgullosa de decir que ella y su equipo usan el metro, van andando… y eso a los ciudadanos les gusta. “Si queremos propiciar un cambio de conductas, no confiemos tanto en la represión y en las consecuencias de la misma, sino pensemos que tenemos un elemento extraordinario: el ejemplo que debemos dar”. Una autoridad local --ha explicado-- no solamente debe recomendar que no se utilice el coche, que se utilice el transporte público, que se genere la posibilidad de compartir el espacio, sino que debe estar en el espacio público.

A propósito del otro “gran flagelo de la humanidad” que se aborda en este encuentro, la señora Carmena ha indicado que sobre la esclavitud y la trata de personas, también hay en el ayuntamiento de Madrid mucha conciencia y una “estructura jurídica muy fuerte” para combatirlo.

La alcaldesa ha asegurado además que “no se puede desglosar el cumplimiento de los derechos humanos de la lucha contra la corrupción”. Porque la corrupción política --ha añadido-- lo que hace es plantear dos sociedades diferentes. Una es la aparente, la formal y la otra es la real. “Si todos los esfuerzos de los derechos humanos los centramos sobre la aparente, la formal, queridos amigos, no haremos nada”, ha precisado.

Por otro lado, la alcaldesa ha invitado a preguntarse por qué se comenten los delitos. Asimismo, ha asegurado que “si queremos evitar el terrible crimen de la esclavitud sexual, tenemos que reflexionar con sinceridad sobre las causas".

La señora Carmena ha subrayado una parte de la encíclica papal Laudato Si’ que le ha gustado especialmente: donde habla de la "cultura del cuidado". A propósito ha subrayado la importancia de "entender la sexualidad desde la cultura de los cuidados".

Del mismo modo ha advertido que la sociedad no ha educado bien sobre sexualidad, “la esconde”. Desde el ayuntamiento se ha visto la necesidad de “concienciar” a la sociedad y a los “consumidores de prostitución”. Y ha hablado de un programa de concientización en los colegios e institutos, en los que se invita a los jóvenes a preguntarse por qué alguien se acerca a la prostitución.

“Si queremos evitar este terrible crimen y entender qué significa la trata para la prostitución, tenemos que reflexionar por qué somos una sociedad que no ha educado la sexualidad, que no le ha preocupado el proceso de la sexualidad”, ha planteado la alcaldesa.  

Al concluir su intervención, la alcaldesa, conversando con los medios, ha insistido en la necesidad de reflexionar sobre “cómo es posible que tengamos modelos sexuales que puedan hacer disfrutar a una persona, cuando la persona objeto de ese disfrute está sufriendo y tiene tanto dolor y tanto desprecio”.

Sobre cómo afrontar la prostitución, la señora Carmena ha indicado que propone sobre todo políticas de “aminorar el daño”. Es necesario --ha subrayado-- acercarse a las mujeres objeto de explotación y buscar la manera de darles los instrumentos para que ellas puedan salir. Y desde la fiscalía propone, políticas de “represión contra las tratas” y “las personas que las esclavizan”.

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Manuela Carmena: “El Papa es un ejemplo”
 

La alcaldesa de Madrid asegura que las conductas no solamente se modifican con leyes sino principalmente con actitudes ejemplares

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Manuela Carmena, recién elegida alcaldesa de Madrid, ha asegurado que la encíclica Laudato si’ le ha parecido muy interesante y sobre todo “me ha encantado la frase que habla de la cultura de los cuidados”. Sobre este concepto ha precisado que “tiene mucho que ver con un gran movimiento que hay en el mundo que es la economía de los cuidados, que empieza a ser consciente de que hay un valor del cuidado que hasta ahora se ha desconocido, porque ni siquiera se le ha dado valor económico”.

Carmena ha realizado estas declaraciones a la prensa, al finalizar su intervención en el encuentro que se está celebrando este martes y miércoles en el Vaticano, para que alcaldes de todo el mundo debatan sobre esclavitud y cambio climático.

Asimismo, la señora Carmena ha reconocido que la figura del Papa le parece extraordinaria: “Todo lo que veo y leo del papa Francisco me parece que es un ejemplo”, ha indicado. Del mismo modo ha subrayado que ella aboga mucho “por cualquier autoridad, sea religiosa o política, que ejemplarice”. Es decir, “que tenga una actitud didáctica con su ejemplo”.

Al respecto ha añadido que cree “que el ejemplo es uno de los elementos más interesante para modificar conductas”. Las conductas --ha observado-- no solamente se modifican con leyes, se modifican con convicción y ayuda mucho a la convicción las actitudes ejemplares.

Al preguntarle si encuentra esa ejemplaridad también en la Iglesia española, la alcaldesa ha precisado que ella “habla de personas y no de institución”. Asimismo ha asegurado que no puede juzgar una institución en general, sino personas concretas.

Además, también ha respondido sobre su presencia el 15 de agosto, festividad de la Asunción, en la parroquia de La Paloma. Manuela ha indicado que “creo que estaré de vacaciones” pero “si no voy yo irá el concejal de seguridad, sin duda”.

Finalmente ha asegurado también que su relación con el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, “es buena”. En lo que le ha conocido “me ha parecido una persona ejemplar”.

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Alcaldes del mundo firman una declaración conjunta
 

Se comprometen a luchar contra la trata y a favorecer el cambio hacia la energía renovable

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

Los 50 alcaldes de todo el mundo que han participado en el taller “Esclavitud moderna y cambio climático: el compromiso de las ciudades”, (Modern slavery and climate change: the commitment of the cities), han firmado una declaración final.  

El evento promovido este martes y miércoles por la Pontificia Academia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, junto con las Naciones Unidas se ha desarrollado en el Vaticano, hoy en la Sala del Sínodo y mañana en la Casina Pio IV.

Reconociendo la responsabilidad y el rol vital de las ciudades y de los alcaldes, “nos empeñamos a construir en nuestras ciudades y en nuestros ambientes” condiciones favorables “para los pobres y todos los que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, para reducir su exposición a los eventos extremos relacionados al clima y a otros desastres económicos, sociales y ambientales que favorecen el tráfico de seres humanos y peligrosas migraciones forzadas”, indica la declaración.

Al mismo tiempo los primeros ciudadanos se empeñan a “poner fin al abuso, a la explotación, a la trata y a todo tipo de moderna esclavitud, incluidos los trabajos forzados y la prostitución, el tráfico de órganos y la esclavitud doméstica”, y a desarrollar “programas de recolocación interna y reintegración que impidan repatriar si no es querido por las víctimas de trata”.

El objetivo de los alcaldes es por lo tanto volver las ciudades y los conglomerados urbanos “siempre más socialmente inclusivos, seguros, resistentes, sostenibles”.

“El cambio climático inducido por el hombre es una realidad científica y su control eficaz es un imperativo moral para la humanidad”, indican.  El documento subraya además la importancia de crear incentivos financieros para facilitar la transición desde sistemas energéticos a base de emisiones de carbono hacia las energías renovables” y propone desplazar financiamientos públicos desde gastos militares hacia “inversiones urgentes para el desarrollo sostenible”

El documento de los alcaldes indica dos “emergencias interconectadas”, el “cambio climático inducido por el hombre, y la exclusión social en las formas extremas de pobreza radical, moderna esclavitud y tráfico de seres humanos”.

La declaración indica también que se ha considerado la evidencia científica del cambio climático inducido por el hombre, la pérdida de la biodiversidad, basándose en la última encíclica del Papa.  

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Iglesia y Religión


"Francisco es la voz que tiene el coraje de decir las cosas como son"
 

Entrevista al secretario de los dos papas, Mons. Georg Gänswein

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Por Jaume Figa i Vaello

Las 'stanze vaticane' impresionan. Al contrario de lo que pasa con los platós de televisión, ahí todo es mayor de lo que habías visto en imágenes: la 'Porta di Sant’Anna', el 'Palazzo Apostolico', las majestuosas escalinatas, el 'Cortile di San Damaso'… Magnificencia histórica, con rincones de más de quinientos años; espléndida, pero –contrariamente a lo que algunos insisten en manifestar– no ostentosa: yo diría que justo lo contrario. Mons. Georg Gänswein (1956) nos recibió en una de esas tantas salas: no muy grande, roja, bien iluminada, antigua, elegante. Como elegante es siempre el porte de este 'monsignore'.

Le pregunté si le molestaba que algunos le conocieran como el 'George Clooney del Vaticano', y se rió: “Si le soy sincero, al principio tuve que buscar en Internet quién era y me dije: ‘¡oh!’. De todos modos, no exageremos…; sí oigo cosas, pero lo dejo pasar y, con el tiempo, desaparecen”.

Sin altiveces que quizá esperarías de alguien con su posición, tan cerca de dos de las personas más influyentes del mundo. Sencillo. Le pedí disculpas por mi itagnolo, pero él me salió con que el suyo es itatedesco. Yo pienso que habla la lengua de Dante con gran distinción y que los más de veinte años en la Ciudad Eterna –llegó en 1993– seguramente son causa de ello. En 1996, se puso en manos de Joseph Ratzinger, en la Congregación para la Doctrina de la Fe y, desde 2003, como su secretario personal, cargo que mantuvo al convertirse, el cardenal, en papa Benedicto. En 2012 fue nombrado prefecto de la Casa Pontificia y, con el nuevo pontificado, Francisco lo confirmó en el cargo. Corría el año 2013, justo el mes en que el intenso calor detiene Roma, pero no para el papa Bergoglio: 31 de agosto. Así las cosas, Mons. Gänswein es, hoy, la única persona en la historia de la Iglesia que sirve a dos papas a la vez. Digamos que vive con el alemán –celebran Misa juntos, rezan el rosario, andan media hora todos los días…–, y, por la tarde, trabaja con el argentino.

¿Cómo lo hace para colaborar con dos papas? No creo que resulte sencillo, adaptarse a dos personalidades tan distintas
-- Mons. Georg Gänswein: Efectivamente son muy diferentes uno del otro; y, para mí, pasar de una larga experiencia como secretario del cardenal Ratzinger, y Benedicto XVI después, a trabajar también con el papa Francisco, no fue nada fácil. Digamos que, usando un lenguaje informático, tuve que “hacerme compatible”, porque realmente ha sido un cambio bastante intenso. Recibí el cargo de prefecto, que después Francisco quiso confirmar, y lo que hacemos –mis colaboradores y yo– es servir. Y ya está. ¿Cómo? Pues depende mucho de las cosas y del modo como cada papa guía la Iglesia. No obstante, debo decir que hay una gran ventaja en todo esto: vivir y colaborar con dos papas, esta diversidad, me ha ayudado y me ayuda a crecer, a trabajarme: humana y espiritualmente.

Más allá de las diferencias físicas –aquello de los zapatos, la cruz, etc.–, a veces parece como que incluso en lo que dicen puede haber distancias.

Todas esas historietas del comienzo del pontificado –que si usaba los zapatos negros, que si la cruz pectoral era de plata, que si…; son secundarias: cosas externas, modos de hacer. Si se mira un poco mejor el contenido, se ve que en el modo de ejercitar el munus petrinum hay una gran continuidad con su predecesor. Y así debe ser. Hablamos de un sudamericano y un alemán, muy distintos entre sí. El primero ha sido educado y formado desde la espiritualidad jesuita y es lógico que su modo de hacer, de pensar y también de ejercitar su mandato sea distinto al de alguien que ha tenido una formación sobre todo académica y universitaria.

A menudo, Francisco me recuerda a Juan Pablo II
​-- Mons. Georg Gänswein: Sí, puede ser. Los dos, aunque llegaron a la sede de Pedro teniendo veinte años de diferencia, venían con una experiencia pastoral enorme, si bien en un contexto político y cultural muy distinto. El papa Francisco, habiendo dirigido una diócesis muy grande y no fácil como Buenos Aires, y san Juan Pablo II, a la cabeza de una Iglesia de Cracovia que, en aquel momento, constituía el único lugar donde poder expresarse con libertad. Pienso que en esto los podemos comparar. También en algunos aspectos de su personalidad.

¿Cómo cuáles?
​-- Mons. Georg Gänswein: Francisco, por ejemplo, habla mucho de la ‘cultura del encuentro’: encontrarse con las personas, cuantas más mejor. Juan Pablo II no hablaba expresamente de esta cultura, pero la ponía constantemente en práctica. Es este contacto con los demás, también el contacto físico, lo que conmueve de los dos papados.

Alguna vez he oído decir: “Juan Pablo II es el papa de la esperanza; Benedicto XVI, el papa de la fe; Francisco, el papa de la caridad”. ¿Cree que, aunque simple, puede ser un buen análisis de la realidad? Bueno…, es difícil resumir un pontificado entero. Siempre que se intenta constreñir en una palabra algo complejo es un riesgo. Yo diría que el papa Francisco es el papa de los gestos y el papa de la misericordia, ¿no? Aún estamos en pleno viaje, pero, pasados dos años, me parece que “el papa de los gestos” al menos da una idea.

Con esta perspectiva temporal de la que habla, ¿qué significa realmente, para Benedicto XVI, ser “peregrino terrenal”?
​-- Mons. Georg Gänswein: “La última etapa del peregrinaje terreno”: lo dijo en su último discurso como papa, en Castel Gandolfo. Y antes había dicho que ni bajaba de la cruz, ni dejaba al Señor. Sube al monte para rezar, y sigue rezando por la Iglesia y su sucesor. Su papel, ahora, es espiritual: rezar por la barca de Pedro. Pienso que es importante recordar que la Iglesia no se gobierna sólo con decisiones y estrategias, sino sobre todo, con la oración. En la Iglesia nos sabemos un equipo de oración –una squadra di preghiera–, y somos conscientes de que cuanta más gente rece, mejor, porque eso guía la barca de Pedro. Como ‘peregrino’, el papa emérito juega un puesto particular en este ‘equipo’.

FASCINADO POR LA VIDA UNIVERSITARIA

Stanisław Dziwisz contaba a Georg Gänswein –“recuerdo haberme encontrado con él, después del nombramiento del papa Benedicto XVI”, me dijo– que un secretario papal “debe defender al santo padre de todas las consecuencias de una avalancha: habrá mucha gente que querrá tener acceso a él, contacto con él. Lo importante es que su secretario esté siempre pendiente de dar respuesta a las necesidades del papa; y aquí, dependerá mucho de su modo personal de hacer y de cada situación”. Y así ha actuado él: las cosas han ido saliendo porque se ha dejado llevar. Y ya está. “Nunca he dicho: ‘quiero hacer esto o lo otro’…; me ha llegado un encargo, y lo he aceptado”. Por “fuerza mayor” –su diócesis necesitaba un vicario judicial– se dedicó al Derecho Canónico. No era lo que, al principio, más le apasionara, pero acabó doctorándose en la materia. En Múnich, “la vida universitaria me fascinó, y siempre he estudiado de buena gana”. Poco después, ya en Roma, tuvo la oportunidad de dar clases en disciplinas canónicas en la universidad. “El contacto directo con estudiantes de todo el mundo y el desafío académico ha sido, para mí, una auténtica escuela de vida”. Cinco años: como secretario papal, los vientos cambiaron de nuevo. “Lo echo de menos, sí, y siempre que puedo voy a encuentros con jóvenes donde me lo piden. Está claro que tengo dos encargos que son lo primero. Pero no vivo aislado; eso no es verdad”.

Algunos siguen sin entender la renuncia y la ven, sí, como una estrategia para bloquear intentos de provocar algún daño.
​-- Mons. Georg Gänswein: ¡Podríamos escribir un libro entero de hipótesis y teorías al respecto!… El papa Benedicto, aquel 11 de febrero, leyó una breve y clarísima declaración, donde exponía sus motivos. Todo lo que se salga de ahí, todo lo que se ha dicho, es eso: hipótesis que no tienen ningún tipo de fundamento. Que si había personas o corrientes en contra de Benedicto, nada tienen que ver con la renuncia. Es obvio que una persona como él haya reflexionado mucho y por mucho tiempo una cuestión de tanta envergadura. No se he dejado intimidar por nadie. Fue muy claro en la entrevista de Peter Seewald: “Cuando hay lobos, cuando está el peligro, el pastor no debe dejar su grey”. No lo hizo entonces, y no lo ha hecho nunca; no es una huida. Esta es la verdad, y es la única explicación sobre el porqué de su renuncia.

Usted, alguna vez ha hablado de los frutos de esta renuncia. ¿Cuáles pueden ser?
​-- Mons. Georg Gänswein: El papa Benedicto vio que, para guiar la Iglesia de hoy, hace falta fuerza espiritual y también fuerza física. Es un acto de grandísima humildad renunciar al papado para dar paso a otra persona que fuera más joven y más fuerte. Me parece que es un gran ejemplo de amor al Señor y a su Esposa que es la Iglesia; un ejemplo que no todo el mundo puede o quiere comprender. Después, mirando un poco el pontificado del papa Francisco, se ve que la imagen de la Iglesia ha cambiado para mejor. Benedicto XVI dio el primer paso hacia este cambio: abrió la puerta por este camino. Creo que ya se ven los frutos, y pienso que se verán muchos más en el futuro.

De todos modos, para usted, esos días de febrero de 2013 no debieron ser precisamente tranquilos: muchos sentimientos encontrados
​-- Mons. Georg Gänswein: Sin lugar a dudas. Para mí fueron días muy difíciles, pero ya desde el momento en que el papa me dijo lo que quería hacer, muchos meses antes. Lógicamente, tuve que callármelo del todo y, como imaginará, requería un gran esfuerzo de mi parte.  Aquel famoso 11 de febrero y, después, el 28… Me venían sentimientos de gratitud, pero también de…, de…, tristeza, de…; también de algo comparable a una especie de duelo. Pero la decisión había sido tomada por el santo padre y era una decisión de conciencia, coram Deo, y, por tanto, que sólo podíamos respetar y seguir.

¿Por qué cree que Joseph Ratzinger le eligió a usted como secretario?
​-- Mons. Georg Gänswein: ¡Qué pregunta! Él tenía 75 años y estaba convencido de que Juan Pablo II aceptaría su dimisión… Yo trabajaba ya en la Congregación para la Doctrina de la Fe y su secretario recibió un nuevo cargo en la Congregación para la Vida Consagrada. El cardenal necesitaba a alguien que hiciera de secretario y me eligió a mí. Nunca me explicó por qué y nunca se lo he preguntado. Me sorprendió, sí; pero tomó esta decisión y yo acepté.

Supongo que más le sorprendió ver que su cardenal llegaba a ser papa…
​-- Mons. Georg Gänswein: Sí, sí. Por supuesto. Nunca lo habría imaginado, y creo que menos aún el mismo cardenal. Lo eligieron. Él quería retirarse, ¡pero el futuro le cambió por completo! Aceptó la elección como papa porque vio en ello la voluntad de Dios. Y yo me convertí en secretario del papa. También esos días fueron para mí como un tsunami. Momentos muy “movidos”, como puede suponer.

Con el nuevo papa, ¿en algún momento pensó que dejaría de ser prefecto de la Casa Pontificia y, por tanto, su vida sería un poco más 'tranquila'?
​-- Mons. Georg Gänswein: La verdad es que no. No porque estuviera seguro de que él me confirmaría en el cargo, sino porque no me preocupaba. Por eso, ni lo he pensado, ni he tenido miedo al cambio. Es normal que el papa, cuando quiera, cuando lo vea oportuno, cambie su equipo. En 2013 decidió mantenerme en el cargo, y aquí estoy. Ahora sólo pienso en servirle lo mejor que pueda.

En su opinión, así como el papa Ratzinger dio mucha importancia a la lucha contra el relativismo, ¿cuál piensa que es el punto más importante del papa actual?
​-- Mons. Georg Gänswein: La cuestión de la verdad es siempre importante y creo que el papa Francisco también lo ve así. No es que no esté interesado por la lucha contra el relativismo, sino que ve claramente que Dios, en su pontificado, le pide que se concentre en otros puntos, en otros desafíos. Le gusta mucho hablar de una ‘Iglesia misionera, pobre’; de una Iglesia como ‘hospital de campaña’ o ‘Iglesia que sale hacia fuera’. Es en estos ambientes donde el papa Francisco está actualmente luchando.

Otro de las cuestiones que tiene presente es el de la familia. ¿Por qué cree que se han dado tantas noticias confusas del último sínodo y del que se celebrará en octubre?
​-- Mons. Georg Gänswein: Hay personas que escriben o han escrito sin estar bien informadas o bien preparadas y, existen ‘corrientes’ en esta línea. Por eso es tan importante que los pastores de la Iglesia y todos los fieles tengan las ideas y el contenido claros, y lo expliquen con franqueza y sinceridad. El sínodo de octubre debe partir no de un problema particular, sino de la temática principal, la evangelización y la familia. Está claro que la Iglesia no cierra los ojos ante las dificultades de los fieles que viven en situaciones complicadas. No obstante, debe ofrecer respuestas sinceras que se orienten, no al espíritu de los tiempos, sino al Evangelio, a la Palabra de Jesucristo y a la tradición católica.

¿Dónde están los desafíos actuales, en este campo?
Uno clarísimo son los cristianos que se encuentran en situación matrimonial, hablando teológicamente, ‘irregular’. Es decir, personas divorciadas y vueltas a casar civilmente. Debemos ayudarles, ciertamente, pero no de modo reduccionista. Es importante acercarse a ellos, crear y mantener el contacto, porque siguen siendo miembros de la Iglesia, como todos los demás: ni han sido echados, ni menos aún excomulgados. Esto no implica que no haya problemas en cuanto a la vida sacramental. La Iglesia tiene que ser muy sincera, también para con los fieles que viven en esta situación. No se trata de decir: “pueden o no pueden”; es un tema que tendría que verse de modo positivo. La cuestión del acceso a la vida sacramental se debe afrontar sinceramente, sobre la base del magisterio católico. Espero que en los meses de preparación del sínodo se presenten propuestas que ayuden y sirvan para encontrar las respuestas necesarias para estos duros desafíos.

Algunos de estas controversias vienen de su patria, Alemania ¿Por qué?
​-- Mons. Georg Gänswein: Bien… Es verdad que no todos los errores vienen de ahí, pero sí concretamente este punto de que estamos hablando: hace veinte años, Juan Pablo II, después de un diálogo largo y trabajoso, no aceptó que los cristianos vueltos a casar pudieran acceder a la Eucaristía. Ahora no podemos ignorar su magisterio y modificar las cosas, sin más. ¿Por qué algunos pastores quieren aceptar lo que no es posible? No lo sé. Quizás ceden al espíritu de los tiempos, o se dejan llevar por el aplauso humano que provocan los medios de comunicación…; no lo sé. Ir a contracorriente suele ser más desagradable. Pero un pastor no debe tomar decisiones según los más o menos aplausos que pueda recibir de los medios; la medida es el Evangelio, la fe, la sana doctrina, la tradición.

¿Por qué cree que estos medios de comunicación que cita se expresan poco o nada respecto a los cristianos perseguidos? ¿Está solo, el papa?
​-- Mons. Georg Gänswein: El papa ha sido muy claro en este punto y, a pesar de todo, grandes instituciones no dicen nada o, si dicen, lo hacen con poca fuerza. Y esto es muy grave. Se trata de un comportamiento inaceptable. Por el momento, el papa es la única voz que tiene el coraje y la fuerza de hablar y decir las cosas como son, y no creo que tenga miedo, ni que busque el aplauso de la gente. Como san Pablo, interviene 'opportune, et importune'.

El día a día del papa es intenso y, por tanto, deduzco que el suyo también; ya no tiene tiempo ni para jugar al tenis, que es lo que le gustaría, o dedicarse a la universidad… ¿Habría deseado otra vida?
​-- Mons. Georg Gänswein: Debo decirle que nunca me he hecho esta pregunta. Porque nunca he pedido: “quiero hacer esto, esto, o esto…”. Si me ha llegado un encargo, lo he aceptado. El papa Benedicto me ha pedido algo, entonces yo lo he aceptado y lo hago de buen grado. Y lo mismo para el papa Francisco.

¿Es consciente del momento histórico que está viviendo?
​-- Mons. Georg Gänswein: Me doy cuenta de que mi situación es, en efecto, bastante particular. Pero no lo veo como algo extraordinario. Es un desafío particular, pero lo vivo natural y tranquilamente. Miro de vivir con coherencia y de responder a los desafíos cotidianos con gran confianza en Dios. Eso no quita, claro, que a veces tenga que convivir con algún “latido” de más…, pero siempre con serenidad.

De aquellos días de juventud –usted con melenas (se ríe)–, a hoy, ¿qué diría Georg Gänswein de su vida?
​-- Mons. Georg Gänswein: Cuando miro con perspectiva, también me río un poco de todo eso…; tendría 18, 19 años y, en aquella época –último año de instituto e inicio del seminario–, estaba de moda: ¡no era el único! A mi padre no le gustaba y provocaba pequeños momentos de tensión… Pero, personalmente, siempre me ha servido un principio de vida: ‘confía, pero mira de quién’. Y otro, que en alemán dice: Tue recht und scheue niemanden. Es decir, ‘haz lo que creas justo y no tengas miedo de nadie’.­

 

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Bartolomé I invita a defender la creación como una meta ecuménica
 

Lo hizo en la Cumbre de las Conciencias en Francia, preparatoria de la próxima Cumbre de París en diciembre, llamada oficialmente por la ONU 'COP21'

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, se dirigió este martes por la mañana en Francia a los participantes de la “Cumbre de las conciencias”, reunida en París en la sede del Consejo Económico, Social y del Clima.

La cumbre en París, convocada por el Gobierno francés, se ubica en el marco de la preparación de la crucial Cumbre del Clima de la ONU que se celebra en la capital francesa el próximo mes de diciembre.

“Nuestra época está enfrentando un desafío único. Nunca en el pasado durante la larga historia de nuestro planeta, los hombres y las mujeres se han encontrado al punto de poder destruir el propio ambiente y la propia especie”. Este fue el grito de alarma del Patriarca que además hizo un llamamiento a la conversión de los corazones y a la educación de las conciencias.

El presidente francés, François Hollande, al abrir el encuentro ha comparado la lucha global contra el calentamiento del planeta, a la que se enfrentó después de la II Guerra Mundial, con la creación de la ONU y la defensa de los Derechos Humanos.

Se encuentran reunidos en esta cumbre laica unos 50 líderes religiosos, pensadores y activistas del clima. Como representante del Vaticano participa el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Nunca antes, añadió el patriarca Bartolomé, “los ecosistemas se enfrentaron con un daño casi irreversible de semejante tamaño. Este es el motivo por el cual tenemos la responsabilidad de enfrentar este desafío único para cumplir nuestro deber hacia las generaciones futuras”. El Patriarca dedicó una parte de su discurso apoyándose en la encíclica Laudato Si' del papa Francisco.

Por ello invitó a las “Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla” a profundizar como un espacio de acción ecuménica “su empeño común en favor de nuestra casa común, con la oración y la acción”. Y el Patriarca precisó que por este motivo “los científicos indican la necesidad de un cambio radical del estilo de vida, para detener las actividades que contaminan y producen los cambios climáticos”.

Consideró que esa “inversión de todo el ser” es llamada en el cristianismo como 'metanoia'. Por ello invitó a examinar lo que es excesivo y lo que es bueno. Un esfuerzo “que nos toca a todos: salir del egoísmo en el cual la inercia de nuestras costumbres nos ha hecho caer, y descubrir la libertad sobria que nos conduce a una conversión del corazón”, una conversión interior “como punto de partida para una conversión exterior”.

Por su parte el ex-secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo: “Mis nietos vivirán en un mundo con una temperatura mucho más elevada que la que había en mi infancia” y concluyó: “Habrá grandes desastres si no actuamos ahora”.

La próxima Cumbre de París, llamada oficialmente por la ONU 'COP21', tiene como objetivo empeñar a los países en políticas ambientales que eviten una subida de la temperatura media del planeta, superior a los dos grados centígrados.

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Espiritualidad y oración


Comentario a la liturgia dominical
 

Domingo 17 del Tiempo Ordinario - Ciclo B - Textos: 2 Re 4, 42-44; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15

Por Antonio Rivero

Brasil, (ZENIT.org)

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: “Dadles vosotros de comer”.

Síntesis del mensaje: Durante cinco domingos seguidos leeremos el capítulo 6 de san Juan, donde se nos narra el discurso-catequesis de Jesús sobre el Pan de vida. Juan es el teólogo de la Eucaristía. Podríamos resumir así las ideas de estos domingos: milagro de los panes (domingo 17); diálogo sobre el maná del desierto (domingo 18); qué significa creer en Jesús (domingo 19); qué significa comer a Jesús (domingo 20) y finalmente las reacciones de los oyentes y discípulos ante el discurso del Pan de vida (domingo 21). La vida cristiana tiene su centro en la Eucaristía. Sin la Eucaristía no podemos vivir. La Eucaristía exige y nos compromete a compartir también nuestros diversos panes con los hermanos: “Dadles vosotros de comer”. Sí, dar nuestro pan a la gente (1ª lectura). Y darlo con humildad, amabilidad, comprensión (2ª lectura).

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, Jesús hoy nos da un ejemplo maravilloso para todos nosotros cristianos y no cristianos: ve la muchedumbre que le sigue, siente compasión por ella porque la ve hambrienta y soluciona esta necesidad básica –el hambre-, símbolo de otra necesidad profunda, la necesidad de Dios, de su Palabra y de su amor. Ahora bien, Cristo quiere también nuestra colaboración y por eso dice: “Dadles vosotros de comer”. Es un gran desafío que requiere fe, confianza y generosidad de nuestra parte para compartir lo mucho o lo poco que tengamos. Gracias a que todos colaboraron Dios obró el gran milagro de la multiplicación de los panes y peces. Así fue también en el caso de Eliseo en la primera lectura de hoy.

 

En segundo lugar, la Iglesia ha seguido el ejemplo de Jesús durante estos 21 siglos de historia, obedeciendo al imperativo “Dadles vosotros de comer”. La Iglesia ha repartido generosamente el pan de la compasión y de la ternura con los enfermos, ancianos, huérfanos. Ha sabido conjugar la evangelización con la beneficencia y el cuidado material de los más pobres, colaborando y completando lo que en principio pertenecería a los deberes de cada Estado. Testimonio de esta acción caritativa y de promoción humana y critiana son las diversas órdenes y congregaciones religiosas: Las Misioneras de la Caridad de la beata Madre Teresa de Calcuta; las Hermanitas de los Ancianos desamparados de santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars; los Hermanos Hospitalarios de san Juan de Dios; los servidores de los enfermos de san Camilo de Lelis; las siervas de María ministras de los enfermos de santa Soledad Torres Acosta; los Oratorianos de san Felipe Neri…y una corona de cristianos comprometidos, misioneros, voluntarios, religiosos y religiosas que trabajan desinteresadamente en el campo sanitario y educativos y “comparten su pan” con los que no tienen. Esta colaboración es a veces económica y otras, la donación de sí mismos, de su tiempo, de su trabajo. Y lo hacen no sólo con los países del Tercer Mundo, sino más cerca, en su propio ambiente, en que los ancianos o los enfermos o los pobres necesitan el “pan” de nuestra acogida, ternura y cercanía.

Finalmente, ese “Dadles vosotros de comer” implica, pues, compartir el pan material. Pero sobre todo es un símbolo muy expresivo de otros “panes” de los que también tiene hambre la humanidad: la cultura, pues muchos están sin escuela; trabajo digno y estable; vivienda para los que están en la calle durmiendo debajo de los puentes o en cualquier plaza; posibilidades de vida especialmente para emigrantes que abandonan su país en búsqueda de un porvenir. Cristo no sólo da de comer o cura los enfermos y resucita muertos; también predica el Reino, perdona pecados, conduce a Dios. No quiere que se queden en el mero hecho del milagro material, sino que den el salto a la fe y al compromiso de la donación. Este discurso de san Juan capítulo 6 irá poco a poco llevando a los lectores a la comprensión más profunda del sacramento de la Eucaristía.

Para reflexionar: ¿Cuántos panes y peces tengo en mi morral? ¿Los comparto o me los como a solas en un rincón? ¿Qué pasaría si todos compartiéramos lo poco o lo mucho que tenemos? ¿Qué nos hubiera pasado si Cristo no comparte con nosotros su Eucaristía, su Santa Madre, su Palabra, su Cruz, sus sueños, sus alegrías y tristezas?

Para rezar: Señor, perdona mi egoísmo al no querer repartir mi pan con mis hermanos. Limpia mis ojos para ver las necesidades de mi prójimo. Ensancha mi corazón para que sienta compasión por él. Y sobre todo, dame manos que sepan compartir y repartir mi pan con los necesitados, consciente de que así sigo tu ejemplo y el de tantos santos.

 

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

 

 

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Los milagros eucarísticos se enseñan al mundo gracias a Carlo…
 

De una idea del joven Siervo de Dios Carlo Acutis, la Exposición sobre los Milagros Eucarísticos reúne más de 130 hechos prodigiosos que atestiguan la presencia real de Jesús en la Eucaristía

Por Federico Cenci

Roma, (ZENIT.org)

Hay un hilo rojo tejido maravillosamente que recorre la historia de la Iglesia. Un acontecimiento extraordinario que trasciende las leyes de la naturaleza para indicarnos el corazón, la cúspide, la esencia del gran plan de Dios, el hecho determinante de nuestra fe que es la muerte y resurrección de Jesús.

De los Andes del Océano Índico, cruzando toda Europa y pasando también por Oriente Medio, los milagros eucarísticos representan el vínculo invisible que une el pueblo al misterio y a la belleza de la presencia de Dios. Es una labor impresionante catalogar todos los acontecimientos prodigiosos, a lo largo de la historia, en los que la Hostia consagrada se ha transformado en carne y el vino en sangre o en los que la Sagrada Forma se ha salvado de profanaciones, robos e incendios.

La Exposición sobre los Milagros Eucarísticos, gracias a una amplia exposición fotográfica y ricas descripciones históricas, representa un unicum en este sentido.

Aproximadamente 136 milagros eucarísticos que se han producido a lo largo de los siglos en distintos países del mundo y reconocidos por la Iglesia, están recogidos en este museo que se articula a través de los paneles que nos llevan “virtualmente” a los lugares en los que han ocurrido los acontecimientos.

La exposición, que ya ha visitado los 5 continentes, miles de parroquias, 100 universidades de Estados Unidos y los más importantes Santuarios marianos del mundo, es el fruto de una idea del jovencísimo Carlo Acutis.

Carlo, que nació en Londres el 3 de mayo de 1991 (donde sus padres se encontraban por trabajo) y que falleció en 2006, a tan sólo 15 años de edad a causa de una leucemia fulminante, centra toda su breve existencia en la amistad con Jesús. Una amistad que le otorga la fuerza de afrontar la muerte con un valor asombroso: minimiza los dolores que los médicos describirán como atroces y decide ofrecerlos para el bien de la Iglesia y para el Papa Benedicto XVI.

En su funeral ha participado conmovida mucha gente. Cualquiera que le haya conocido reconoce que ha encontrado a un adolescente especial. Espabilado, alegre, apasionado del deporte y experto en informática, Carlo expresa la capacidad de estar cerca de los que sufren, tanto si son amigos como conocidos. En todos ellos ve el rostro de quien es el centro de su cariño.

Cuando tenía tan sólo 11 años decide hablar de su vínculo especial con la Eucaristía. “Cuantas más Eucaristías recibamos más nos pareceremos a Jesús y ya en esta tierra disfrutaremos del Paraíso”, escribe. Así involucra a sus padres para que le acompañen a todos los lugares donde se han producido los milagros eucarísticos. De ahí nace la idea de dar vida a esta exposición que asume un valor histórico principal.

Su preparación dura dos años y medio aproximadamente, y se vuelve una labor larga pero provechosa. Como se puede leer en el sitio web, “los efectos espirituales de la exposición eran imprevisibles la vigilia”.

La grandeza de la iniciativa también la subraya el prestigioso prólogo del card. Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica Vaticana, y el de mons. Raffaello Martinelli, en aquel entonces Jefe de la Oficina Catequista de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Algunos recientes milagros eucarísticos se han añadido tras el fallecimiento de Carlo.

Entre ellos hay uno que ocurrió en Tixtla, en México, el 21 de octubre de 2006, tan sólo nueve días después de la muerte del joven creador de la exposición. Durante un retiro espiritual en la Parroquia San Martín de Tours, en el momento de la Comunión, los ojos de un sacerdote se humedecieron de repente. El celebrante se le acercó y se dio cuenta de que de la hostia que este sacerdote tenía en su mano para dar la Comunión a una feligresa había empezado a brotar una sustancia rojiza. El hecho causó sensación y conmoción entre todos los fieles e incluso fuera de la Parroquia.

Se realizaron investigaciones científicas que finalizaron en octubre de 2012 con la siguiente conclusión: la sustancia rojiza corresponde a sangre de tipo AB, similar a la que se detectó en la Hostia de Lanciano y en la Sábana Santa de Turín; procede del interior, por lo que se excluye la hipótesis de que alguien haya podido ponerla desde el exterior; el tejido detectado corresponde al músculo del corazón.

Ante estas conclusiones, en 2013 monseñor Alejo Zavala Castro, obispo de Chilpancingo, ha anunciado con una Carta pastoral que “este acontecimiento representa una maravillosa señal del amor de Dios que confirma la presencia real de Jesús en la Eucaristía”, declarando el caso como una “Señal Divina”.

Quizás también es una señal que esta Carta se haya publicado el 12 de octubre de 2013, el día del séptimo aniversario del fallecimiento de Carlo Acutis. Ese joven que, a propósito de la Eucaristía, la definió como “mi autopista hacia el Cielo”. Y un testimonio de su amistad con Jesús es esta exposición que Carlo, para el que ha se ha puesto en marcha la causa de beatificación, nos ha dejado a todos como herencia.

Ver web sobre la exposición de los milagros eucaristicos

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Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (Manuelita de Jesús) - 22 de julio
 

«Mexicana, llamada a la vida religiosa tras la lectura de la vida de Teresa de Lisieux, y fundadora de varias instituciones misioneras»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

María Manuela de Jesús Arias Espinosa (conocida como Manuelita) nació el 7 de julio de 1904 en la localidad mexicana de Ixtlán del Río, Nayarit. Fue la quinta de ocho hermanos. Su padre era juez del distrito, y eso supuso un constante trasiego para la familia que vivió en distintos lugares. Ello le permitió amasar experiencias en Tepic, Mazatlán, Guadalajara y otras ciudades; fueron etapas fragmentadas de su vida abierta a nuevos y enriquecedores horizontes. Creció sin denostar las lisonjas, en medio de un ambiente sano, y un sentimiento contradictorio ante el íntimo regocijo por las atenciones que recibía, y el vacío que estos gestos banales, desprovistos de contenido, dejaban en su corazón. Durante un tiempo trabajó en una entidad bancaria.

En 1924 su alma iba deslizándose por un sendero, aún desconocido, pero prometedor por cuanto no le permitía acomodarse a las circunstancias del momento. A finales de verano de ese año, amedrentada por la operación que debía resolver su afección del apéndice, no quiso pasar por el quirófano en Guadalajara. Llegaba la hora de su gran sacudida interior. Al regresar de Tepic a Colima fue leyendo «Historia de un alma». Desde sus páginas Teresa de Lisieux le tendió un puente de plata, y sintió que hallaba su vocación. Dios movía sus resortes con urgencia y unos días más tarde, entrado ya octubre, durante el Congreso Eucarístico que tuvo lugar en México, Manuelita experimentó la llamada: «Dios, el amor, me atraía con fuerza irresistible. Sólo quería amar y darme a Dios. Todo mi anhelo era la Eucaristía». La fuerza que emanaba de su ser era tal que determinó hacerse oblación por México y el resto del mundo, acogiendo gozosa la intervención quirúrgica que había rechazado. A renglón seguido, la Virgen le colmó de bendiciones y desde ese instante hasta el fin de sus días permaneció unida a Ella.

En 1926 se consagró expresamente «como víctima de holocausto» al Amor Misericordioso. Le afligía el hostigamiento que sufría la Iglesia en México, instigado por las autoridades gubernamentales. Era algo que le afectaba personalmente, ya que experimentaba el irrefrenable afán de que todo su ser le perteneciera a Dios y aspiraba a seguirle en la vida religiosa, pero el coto impuesto por la situación política se lo impedía. Ello le creó gran mortificación, aunque espiritualmente revertió en ganancias porque de ese periodo emergió una mujer fuerte, curtida en la oración. En 1929 ingresó con las Clarisas Sacramentarias del «Ave María», en Los Ángeles, California, y allí tomo su nombre religioso. Al año siguiente la Virgen de Guadalupe se manifestó, diciéndole: «Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en estos la gracia que necesiten; me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación, y aunque sea tan sólo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final…». Emulando a Teresa de Lisieux también ella quiso ser misionera contemplativa. Fue una ejemplar religiosa que irradiaba alegría en su quehacer, madura, generosa, servicial, fiel al carisma, encarnando la pobreza, con recursos y visión organizativa. Asumía cualquier circunstancia con temple, sin echarse atrás. Así vivió durante dieciséis años.

En su interior ardía su vocación misionera y, junto a ella, pervivía la promesa de María. Tras un doloroso proceso de dilucidación, y una búsqueda sometida siempre al cumplimiento de la voluntad divina, abrió su corazón a la superiora, y ésta generosamente acogió su inquietud y le dio curso oficial. En 1945 fue autorizada a poner en marcha la fundación, y se dio libertad a las que quisieran secundarla. Mons. González Arias, prelado de Cuernavaca, había respaldado la obra, como después lo hizo el obispo de Puebla. Su familia le prestó una casa en Cuernavaca y se convirtió el lugar donde ella y las religiosas que la acompañaban dieron los primeros pasos. En 1949 fundó la universidad femenina de Puebla. En 1953 recibían la aprobación eclesiástica las constituciones de la naciente realidad eclesial, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. El camino no había sido fácil, pero Manuelita se mantuvo firme en su empeño. Se sentía indigna, sierva inútil: «Dios tuvo compasión de su obra, de esta obra para la cual se había valido del instrumento más deleznable, más inepto, más incapaz. Pero era suya... la obra». «Muchas veces le digo: “¡Tú tienes la culpa, para qué te valiste de lo peor que encontraste!”».

Después surgieron otras fundaciones en torno al carisma inesiano –una espiritualidad eucarística y mariana de clara vocación misionera–, dirigidas a sacerdotes, religiosos y laicos de distintas edades y estados, todas alumbradas por el lema «Es urgente que Cristo reine» (1 Cor 15, 25). Su fecunda trayectoria fue quedando sellada con la celebración de las Bodas de Oro en 1980, que pasó en Roma, y el gozo de haberse entrevistado con Juan Pablo II en diciembre de ese año; entonces, él alabó su fidelidad con visible entusiasmo. Murió en esta ciudad el 22 de julio de1981. El cardenal Amato, en representación de Benedicto XVI, la beatificó en México el 21 de abril de 2012. La ceremonia tuvo lugar en la basílica donde se venera la Virgen de Guadalupe.

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