Una ley que permita la muerte «nunca va a ser buena»

Las mentiras de los promotores del aborto «en menos de cuatro minutos»

 

Un experto en medicina materno fetal hace viral en las redes sociales un vídeo contra la legalización del aborto en Chile, en el que explica la manipulación con la que se consigue considerar esta práctica como algo «aceptable» con un «objetivo final: el aborto libre como derecho de la mujer»

23/08/15 10:35 AM


(ForumLibertas) «Soy el doctor Jorge Becker, ginecólogo, y le voy a contar cómo se consigue tener una ley de aborto». Con estas palabras, este experto en medicina materno fetal que ejerce en un hospital público de Talca, en la región del Maule (Chile), explica «en menos de cuatro minutos» en un vídeo que se ha viralizado en las redes sociales las mentiras que llevan a una sociedad a considerar el aborto como algo «aceptable» y, por lo tango, digno de ser legalizado.

El médico explica en el vídeo que el lobby del aborto llega a su cometido «mintiendo de manera reiterada sobre abultadas cifras de aborto ilegal, obviamente imposibles de comprobar, que causarían gran mortalidad materna. Así se genera la percepción de que una ley de aborto ordenaría la situación, solucionando este desastre».

De esta manera, la sociedad «termina aceptando que las mujeres deberían tener el derecho de elegir sobre la vida de sus hijos antes del parto», añade. 

El doctor Becker es también cirujano de la Universidad de Chile, con especialidad en Ginecología y Obstetricia en la Pontificia Universidad Católica de Chile y otra en medicina materna fetal en la Universidad de Barcelona, España.

Eliminar la palabra aborto

«Las palabras madre, hijo y maternidad son cuidadosamente eliminadas de la discusión» así como «padre y el hijo pasan a ser inexistentes», subraya en el video.

De igual manera, comenta que al proyecto de ley se le da el nombre de «interrupción del embarazo», «eliminando convenientemente la palabra aborto. Así suena menos duro», expone el médico.

Becker explica que éste es el caso de Chile donde a principios de agosto se ha aprobado el primer paso para legislar el aborto bajo «causales restringidas», esto es en caso de violación, riesgo de vida la madre y en caso de inviabilidad fetal, cuando el hijo en gestación tiene una enfermedad letal o una malformación congénita que le impediría sobrevivir una vez nacido.

«Nadie aclara que esas causales, que serían tan acotadas, no resolverán jamás el supuesto desastre de salud pública que sería el aborto ilegal donde casi la totalidad de los casos no corresponden ni de cerca a las causales», denuncia el médico.

Agrega que lo que sucede finalmente es que logra aprobar una ley de aborto por causales muy definidas, como las anteriormente expuestas pero, «siempre estas causales tiene una letra chica que permiten el aborto libre bajo resquicios legales», dice Becker, quien también ha expuesto su postura en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Chile. 

¿Aborto libre como derecho de la mujer?

De esta manera, «al cabo de 15 a 20 años, la sociedad ya no se cuestiona si el aborto es correcto o no y se consigue el objetivo final: aborto libre como derecho de la mujer», denuncia.

Un modelo, que según explica Becker, «ha sido copiado a la perfección en Chile y hoy estamos muy cerca de pasar a la poco honrosa lista de países donde está permitido matar a un individuo antes de que nazca».

El médico concluye el vídeo pidiendo a los defensores de la vida que se manifiesten, para que en Chile no se legalice el aborto. «En caso contrario solo podrá sentarse a ver como sus hijas decidirán sobre la vida de sus nietos sin que usted tenga derecho a opinar al respecto. Entonces ya será tarde». 

«Nadie me ayudó, no supe qué hacer»

Cabe recordar que, en una entrevista en profundidad que le hicieron a principios de este mes de agosto, publicada por Chile B, el doctor Becker se extendía sobre cuestiones fundamentales respecto a la legislación de aborto en Chile y advertía de cómo determinados resquicios legales pueden acabar en una ley del aborto libre.

En esa entrevista, afirmaba: «Yo no creo que ninguna mujer no quiera a su hijo. Yo creo que las pacientes que terminan haciéndose abortos con ley en algunos países, o sin ley en Chile, es porque son empujadas por distintas circunstancias tremendamente complejas y por presiones externas y no ven otra salida».

«Si uno le pregunta a una mujer que se hizo un aborto, es muy raro que diga ‘yo no quería a este hijo’. Le va a decir: nadie me ayudó, nadie me acompañó, no supe qué hacer», advertía.

«Cuando se habla de aborto, nadie habla de madre, nadie habla de hijo, nadie habla de maternidad o de un sentimiento. Se habla de un derecho de la mujer donde el hijo y el padre no existen. Ese es un manejo comunicacional», agregaba.

Una ley que permita la muerte «nunca va a ser buena»

Y en referencia a la postura de los partidos políticos en cuanto a la objeción de conciencia, añadía, «Yo no soy político. Yo creo, me imagino que los legisladores votan buscando el bien común. El tema es que nunca una ley que permita la muerte de alguien va a ser buena. Piense que aquí se derogó la pena de muerte. No existe la muerte con ley en Chile porque nunca puede ser que el Estado propicie la muerte de vivos».

«Usted me puede decir que el feto no es persona, legalmente no está considerado como tal porque no tiene Rut (Registro Único Tributario) y no está inscrito, pero todos consideramos que lo que tiene una mujer dentro del útero es un individuo de la especie humana. Ese cuento de que no es persona, es una forma elegante de decir que se debería legalizar», explicaba.

Para concluir, cuando le preguntaban sobre la más que probable aprobación de la ley, una vez que pase todo su trámite legislativo, respondía: «En Chile habrá un antes y un después sin lugar a dudas porque ha ocurrido en todas partes del mundo, cuando se aprueba siempre se hace de manera restringida, pero esas restricciones después tienen resquicios legales al cabo de 10 a 15 años. Usando esos resquicios legales la ley se transforma en una de aborto libre, es decir la mujer lo pide a los tres primeros meses de embarazo como ocurre en toda Europa y esa es la historia de la ley de aborto».