El Papa Francisco escribió una carta al Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de vida”, donde resalta la “actualidad de las enseńanzas” de la santa de Ávila. Un mensaje firmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y leído por el obispo de Ávila Mons. Jesús García Burillo, durante la inauguración del evento organizado por universidades católicas de Espańa.

Descubrir en la contemplación y en la meditación de Santa Teresa de Jesús, “maestra de oración, la “fuente de la verdadera ciencia y de los auténticos valores” en la base de la vida. Escribe en su mensaje el Pontífice, y explica también que a través del ejemplo de Teresa de Ávila, en las universidades católicas se forman “muchos amigos de Dios, tan necesarios en “tiempos recios”.

El congreso se basa en cuatro ejes temáticos sobre los que se imparten conferencias magistrales y mesas de expertos, además de las comunicaciones libres, y concluye con un acto académico en el que será investida Doctora Donoris Causa por la Universidad Católica de Ávila, Santa Teresa de Jesús.

Carta del Papa firmada por el cardenal Parolin:

Su Santidad el Papa Francisco saluda cordialmente a los participantes y organizadores del Congreso Interuniversitario «Santa Teresa de Jesús, Maestra de Vida», que se celebra en la ciudad de Ávila, con ocasión del V Centenario del nacimiento de tan insigne Doctora de la Iglesia, para acercar al mundo universitario su figura y su magisterio, y pide al Seńor que la profundización en las huellas de la Santa andariega, además de poner de manifiesto la actualidad de su enseńanza y el estímulo de su ejemplo, los conduzca siempre al encuentro con el Buen Jesús, al que ella siguió por los caminos de la vida.

Asimismo, el Santo Padre los alienta a descubrir en la contemplación y meditación de Teresa, Maestra de oración, la fuente de la verdadera ciencia y de los auténticos valores generadores de vida, para que en las Universidades católicas se formen «amigos fuertes de Dios», tan necesarios en «tiempos recios». Con estos deseos, y a la vez que encomienda a los maternos cuidados de la Virgen del Monte Carmelo el desarrollo del Congreso, el Sumo Pontífica pide que no olviden rezar por él y por su servicio a la Iglesia universal, e imparte con afecto la implorada Bendición Apostólica, prenda de copiosos favores divinos.