ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 03 de septiembre de 2015

La frase del día jueves 3

"Sólo cree de verdad el que practica lo que cree" 
San Gregorio Magno

 


El papa Francisco

En Santa Marta: 'Reconocernos pecadores nos abre al encuentro con Jesús'
El Papa explica que la autosuficiencia nos cierra. Es necesario una doble confesión: “'Tu eres el hijo de Dios y yo soy un pecador', pero no en teoría, sino por esto, por esto y por esto...”.

El Papa a Schoenstatt: 'Ser fieles al carisma volviendo al primer amor'
El Santo Padre recibe a los participantes del V capítulo de Schoenstatt en el Vaticano

Francisco alza la voz contra los fabricantes y vendedores de armas ensangrentadas
El Santo Padre recordó a “las minorías y a los cristianos perseguidos”, al tiempo que deploró “la locura de la destrucción” en estos lugares

Papa y Santa Sede

Francisco al presidente de Israel: "Hay alguna división, pero el desafío es unir"
Recibido en audiencia privada, conversaron sobre la situación de Oriente Medio

Iglesia y Religión

Juntos por México: un evento histórico para toda la familia
Cerca de 15 mil católicos comprometidos se reunirán en Puebla del 16 al 18 de octubre. Presidentes de movimientos internacionales y expertos serán parte de esta reunión a favor de la vida, la familia y el compromiso social

La Jornada Mariana de la Familia en Torreciudad alcanza su 25 edición
Tendrá lugar el próximo sábado en el santuario oscense y será presidida por el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría

Mostraremos al mundo nuestra 'cubanía'
El coro de 155 voces, una explosión de ritmos cubanos en la Misa que el papa Francisco celebrará en Holguín

Mundo

Guatemala: renuncia el presidente Otto Pérez Molina
Poco antes había sido emitida una orden de captura contra el mandatario, en el marco del caso de corrupción que desde hace meses sacude al país centroamericano

Mensaje de Cáritas, Confer y Justicia y Paz ante el drama de los refugiados
Las organizaciones eclesiales denuncian el fracaso de una política migratoria indecente, el discurso del miedo, y la indiferencia social en la defensa de los derechos humanos

Confianza en las instituciones
Reflexiones de Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas sobre la confianza existente en México sobre las instituciones 

La historia del niño ahogado que avergüenza al mundo
La crisis migratoria ha vuelto a mostrar este miércoles su lado más oscuro

Espiritualidad y oración

Nunca robemos la dignidad del hombre
Carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra. 'Trabajemos incansablemente por quienes llegan de otros lugares'

Beata María de Santa Cecilia Romana (Dina Bélanger) - 4 de septiembre
Joven pianista, primera canadiense en ser beatificada. Es una mística de nuestro tiempo, modelo para quien se proponga alcanzar la perfección. En su corta vida encarnó admirablemente su anhelo de amar y dejar hacer a Jesús y a María


El papa Francisco


En Santa Marta: 'Reconocernos pecadores nos abre al encuentro con Jesús'
 

El Papa explica que la autosuficiencia nos cierra. Es necesario una doble confesión: “'Tu eres el hijo de Dios y yo soy un pecador', pero no en teoría, sino por esto, por esto y por esto...”.

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

En la medida que nos reconocemos pecadores, nos abrimos al asombro del encuentro con Jesús. Lo indicó el santo padre Francisco en la misa de este jueves por la mañana celebrada en la residencia Santa Marta.

El evangelio de hoy narra como Pedro confía en el Señor y tira las redes obteniendo una pesca milagrosa, tras una noche de trabajo en vano. El Papa, al comentar el pasaje, dijo que la fe es un encuentro con Jesús y confió a los presentes que le gusta pensar: “Jesús pasaba la mayor parte de su tiempo en las calles, con la gente, y al anochecer se retiraba solo a rezar”.

Hay dos modos de encontrar al Señor: el primero es el de Pedro, los apóstoles y el pueblo. “El evangelio usa la misma palabra sobre esta gente, sobre el pueblo, los apóstoles, y Pedro: se quedaron asombrados”. Y el pueblo “sentía este estupor y decía: Él habla con autoridad. Nunca un hombre ha hablado así”.

En cambio entre los que encontraban a Jesús había otro grupo que no dejaba entrar en sus corazones al asombro. Los doctores de la Ley hacían sus cálculos, tomaban distancia y decían; 'es inteligente, dice cosas verdaderas, pero a nosotros no nos conviene'.

Los mismos demonios --observó el Pontífice-- confesaban que Jesús era el 'Hijo de Dios', pero como los doctores de la Ley y los malos fariseos “no tenían la capacidad de asombrarse, estaban cerrados en su autosuficiencia, en su soberbia. Pedro reconoce que Jesús es el Mesías, pero confiesa que es un pecador”. Los demonios “llegan a decir la verdad sobre él”. Mientras que los doctores de la Ley si bien dicen “es inteligente, es un rabino capaz, hace milagros”, no dicen “somos soberbios, somos autosuficientes, somos pecadores”. La incapacidad de reconocerse pecadores nos aleja de la verdadera confesión de Jesucristo.

Es fácil decir que Jesús es el Señor, difícil en cambio reconocerse pecadores
Es la diferencia entre la humildad del publicano que se reconoce pecador y la soberbia del fariseo que habla bien de sí mismo:

“Esta capacidad de decir que somos pecadores nos abre al estupor que nos lleva a encontrar verdaderamente a Jesucristo. También en nuestras parroquias, en la sociedad, entre las personas consagradas: ¿Cuántas son las personas capaces de decir que Jesús es el Señor?, muchas. Pero es difícil decir: 'Soy un pecador, soy una pecadora'. Es más fácil decirlo de los otros, ¿verdad? Cuando se dicen los chismes... Todos somos doctores en ésto, ¿verdad?”

Para llegar a un verdadero encuentro con Jesús es necesaria una doble confesión: “'Tu eres el hijo de Dios y yo soy un pecador', pero no en teoría, sino por esto, por esto y por esto...”.

Pedro --indicó el Santo Padre-- después se olvida del estupor del encuentro y lo reniega. Pero porque “es humilde se deja encontrar por el Señor, y cuando sus miradas se encuentran él llora, vuelve a la confesión: 'Soy pecador'”.

Y el Papa concluyó: “El Señor nos de la gracia de encontrarlo y también de dejarnos que Él nos encuentre. Nos de la gracia hermosa de este estupor del encuentro”.   

(Texto del servicio en italiano de Radio Vaticano, traducido y adaptado por ZENIT)

 

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


El Papa a Schoenstatt: 'Ser fieles al carisma volviendo al primer amor'
 

El Santo Padre recibe a los participantes del V capítulo de Schoenstatt en el Vaticano

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco ha recibido en audiencia este jueves, en la Sala del Concistorio del Palacio Apostólico, a los participantes del V Capítulo General de los padres de Schönstatt, en el 50 aniversario de fundación del instituto. 

Les recordó que un carisma no es una pieza de museo, que permanece intacta en una vitrina para ser contemplada, y que la fidelidad al mismo no significa encerrarlo en una botella sellada. 

El Papa alertó ante el peligro de que el carisma se centre en las estructuras externas, los esquemas, los métodos o las formas, precisando que la vitalidad del carisma radica en el «primer amor» renovado día a día, en la disposición a escuchar y responder con generosidad enamorada. Para ello es necesario el diálogo con Dios en la oración y escuchar su voz en las personas y situaciones que nos rodean.

El Pontífice concluyó recordándoles que su fundador quiso que los sacerdotes sirvan desinteresadamente a la Iglesia, a todas las comunidades. Y les instó a que "en sus comunidades no haya nunca indiferencia. Compórtense como hombres; si surgen discusiones o diferencias de pareceres, no se preocupen, mejor el calor de la discusión que la frialdad de la indiferencia, verdadero sepulcro de la caridad fraterna". 

Les pidió también acompañar y cuidar a las familias especialmente a aquellas que atraviesan por momentos de crisis o dificultad. En segundo lugar, y pensando en el próximo jubileo de la misericordia, que dediquen mucho tiempo al sacramento de la reconciliación. Y en tercer lugar, "que recen por mí, pues lo necesito".

Texto de las palabras del Santo Padre a los presentes:

"Queridos hermanos sacerdotes, estoy contento de estar con ustedes en este encuentro. Y agradezco Juan Pablo estas palabras, así como el testimonio de afecto en nombre de los miembros del Movimiento. Todavía yo también tengo vivo el encuentro del año pasado.

El V Capítulo General que acaban celebrar tiene lugar en el 50 aniversario de la fundación del Instituto por parte del P. José Kentenich. Y tras estos años de recorrido les preocupa mantener vivo el carisma fundacional y la capacidad de saber transmitirlo a los más jóvenes. A mí también me preocupa, que lo mantengan el carisma y lo transmitan, de tal manera que siga inspirando y sosteniendo sus vidas y su misión. Ustedes saben que un carisma no es una pieza de museo, que permanece intacta en una vitrina, para ser contemplada y nada más.

La fidelidad, el mantener puro el carisma, no significa de ningún modo encerrarlo en una botella sellada, como si fuera agua destilada, para que no se contamine con el exterior. No, el carisma no se conserva teniéndolo guardado; hay que abrirlo y dejar que salga, para que entre en contacto con la realidad, con las personas, con sus inquietudes y sus problemas. Y así, en este encuentro fecundo con la realidad, el carisma crece, se renueva y también la realidad se transforma, se transfigura por la fuerza espiritual que ese carisma lleva consigo.

El P. Kentenich lo expresaba muy bien cuando decía que había que estar «con el oído en el corazón de Dios y la mano en el pulso del tiempo». Aquí están los dos pilares de una auténtica vida espiritual.

Por una parte, el contacto con Dios. Él tiene la primacía, nos ha amado primero; antes de que a nosotros se nos ocurra algo, Él ya nos ha precedido con su amor inmenso. Y San Pablo nos advierte que no nos atribuyamos cosa alguna, como si fuera nuestra, sino que la capacidad nos viene de Dios (cf. 2 Co 3,4-6). Hoy, en el Oficio divino, la lectura de san Gregorio Magno nos hablaba del sacerdote que está puesto como atalaya en medio del pueblo, para ver desde lejos lo que se acerca (cf. Homilía sobre Ezequiel, Lib.1,11,4).

Así es el sacerdote. Me refiero al sacerdote despierto, porque el dormido, por más arriba que esté, no ve nada. Así es el sacerdote. Como el resto de sus hermanos, también él está en la llanura de su debilidad, de sus pocas fuerzas. Pero el Señor lo llama para que se eleve, para que suba al atalaya de la oración, a la altura de Dios; lo llama a entrar en diálogo con él: diálogo de amor, de padre a hijo, de hermano a hermano, diálogo en el que se siente el latir del corazón de Dios y se aprende a ver más lejos, más en profundidad.

Y siempre me impresionó la figura de Moisés, que estaba en medio del pueblo, en medio de los líos, de las peleas con el faraón, problemas por resolver graves. Como cuando estaba a la orilla del mar y vio venir el ejército del faraón: “¿qué hago ahora?”. Un hombre a quien Dios llamaba a ser atalaya. Lo llevó arriba y hablaba cara a cara. ¡Qué tipazo!, hubiéramos dicho nosotros. Y qué dice la Biblia: era el hombre más humilde que había sobre la tierra. No hubo hombre tan humilde como Moisés. Cuando nos dejamos elevar al atalaya de la oración, a la intimidad con Dios para servir a los hermanos, el signo es la humildad. No sé, mídanse con eso. En cambio, cuando son medio “gallitos”, medio suficientes, es porque estamos a mitad de camino o creemos que nosotros nos valemos.

El Señor nos espera en la oración -por favor, no la dejen-, en la contemplación de su Palabra, en el rezo de la Liturgia de las Horas. No es buen camino descuidar la oración o, peor aún, abandonarla con la excusa de un ministerio absorbente, porque «si el Señor no edifica la casa, en vano se cansan los albañiles» (Sal 127,1). Sería un grave error pensar que el carisma se mantiene vivo concentrándose en las estructuras externas, en los esquemas, en los métodos, en la forma. Dios nos libre del espíritu del funcionalismo! La vitalidad del carisma radica en el «primer amor». Del segundo capítulo de Jeremías: “Yo me acuerdo de los años de tu juventud, cuando me seguías contenta por el desierto”.

El primer amor, volver al primer amor. Ese primer amor renovado día a día, en la disposición a escuchar y responder con generosidad enamorada. En la contemplación, al abrimos a la novedad del Espíritu, a las sorpresas, como vos dijiste, dejamos que el Señor nos sorprenda y abra caminos de gracia en nuestra vida. Y se opera en nosotros ese sano y necesario descentramiento, en el que nosotros nos apartamos para que Cristo ocupe el centro de nuestra vida. Por favor, sean descentrados. Nunca en el centro.

El segundo pilar está constituido por la expresión: «tomar el pulso del tiempo», de la realidad, de las personas. No hay que tenerle miedo a la realidad. Y la realidad hay que tomarla como viene, como el arquero cuando patean la pelota y de allí, de allí, de donde viene, trata de atajarla. Allí nos espera el Señor, allí se nos comunica y se nos revela. El diálogo con Dios en la oración nos lleva también a escuchar su voz en las personas y en las situaciones que nos rodean.

No son dos oídos distintos, uno para Dios y otro para la realidad. Cuando nos encontramos con nuestros hermanos, especialmente con aquellos que a los ojos nuestros o del mundo son menos agradables, ¿qué vemos? ¿Nos damos cuenta de que Dios los ama, de que tienen la misma carne que Cristo asumió o me quedo indiferente ante sus problemas? ¿Qué me pide el Señor en esa situación? Tomar el pulso a la realidad requiere la contemplación, el trato familiar con Dios, la oración constante y tantas veces aburrida, pero que desemboca en el servicio. En la oración aprendemos a no pasar de largo ante Cristo que sufre en sus hermanos. En la oración, aprendemos a servir.

¡El servicio, esa nota dominante en la vida de un sacerdote! No en vano el nuestro es un sacerdocio ministerial, al servicio del sacerdocio bautismal. Ustedes son, prácticamente, la última realidad del Movimiento fundada por el Padre Kentenich; y esto encierra una gran lección, es algo hermoso. Este ser los «últimos» refleja de modo claro el puesto que ocupan los sacerdotes en relación a sus hermanos: El sacerdote no está más arriba, ni por delante de los demás, sino que camina con ellos, amándolos con el mismo amor de Cristo, que no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida en  rescate por muchos.

Creo que aquí está en esencia lo que el fundador de ustedes quiso para los sacerdotes: servir desinteresadamente a la Iglesia, a todas las comunidades, el Movimiento, para mantener su unidad y su misión. El sacerdote, por una parte, ha de subir al atalaya de la contemplación para entrar en el corazón de Dios y, por otra parte, ha de abajarse – progresar es abajarse en la vida cristiana -, ha de abajarse en el servicio, y lavar, curar y vendar las heridas de sus hermanos. Tantas heridas morales y espirituales, que los tienen postrados fuera del camino de la vida. Pidamos al Señor que nos dé unas espaldas como las suyas, fuertes para cargar en ellas a los que no tienen esperanza, a los que parecen estar perdidos, a aquellos que nadie dedica ni siquiera una mirada... y, por favor, que nos libre del «escalafonismo» en nuestra vida sacerdotal.

Ciertamente es una tarea exigente, que se hace llevadera y hasta hermosa con la fraternidad sacerdotal. Por favor, solos nunca. El ministerio presbiteral no se puede concebir de una manera individual o, peor aún, individualista. La fraternidad es gran escuela de discipulado. Supone mucha entrega de sí a Dios y a los hermanos, nos ayuda a crecer en la caridad y en la unidad, y hace que nuestro testimonio de vida sea más fecundo. No somos nosotros los que elegimos a nuestros hermanos, pero sí somos nosotros quienes podemos hacer la opción consciente y fecunda de amarlos así como son, con defectos y virtudes, con límites y potencialidades.

Por favor, que en sus comunidades nunca haya indiferencia. Compórtense como hombres; si surgen discusiones o diferencias de pareceres, no se preocupen, mejor el calor de la discusión que la frialdad de la indiferencia, verdadero sepulcro de la caridad fraterna. Al final, con el amor, la comprensión, el diálogo, el afecto sincero, la oración y la penitencia, todo se supera, y la fraternidad cobra nueva fuerza, nuevo empuje, llenando de gozo su sacerdocio. Aprendan a aguantarse, a pelearse y a perdonarse. Sobre todo, aprendan a quererse.

Contemplación, servicio, fraternidad. Quería compartir con ustedes estas tres aptitudes que pueden ser de ayuda en la vida sacerdotal.

Al final de nuestro encuentro, permítanme que les encomiende humildemente tres cosas. En primer lugar, acompañar y cuidar a las familias, necesitan ser acompañadas, para que vivan santamente su alianza de amor y de vida, especialmente a aquellas que atraviesan por momentos de crisis o dificultad. En segundo lugar, y pensando en el próximo jubileo de la misericordia, que dediquen mucho tiempo al sacramento de la reconciliación. Sean grandes perdonadores, por favor.

A mí me hace bien recordar a un fraile de Buenos Aires, que es un gran perdonador. Tiene casi mi edad y, a veces le agarran escrúpulos, de haber perdonado demasiado. Y un día le pregunté: “¿Y vos qué hacés cuando te agarran los escrúpulos?” – “Voy a la capilla, miro el sagrario, y le digo: Señor, perdoname, hoy perdoné demasiado, pero que quede claro que el mal ejemplo me lo diste Vos”. Que en sus comunidades sean testigos de la misericordia y la ternura de Dios. Y en tercer lugar, les pido que recen por mí, porque lo necesito. Los encomiendo con afecto al cuidado de nuestra Madre Tres Veces Admirable. Y que Dios los bendiga. Gracias". 

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Francisco alza la voz contra los fabricantes y vendedores de armas ensangrentadas
 

El Santo Padre recordó a “las minorías y a los cristianos perseguidos”, al tiempo que deploró “la locura de la destrucción” en estos lugares

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El papa Francisco renovó este miércoles su ferviente oración al Príncipe de la paz para que, por intercesión de la Madre de Dios, el mundo nunca más vuelva a sufrir el horror de la guerra.

Al término de su primera audiencia general de septiembre, el Santo Padre recordó que hace 70 años concluía la tragedia que dejó a diversos países en escombros, y lamentó la situación que atraviesan los pueblos que en la actualidad padecen la crueldad de diferentes conflictos. 

Además, volvió a alzar su voz contra los fabricantes y vendedores de armas ensangrentadas. “¡Nunca más la guerra! Es el grito apremiante que, desde nuestros corazones y los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, se eleva al Príncipe de la paz”, clamó el Pontífice ante la muchedumbre congregada en la plaza de San Pedro.

“Que el mundo de hoy no experimente nunca más los horrores y los espantosos sufrimientos” de la Segunda Guerra Mundial, dijo. “Este es el anhelo permanente de los pueblos, en particular de los que son víctimas de los sangrientos conflictos en curso”, añadió.

Con la mirada puesta en Medio Oriente, el Papa indicó que se trata de “las minorías perseguidas, los cristianos perseguidos”, al tiempo que deploró “la locura de la destrucción” en estos lugares.

Finalmente, Francisco denunció la actitud de “los que fabrican armas y los traficantes de armas, armas ensangrentadas, bañadas con la sangre de tantos inocentes”.

“Renuevo mi ferviente oración al Señor de todos para que, por intercesión de la Virgen María, el mundo de hoy no experimente nunca más los horrores y los espantosos sufrimientos de semejantes tragedias”, concluyó el Obispo de Roma.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Papa y Santa Sede


Francisco al presidente de Israel: "Hay alguna división, pero el desafío es unir"
 

Recibido en audiencia privada, conversaron sobre la situación de Oriente Medio

Por Sergio Mora

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El papa Francisco ha recibido este jueves en el Vaticano al presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin. Es la primera vez que el mandatario elegido  en junio de 2014 se ha encontrado con el Santo Padre, que encambio estuvo varias veces con el presidente anterior, Shimon Peres.
 
Uno de los dos periodistas acreditados que asistió al inicio y final del encuentro, Salvatore Cernuzio, de la edición italiana de ZENIT, indicó que el la audiencia privada duró 30 minutos, y contó con el apoyo de un intérprete.
En el intercambio de regalos, el presidente de Israel le regaló al Pontífice una piedra de basalto, copia del original que se encuentra en el Museo de Jerusalén, en la que se ve la mención del nombre de David, mucho antes que en la Bibilia. Tiene una inscripción en arameo que se ubica entre el siglo IX y VIII antes de Cristo. En la placa se lee: "A su santidad el papa Francisco 'Rogate quae ad pacem sunt Ierusalem (122,6)’. Con estima, Reuven (Ruvi) Rivlin, presidente del Estado de Israel, 3 de septiembre de 2015”.

En el momento de la entrega Rivlin dijo: "Creo que sea justo que Su Santidad reciba este regalo para recordar las raíces comunes entre hebraismo y cristianismo". 

El Papa le regaló al presidente un medallón de bronce, que representa una roca partida en dos y que está unida por un árbol de olivo. Entorno está escrito en italiano: "Busca lo que une. Supera lo que divide". En el momento de entregarla al presidente Francisco dijo: "Hay alguna división, pero el desafío es unir" e hizo el gesto de unir y le guiñó un ojo.  

Le regaló también la encíclica Laudato si’ y la Evangelii gaudium, ambas en inglés. Al entregarlas indicó que la primera era sobre la ecología, mientras "la segunda es para los cristianos pero tiene un capítulo dedicado al diálogo con los judíos". 

Después fueron los saludos a la delegación que estaba compuesta por 14 personas más la esposa en la silla de ruedas, que se levantó para la foto oficial. Al salir el Papa dijo “Pray for me”. Y el presidente respondió: “I will. See you soon in Israel” (Lo haré, hasta la vista en Israel).  

El comunicado de la Santa sede
La Oficina de prensa de la Santa Sede en un comunicado indicó que "durante las conversaciones, transcurridas en un clima cordial, se ha abordado la situación política y social en el Medio Oriente, marcada por varios conflictos, con especial atención a la situación de los cristianos y otros grupos minoritarios". Y añadió que "en este sentido, se ha reconocido la importancia del diálogo interreligioso y la responsabilidad de los líderes religiosos en la promoción de la reconciliación y la paz".
 
Así se han puesto de relieve la necesidad y la urgencia de fomentar un clima de confianza entre israelíes y palestinos, y reanudar las negociaciones directas para llegar a un acuerdo que respete las legítimas aspiraciones de los dos pueblos, como contribución fundamental a la paz y la estabilidad en la región, indica la nota. 
 
"También --añade el comunicado-- se han tratado algunas cuestiones relativas a las relaciones entre el Estado de Israel y la Santa Sede, así como entre las autoridades estatales y las comunidades católicas locales, y se ha manifestado el deseo de una rápida conclusión del acuerdo bilateral, en curso de elaboración, y de una solución apropiada de algunos temas de interés común, entre ellos la situación de las escuelas cristianas en el país".
 
Posteriormente, Reuven Rivlin ha encontrado al cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, a quien le acompañaba el arzobispo Paul Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Iglesia y Religión


Juntos por México: un evento histórico para toda la familia
 

Cerca de 15 mil católicos comprometidos se reunirán en Puebla del 16 al 18 de octubre. Presidentes de movimientos internacionales y expertos serán parte de esta reunión a favor de la vida, la familia y el compromiso social

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Los integrantes de más de 70 movimientos católicos se reunirán por primera vez para trabajar unidos en defensa de la vida, la familia y el compromiso social, del 16 al 18 de octubre en el Centro Expositor de Puebla.

El encuentro "Juntos por México" espera recibir a más de 15 mil dirigentes y asistentes de movimientos como Adoración Nocturna, Focolares, Movimiento Familiar Cristiano, Cursillos de Cristiandad, Apóstoles de la Palabra y Regnum Christi por citar sólo algunos, informó este miércoles la organización en un comunicado.

"La situación actual que vive México nos motiva a trabajar unidos, buscando la paz social, la defensa de la vida y la familia en un ambiente favorable que permita el sano desarrollo de los niños y jóvenes mexicanos", subrayan los promotores de la iniciativa.

Los conferencistas son especialistas de nivel internacional como Luis Losada de Citizen Go, Xiskya Valladares, religiosa especialista en redes sociales, Pilar Calva, especialista en Bioética, José Luis Soberanes, el P. Flecha Dr. Honoris Causa y especialista en Teología Moral, Lianna Rebolledo y líderes en temas de migración, comunicación, cultura de la legalidad y voluntariado.

Un de los objetivos del evento es el lanzamiento de la Red Nacional de Voluntariado Católico para fomentar la responsabilidad social y el trabajo altruista en favor de los más necesitados.

En este marco, dentro del Centro Expositor de Puebla, sede del magno encuentro, habrá una expo de movimientos, editoriales y organizaciones católicas, que darán a conocer su trabajo en materia de labor social y evangelización, haciendo sinergia con otras instancias y recibiendo apoyo y propuestas de jóvenes que se quieran involucrar en estas acciones.

El panel de fundadores y dirigentes de movimientos, se enfocará a la responsabilidad que tienen los católicos ante la situación actual de la sociedad y su compromiso con las periferias existenciales.

Una característica de este encuentro es que será ecológico y con responsabilidad social. Desde su organización se evita el uso de papel y traslados innecesarios. Con el apoyo de Iglesia Recicla y el Centro Latinoamericano de Responsabilidad Social (CLARES) se buscará compensar el impacto ambiental que esta concentración nacional genere. Se instalarán contenedores para reciclaje y se brindará la información y capacitación para que cada parroquia sea un centro de acopio.

Mons. Víctor Sánchez, arzobispo de Puebla; el secretario general de la CEM, Mons. Eugenio Lira; Mon. Faustino Armendáriz, obispo de Querétaro y presidente de la Dimensión de Laicos de la CEM; el Nuncio Apostólico Christophe Pierre y otros líderes religiosos, presidirán este histórico Encuentro.

La inscripción se puede hacer directamente en la pagina web, donde se pude consultar el programa completo de conferencias, conciertos y actividades espirituales.

Toda la información está disponible en www.juntospormexico.org.mx

 

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


La Jornada Mariana de la Familia en Torreciudad alcanza su 25 edición
 

Tendrá lugar el próximo sábado en el santuario oscense y será presidida por el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El próximo sábado, 5 de septiembre, se celebrará en el santuario de Torreciudad la Jornada Mariana de la Familia. "Se trata de un evento de tono festivo dirigido a familias de toda España en el que se vive una experiencia cristiana que tiene en común el cariño a la Virgen María", han explicado los organizadores en un comunicado. Este año tendrá lugar la 25 edición, que estará centrada en la oración por el próximo Sínodo de los Obispos sobre la familia, siguiendo la petición en la que ha insistido estos últimos meses el papa Francisco. Será presidida por el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría.

Este encuentro es el más multitudinario de los que se celebran en Torreciudad, dado que se espera la asistencia de varios miles de personas, sobre todo jóvenes matrimonios con niños pequeños. Al día siguiente, Mons. Echevarría conferirá en el santuario la ordenación sacerdotal a tres diáconos.

Los participantes acudirán con sus parroquias, colegios y asociaciones juveniles en viajes organizados en autobús desde distintos lugares de la geografía española, aunque bastantes peregrinos llegarán también en vehículos particulares. Los actos comienzan a las 12 horas e incluyen ofrendas a la Virgen, algunas de ellas realizadas por niños y niñas de Primera Comunión, la Eucaristía al aire libre, el festival infantil, el ofrecimiento de hijos a Nuestra Señora de Torreciudad, el encuentro con el Prelado en la explanada y el rezo del Rosario en procesión.

Un equipo formado por más de 200 voluntarios ayudará a los asistentes y atenderán, entre otros, los servicios de aparcamiento, colocación de sillas, guardería, parque infantil y limpieza. En la jornada colaboran Cruz Roja de Huesca, Guardia Civil, Turismo de Aragón, Protección Civil y las comarcas oscenses del Somontano de Barbastro, Ribagorza y Cinca Medio.

El santuario de Torreciudad se encuentra en la provincia de Huesca, a 24 km de Barbastro, en un paraje de gran belleza natural. Se construyó en la margen izquierda del río Cinca, junto al pantano de El Grado, y muy cerca de la antigua ermita que es origen de la devoción a la Virgen de Torreciudad desde el siglo XI. El nombre proviene de una vieja torre de vigilancia de la época árabe, cuyas ruinas se encuentran a unos metros de la ermita. Su construcción fue promovida por san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, y se abrió al culto en 1975.

Actualmente es uno de los centros de atracción más importantes de la zona, acogiendo conciertos de órgano y otras manifestaciones culturales. Además, promociona la llamada Ruta Mariana, que enlaza Zaragoza (basílica del Pilar), Torreciudad, Montserrat, Meritxell (Andorra) y Lourdes. La fiesta de la Virgen de Torreciudad se celebra el domingo siguiente al 15 de agosto.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mostraremos al mundo nuestra 'cubanía'
 

El coro de 155 voces, una explosión de ritmos cubanos en la Misa que el papa Francisco celebrará en Holguín

Por Redacción

Holguín, (ZENIT.org)

Por Vicente Ignacio Álvarez Morell
Equipo de Comunicadores, Diócesis de Holguín

Cuando el Papa Francisco presida la Eucaristía en Cuba el 21 de septiembre, recibirá “una imagen bien cubana de Holguín”. Es el deseo de quienes están preparando la celebración y en particular de la directora del coro papal, la holguinera Marilín Aldana.

El coro brindará una imagen de cubanía, tanto con los cantos como a través del vestuario para el que se han elegido camisetas con los tres colores de la bandera cubana y sombreros y pamelas con cintas tricolores.

“Se espera que la plaza holguinera vibre de alegría y gozo, que todo el pueblo cante y alabe a Dios”, señala la directora del coro. “No solamente los hermanos que están presentes sino también quienes se unan desde sus hogares y templos”, a través de la transmisión televisada.

El coro de 155 voces está compuesto por miembros de los coros parroquiales de la ciudad y hermanos de las distintas comunidades de la Diócesis. Se han sumado otros cantantes profesionales, fruto del vínculo existente con el mundo de la cultura.

Holguín se alza como un baluarte importante del canto lírico y podría haber preparado la Misa con música de orquesta sinfónica, pero se ha elegido un “acompañamiento de ocho músicos instrumentistas profesionales entre los que intervendrán los teclados, la percusión, la flauta, el clarinete y el saxo soprano”.

“La selección de cantos en general ha sido muy cuidadosa”, ha señalado el padre Pedro Pablo Ladrón de Guevara, encargado de la preparación de la liturgia papal y del breve acto en la Loma de la Cruz, en donde el Papa dará su bendición a la ciudad. Indicó que han elegido: “cantos conocidos por el pueblo y que tengan ritmos cubanos”, de autores cubanos de dentro y fuera de Cuba.

La celebración está dividida en cuatro partes: se iniciará a las 8 de la mañana con la motivación espiritual y la animación de bienvenida a las distintas comunidades que peregrinarán desde la zona de Jatibonico lindando con Camagüey hasta Baracoa, en la punta más oriental de la Isla de Cuba. En este momento se escuchará el Himno a la Reflexión Eclesial Cubana de 1982 (REC) de la compositora matancera Perla Moré, “Una luz en la oscuridad” del cubano Tony Rubí, “En la cruz murió el hombre un día” del sacerdote santiaguero P. Jorge Catasús con versos de José Martí y “Pescador de hombres” del compositor español Cesáreo Gabaráin.

Cuando entre en la Plaza la imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, todos cantarán el Ave María, Caridad del Cobre del cubano Hno. Alfredo Morales f.s.c., “Patroncita de Cuba” de la cubana Mercy Ferrer y “Virgen mambisa” de Rogelio Zelada.

A continuación llegará el Papa quien recorrerá las avenidas de la Plaza en el papamóvil. Se cantará “Mensajero de paz” del P. Catasús y “Misericordia es amar” de la joven compositora e intérprete Yesiney Fernández. Junto a estos cantos se escucharán el Kyrie, Gloria, Sanctus y Agnus Dei de la Misa Cubana de Rodrigo Prats -músico cubano del que también lleva el nombre el Teatro Lírico holguinero-, cuyo repertorio incluye muchas de sus famosas zarzuelas.

El salmo será interpretado por una religiosa holguinera, la Hna. Gloria Beatriz Pérez Pupo, de la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción.

Otros cantos durante la celebración eucarística incluyen: “Cantándote” y “Acéptalo” de Roger Hernández, “Felicidad de vivir en tu casa” de E. de Zayas, “Eres Tú, Jesús” de Tony Rubí, “Cena Pascual” y “Te doy gracias” de Perla Moré. También se escuchará el himno del Plan Pastoral 2014-2020 Quedaté con nosotros, compuesto por el Hno. Héctor Ávalos FSM.

La misa finaliza con el canto de la “Salve”, conocido también por el inicio de sus versos “A los pies de la Virgen traigo mis penas” del sacerdote cubano de la Arquidiócesis de Miami, P. Juan J. Sosa.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mundo


Guatemala: renuncia el presidente Otto Pérez Molina
 

Poco antes había sido emitida una orden de captura contra el mandatario, en el marco del caso de corrupción que desde hace meses sacude al país centroamericano

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, presentó su renuncia al cargo. La decisión fue hecha pública la madrugada de este jueves por el portavoz del mandatario, Jorge Ortega, quien a través de un comunicado señaló que Pérez Molina envió su carta de renuncia al Congreso de la República la medianoche del miércoles.

El 27 de agosto, en un mensaje titulado “La esperanza no defrauda”, los obispos del país indicaron que “por amor a la verdad y a nuestra responsabilidad de promover la paz consideramos que el señor presidente debería reflexionar en su conciencia sobre la decisión de no renunciar”. También reconocieron “la legitimidad de las protestas ciudadanas” pero instaron “a toda la población a no recurrir a ningún tipo de violencia que únicamente logrará generar más violencia”.

El jueves pasado, unos 100 mil guatemaltecos se manifestaron en la capital para reclamar la renuncia del mandatario ante las acusaciones de corrupción. La trama en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) se destapó el pasado 16 de abril gracias a unas escuchas practicadas durante meses por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la Policía, según las cuales había una estructura criminal encargada de cobrar sobornos en las aduanas para favorecer la importación de ciertos productos y evitar el pago de impuestos a otros.

En el texto de su renuncia, fechado el 2 de septiembre, el presidente Otto Pérez Molina indica: “En la situación actual y teniendo en cuenta por sobre todo el interés del Estado, me corresponde continuar con el debido proceso y por lo tanto presentarme ante la justicia y dirimir mi situación personal”.

“Con la convicción de hacer lo correcto, me dirijo a usted y al honorable Congreso de la República para presentar mi renuncia al cargo de Presidente de la República de Guatemala”, puede leerse en el escrito difundido por los medios locales.

“Con los principios y valores en los cuales me he formado, enfrentaré con la conciencia tranquila, los procesos que correspondan”, prosigue Pérez Molina, al tiempo que asegura que “mi compromiso con el pueblo de Guatemala es someterme con toda entereza, mediante el debido proceso, al imperio de la ley y desvirtuar los señalamientos que hoy se me hacen”​.

La carta concluye con un llamamiento “a los guatemaltecos y guatemaltecas, para que dejando por un lado los odios y rencores, y en el marco del Estado de Derecho, contribuyamos todos, para hacer las transformaciones profundas que el Estado demanda”​.

Poco antes había sido emitida una orden de captura contra el presidente de este país centroamericano, en el marco del caso de corrupción que desde hace meses sacude a Guatemala.

Los delitos por los que la Fiscalía requiere a Pérez Molina son: asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera, los mismos por los que su exvicepresidenta Roxana Baldetti fue encarcelada.

También puede leer: Obispos de Guatemala: 'La corrupción ha puesto en crisis la institucionalidad del Estado'

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mensaje de Cáritas, Confer y Justicia y Paz ante el drama de los refugiados
 

Las organizaciones eclesiales denuncian el fracaso de una política migratoria indecente, el discurso del miedo, y la indiferencia social en la defensa de los derechos humanos

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

“Los sangrantes e inhumanos acontecimientos de los que estamos siendo testigos en la Frontera Este (Serbia, Grecia, Macedonia…), apenas un par de meses después de la presentación de la Agenda Europea de Inmigración, además de un saldo en vidas, en dramas humanos,  arroja un saldo de ineficiencia política inaceptable en términos de dignidad y defensa de los Derechos Humanos, que nuestra sociedad no puede permitir”. Esto es cuanto afirman Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y Justicia y Paz en un comunicado.

“No es solo una crisis humanitaria. Es el estrepitoso fracaso de una política mal llamada migratoria y que se reduce a un indecente y millonario control de flujos (Frontex, Eurosur…) sostenido sobre el discurso del miedo a la invasión del diferente. Los Cayucos, Lampedusa, Ceuta y Melilla, la situación en Serbia, Grecia o Macedonia son consecuencias estructurales de esa  desenfocada política, no las causas”, explican las citadas organizaciones católicas.

“No es solo una crisis de refugiados. No podemos, ni debemos quedarnos sólo en una respuesta de emergencia a todas esas personas que, efectivamente, necesitan de nuestra protección. La realidad que hoy vivimos, es el resultado de una falta de políticas coherentes que aborden la complejidad de las causas que motivan la movilidad humana. Falta de coherencia en política exterior, en política económica, en políticas de cooperación para el desarrollo”, añaden. 

Para los firmantes, “es el resultado de una ausencia de política de cooperación  para el desarrollo que olvida que detrás de cada decisión de abandonar una casa, un trabajo  y una vida hay una causa de expulsión (la guerra, la falta de oportunidades, el cambio climático…) y personas a las que proteger y garantizar sus Derechos Humanos”.

En este sentido, prosigue el texto de la nota, “es el momento de abordar el reto que, como sociedad, ya estamos afrontando; impidiendo que estos sucesos que nos llenan de dolor y vergüenza se produzcan de forma cíclica”. Ya que, “la única solución propuesta por los gobiernos, la vía de la seguridad, no es viable, ni en términos de humanidad, ni en términos políticos”.

Además, “es el momento de reconocer al otro, al diferente, no como un invasor sino como un igual con los mismos derechos, como un aporte positivo a nuestra sociedad mestiza; cómo un hermano en dificultad para el que hay que buscar un sitio, aunque estemos más estrechos”. 

Europa y España, dicen Cáritas, CONFER y Justicia y Paz, “no pueden perder esta oportunidad para repensar sobre las políticas desarrolladas hasta ahora, para proteger a las personas que intentan llegar a nuestro territorio, para invertir en políticas para el desarrollo y en políticas de integración”. 

Así, estas organizaciones se unen al mensaje del papa Francisco que en su reciente viaje a América Latina animaba a la comunidad cristiana y a toda la sociedad a no tener miedo y a pedir “un cambio real, un cambio de estructuras”. “Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre tierra”, recuerdan que decía entonces el Santo Padre.

“Estamos huérfanos --subrayan-- de una verdadera política de migraciones”. Por eso, insisten, “pedimos a los gobernantes que asuman con proactividad el reto histórico de parar de construir vallas, muros y rejas proponiendo soluciones y políticas que pongan en el centro a las personas”.

Entre las propuestas que plantean desde Cáritas, CONFER y Justicia y Paz, cabe destacar: la creación de vías de protección y acogida efectivas para los refugiados; el desarrollo de más vías legales de acceso; la búsqueda de caminos nuevos por los que todos puedan transitar; y una mayor visibilidad de que la movilidad humana es siempre una oportunidad para Europa y no un riesgo.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Confianza en las instituciones
 

Reflexiones de Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas sobre la confianza existente en México sobre las instituciones 

Por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel

México, (ZENIT.org)

 VER
Un periódico nacional hizo una encuesta reciente sobre la confianza que los mexicanos tenemos en nuestras instituciones. Con todas las salvedades y limitaciones que tienen esas encuestas, es interesante el resultado. Esta es la puntuación obtenida, sobre 100, a la pregunta sobre en quiénes confían más los ciudadanos: Iglesia, 54; Ejército, 52; Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 35; Instituto Nacional Electoral, 34; Gobierno, 27; Congreso de la Unión, 24; Suprema Corte de Justicia de la Nación, 24; Policía, 20; Partidos Políticos, 16.

Es decir, de cada 100 encuestados, 54 tienen confianza en la Iglesia. Esto nos alegra y nos da un sano orgullo. Pero hay que tomar en cuenta que, a pesar de que nuestra Iglesia es la mejor calificada, y por tanto la que obtiene más confianza, en los últimos meses perdió dos puntos, y 43 de cada 100 dicen no confiar en ella.

Lo más indicativo es que sólo 16 de cada 100 confían en los partidos políticos; son los peor calificados. En fechas recientes, perdieron nueve puntos. De cada 100, hasta 82 dijeron tenerles poca o ninguna confianza, quizá porque son los más hablan, pero no son honestos y veraces. La mayoría no confía en los políticos, y son ellos los que guían al país.

Todas las instituciones hemos perdido puntos. El mismo Presidente de la República ha bajado en su aprobación por parte de los encuestados. Esto nos debería llevar a un humilde examen de conciencia; pero a algunos esto les tiene sin cuidado. Se justifican a sí mismos con muchas ideologías, en vez de escuchar qué nos dice Dios en esta voz del pueblo.

PENSAR
El Papa Francisco dijo a los obispos de República Dominicana: “Sé de sus esfuerzo y preocupaciones por afrontar adecuadamente los graves problemas que afectan a nuestros pueblos, tales como el tráfico de drogas y de personas, la corrupción, la violencia doméstica, el abuso y la explotación de menores o la inseguridad social. Desde la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, toda acción de la Iglesia Madre ha de buscar y cuidar el bien de los más desfavorecidos. Todo lo que se haga en este sentido, acrecentará la presencia del Reino de Dios que ha traído Jesucristo, al mismo tiempo que da credibilidad a la Iglesia y relevancia a la voz de sus pastores” (28-V-2015).

En un sentido semejante, expresó en su Exhortación sobre Alegría del Evangelio: “A pesar de toda la corriente secularista que invade las sociedades, en muchos países -aun donde el cristianismo es minoría- la Iglesia católica es una institución creíble ante la opinión pública, confiable en lo que respecta al ámbito de la solidaridad y de la preocupación por los más carenciados. En repetidas ocasiones ha servido de mediadora en favor de la solución de problemas que afectan a la paz, la concordia, la tierra, la defensa de la vida, los derechos humanos y ciudadanos, etc.” (EG 65).

ACTUAR
Como ha dicho hace poco el cardenal Norberto Rivera Carrera, nuestra Iglesia no busca el aplauso del mundo, ni pretendemos agradar al público, cediendo a sus modas y caprichos. El Evangelio es inmutable y no lo podemos alargar o encoger según los gustos de las mayorías. No somos dueños de la Palabra de Dios, sino servidores de la misma, para iluminar a nuestro pueblo con el camino que Dios mismo nos ha señalado.

Sin embargo, con nuestras actitudes hemos de demostrar que el predominio en la vida de quienes formamos la Iglesia, han de ser el amor, la misericordia, la comprensión, la escucha, la sencillez, la austeridad, el servicio a la comunidad, el respeto a los diferentes, la atención bondadosa a los pobres, la denuncia de las injusticias, la promoción de la paz y la reconciliación en las comunidades. Es el camino de Jesús, que será aceptado de corazón por los sencillos, pero criticado y rechazado por quienes tienen el centro de sus vidas en el dinero, en la ambición del poder, en el disfrute desordenado de la sexualidad, en la idolatría de sí mismos.

Lo que genera confianza en las instituciones es la verdad y la justicia, la honestidad y el servicio, la sencillez y la eficiencia, el respeto, la solidaridad, el amor.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


La historia del niño ahogado que avergüenza al mundo
 

La crisis migratoria ha vuelto a mostrar este miércoles su lado más oscuro

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

La imagen del cadáver del pequeño Aylan Kurdi, que apareció ahogado este miércoles en un playa turca, está dando la vuelta al mundo. El pequeño perdió la vida tras el naufragio de una embarcación en la que viajaban una docena de personas y que trataba de alcanzar la isla griega de Kos.

Ahora se comienza a conocer su historia, la de una familia que huía del terror del autodenominado Estado Islámico y a la que se le cerraron las puertas del primer mundo.

Junto con Aylan, de tres años, fallecieron su hermano Galip, de cinco, y su madre. Su padre, Abdulá, trata de recuperarse de la tragedia en un hotel turco. Habían pagado un billete para ir a Grecia en una barcaza que finalmente volcó. Eran de Kobani, al norte de Siria, una localidad acosada por los yihadistas, y querían marcharse a toda costa.

Antes ya habían intentado otras vías: la petición de asilo a Canadá, país en el que reside la hermana de Abdulá. Pero tras meses de espera les rechazaron la solicitud por problemas burocráticos.

Hoy la gran mayoría de medios, tanto nacionales como internacionales, llevan en sus portadas la llamada “foto de la vergüenza”. La instantánea refleja con dureza la situación crítica que viven multitud de refugiados.  

Decenas de miles de sirios que huyen de la violencia y la miseria en su país llegaron hasta la costa turca en el mar Egeo este verano para tomar precarias embarcaciones con destino a Grecia, su puerta de entrada en la UE.

Según las agencias humanitarias, durante el mes pasado unas dos mil personas al día realizaron el corto trayecto entre Turquía y las islas griegas, el mismo que ayer tuvo este dramático final.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Espiritualidad y oración


Nunca robemos la dignidad del hombre
 

Carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra. 'Trabajemos incansablemente por quienes llegan de otros lugares'

Por Mons. Carlos Osoro

Madrid, (ZENIT.org)

El título de la carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, para esta semana es "Nunca robemos la dignidad del hombre". A continuación publicamos el texto íntegro de la misma:

Al comenzar mi encuentro con vosotros de todas las semanas, quiero hablaros del resumen que hace el Señor de los mandamientos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. ¿Por qué? En estos meses de verano y en los días presentes, estamos leyendo, oyendo y viendo por los diferentes medios de comunicación social las frecuentes tensiones que amenazan la paz y la convivencia entre los hombres de todos los pueblos, aunque muy especialmente algunos se encuentren afectados con más crudeza. El fenómeno migratorio constituye un dato importante en las relaciones entre los países y los pueblos. Proviene de desigualdades injustas e insidiosas, y de derechos no reconocidos al acceso a los bienes más esenciales: comida, agua, casa, salud, trabajo, paz, vida de familia. Los inmigrantes buscan mejores condiciones de vida o salidas en búsqueda de paz y de salvar sus vidas y las de sus familias, y llaman a las puertas de Europa. Los problemas que surgen para su acogida solamente se pueden resolver colaborando todos los países y teniendo como meta el respeto a la persona: el hombre es el valor fundamental, vale más que todas las estructuras sociales en las que participa. La persistente desigualdad en el ejercicio de los derechos humanos fundamentales ahoga a tantos hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos. Es un imperativo para todos el reconocimiento de la igualdad esencial entre las personas humanas. Nace de su misma dignidad trascendente y está inscrita en la gramática natural que se desprende cuando contemplamos el proyecto de Dios sobre toda la creación. Contemplemos al ser humano desde el valor que Dios le da.

¡Qué hondura tiene contemplar y acoger lo que dice la Sagrada Escritura sobre el ser humano! En esa contemplación escuchamos: “Dios creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). Y en esa contemplación descubrimos las consecuencias que tiene tal hechura humana: por haber sido creado a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona. No es algo, es alguien con capacidad de conocerse, poseerse, entregarse libremente y entrar en comunión con otras personas. Por pura gracia está llamado a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y amor que nadie puede dar en su lugar (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 357). Solamente desde el horizonte que Dios le ha dado, se puede comprender al ser humano. Desde esta perspectiva admirable en todos los aspectos es desde donde podemos comprender la tarea que le ha confiado al ser humano de madurar en su capacidad de amor y de hacer progresar el mundo en justicia, verdad, paz, fraternidad, unidad, defensa de la vida y ver al prójimo como a uno mismo. Hay urgencia y necesidad de anunciar el Evangelio, de entregar la alegría del Evangelio, en un mundo de muchas conquistas, de grandes descubrimientos, pero de grandes robos de la dignidad de las personas. Jesús ha venido a este mundo a darnos su vida para que aprendamos a enriquecer al ser humano, para que descubramos que vivir junto a los otros es siempre enriquecerlos en su verdad plena, en la justicia verdadera.

Como nos ha dicho el Papa Francisco en la bula del Jubileo de la Misericordia, “el amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad con nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría, serenos. [...] Como ama el Padre, así aman los hijos” (Misericordiae vultus, 23). Hoy ese amor en nuestra vida tiene rostros concretos en los que se debe mostrar: los refugiados, los emigrantes, los pobres. ¡Qué bien lo decía san Agustín! “Dios, que nos ha creado sin nosotros, no ha querido salvarnos sin nosotros” (Sermón 169, 11, 13: PL 38, 923). En el origen de las tensiones, luchas y enfrentamientos entre nosotros, que nacen de las frecuentes afrentas de la dignidad de todo ser humano, la Iglesia se hace pregonera de los derechos fundamentales de cada persona que habita esta tierra. La convivencia y el logro de la fraternidad entre los hombres necesita que se establezca un límite claro entre lo que es disponible y lo que no lo es: no se puede disponer de la persona, no se le puede robar su dignidad, hay que respetar los derechos que le ha dado el mismo Creador. Y todos, personas, instituciones y fuerzas sociales, hemos de buscar no hacer intromisiones indebidas en ese patrimonio indisponible del ser humano.

La persona emigrante, refugiada, prófuga, desplazada, objeto de trata, pobre en todas sus dimensiones, quien por diversas causas y motivos tiene que marchar fuera de su país de origen, tiene derecho a encontrarse con quien les diga como el apóstol Pablo: “También yo fui conquistado por Cristo Jesús”. Añadió algo fundamental: “Sed imitadores míos” (cf. Fil 3, 12-17). Y es que, quien se ha dejado conquistar por Cristo, tiene su Vida e imita a Cristo, da siempre como Jesucristo hasta su vida, construye, rehace a quien se encuentra, le hace vivir desde la profundidad a la que él ha llegado con Jesucristo, pone fundamentos a su vida que le hacen no solo vivir seguro a él, sino también da seguridad a quien se encuentra en el camino. Trabajemos incansablemente por quienes llegan de otros lugares. Hagamos que se reconozcan sus derechos, y todo lo que está en nuestra mano para que todos los que llegan encuentren hermanos que les reconocen en su dignidad de “imagen y semejanza de Dios”. Esto es un don y una tarea inaplazable. El don nos ha sido regalado por Dios; Él desea que esta tarea la hagamos con quienes nos encontremos, reconociendo la grandeza de ese don y haciendo lo posible para que se desarrolle en su plenitud.

Vivir en la alegría del Evangelio no es secundario. Cuanto más unidos estemos a Jesucristo, más solícitos seremos con el prójimo, más reconoceremos su dignidad; nos sentiremos “hermanos”, y veremos cómo el tesoro de la fraternidad nos hace practicar la hospitalidad. ¿Cómo no vamos a hacernos cargo de las personas que se encuentran en penuria, en situaciones y condiciones difíciles? ¿Cómo no salir al encuentro de quien tiene necesidad de que se le reconozca su dignidad? ¿Qué dignidad? No existe otra más sublime y suprema que la que da Dios mismo a todas las personas sin excepción. Los seres humanos no podemos poner medidas que limitan el reconocimiento de esa dignidad, sin caer nosotros mismos en el abismo de la indignidad. “No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles” (Hebreos 13, 2). La construcción de un mundo habitable, de esta “casa de todos” en la que nadie tiene que desplazarse forzosamente, no es cuestión secundaria, sino fundamental. El Dios que se revela en Jesucristo exige construir la convivencia desde derechos inalienables, iguales para todos. Su fundamento y garante es Dios. Nosotros somos llamados a ser “guardianes de nuestros hermanos” (Gen. 4, 9).

Con gran afecto, os bendice,

+Carlos, Arzobispo de Madrid

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Beata María de Santa Cecilia Romana (Dina Bélanger) - 4 de septiembre
 

Joven pianista, primera canadiense en ser beatificada. Es una mística de nuestro tiempo, modelo para quien se proponga alcanzar la perfección. En su corta vida encarnó admirablemente su anhelo de amar y dejar hacer a Jesús y a María

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Dina Bélanger, la hermosa joven canadiense que tuvo la fama al alcance de la mano por sus excepcionales dotes musicales, no hallaba en el santoral una mujer canonizada que llevase su nombre, pero ella se propuso cubrir ese vacío con su propia entrega: sería santa. Así lo confió a su educadora cuando constató que buscaba en vano otra Dina. Para ello no tenía más que «amar y dejar hacer a Jesús y a María». Apenas tuvo 33 años de plazo para amasar las virtudes, pero fueron más que suficientes.

Nació en Québec, Canadá, el 30 de abril de 1897. Hubiera sido la primogénita de Olivier y Seraphia, pero un varón nacido con posterioridad murió pocos meses después de nacer, por lo cual fue la única hija del matrimonio. En este hogar acomodado recibió una exquisita educación seguida atentamente por sus padres. Velaron para que ciertos rasgos de su apasionado y temperamental carácter, apreciados cuando aún era una niña, no le ganaran la batalla. Y ciertamente los templó a tiempo, poniendo todo de su parte. Eso hizo de ella una persona entrañable, dócil, humilde y obediente. Tanto Olivier como Seraphia le transmitieron, junto a la fe, excepcionales cualidades como la responsabilidad, el orden, el sentido del trabajo, la discreción, la piedad, la constancia, la abnegación y otros valores que también detectaron profesoras y alumnas.

Desde los seis años estudiaba en el colegio de las religiosas de Nuestra Señora y allí recibió la primera comunión. Entonces la experiencias místicas, que iban a marcar su vida, se hallaban en el umbral de la misma. Como previamente había entrañado a Dios en su corazón, lo aguardaba como algo natural y así tomó el Cuerpo de Cristo: «Mi felicidad era inmensa. Jesús era mío y yo era suya. Esta unión íntima causó en mi alma, entre otras gracias: el hambre de su Cuerpo y de su Sangre, que ha ido creciendo con las comuniones siguientes».

En 1905 inició los estudios de piano. Las altas calificaciones que obtenía, el dominio instrumental y su capacidad para ejecutar con maestría las piezas le auguraban un futuro profesional espléndido. Las inagotables ansias de perfección marcaban sus jornadas. Durante varias veces al día suplicaba esa gracia. En el centro de su vida: la Eucaristía y María. En 1910 se vinculó a las Hijas de María y algo más tarde se consagró a la Virgen. Completó esa ofrenda dándose por completo a Dios, llevada de la «sed de entregarse a su amor». Era parte de un intenso programa que le fue conduciendo firmemente a la unión divina. Cómo sería que a sus 14 años pudo decir con propiedad: «Jesús y yo ya no son dos, somos uno. Sólo Jesús hace uso de mis facultades, de mis sentidos, mis miembros. Él es quien piensa, actúa, ora, busca, habla, camina, escribe, enseña, en una palabra, es Él quien vive ...». Según confió ella misma, Cristo la denominaba: «mi pequeño yo».

El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 hizo que crecieran sus ansias de martirio: «Como he oído hablar de esta donación, conocido como el ofrecimiento heroico, inmediatamente me ofrecí, me abandoné por completo a la voluntad de Jesús, ya que soy su víctima». Dos años más tarde la enviaron a completar estudios de piano, armonía y composición musical al conservatorio de Nueva York. Se alojó en el selecto pensionado Our Lady of Peace, de la calle 14, propiedad de las religiosas de Jesús y María. Allí coincidió con pianistas consumadas como la chilena Rosita Renard. Hasta 1918 estudió en un formidable piano Steinway, piano que en 1990 se enviaría a Sillery por haber sido utilizado por ella ya que el instrumental existente en el convento había sido pasto de las llamas en el incendio que sufrió el convento en 1983. Todo ese tiempo siempre vinculada a Cristo puso mucho cuidado en no envanecerse y sostener firmemente la vocación al amor que latía en su corazón.

Regresó con sus padres en 1918, y en 1921 ingresó en el noviciado que estas religiosas de Jesús y María tenían en Sillery. Se acrecentaba su ardiente anhelo de vivir unida a Dios con una perfecta oración continua y para ello en su itinerario espiritual, a sus habituales ayunos, renuncias y mortificaciones añadía la meditación de las llagas de Cristo. «La práctica de la unión con mi Dios seguía siendo el objeto de mi examen particular. Añadí que quería actuar por amor; sólo por Jesús». La superiora advirtió que se hallaba frente a un alma singular, y le indicó: «Usted debe escribir su vida, mi querida hermana». Aunque Cristo en una locución le dijo que haría mucho bien con sus escritos, ella ignoraba que éstos no eran más que el compendio de su vida, aunque fue autora de otros textos y poesías. Esta petición exigió por su parte un notable esfuerzo. Le contrariaba profundamente hablar en primera persona, viéndose obligada a escribir repetidamente el pronombre «yo». Reconoció que era lo que más le había costado en la vida. Por fortuna obedeció, y gracias a ello se conservan las profundas huellas que el amor de Dios iba trazando en su espíritu. En la redacción se percibe alegría y esperanza, una confianza y fe inalterables. Al profesar en 1923 tomó el nombre de Cecilia, por su vínculo con la música. Fue profesora de esta disciplina en el colegio.

Un día en medio de su «noche oscura» percibió sobrenaturalmente que Cristo se llevaba su corazón, quedándose Él en su lugar. Y en otra ocasión volvió con esta víscera purificándola con tanto amor que quedó abrasado en él; ella misma pudo soplar las cenizas, signo de la ruptura completa con su pasado. Después, volvió a ocupar su espacio en el pecho. Cuando Cristo le hizo entender que moriría el 15 de agosto de 1924 aludía a una muerte mística, no física. Ésta llegó el 4 de septiembre de 1929 tras una tuberculosis que le produjo incontables sufrimientos. Había dicho: «En el cielo yo seré mendiga de amor, esa es mi misión y la comienzo inmediatamente, daré la alegría». Juan Pablo II la beatificó el 20 de marzo de 1993.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba