Mensaje de la Comisión Episcopal de Familia y Vida

Los obispos peruanos recuerdan que el aborto no cura el daño por la violación sino que añade más dolor

 

La Comisión Episcopal de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Peruana, presidida por Mons. José Antonio Eguren, explicó que el aborto no soluciona el problema de la violación y tampoco «va a sanar a la mujer» sino que le genera incluso más dolor. Así lo indica la comisión en un mensaje por la 21° Jornada por la Vida que se celebrará en el Perú el domingo 6 de septiembre.

5/09/15 8:47 AM


(Aica/InfoCatólica) En el texto los obispos afirman que «la violación es un acto execrable y violento que debe ser condenado y castigado, pero el aborto no va a solucionar el problema, no va a sanar a la mujer, sino que le añadirá al dolor de la violación la herida imborrable del aborto».

Este mensaje se da a conocer después de que el presidente del Perú, Ollanta Humala declarara en una reciente entrevista que está a favor de que las mujeres «decidan sobre su cuerpo» y que apoya la postura de su esposa y primera dama, Nadine Heredia, que días antes expresó su apoyo a la campaña abortista «déjala decidir» a través de su cuenta de twitter con una foto en la que aparece con sus dos hijas.

Sobre este tema, el titular de la Comisión de Constitución del Congreso y miembro del partido de gobierno, Fredy Otárola, que comparte la postura de la pareja presidencial –pese a haber firmado en marzo de 2011 un compromiso para defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural–, dijo que su grupo de trabajo debatirá la despenalización del aborto por violación apenas terminen de discutir el tema de la reforma electoral lo que podría ocurrir la próxima semana.

La ministra de la mujer, Marcela Huaita, dijo que «la opinión de mi sector también coincide con lo ya dicho por el presidente de la República».

Jornada por la vida

En su mensaje por la jornada del 6 de septiembre titulado «Amar la Vida es siempre ocuparse del otro, es desear su bien», la Comisión de Vida y Familia recuerda que «cada vida humana es don de Dios-Amor, y es sagrada desde el primer instante de su existencia ya que lleva consigo la imagen de su Creador. Solo Dios es Señor de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural».

«Ninguna persona, bajo ninguna circunstancia puede decidir sobre la vida de otro, más aun cuando ese otro es el ser más indefenso y vulnerable de todos: el niño por nacer. ‘La vida desde su concepción debe ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables’».

El mensaje de la comisión presidida por Mons. José Antonio Eguren indica luego que «lamentablemente el derecho a la vida es relativizado hoy en día por falsos ‘derechos’, impuestos en nombre del progreso y la modernidad. Ante ello el papa Francisco nos alerta: ‘no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana’».

«Estas palabras del Santo Padre nos traspasan el corazón, llamándonos a una decidida y frontal defensa de la vida. Es necesario hacer nuestra esta interpelación y defender con coraje la vida frente a las falsas ideologías que disfrazadas de libertad, crean estructuras opresoras y esclavizadoras de las conciencias y del pensamiento, bajo apariencia de novedad y progreso, buscando negar la dignidad humana de los niños por nacer quitándoles la vida y promoviendo legislaciones de muerte».

Tras recordar que el mismo Francisco ha dicho que «resolver los problemas eliminando una vida humana es la forma de actuar de los mafiosos», el texto denuncia que «en nombre de estas falsas libertades, como el pretendido ‘derecho a decidir’, algunas organizaciones están presionando en estos días para que se legalice el aborto en casos de violación».

«Es bueno señalar que en este doloroso caso a la que siga una concepción, nos encontramos frente a tres protagonistas: el delincuente, que es el violador a quien hay que castigar; la mujer que es la víctima y el niño por nacer que es víctima inocente».

Por eso, resalta el mensaje, «en una violación a donde siga la concepción hay dos víctimas que proteger y cuidar: a la madre y a su hijo».

Luego de subrayar que toda vida humana es sagrada e inviolable y que el derecho a la vida no está subordinado a ninguna condición, el texto afirma que «como sociedad, y especialmente desde la familia, cuya misión es el amor, debemos crear las condiciones para que las mujeres embarazadas en situación de crisis, encuentren en nosotros acogida y acompañamiento, para llevar adelante su embarazo con la alegría de saberse amadas».

«Pongamos la Misión de la Familia, que es el Amor en manos de Santa María, Madre de la Vida, para que Ella nos enseñe a formar familias plenamente vivas y generosas», concluye el mensaje.