Por Óscar A. Elizalde Prada
A pocas semanas de la elección del arzobispo de Bogotá, el
cardenal Rubén Salazar Gómez, como Presidente del CELAM para
el cuatrienio 2015-2019, y mientras avanza el proceso de
elaboración del Plan Global, que orientará la misión del CELAM
en este nuevo período, el cardenal compartió algunos elementos
marcantes de la última Asamblea General, celebrada en Santo
Domingo (República Dominicana), en el mes de mayo, así como
sus prospectivas sobre la misión que compete al CELAM ante la
actual coyuntura socio-eclesial, sin dejar de referirse a
algunos asuntos cruciales que desafían la acción
evangelizadora de la Iglesia latinoamericana y caribeña, en
torno a las vocaciones y los ministerios, la espiritualidad
bíblica, la restructuración de los centros de estudio del
CELAM, la mujer en la Iglesia, la emergencia educativa, la
cultura digital, los migrantes, los pobres, el Año de la Vida
Consagrada y, por supuesto, las implicaciones de la nueva
encíclica del papa Francisco, Laudato Si’, entre otros.
Inspirado por la “alegría del Evangelio”, en este nuevo
cuatrienio el CELAM priorizará múltiples desafíos referidos al
imperativo de la evangelización. Así lo expresa su Presidente
en esta entrevista que concedió a Noticelam.
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¿Qué significado ha tenido para usted su
nombramiento como presidente del CELAM en la pasada Asamblea
General Electiva de Santo Domingo?
-- Cardenal Rubén Salazar: Una elección para un cargo
sumamente delicado como el de Presidente del CELAM, es
indudablemente una alegría para el que la recibe. Para mí ha
sido una alegría grande poder servir todavía un poco más a la
Iglesia. He tenido la fortuna de servir a la Iglesia
colombiana como presidente de la Conferencia Episcopal del
país, y ahora se me ofrece la oportunidad de hacerlo a las
Conferencias Episcopales Latinoamericanas y del Caribe, a
partir del CELAM que, como se sabe muy bien, está para servir
a todas las Iglesias nacionales. Por eso es una gran alegría y
al mismo tiempo una enorme responsabilidad que acojo con
humildad, muy consciente de mis límites, pero, al mismo
tiempo, confiado en la misericordia del Señor y estoy seguro
de que él me ayudará a cumplir la tarea.
Ante la misión que se le confía como Presidente del
CELAM, ¿qué representa la Asamblea General?
-- Cardenal Rubén Salazar: Las Asambleas Generales son la vida
misma del CELAM, porque el CELAM no tiene una autonomía
propia. Nace como un organismo al servicio de las Conferencias
Episcopales y la Asamblea está compuesta, precisamente, por
las Conferencias Episcopales representadas por sus presidentes
y por los obispos encargados de la relación con el CELAM. Por
lo tanto, repito, una Asamblea General del CELAM es la vida
misma del CELAM, allí se reciben, por una parte, las
indicaciones y las directrices que los obispos del Continente
quieren imprimirle a la vida del CELAM, y, por otra parte,
allí también se analiza la realidad, y se hace un estudio
claro y sumamente cuidadoso de la situación de América Latina
y del Caribe, para poder enrrutar todo el trabajo del CELAM en
el período siguiente (2015-2019).
Entre los asuntos abordados por la Asamblea,
¿cuáles fueron los más destacados?
-- Cardenal Rubén Salazar: Esta Asamblea era,
fundamentalmente, para hacer una revisión y evaluación del
cuatrienio que terminaba (2011-2015), y también para la
proyección del cuatrienio que empezaba (2015-2019) y la
elección de las directivas para este cuatrienio. Entonces, fue
sumamente interesante apreciar los informes de gestión que se
presentaron, por parte de la presidencia y de los diferentes
departamentos del CELAM, al mismo tiempo que se recibieron
indicaciones para saber hacia dónde hay que caminar durante
estos cuatro años que empiezan, y por lo tanto, cómo tenemos
que organizar el trabajo para que sea verdaderamente un apoyo
a las necesidades de las Conferencias Episcopales.
Esas Asambleas son muy valiosas en el sentido de que en
ellas se realiza un análisis de realidad muy importante. Cada
Conferencia Episcopal presenta su análisis de la realidad. En
esta oportunidad, en Santo Domingo, se hizo buscando resúmenes
por regiones y esto fue también sumamente interesante porque
permitió ver constantes y diferencias entre los diferentes
países y, simultáneamente, se analizaron los grandes desafíos
que el Señor nos plantea como Iglesia, ante los cuales el
CELAM debe encaminar su tarea en este cuatrienio.
Ante la coyuntura socio-eclesial del Continente,
¿cuáles son las cuestiones prioritarias que deberá afrontar el
CELAM en el cuatrienio que está comenzando?
-- Cardenal Rubén Salazar: Son muchas y variadas, pero todas
se pueden resumir en una realidad fundamental que es la
realidad de la evangelización. La Iglesia existe para
evangelizar como nos lo recordó el beato Pablo VI claramente
en su exhortación apostólica Evangelli Nuntiandi y como el
papa Francisco no se cansa de repetir permanentemente: la
Iglesia tiene que estar en permanente salida para llevar el
Evangelio, para ser testigo del Evangelio ante el mundo.
Entonces, todo lo que haga el CELAM tiene que ser,
fundamentalmente, apoyo a la evangelización.
Ahora, claro que esa evangelización debe tener muy en
cuenta la situación real de los interlocutores y, por lo
tanto, el análisis permanente de la realidad tiene que ser un
oficio del CELAM. Un análisis que permita descubrir los
grandes problemas sociales, políticos y económicos que afronta
el Continente y el Caribe, pero, al mismo tiempo, discernir en
ellos la presencia salvadora de Dios y, por lo tanto,
descubrir los “signos de los tiempos”, es decir, aquellos
signos claros que nos muestran cómo Dios está actuando, cómo
Dios está salvando y cómo la Iglesia en Latinoamérica y el
Caribe tiene que ponerse al servicio de la acción salvadora de
Dios.
Frente al camino que se ha recorrido en los últimos
años, especialmente después de Aparecida, ¿qué es necesario
continuar, cambiar e implementar en el CELAM?
-- Cardenal Rubén Salazar: Cada uno de los Departamentos que
constituyen el CELAM y el CEBITEPAL ya tienen un derrotero
bastante preciso. Los últimos años del CELAM han estado en
sintonía perfecta con el documento final de Aparecida. En los
cuatro años inmediatamente posteriores a Aparecida se trabajó
el aspecto fundamental de los “discípulos misioneros del Señor
Jesucristo”. Los cuatro años siguientes, que fueron los que
antecedieron a esta última Asamblea, se orientaron en torno a
otra cuestión esencial, también referida a Aparecida: “para
que en Él nuestros pueblos tengan vida”. Y ahora, en este
cuatrienio queremos trabajar especialmente todo lo que
significa “la alegría del Evangelio”, como nos propone el papa
Francisco en su exhortación apostólica Evangelli Gaudium, de
tal manera que hay una continuidad fundamental en el
desarrollo de las actividades del CELAM, pero, al mismo
tiempo, cada cuatrienio va teniendo ciertas especialidades que
responden precisamente a las coyunturas nuevas, tanto desde el
punto de vista de la situación de América Latina y el Caribe,
como desde el punto de vista de lo que nos propone la Iglesia.
¿Ya se está diseñando un nuevo Plan Global para
este cuatrienio?
-- Cardenal Rubén Salazar: Estamos en esa tarea. Desde que
pasó la Asamblea General de Santo Domingo todas las personas
que trabajan en el CELAM, los que están al frente de los
diferentes Departamentos y del CEBITEPAL, todos hemos estado
trabajando en la elaboración del Plan Global.
Me ha parecido sumamente importante que este Plan nazca
justamente del cuatrienio anterior. Es por eso que la primera
parte, que ha sido el análisis de la realidad, parte de todos
los análisis de la realidad realizados durante el cuatrienio
anterior. A partir de estos análisis estamos tratando de
iluminar toda esa realidad, con la luz del Evangelio y de la
doctrina de la iglesia, para descubrir los “signos de los
tiempos” que son los que claramente vamos a tener que empezar
a implementar, como apoyo a las diferentes Conferencias
Episcopales.
En este proceso, ¿qué lugar ocupa los Centros de
Estudio del CELAM?
-- Cardenal Rubén Salazar: Antes existían como tres entidades
no separadas, pero sí un poco independientes entre sí. El
Centro Bíblico –el CEBIPAL–, el Centro Teológico Pastoral y el
Observatorio que tenía que ver, sobre todo, con en el análisis
de la situación social. Ahora se quiere hacer un sólo centro
que se ha denominado Centro Bíblico Pastoral para América
Latina –CEBITEPAL–. Este centro va a tener tres escuelas: la
Escuela Bíblica, la Escuela Teológica y la Escuela Social. En
la Escuela Bíblica se va a implementar todo lo relacionado con
el estudio de la Sagrada Escritura a la luz de las
circunstancias de las realidades latinoamericanas, para que
esas realidades sean verdaderamente iluminadas por la luz de
la Palabra de Dios; la Escuela Teológica buscará capacitar a
sacerdotes y agentes de evangelización, precisamente
entregándoles aquellas herramientas fundamentales de teología
y de pastoral, necesarias para poder cumplir su tarea
evangelizadora; y la Escuela Social que tiene que ver no
solamente con la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia,
sino también con el análisis permanente de la realidad, para
que podamos siempre responder a lo que el Señor y nuestros
pueblos necesitan.
Son muchas las tareas que se vislumbran para este
cuatrienio, ¿cuáles son sus prioridades como presidente del
CELAM?
-- Cardenal Rubén Salazar: Yo pienso que el principal trabajo
es la consolidación del CEBITEPAL por una parte; el seguir
adelante, a la luz del Plan Global que estamos elaborando, con
los servicios que el CELAM presta a las diferentes
Conferencias Episcopales de Latinoamérica y el Caribe,
continuar con el estudio permanente de la realidad para que
nosotros seamos siempre capaces de discernir los signos de los
tiempos y seguir avanzando en una continuidad profunda con
todo lo que ha sido el CELAM en sus 60 años de vida, para
tratar de servir cada vez mejor.
También hay un reto específico que es la construcción de la
nueva sede, para hacer posible que tengamos una sola sede en
la cual se encuentre disponible no solamente la parte
administrativa de los diferentes Departamentos, sino también
los servicios de formación que ofrece el CEBITEPAL.
Es muy significativo que para el CELAM “la Alegría
del Evangelio” sea su principal preocupación en este
cuatrienio, ¿cómo continuará acompañando la reforma de la
Iglesia que el papa Francisco está impulsando?
-- Cardenal Rubén Salazar: La reforma de la Iglesia que el
Papa está llevando a cabo no es una reforma diferente a
aquella que nace del Evangelio mismo. Es un poco lo que ya el
beato Pablo VI planteaba cuando decía: “Iglesia sé lo que
eres”. Se trata de re-encontrar la esencia misma de la
Iglesia, el rostro que tiene que presentar ante el mundo y,
por lo tanto, se hace necesarios procesos de profunda
renovación interior para ser cada vez más fieles a la vocación
misionera, a la vocación evangelizadora que permanentemente
tiene y que necesita re-encontrar cada vez de nuevo, porque no
se trata de algo que sea atemporal, sino que en cada momento
de la historia y en cada circunstancia vivida tiene que
recibir una configuración concreta, tiene que adquirir un
rostro concreto. De eso se trata fundamentalmente, y por eso
el análisis de la realidad al interior del CELAM tiene una
gran importancia.