“Escandalosa e infame”: así definen los obispos del caribe colombiano, en un mensaje, la expulsión de ciudadanos colombianos de Venezuela, ocurrida el pasado mes de agosto.

La decisión de Caracas fue tomada luego del tiroteo ocurrido en la frontera entre los dos países, en el cual resultaron heridos tres soldados y un civil venezolanos. Caracas atribuye el episodio a “fuerzas paramilitares colombianas” y decidió declarar el “estado de emergencia y cerrar las fronteras hasta que no será erradicada en el país limítrofe la venta de productos venezolanos de contrabando. De aquí el drama de más de mil colombianos expulsados, a quienes los obispos ofrecen “oración y solidaridad”.

El “Mensaje por la reconciliación y la paz en la región” fue emitido por los obispos del Caribe colombiano al finalizar la reunión que tuvo lugar en la ciudad de Barranquilla del 26 al 28 de agosto, en la cual, tomaron parte además los representantes de las Redes Sociales para el Desarrollo y la Paz en la región.

“Vivimos tiempos difíciles y caóticos manifestados en el desprecio al valor fundamental de la vida expresado de múltiples formas”- se lee en el mensaje final del encuentro – que cita “la fatiga que todos sentimos por un prolongado conflicto armado; el fortalecimiento de la capacidad militar de los violentos y organizaciones criminales; el flagelo del narcotráfico; las polarizaciones que se desatan en nuestra sociedad y que son generadoras de lógicas de amigo-enemigo”; el creciente deterioro ambiental y la corrupción, la sequía y desnutrición que golpean las familias más pobres: todos factores que, según los prelados, “han desdibujado los horizontes de construcción de una nueva sociedad reconciliada y en paz como deseo unánime de un proyecto de región”.

Por esto, los obispos se comprometen  “a  trabajar, inspirados en los valores del Evangelio, por la reconciliación y la paz”, a “fortalecer las organizaciones y los procesos educativos que contribuyen a una cultura de la reconciliación y la paz; ampliando la participación ciudadana y contribuyendo “en el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras comunidades, fortaleciendo la reconciliación social, “centrada en la verdad, que no se puede ocultar ni deformar, en la justicia que hace posible la recuperación plena de todos los derechos y en el amor y la misericordia que nos abren al horizonte del perdón”.

“Impulsaremos el sueño de una región caribe desde nuestra alegría – continúa el mensaje – nuestra riqueza natural y nuestra pluralidad étnica; viviremos esta cultura de la reconciliación y de la paz en comunión con Dios, con los demás y con la naturaleza; en la práctica de los valores de la armonía, el diálogo, el perdón, la confianza y la misericordia; promoveremos los derechos humanos, la verdad, la justicia y la reparación y contribuiremos en la reconstrucción del tejido social de manera participativa e incluyente”.

“¡Felices los que trabajan por la paz!” expresan finalmente los obispos del Caribe retomando un pasaje de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, en el cual, se recuerda que el modo más adecuado de afrontar el conflicto “es aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso”.

(MCM-RV)