Y otros 80 fieles

La Iglesia en Corea aprueba investigar la condición martirial de Mons. Francisco de Borja Hong Yong-ho

 

La Conferencia Episcopal de Corea ha aprobado esta mañana por unanimidad la inspección preliminar sobre el martirio de Mons. Francisco de Borja Hong Yong-ho, obispo de Pyongyang, y sus 80 compañeros que murieron a manos del régimen de Kim Il-sung. En abril de 2013, la Congregación para las Causas de los Santos había aprobado la propuesta de abrir el caso: ahora se recogieron los documentos y testimonios. El análisis de datos se iniciará a finales de noviembre de 2015.

20/08/15 7:04 PM


(Asia News/InfoCatólica) Para los obispos se debe establecer con certeza si el grupo es elegible para el camino a la canonización. Estudiarán los documentos históricos, reliquias, evidencia directa para establecer las virtudes heroicas, que sufrieron por la persecución y para enmarcar el estilo de vida del grupo antes de su martirio. Pronto será nombrado un comité especial para supervisar el proceso.

Nacido 12 de octubre 1906 y ordenado sacerdote 25 de mayo 1933, Mons. Hong fue nombrado vicario apostólico de Pyongyang y obispo titular de Auzia 24 de marzo 1944 por el Papa Pío XII. El siguiente 29 de junio es consagrado por el arzobispo Bonifacio Sauer, co-consagrante Obispo Hayasaka Ireneo, el arzobispo Paul Marie Ki Nam-ro.

En 1949, con la división de la península coreana y la estabilización del régimen estalinista de Pyongyang, Mons. Hong y un grupo de sacerdotes y laicos «desaparecieron» a manos del nuevo gobierno. Un numeroso grupo de fieles fueron capturaos a su vez en Seúl en 1950, mientras que estaban bajo el liderazgo de Mons. Patrick Byrne. El prelado, misionero americano Maryknoll, estaba en la capital del Sur para no dejar sin vigilancia dada la ausencia del obispo, en el momento en Roma.

El grupo es capturado y obligado a caminar hasta Pyongyang. La provincia de la Capital del Norte era la zona de la primera misión de los Maryknoll en Corea: el propio Byrne la había fundado y dirigido desde 1923 a 1929. Los testimonios de los sobrevivientes informan que durante la marcha, aunque de mayor edad (73 años) y salud pobre, alienta a todos y comparte la poca comida que recibe con aquellos que cree más débiles que él. Una neumonía lo ha afectado. El día antes de morir, a pocos kilómetros del río Yalu, en el extremo norte de la península de Corea, a los compañeros de sufrimiento, dice: «El privilegio más grande de mi vida, después del don del sacerdocio, es haber sufrido por Cristo con todos ustedes».

El 10 de marzo 1962 el Papa Juan XXIII decidió elevar a diócesis la vicaría de Pyongyang, también en señal de protesta contra la política del régimen de Corea del Norte, y de nombrar como su primer obispo a Mons. Hong, quien se convierte en un símbolo de la persecución contra los católicos en Corea del Norte y en general en los regímenes comunistas. En el Anuario papal de 2012 Mons. Hong todavía figuraba como obispo titular, aunque «desaparecido». Al año siguiente, tras el pronunciamiento de las Causas de los Santos, el nombre ha sido eliminado.