NOTA DE PRENSA | UCV

Monseñor Osoro pide “no tener sospechas del papa Francisco y ver en cada hombre la imagen de Dios, como él hace”


El arzobispo de Madrid participa en el curso de verano sobre Santa Teresa de Jesús que la Universidad Católica de Valencia celebra en el seminario Monte Corbán de Santander


 

SANTANDER | 04.08.2015


El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Carlos Osoro, ha pedido hoy a los cristianos “no tener sospechas, que las hay, por desgracia, con el papa Francisco” y hacer como él que “ve en cada hombre un hermano por quien ha muerto Cristo, sea quien sea, piense lo que piense, haga lo que haga”.

El prelado ha pronunciado estas palabras durante la ponencia titulada “Santa Teresa vive en la alegría del Evangelio” que ha impartido en el marco de los cursos de verano que la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir celebra durante esta semana en el seminario Monte Corbán de Santander.

En su ponencia monseñor Osoro ha defendido que, al igual que Santa Teresa, “el hombre no es un ser solitario ante Dios, ha de vivir la solidaridad tal y como la explica la vida de nuestro Señor Jesucristo, en quien tanto se fijó ella y para quien la humanidad de Cristo fue algo fundamental en su vida y en su entrega a Dios”.

De igual manera, el papa Francisco es “un hombre que se acerca a todos, a los que están incluso viviendo una contradicción absoluta y total con nuestra manera de entender la vida”, ha señalado el prelado. Esa cercanía, además, “el papa la hace real no solo con palabras, que las da, sino con su misma vida”, porque es un hombre que quiere “ver en todo ser humano la imagen de Dios y recuperar esa imagen de Dios solo se puede hacer como lo hace Jesús: mirándoles”.

En su ponencia, jalonada de citas y poemas de la santa de Ávila, el titular de la diócesis de Madrid ha manifestado que “Santa Teresa plantea una opción antropológica, una manera de situarse el ser humano en la historia, en la vida, en su relación con los demás con una novedad absoluta y una fuerza extraordinaria, que tiene una vigencia que es muy especial en estos momentos”.

“Ella vive una experiencia de la grandeza de Dios y del misterio del hombre, y la vive con una pasión, que es mostrar a Cristo con el verdadero rostro del hombre, darle a conocer, con su propia vida, no solo de forma teórica”, ha expresado monseñor Osoro.

Asimismo, para Santa Teresa “el fundamento es, utilizando sus mismas palabras, andar en verdad”, ha observado, y “solo en la verdad se tiene acceso al mundo de la oración”. “Andar en verdad fue la pasión por excelencia de Santa Teresa de Jesús, algo con lo que vivamente se encontró metido en las entrañas y fue creciendo a medida que avanzaba en el camino de oración, en el camino del diálogo de Dios”, ha apuntado.

A continuación, monseñor Osoro ha detallado que, siguiendo a Santa Teresa, el hombre es “llamado a la existencia, recibimos una vocación”, en la que la actitud del hombre ha de ser una “humilde respuesta, como la de la Virgen María” y descubre que es necesario “entregar la raíz”.

El arzobispo de Madrid también ha señalado que se trata de una existencia “para vivir junto a los otros, en solidaridad con los otros”, pero, a su vez, el ser humano tiene que ser conocedor de sus límites”.

Así, ha reiterado que “es muy importante que los cristianos no olvidemos que nuestra opción y seguimiento de Cristo pasa por el seguimiento concreto con los que más están sufriendo y más necesidades tienen, sean quienes sean, hay que estar al lado de ellos, y esto el papa lo dice claramente”.

“Hoy se manifiesta la existencia de un Dios que ama con personas que habiendo sentido su amor lo regalan a los demás”, ha añadido.

Monseñor Osoro también ha incidido en que “Santa Teresa vive en la seguridad y la certeza de su destino, ella sabe para qué está aquí”. Por contra, se ha lamentado de la “enfermedad más grave” que padecen los hombres en la actualidad y que tiene tres des: desdibujamiento, desencanto y desorientación.

“Desdibujamiento, no hay dibujo del ser humano y esto es grave; desencanto, desesperanza, desilusión por que no hay seguridades ni certezas, parece que todo dé igual y sea relativo; y, en tercer lugar, desorientación, que es estar en la vida no como peregrino, como estaba Santa Teresa, sino estar en la vida de un sitio para otro como un vagabundo”, ha matizado.

El acto ha estado presidido por el cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, que también participa en este curso de verano, así como monseñor Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander; la rectora de la Universidad Católica de Ávila, María del Rosario Sáez; y José Luis Sánchez, vicerrector de la UCV y director de este curso de verano.

 

Ángel Moreno: “Santa Teresa es un icono emblemático para la sociedad de hoy, necesitada de modelos, maestros, padres y madres”

Ángel Moreno, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, además de capellán y párroco del Monasterio de Buenafuente del Sistal, ha analizado la espiritualidad de santa Teresa de Jesús en el Curso de Verano de Pensamiento Cristiano de la UCV, centrado en la doctora de la iglesia española. En su intervención, Moreno ha señalado que la santa de Ávila es un icono “emblemático” para la sociedad de hoy, “necesitada de modelos, padres y madres”.

Para Moreno, frente al desconocimiento actual “de valores y virtudes”, la ausencia de maestros “acreditados” –“de testigos”- puede encontrarse en Teresa de Jesús un modelo “en relaciones humanas”, una mujer “inquieta, sagaz, recia, capaz de ir contracorriente, espiritual, creativa, valiente, afectiva y realista”.

El sacerdote alcarreño ha asegurado que existen “ciertos paralelismos” entre la época en que vivió santa Teresa y la actual: “Los suyos fueron tiempos de inquisición, con movimientos espirituales heterodoxos, la aparición del luteranismo y la migración de los jóvenes a América. Una época de reformas y contrarreformas”.

Así, Moreno ha subrayado que también surgen “movimientos espirituales anclados en el subjetivismo”, del mismo modo que existe un “fenómeno migratorio” por el que se mezclan las culturas y religiones; así como un crecimiento “del ateísmo y el materialismo”. En el siglo XVI, además, se celebró el Concilio de Trento y la mística española “vivió las consecuencias de su renovación, como sucede hoy a los cristianos con el Vaticano II”.

“Estamos en un tiempo oportuno, privilegiado para personalizar la fe como hizo Teresa de Jesús, para asumir la identidad cristiana, acrecentar la herencia de generaciones y saber acompañarnos de maestros acreditados. Necesitamos modelos que nos liberen del riesgo de secuestro en espiritualidades narcisistas o vacíos existenciales y nos inviten a salir de nosotros mismos en servicio de los demás”, ha indicado.

RELACIÓN AFECTIVA CON JESUCRISTO

Por otro lado, Moreno ha remarcado que la santa de Ávila vivió durante mucho tiempo un camino espiritualista, “del que se lamenta en Vida 22”, de tal manera que se convirtió “en testigo de lo que producen el método de la abstracción mental y el método de la relación afectiva, a través de mediaciones concretas como las imágenes, los libros, y el servicio al otro”.

El secreto de toda la experiencia vital de santa Teresa se encuentra, según ha relatado el vicario episcopal alcarreño, “en su relación con Jesucristo”. Aunque lo tiene como “Señor” y cree en su divinidad, ella “siempre se lo representaba como hombre”: ‘No somos ángeles y, mientras somos humanos, lo necesitamos humano’.

“La puerta para el camino espiritual no es otra que la oración, así lo afirma la maestra en Castillo Interior, y la puerta para la oración es el trato con la sacratísima humanidad del Hijo. Para relacionarse con la persona de Jesucristo emplea medios que le atraigan el afecto y aquieten su imaginación; por esa razón era tan amiga de imágenes. Así se movía a más amar, como nos sucede a nosotros con las personas a las que amamos. Nos agrada contemplar su retrato”, ha aducido.

Ello no implica, ha insistido Moreno, que santa Teresa se quedase “en las mediaciones”, sino que manifiesta que su trato con Jesucristo es “con una persona viva, de manera especial cuando se participa de la eucaristía”.