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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 23 de septiembre de 2015

Viajes pontificios

El Papa llega a Estados Unidos para una visita histórica
Francisco tendrá una reunión con el presidente Obama, intervendrá en el Congreso y en la sede de Naciones Unidas y presidirá el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia

Francisco pone rumbo a Estados Unidos
Tras tres horas y media de vuelo aterrizará en Washington D.C.

El Papa a las familias cubanas: 'En el calor del hogar la fe empapa cada rincón'
11:00 - Santiago de Cuba. En el encuentro con las familias ha recordado que en casa prendemos la fraternidad, la solidaridad, el no ser avasalladores, experimentamos el perdón

Francisco abre el 'Año Jubilar Mariano' en el Santuario de la Caridad del Cobre
10:00 - El arzobispo de Santiago de Cuba: “Los cubanos en la Patria o lejos de ella la llevamos en el corazón”, porque es “un símbolo evidente de cubanía”

El Papa invitó junto a María, a 'abatir murallas y crear puentes'
9:00 - Misa en el santuario de la Virgen de Caridad del Cobre. Francisco agradeció a las abuelas y madres que supieron transmitir la fe a pesar de las dificultades

Viaje a Cuba: programa del Papa - martes 22
Último día en Cuba y llegada por la tarde a Estados Unidos

El papa Francisco

Texto completo del Santo Padre a las familias en Santiago de Cuba
En su último acto del viaje a la Isla, el Papa se ha reunido con las familias e invitado a cuidarlas porque son verdaderas escuelas del mañana

Texto de la homilía del papa Francisco en el Santuario de la Caridad del Cobre
En la misa votiva en honor de la patrona de Cuba

Francisco: 'El viaje a Cuba no fue político, sino pastoral'
Antes de la llegada a Estados Unidos, el Santo Padre dijo a los periodistas del vuelo papal que no tuvo noticia sobre los arrestos de los disidentes. Con Fidel Castro se trató de un encuentro informal y espontáneo 

Mundo

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Cuba: disidentes detenidos para evitar que saluden al Papa
Tres opositoras estaban invitadas por la Nunciatura para saludar a Francisco. Varios grupos de la disidencia denunciaron decenas de arrestos durante la visita a la Isla del Santo Padre

El cardenal Cañizares convoca una vigilia por la unidad de España
El arzobispo de Valencia pide a todas las parroquias que incluyan oraciones por este motivo durante un mes en todas las misas

Espiritualidad y oración

San Pío de Pietrelcina - 23 de septiembre
​«Uno de los más conocidos estigmatizados. Sufrió muchas pruebas, pero fue agraciado con numerosos dones y carismas. Es un moderno cirineo que no solo se abrazó a la cruz personalmente, sino que ayudó a otros a portarla»

Comentario a la liturgia dominical
Domingo 26 del Tiempo Ordinario - Textos: Nm 11, 25-29; St 5, 1-6; Mc 9, 37-42  


Viajes pontificios


El Papa llega a Estados Unidos para una visita histórica
 

Francisco tendrá una reunión con el presidente Obama, intervendrá en el Congreso y en la sede de Naciones Unidas y presidirá el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Después de su gira de tres días por Cuba, el papa Francisco ha viajado este martes por la tarde a Estados Unidos, donde ha llegado con una apretada agenda que lo llevará de Washington a la sede de Naciones Unidas y Nueva York y de ahí al Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, que culminará el próximo domingo, igual que la visita papal.

El Santo Padre ha aterrizado a las 16 hora local en la base Andrews de la fuerza aérea de Washington, donde ha sido recibido al pie del avión de Alitalia por el presidente, Barack Obama, su esposa Michelle y sus dos hijas, en una jornada sin otros actos oficiales. Mañana comenzarán las actividades del Pontífice por el noreste del país.

Tras un breve encuentro con el mandatario norteamericano en el pabellón de autoridades, Francisco se ha trasladado directamente a la Nunciatura de esta ciudad, que será su residencia durante las próximas dos noches.

La llegada del Papa a Washington ha generado un marcado entusiasmo en la capital. Al margen de las estrictas medidas de seguridad, en las calles, edificios y establecimientos comerciales se han podido observar mensajes de bienvenida al Santo Padre. Las arterias por donde ha pasado el Pontífice en un Fiat 500L negro y los lugares de concentración de los fieles también han sido adornados con carteles gigantescos.  

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Francisco pone rumbo a Estados Unidos
 

Tras tres horas y media de vuelo aterrizará en Washington D.C.

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco después del último encuentro en Cuba, con las familias en la catedral de Santiago de Cuba, se dirigió en el papamóvil hasta el aeropuerto Antonio Maceo. A lo largo de los 10 kilómetros del recorrido, miles de personas le saludaban con banderas de Cuba y de la Santa Sede para darle un último adiós.

Tras tocar los himnos de Cuba y de la Santa Sede, la guardia de honor ha rendido homenaje a las banderas de ambos países.  

El Papa, con su hábito color blanco, y a su lado Raúl Castro, en guayabera, saludaron a las delegaciones. La del Vaticano inició con el cardenal Parolín seguido por el arzobispo de La Habana Jaime Ortega y demás miembros. A continuación fueron los representantes del gobierno y autoridades de Cuba.

Después de un último apretón de manos con el presidente Castro, el Papa ha subido al avión con su maletín en mano. El avión Alitalia A330 ha despegado a las 12.27 y la llegada está prevista a la capital de Estados Unidos a las 16.00 hora local (22.00 hora central europea).

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El Papa a las familias cubanas: 'En el calor del hogar la fe empapa cada rincón'
 

11:00 - Santiago de Cuba. En el encuentro con las familias ha recordado que en casa prendemos la fraternidad, la solidaridad, el no ser avasalladores, experimentamos el perdón

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger, acompañar. Mucho se discute sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos. Creo que una de las posibles respuestas se encuentra en mirarlos a ustedes: dejemos un mundo con familias. Por ello ha pedido que "cuidemos a nuestras familias".  

Así lo ha asegurado el santo padre Francisco este martes a las familias, en su último encuentro en Cuba, en la Catedral de Santiago, tras llegar  desde el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, distante 19 kilómetros.

Al iniciar el evento, monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez ha explicado que “la familia es la institución más valorada por los cubanos y, precisamente por eso, es la que más preocupa debido a tantos factores que atentan contra su unidad, su bienestar, su significado, y el sentido del matrimonio en la sociedad actual”.

Las familias jóvenes desean tener hijos --ha indicado-- pero muchas veces este proyecto se vive como un problema, pues hay una significativa emigración principalmente de jóvenes, separación por motivos laborales, dificultades económicas, escasez de viviendas; el resultado es una fuerte caída de la natalidad y de la estabilidad familiar.                

A continuación una familia cubana ha dirigido unas palabras pidiendo al Santo Padre que “ore por nosotros para que podamos llevar adelante nuestra misión de Iglesias domésticas donde se aprenda a amar sin condiciones, a respetarnos los unos a los otros teniendo en cuenta las legítimas diferencias que nos enriquecen, a apoyar y potenciar el logro de las aspiraciones de cada uno de sus miembros y así todos crecer como personas, a tener la capacidad de perdonar y reconciliar para ser instrumentos de paz y misericordia en el seno de la familia y la sociedad”.

El Papa ha recordado en su discurso que “estamos en familia” y “cuando uno está en familia se siente en casa”. Por eso ha dado las gracias a los cubanos por hacerle sentir “todos estos días en familia, por hacerme sentir en casa”.

Haciendo referencia a las bodas de Caná, el Pontífice ha asegurado que “las bodas son momentos especiales en la vida de muchos”. Para los más veteranos “es una oportunidad para recoger el fruto de la siembra”. Acompañar a los hijos, sostenerlos, estimularlos --ha añadido-- para que puedan animarse a construir sus vidas, a formar sus familias, es un gran desafío para todos los padres. A su vez se ve la alegría de los jóvenes esposos. “Todo un futuro que comienza, todo tiene 'sabor' a casa nueva, a esperanza”, ha observado.

Por otro lado ha precisado que Jesús se manifiesta también en las comidas, en las cenas. “Comer con diferentes personas, visitar diferentes casas fue un lugar privilegiado por Jesús para dar a conocer el proyecto de Dios”, ha señalado.

El Papa ha recordado que la cena es el momento del día en el que las familias se encuentran, por eso ha insistido en que “Jesús elige estos momentos para mostrarnos el amor de Dios, Jesús elige estos espacios para entrar en nuestras casas y ayudarnos a descubrir el Espíritu vivo y actuando en nuestras cosas cotidianas”. Y así ha asegurado que es en casa donde “aprendemos la fraternidad, la solidaridad, el no ser avasalladores”, “a recibir y a agradecer la vida como una bendición y que cada uno necesita a los demás para salir adelante”, “experimentamos el perdón, y somos continuamente invitados a perdonar, a dejarnos transformar”. En casa no hay lugar para las caretas, ha asegurado.

Asimismo ha recordado que “en el calor del hogar es donde la fe empapa cada rincón, ilumina cada espacio, construye comunidad”.

De este modo, el Pontífice ha advertido que “en muchas culturas hoy en día van despareciendo estos espacios”. Entonces “no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso ni perdón, ni decir gracias, porque la casa va quedando vacía”.

Ha asegurado que “la familia nos salva de dos fenómenos actuales: la fragmentación (la división) y la masificación”. En ambos casos, “las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar”, ha observado el Papa.

En un gesto espontáneo, el Pontífice ha pedido a todas las mujeres embarazadas, las presentes y las que seguían el discurso por radio o televisión, que se tocaran el vientre y el Papa ha bendecido a los niños. 

Francisco ha concluido su discurso pidiendo oración por el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia y por el Sínodo de Obispos, “para que sepamos entre todos ayudarnos a cuidar a la familia”.

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Francisco abre el 'Año Jubilar Mariano' en el Santuario de la Caridad del Cobre
 

10:00 - El arzobispo de Santiago de Cuba: “Los cubanos en la Patria o lejos de ella la llevamos en el corazón”, porque es “un símbolo evidente de cubanía”

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

"Les deseo un feliz año jubilar, que la Virgen les bendiga y le conceda lo que más anela y desea. Y no se olviden de rezar por mí". Así concluyó este martes el santo padre Francisco la misa y ceremonia de apertura del Año Jubilar Mariano en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.  

Concluida la misa en cuya homilía invitó a 'crear puentes y derribar muros', el arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio García lbáñez, le dirigió unas palabras. 

Le agradeció al Santo Padre “haber llegado como peregrino hasta este bello lomerío en el oriente cubano, a presidir la Eucaristía y a orar ante la bendita imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre”.

Le indicó que “estamos continuando una tradición de 400 años, la más antigua de las tradiciones cubanas, que permanece vigente, crece, se recrea y actualiza con el pasar de los años en medio de las cambiantes circunstancias sociales que ha vivido el país en su historia”.

“Los cubanos en la Patria o lejos de ella --recordó el arzobispo-- la llevamos en el corazón porque sabemos que es la madre de todos sin hacer distinción. Creyentes y no creyentes la consideramos un símbolo evidente de cubanía”.

Y le pidió al Papa “que abra solemnemente el Año Jubilar Mariano que celebraremos, comenzando el día de hoy y concluyendo el 24 de septiembre de 2016, con motivo de los 100 años de la proclamación de la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba, por el Papa Benedicto XV a petición de los mambises y de nuestro pueblo”.

Y le regaló un pergamino copia de la declaración de Independencia del país caribeño.

Concluido el evento religioso, el Pontífice partió a la catedral de la ciudad, para encontrar a las familias y bendecir la urbe. Por la tarde a las 16 horas locales, después de la ceremonia de despedida, el Santo Padre viajará hacia Estados Unidos.  

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El Papa invitó junto a María, a 'abatir murallas y crear puentes'
 

9:00 - Misa en el santuario de la Virgen de Caridad del Cobre. Francisco agradeció a las abuelas y madres que supieron transmitir la fe a pesar de las dificultades

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

Tras haber pernoctado en Santiago de Cuba la noche del lunes, en el Seminario San Basilio Magno, el papa Francisco concluye este martes por la tarde su visita a la Isla, y parte hacia Estados Unidos.

El Papa ha ido desde el seminario al Santuario de la Virgen de la Caridad de Cobre, donde ha presidido la celebración de la eucaristía con paramentos color crema. Una misa votiva en honor a la Madre de Dios, cuya imagen ha sido incensada por el Pontífice al inicio de la celebración en español, en este templo barroco colonial.

El coro ha entonado en polifónico cantos en español, algunos muy solemnes, otros más rítmicos. Entre los presentes, como en las demás misas, estaba el mandatario Raúl Castro. En el exterior del templo, varios miles de personas siguieron a la ceremonia a través de una pantalla gigante.

En su homilía el Papa recordó que  "la presencia de Dios en nuestras vidas nos lleva a movernos". Porque "María lejos de creerse vaya a saber quien, fue a ayudar a su prima Elizabeth". Y el evangelio indica que Ella salió con premura, salió a visitar. Porque la Virgen en la historia ha protegido a aquellos que han luchado por los derechos de sus hijos, y nos trae ahora la palabra de Jesús.

También Cuba fue visitada por la Virgen de la Caridad, recordó el Papa, y Ella dio una forma propia a la fisionomía cubana.  Al punto que hace cien años otros compatriotas la quisieron como patrona, y escribieron que la Virgen bendita siempre estuvo como "rocío consolador", y que fue "cubana por excelencia".

Venerada como madre de la Caridad --quiso precisar el papa Francisco-- Ella "cuida las raíces e identidad" para que no nos perdamos en las vías de las preocupaciones. "Una fe que se mantuvo viva gracias a tantas abuelas que la mantuvieron en las casas de familias", dijo, a través de "una fisura pequeña como un grano de mostaza".

La fuerza revolucionaria de la ternura y del afecto, a ésto nos invita la Virgen, que se vuelve proximidad, compasión, que nos involucra a servir en la vida de los otros. Para visitar al enfermo, al preso, a quien llora y a quien se alegra con las alegrías del vecino.

Queremos --concluyó el Papa-- ser como María, una Iglesia que sirve, que sale de sus templos, de sus casas, para sostener la esperanza. Para abatir murallas y crear puentes. Todos juntos, sirviendo, ayudando,"como hijos de María, de Dios, y de esta noble tierra cubana".

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Viaje a Cuba: programa del Papa - martes 22
 

Último día en Cuba y llegada por la tarde a Estados Unidos

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

Martes, 22 de septiembre
 
-- 8:00 Santa misa en la basílica menor del Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre. (14:00 hora europea)
  
-- 11:00 Encuentro con familias en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción y bendición
   de la ciudad de Santiago. (17:00 hora europea)
 
-- 12:15 Ceremonia de despedida en el aeropuerto Antonio Maceo, y salida hacia Washington D.C. (18:15 hora europea)

-- 16:00 Llegada a Washington D.C. y recibimiento en la Fuerza Aérea de Andrews. (22:00 hora europea)

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El papa Francisco


Texto completo del Santo Padre a las familias en Santiago de Cuba
 

En su último acto del viaje a la Isla, el Papa se ha reunido con las familias e invitado a cuidarlas porque son verdaderas escuelas del mañana

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Publicamos a continuación el discurso del Santo Padre a las familias en la Catedral de Santiago de Cuba. 

Estamos en familia. Y cuando uno está en familia se siente en casa. Gracias familias cubanas, gracias cubanos por hacerme sentir todos estos días en familia, por hacerme sentir en casa. Gracias. Este encuentro con ustedes es como «la frutilla de la torta». Terminar mi visita viviendo este encuentro en familia es un motivo para dar gracias a Dios por el «calor» que brota de gente que sabe recibir, que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa. Gracias a todos los cubanos.                    

Agradezco a Mons. Dionisio García, Arzobispo de Santiago, el saludo que me ha dirigido en nombre de todos y al matrimonio que ha tenido la valentía de compartir con todos nosotros sus anhelos y esfuerzos por vivir el hogar como una «iglesia doméstica».

El Evangelio de Juan nos presenta como primer acontecimiento público de Jesús las Bodas de Caná, en la fiesta de una familia. Ahí está con María su madre y algunos de sus discípulos compartiendo la fiesta familiar.

 Las bodas son momentos especiales en la vida de muchos. Para los «más veteranos», padres, abuelos, es una oportunidad para recoger el fruto de la siembra. Da alegría al alma ver a los hijos crecer y que puedan formar su hogar. Es la oportunidad de ver, por un instante, que todo por lo que se ha luchado valió la pena. Acompañar a los hijos, sostenerlos, estimularlos para que puedan animarse a construir sus vidas, a formar sus familias, es un gran desafío para los padres. A su vez, la alegría de los jóvenes esposos. Todo un futuro que comienza, todo tiene «sabor» a casa nueva, a esperanza. En las bodas, siempre se une el pasado que heredamos y el futuro que nos espera. Hay memoria y esperanza.  Siempre se abre la oportunidad para agradecer todo lo que nos permitió llegar hasta el hoy con el mismo amor que hemos recibido.                    

Y Jesús comienza su vida pública precisamente en una boda. Se introduce en esa historia de siembras y cosechas, de sueños y búsquedas, de esfuerzos y compromisos, de arduos trabajos que araron la tierra para que ésta dé su fruto. Jesús comienza su vida en el interior de una familia, en el seno de un hogar. Y es precisamente en el seno de nuestros hogares donde continuamente Él se sigue introduciendo, Él sigue siendo parte. Le gusta meterse en la familia.                 

Es interesante observar cómo Jesús se manifiesta también en las comidas, en las cenas. Comer con diferentes personas, visitar diferentes casas fue un lugar privilegiado por Jesús para dar a conocer el proyecto de Dios. Él va a la casa de sus amigos –Marta y María–, pero no es selectivo, no le importa si son publicanos o pecadores, como Zaqueo. No sólo Él actuaba así, sino cuando envió a sus discípulos a anunciar la buena noticia del Reino de Dios, les dijo: «Quédense en la casa que los reciba, coman y beban de los que ellos tengan» (Lc 10,7). Bodas, visitas a los hogares, cenas, algo de «especial» tendrán estos momentos en la vida de las personas para que Jesús elija manifestarse ahí.

Recuerdo en mi diócesis anterior que muchas familias me comentaban que el único momento que tenían para estar juntos era normalmente en la cena, a la noche, cuando se volvía de trabajar, donde los más chicos terminaban la tarea de la escuela. Era un momento especial de vida familiar. Se comentaba el día, lo que cada uno había hecho, se ordenaba el hogar, se acomodaba la ropa, se organizaban las tareas fundamentales para los demás días. Los chicos se peleaban, pero era el momento. Son momentos en los que uno llega también cansado y alguna que otra discusión, alguna que otra «pelea» entre marido y mujer aparecce. Pero no hay que tenerle mido. Yo le tengo más miedo a los matrimonios que nunca nunca tuvieron una discusión, es raro. Jesús elije estos momentos para mostrarnos el amor de Dios, Jesús elije estos espacios para entrar en nuestras casas y ayudarnos a descubrir el Espíritu vivo y actuando en nuestras cosas cotidianas. Es en casa donde aprendemos la fraternidad, donde aprendemos la solidaridad, donde aprendemos el no ser avasalladores. Es en casa donde aprendemos a recibir y a agradecer la vida como una bendición y que cada uno necesita a los demás para salir adelante. Es en casa donde experimentamos el perdón, y estamos invitados a perdonar, a dejarnos transformar. Es curioso, en casa no hay lugar para las «caretas», somos lo que somos y de una u otra manera estamos invitados a buscar lo mejor para los demás.

Por eso la comunidad cristiana llama a las familias con el nombre de iglesias domésticas, porque en el calor del hogar es donde la fe empapa cada rincón, ilumina cada espacio, construye comunidad. Porque en momentos así es como las personas iban aprendiendo a descubrir el amor concreto y operante de Dios.                    

En muchas culturas hoy en día van despareciendo estos espacios, van desapareciendo estos momentos familiares, poco a poco todo lleva a separarse, aislarse; escasean momentos en común, para estar juntos, para estar en familia. Entonces no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso, no se sabe perdir perdón, no se sabe dar gracias, porque la casa va quedando vacía. No de gente, sino vacía de relaciones, vacía de contactos, vacía de encuentros. De padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos. Hace poco, una persona que trabaja conmigo me contaba que su esposa e hijos se habían ido de vacaciones y él se había quedado solo porque le tocaba trabajar.  El primer día, la casa estaba toda en silencio, en paz, estaba feliz, nada estaba desordenado. Al tercer día, cuando le pregunto cómo estaba, me dice: quiero que vengan ya todos de vuelta todos. Sentía que no podía vivir sin su esposa y sus hijos. Y eso es lindo.

Sin familia, sin el calor de hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, nos alimentan en la cotidianidad y motivan la lucha para la prosperidad. La familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden: la fragmentación (la división) y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar. Y entonces encontramos en el mundo sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas que son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares; cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas. Uno se olvida de cómo se dice papá, mamá, hijo, hija, abuelo, abuela. Se van como olvidando esas relaciones que son el fundamento.

La familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás. Cuando vivimos bien en familia los egoísmos quedan chiquitos, existen porque todos tenemos algo de egoísmo. Pero cuando no se vive una vida de familia se van engendrando esas personalidad que las podemos llamar así: yo, me, mí conmigo, para mí, totalmente centradas en sí mismo, que no saben de solidaridad, de fraternidad, de trabajo en común, de amor, de discusión entre hermanos, no saben.

A pesar de tantas dificultades como aquejan hoy a nuestras familias del mundo, no nos olvidemos de algo, por favor: las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger, acompañar. Es una manera de decir que son una bendición, cuando vos empiezas a vivir la familia como un problema, te estancas, no caminas, estás muy centrado en vos mismo.

Mucho se discute sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos. Creo que una de las posibles respuestas se encuentra en mirarlos a ustedes: esta familia que habló a cada uno de ustedes. Dejemos un mundo con familias. Es la mejor herencia, dejemos un mundo con familias. Es cierto que no existe la familia perfecta, no existen esposos perfectos, padres perfectos, ni hijos perfectos, y si no se enojan yo diría suegra perfecta, no existe, pero eso no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor y el amor siempre se compromete con las personas que ama. El amor siempre se compromete con la persona que ama. Por eso, cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos espacios de libertad. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos centros de humanidad. Y aquí me viene una imagen, cuando las audiencias de los miércoles paso a saludar a la gente, tantas tantas mujeres me muestran la panza y me dicen ‘padre me lo bendice’. Les voy a proponer algo, a todas aquellas mujeres que están embarazas de esperanza, porque un hijo es una esperanza, que en este momento se toquen la panza. Si hay alguna acá, que lo haga acá, o las que están escuchando por radio o televisión. Y yo a cada una de ellas, a cada chico o chica que está ahí dentro esperando, le doy la bendición, así que cada una se toca la panza, y yo le doy la bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.  Y deseo que venga sano, que crezca bien, que lo pueda criar. Acaricien al hijo que están esperando.

No quiero terminar sin hacer mención a la Eucaristía. Se habrán dado cuenta que Jesús quiere utilizar como espacio de su memorial, una cena. Elige como espacio de su presencia entre nosotros un momento concreto en la vida familiar. Un momento vivido y entendible por todos, la cena.

La Eucaristía es la cena de la familia de Jesús, que a lo largo y ancho de la tierra se reúne para escuchar su Palabra y alimentarse con su Cuerpo. Jesús es el Pan de Vida de nuestras familias, Él quiere estar siempre presente alimentándonos con su amor, sosteniéndonos con su fe, ayudándonos a caminar con su esperanza, para que en todas las circunstancias podamos experimentar que es el verdadero Pan del cielo.

En unos días participaré junto a familias del mundo en el Encuentro Mundial de las Familias y en menos de un mes en el Sínodo de Obispos, que tiene como tema la Familia. Los invito a rezar especialmente por estas dos instancias, para que sepamos entre todos ayudarnos a cuidar a la familia, para que sepamos seguir descubriendo al Emmanuel, es decir al Dios que vive en medio de su Pueblo haciendo de cada familia y de todas las familias su hogar. Cuento con la oración de ustedes.

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Texto de la homilía del papa Francisco en el Santuario de la Caridad del Cobre
 

En la misa votiva en honor de la patrona de Cuba

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

El Evangelio que escuchamos nos pone de frente al movimiento que genera el Señor cada vez que nos visita: nos saca de casa. Son imágenes que una y otra vez somos invitados a contemplar. La presencia de Dios en nuestra vida nunca nos deja quietos, siempre nos motiva al movimiento. Cuando Dios visita, siempre nos saca de casa. Visitados para visitar, encontrados para encontrar, amados para amar.

Ahí vemos a María, la primera discípula. Una joven quizás de entre 15 y 17 años, que en una aldea de Palestina fue visitada por el Señor anunciándole que sería la madre del Salvador. Lejos de «creérsela» y pensar que todo el pueblo tenía que venir a atenderla o servirla, ella sale de casa y va a servir. Sale a ayudar a su prima Isabel. La alegría que brota de saber que Dios está con nosotros, con nuestro pueblo, despierta el corazón, pone en movimiento nuestras piernas, «nos saca para afuera», nos lleva a compartir la alegría recibida como servicio, como entrega en todas esas situaciones «embarazosas» que nuestros vecinos o parientes puedan estar viviendo. El Evangelio nos dice que María fue de prisa, paso lento pero constante, pasos que saben a dónde van; pasos que no corren para «llegar» rápido o van demasiado despacio como para no «arribar» jamás. Ni agitada ni adormentada, María va con prisa, a acompañar a su prima embarazada en la vejez. María, la primera discípula, visitada ha salido a visitar. Y desde ese primer día ha sido siempre su característica particular. Ha sido la mujer que visitó a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos, jóvenes. Ha sabido visitar y acompañar en las dramáticas gestaciones de muchos de nuestros pueblos; protegió la lucha de todos los que han sufrido por defender los derechos de sus hijos. Y ahora, ella todavía no deja de traernos la Palabra de Vida, su Hijo nuestro Señor.

Estas tierras también fueron visitadas por su maternal presencia. La patria cubana nació y creció al calor de la devoción a la Virgen de la Caridad. «Ella ha dado una forma propia y especial al alma cubana –escribían los Obispos de estas tierras– suscitando los mejores ideales de amor a Dios, a la familia y a la Patria en el corazón de los cubanos».
También lo expresaron sus compatriotas cien años atrás, cuando le pedían al Papa Benedicto XV que declarara a la Virgen de la Caridad Patrona de Cuba, y escribieron:
«Ni las desgracias ni las penurias lograron “apagar” la fe y el amor que nuestro pueblo católico profesa a esa Virgen, sino que, en las mayores vicisitudes de la vida, cuando más cercana estaba la muerte o más próxima la desesperación, surgió siempre como luz disipadora de todo peligro, como rocío consolador…, la visión de esa Virgen bendita, cubana por excelencia… porque así la amaron nuestras madres inolvidables, así la bendicen nuestras esposas».

En este Santuario, que guarda la memoria del santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, María es venerada como Madre de la Caridad. Desde aquí Ella custodia nuestras raíces, nuestra identidad, para que no nos perdamos en los caminos de la desesperanza. El alma del pueblo cubano, como acabamos de escuchar, fue forjada entre dolores, penurias que no lograron apagar la fe, esa fe que se mantuvo viva gracias a tantas abuelas que siguieron haciendo posible, en lo cotidiano del hogar, la presencia viva de Dios; la presencia del Padre que libera, fortalece, sana, da coraje y que es refugio seguro y signo de nueva resurrección. Abuelas, madres, y tantos otros que con ternura y cariño fueron signos de visitación, de valentía, de fe para sus nietos, en sus familias. Mantuvieron abierta una hendija pequeña como un grano de mostaza por donde el Espíritu Santo seguía acompañando el palpitar de este pueblo.
Y «cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño» (Evangelii gaudium, 288).

Generación tras generación, día tras día, somos invitados a renovar nuestra fe. Somos invitados a vivir la revolución de la ternura como María, Madre de la Caridad. Somos invitados a «salir de casa», a tener los ojos y el corazón abierto a los demás. Nuestra revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre projimidad, que se hace siempre compasión y nos lleva a involucrarnos, para servir, en la vida de los demás. Nuestra fe nos hace salir de casa e ir al encuentro de los otros para compartir gozos y alegrías, esperanzas y frustraciones.

Nuestra fe, nos saca de casa para visitar al enfermo, al preso, al que llora y al que sabe también reír con el que ríe, alegrarse con las alegrías de los vecinos. Como María, queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad. Como María, Madre de la Caridad, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación. Como María, queremos ser una Iglesia que sepa acompañar todas las situaciones «embarazosas» de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad, no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos.

Éste es nuestro cobre más precioso, ésta es nuestra mayor riqueza y el mejor legado que podamos dejar: como María, aprender a salir de casa por los senderos de la visitación. Y aprender a orar con María porque su oración es memoriosa, agradecida; es el cántico del Pueblo de Dios que camina en la historia. Es la memoria viva de que Dios va en medio nuestro; es memoria perenne de que Dios ha mirado la humildad de su pueblo, ha auxiliado a su siervo como lo había prometido a nuestros padres y a su descendencia por siempre.

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Francisco: 'El viaje a Cuba no fue político, sino pastoral'
 

Antes de la llegada a Estados Unidos, el Santo Padre dijo a los periodistas del vuelo papal que no tuvo noticia sobre los arrestos de los disidentes. Con Fidel Castro se trató de un encuentro informal y espontáneo 

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

En su encuentro con los periodistas durante el vuelo de Santiago de Cuba a Washington, el papa Francisco ha manifestado este martes que no tuvo noticia sobre los arrestos de los opositores. “Estaba claro que yo no habría dado ninguna audiencia privada, no solo a los disidentes, sino también a los demás, incluidos algunos líderes de Estado que habían pedido una”, ha añadido.

El Santo Padre ha reconocido también que “sé que de la Nunciatura se hicieron llamadas telefónicas a algunos disidentes para decirles que, al llegar a la Catedral de La Habana, los habría saludado con gusto. Saludé a todos, pero nadie se identificó como disidente”.

El Pontífice ha dejado claro que la Iglesia en Cuba hace todo lo posible por ayudarles y, concretamente, “ha trabajado para hacer listas de prisioneros a los que hay que dar el indulto”, una medida que ha beneficiado a más de 3.500 presos por delitos comunes. “La Iglesia ha trabajado y está trabajando para pedir indultos, y lo seguirá haciendo”, ha insistido.

A la pregunta sobre si Fidel Castro le había manifestado algún arrepentimiento por el modo en que ha gobernado la Isla, el Papa ha afirmado que “el arrepentimiento es algo muy íntimo, de consciencia”.

Asimismo, ha explicado que la conversación con el líder de la revolución cubana “fue un encuentro informal, espontáneo”. “Hablamos solo sobre el colegio de los jesuitas y sobre cómo lo ponían a trabajar. Después hablamos mucho sobre la encíclica Laduato si’. Él está muy interesado por el tema de la ecología y está preocupado por el medio ambiente”, ha señalado Francisco.

En esta misma línea, el Santo Padre ha comentado que no entró en temas políticos porque “en Cuba el viaje era pastoral, mis intervenciones fueron homilías. Fue un lenguaje más pastoral”.

A la observación de que quizá haya estado más blando con el comunismo que con el capitalismo, el Pontífice ha respondido que “en los discursos en Cuba siempre aludí a la doctrina social de la Iglesia. Las cosas que hay que corregir las dije claramente, no de manera perfumada”.

Sobre el viaje a Estados Unidos, el Papa ha adelantado que en su discurso al Congreso no pedirá el levantamiento del embargo sino que los dos países continúen avanzando en la mejora de las relaciones mutuas. “Hablaré en general sobre los acuerdos como un signo de progreso en la convivencia”, ha revelado.

Por último, Francisco ha hablado sobre las críticas a su magisterio: “Lo que digo está en la doctrina social de la Iglesia”. “¿Me preguntan si soy católico? Si sirve, puedo recitar el Credo…”, ha concluido.

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Mundo


Colombia y Venezuela rebajan la tensión
 

Los presidentes Santos y Maduro anuncian el retorno inmediato de los embajadores, pero la frontera sigue cerrada

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, acordaron este lunes en Quito rebajar la tensión entre ambos países tras el cierre de la frontera, aunque esta permanecerá cerrada. Los mandatarios, en una declaración conjunta leída por el gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, anunciaron el retorno inmediato de los embajadores y la “normalización progresiva de la frontera”.

“Es el reinicio de las relaciones, basadas en la cooperación y el respeto y el enfrentamiento común de los problemas que tenemos ambos países”, dijo Maduro tras el encuentro. “Ha sido una reunión muy franca, muy clara en medio de un clima de hermandad. ¿Quién triunfó hoy? La sensatez, el diálogo, y lo que debe triunfar siempre, la paz”. “Fue una discusión serena, respetuosa y productiva”, añadió Santos.

Ambos presidentes acordaron una agenda de trabajo entre Colombia y Venezuela. El próximo miércoles se reunirán algunos de los ministros implicados en esta crisis en Caracas “para tratar los temas sensibles de las fronteras”. Uno de los aspectos que se abordará será el del contrabando.

La reunión, celebrada en la casa privada del mandatario de Ecuador, se prolongó durante casi cinco horas. Estuvieron presentes Correa y el gobernante uruguayo Tabaré Vázquez, en representación de las presidencias de turno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), respectivamente.

La crisis comenzó el pasado 19 de agosto con el cierre del principal paso fronterizo, entre la ciudad colombiana de Cúcuta y el estado venezolano de Táchira, y ha provocado que 1.608 colombianos, entre ellos alrededor de 300 menores, hayan sido deportados por Venezuela a través de Santander, Arauca, La Guajira y Vichada. Otras 19.686 personas han huido del país a través de vías no habilitadas por miedo a ser expulsadas y tener que verse obligadas a dejar sus pertenencias, según estimaciones de las Naciones Unidas.

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El KAICIID presenta en Nueva York el Mapamundi de la Paz
 

La organización constata que la reducción de la pobreza, la resolución de conflictos, la justicia, la igualdad, los derechos humanos y la educación para todos son posibles gracias al diálogo interreligioso

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

En la cumbre que tendrá lugar entre el 25 y el 27 de septiembre en Nueva York, los líderes mundiales se preparan para aprobar la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Con motivo de esta reunión, el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID) ha alentado a los responsables políticos y a los Estados a integrar en su estrategia para alcanzar dichos objetivos a las organizaciones que promueven el diálogo interreligioso.

Para facilitar este objetivo, el KAICIID ha presentado este lunes en Nueva York el Mapamundi de la Paz. En su primera fase, “presenta una base de datos interactiva en la que figuran más de 400 organizaciones que trabajan para promover el diálogo interreligioso en todo el mundo”, explican en un comunicado. Además, “muestra un sector floreciente, interconectado y dinámico de organizaciones internacionales que emplean el diálogo interreligioso para promover objetivos como la reducción de la pobreza, la resolución de conflictos, la justicia, la igualdad, los derechos humanos y la educación para todos”.

“En muchos lugares del mundo, los actores religiosos están a la par de los Estados y otras organizaciones de la sociedad civil como destacados proveedores de servicios de salud y educación. En particular, su función como líderes morales y espirituales de sus comunidades les permite desempeñar un papel especialmente influyente. Al mismo tiempo, en muchos sitios estallan conflictos debido a que los extremistas violentos intentan manipular la religión para justificar la violencia, con consecuencias cada vez más dañinas para el desarrollo y la paz”, ha afirmado el director de Programas e Investigación del KAICIID, Patrice Brodeur.

“Lo que muestra el Mapamundi de la Paz es un creciente número de organizaciones que no sólo promueven el diálogo entre los fieles de distintas religiones, sino también las muchas maneras en que el diálogo lleva a la cooperación entre diferentes grupos, entre ellos comunidades religiosas, con respecto a muchos asuntos urgentes. Ese diálogo activo también puede contribuir a mitigar los conflictos, y nos permite avanzar en la tarea urgente de garantizar el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todos”, ha añadido.

“La Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible subraya acertadamente la importancia de la cooperación entre todos los actores para alcanzar esos objetivos. Confiamos en que el Mapamundi de la Paz ayudará a que las organizaciones que trabajan en el diálogo formen parte de este acuerdo global”, ha destacado Brodeur.

“Este mapa destaca las vulnerabilidades que podrán reducirse mediante el diálogo interreligioso”, ha asegurado Walter Kemp, director para Europa y Asia Central del Instituto Internacional de la Paz.  “También está concebido para motivar a todos los interesados en la paz a fortalecer la capacidad de recuperación y a movilizar esfuerzos inmediatos”, ha indicado.

El Mapamundi de la Paz del KAICIID revela ya un conjunto de datos interesantes: “Solo alrededor de un 30 por ciento de las organizaciones que trabajan en la promoción del diálogo interreligioso son en sí mismas organizaciones religiosas o basadas en la religión. La inmensa mayoría de las organizaciones incluidas en este pormenorizado directorio, más de un 80 por ciento, trabajan en las áreas de resolución de conflictos y consolidación de la paz, como reflejo de la preocupación global ante el aumento de conflictos alrededor del mundo basados en la identidad”.

El trabajo se ha elaborado con la colaboración de aliados como el Instituto Internacional de la Paz y el Proyecto Pluralismo de la Universidad de Harvard. 

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Cuba: disidentes detenidos para evitar que saluden al Papa
 

Tres opositoras estaban invitadas por la Nunciatura para saludar a Francisco. Varios grupos de la disidencia denunciaron decenas de arrestos durante la visita a la Isla del Santo Padre

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Berta Soler, líder de las Damas de Blanco; Miriam Leiva, periodista independiente, y Martha Beatriz Roque, presa política de la Primavera Negra, fueron detenidas el sábado durante unas horas cuando se disponían a acudir a la sede diplomática del Vaticano, tras haber sido invitadas personalmente por la Nunciatura para que pudieran saludar al papa Francisco a su llegada al país.

Lo mismo volvió a suceder el domingo en el caso de Leiva y Roque cuando se trasladaban a la catedral, también invitadas por el secretario de la embajada de la Santa Sede.

Por su parte, Soler fue detenida durante unas horas junto a su marido, Ángel Moya, y otra veintena de Damas de Blanco cuando pretendían asistir a la misa en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Preguntado por los periodistas, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi no desmintió que la Nunciatura Apostólica hubiera contactado con estas personas, aunque recordó que en la agenda del viaje no estaba previsto un encuentro con miembros de la disidencia.

“No puedo desmentir una llamada telefónica con personas de la oposición, con la idea de que pudiese haber un saludo del Papa”, destacó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, subrayando que de todos modos “un encuentro particular y especial del Santo Padre” con la disidencia cubana “no está previsto”. “Esto es lo que puedo decir”, afirmó el padre Lombardi durante una rueda de prensa.

En una comparecencia anterior ante los medios de comunicación, el sacerdote jesuita recordó que además de discursos públicos, en las visitas papales hay también temas que se tratan en privado.

Varios grupos de la disidencia han denunciado decenas de detenciones y arrestos domiciliarios de opositores por parte de la Seguridad del Estado. Entre 50 y 100 opositores han sido detenidos estos días en todo el país, según cifras provisionales de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

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El cardenal Cañizares convoca una vigilia por la unidad de España
 

El arzobispo de Valencia pide a todas las parroquias que incluyan oraciones por este motivo durante un mes en todas las misas

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares Llovera, ha invitado a los fieles de su diócesis a “rezar por España y su unidad”, y ha convocado a una vigilia en la catedral el próximo viernes por la tarde. Además, el cardenal Cañizares ha pedido a todas las parroquias que incluyan oraciones por esta misma intención durante un mes en todas las misas, informó la agencia de noticias de la archidiócesis de Valencia (AVAN).

El purpurado valenciano señala en una carta pastoral hecha pública este martes que “no hay ninguna justificación moral” para la secesión. Refiriéndose a las próximas elecciones en Cataluña, dice que “no entramos en valoraciones políticas”. Aun así, explica que “desde el punto de vista moral lo que suceda el 27 de septiembre plantea unas cuestiones de suma gravedad”.

En la misiva, que también firma el obispo auxiliar, Mons. Esteban Escudero, titulada Orar por España y su unidad, ambos prelados destacan que es mejor la unidad que la división. “Pidamos por España, pidamos por Cataluña, pidamos por su fidelidad a las raíces que las sustentan, por su progreso, por su bienestar, por cuanto les afecta y necesitan”, indica el cardenal Cañizares, apelando a la Conferencia Episcopal Española y a la Constitución, entre otros.

“Por el bien común de España con Cataluña, por la convivencia, correspondencia, solidaridad y colaboración justa entre todos los que formamos este noble y diversificado pueblo con un proyecto común y una empresa compartida desde siglos”, insiste el arzobispo de Valencia, al tiempo que hace un llamamiento a la oración por la unidad de la nación “en todas las parroquias y comunidades, colegios diocesanos y escuelas católicas, en las universidades de la Iglesia”.

“Que Dios nos conceda cordura, sabiduría, prudencia, discernimiento para saber lo que es bueno y justo, valor, bien hacer y justo proceder, corazón y mirada limpia para actuar en estos momentos conforme a la sabiduría que procede de Dios”, concluye el purpurado.

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Espiritualidad y oración


San Pío de Pietrelcina - 23 de septiembre
 

​«Uno de los más conocidos estigmatizados. Sufrió muchas pruebas, pero fue agraciado con numerosos dones y carismas. Es un moderno cirineo que no solo se abrazó a la cruz personalmente, sino que ayudó a otros a portarla»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Francesco Forgione es una de las figuras emblemáticas del siglo XX, extraordinariamente probado y aclamado como santo antes de su muerte. Lo inexplicable tuvo en él a uno de sus insignes representantes. Fue, sin proponérselo, vía de controversia para los incrédulos, de los que eligieron la razón como bandera. Es un instrumento del cielo para mostrar a los reticentes y al resto del mundo la grandeza y el poder infinito del amor de Dios, clave única de tanto misterio acogido sin dudar por los sencillos y humildes de corazón. Un caudal de dones: estigmas, bilocación, curación, profecía, lágrimas, penetración de espíritu, de perfume (sus estigmas olían a flores), etc., fueron llegando a la vida de este capuchino, que solo quiso ser «un fraile que reza», en medio de incontables sufrimientos, sirviéndole como peana para alcanzar la gloria eterna. «Los ángeles solo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios. Solo el sufrimiento nos permite decir con toda seguridad: Dios mío, mirad cómo os amo». Entendió perfectamente las palabras de Cristo: «Casi todos vienen a mí para que les alivie la cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla». Este moderno cirineo no vaciló; portó la cruz elegantemente hasta el fin de sus días, unido al Redentor, infundiendo aliento a los demás y ayudándoles a llevar la suya: «Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡coraje! y adelante siempre».

Nació en Pietrelcina, Italia, en el seno de una humilde familia, el 25 de mayo de 1887; fue el cuarto de ocho hijos. A los 5 años tuvo la primera aparición del Sagrado Corazón de Jesús, y tiempo después comenzaron las de la Virgen, que perduraron siempre. A esa edad le asaltaron los envites del diablo, que no cesaron de atormentarle a lo largo de su existencia. Su ángel de la guarda, cuya presencia se le hizo patente, le fue asistiendo en su misión. Fue un niño silencioso, disciplinado, tímido, sensible y estudioso. Devotísimo de Jesús y de María, se las ingenió para que el sacristán le permitiese acudir al Sagrario cuando el templo estaba cerrado. Era pequeño cuando por su mediación sanó un niño que tenía malformaciones y al que su madre, desesperada, arrojaba contra el altar. Ingresó con los capuchinos en 1903. La víspera se le apareció la Virgen acompañando a su divino Hijo, quien le animó en el paso que iba a dar poniendo la mano sobre su hombro. En otras visiones terribles de sesgo diabólico había contemplado los sufrimientos que le esperaban, y Cristo le confortó asegurándole que estaría junto a él hasta el fin del mundo. También María le consoló.

Se ordenó en Benevento en 1910 con este sentimiento: «Que yo sea un altar para tu Cruz. Un cáliz de oro para tu sangre». No gozó de buena salud. De pequeño había estado a punto de morir de fiebres tifoideas, y aún así llevó una vida austera, de grandes ayunos y penitencias. Poco después de ordenarse, muy enfermo tuvo que regresar a Pietrelcina para reponerse. Fue de convento en convento y sirvió en filas; seguía sin mejorar. En 1912 este fraile de fuerte carácter y cierta rudeza, pero de inmenso corazón, percibió los primeros signos de los estigmas y, aún fugazmente, el amor místico. En 1916 partió a San Giovanni Rotondo con idea de pasar un tiempo, pero permaneció allí el resto de su vida. En agosto de 1918 experimentó la transverberación, sintiéndola como un dardo de fuego que se le clavaba en el corazón, y en septiembre los estigmas, «visibles y sangrantes» que nunca cesaron.

Había recibido el don de aglutinar en torno a sí a personas que demandaban su consejo espiritual; no las decepcionó. Asistió a todas a través de exhortaciones, diálogos y un sinfín de cartas que cursó hasta que fue vetado por las autoridades eclesiásticas que examinaban concienzudamente su caso. Y es que en 1918, al quedar al descubierto las llagas de Cristo que había recibido en sus manos, pies y costado izquierdo, comenzó otro calvario uniéndose los combates contra el diablo que arremetía contra él casi de continuo. A cada uno se nos concede la gracia que nos basta. Al P. Pío no le faltó tampoco en medio de la estrecha vigilancia a la que fue sometido, sobre todo entre los años 1922 y 1923. El Santo Oficio dudaba de la «sobrenaturalidad de los hechos» y ello le acarreó no pocos sufrimientos. No pudo oficiar misa públicamente ni remitir escrito alguno, de modo que no pudo responder a las misivas que iban llegando al convento. Los numerosos fieles que acudían a sus misas, que duraban horas y en las que mostraba su profunda adoración al misterio del sacrificio del Redentor, no pudieron acompañarle. En 1931 la situación empeoró. La orden dictada era estricta; se redujo a la celebración privada de la misa. Dos años más tarde cesó esta restricción y en 1934 pudo confesar. Atrás quedaba una década de reclusión en su celda, soportando interrogatorios entre las sospechas de sus hermanos, de miembros de la Santa Sede, médicos y otros.

Entretanto, se multiplicaron las conversiones en torno al santo que había llegado a pasar 16 horas diarias en el confesionario; tenía una lista de espera de varios días porque la gente quería ser dirigida por este sacerdote que reprendía con dureza las faltas de amor. Ello se debía, como se viene constatando en este santoral de ZENIT a través de otras vidas que se han ido ofreciendo, por la intensísima pasión por lo divino que inundaba sus entrañas: «Todo se resume en esto: estoy devorado por el amor a Dios y el amor al prójimo. ¿Cómo es posible ver a Dios que se entristece ante el mal y no entristecerse de igual modo? Yo no soy capaz de algo que no sea tener y querer lo que quiere Dios». En 1940 proyectó la «Casa Alivio del Sufrimiento», inaugurada en 1956. En 1960 fue objeto de nuevas prohibiciones; en 1964 las levantaron. Murió el 22 de septiembre de 1968, tras medio siglo con los estigmas. Juan Pablo II lo beatificó el 2 de mayo de 1999, y lo canonizó el 16 de junio de 2002.

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Comentario a la liturgia dominical
 

Domingo 26 del Tiempo Ordinario - Textos: Nm 11, 25-29; St 5, 1-6; Mc 9, 37-42

 

Por Antonio Rivero

Brasil, (ZENIT.org)

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: Cuidemos en nuestra vida la intolerancia, los celos y la intransigencia, pues no son evangélicos. Nadie tiene el monopolio del Espíritu, pues Él sopla donde quiere y cuando quiere.

Síntesis del mensaje: No es propio del Cristianismo el ser intolerante, tajante y radical. Basta ver a Jesús manso y humilde de corazón que tuvo paciencia con los apóstoles, que predicaba el Reino con respeto, exigía desde los valores de la justicia, verdad y solidaridad, y valoraba las cosas positivas de los maestros de la ley y fariseos.

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, Moisés no se puso celoso porque Eldad y Medad profetizasen. “Ojalá que todo el pueblo de Dios fuera profeta y descendiera sobre todos el espíritu del Señor”. Es un preludio de lo que nos dirá el Espíritu Santo en el concilio Vaticano II: “El Pueblo santo de Dios participa también de la función profética de Cristo, difundiendo su testimonio vivo sobre todo con la vida de fe y caridad y ofreciendo a Dios el sacrificio de alabanza…Además, el mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los ministerios…sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia” (Lumen Gentium, 12).

En segundo lugar, ahora es el apóstol Juan, quien se definía “el discípulo amado”, el que parece intolerante y prohíbe a uno expulsar demonios en nombre de Jesús. Cree que sólo ellos, los apóstoles, tienen el monopolio y la exclusiva de estos ministerios. Intolerante, tajante y radical, porque un hombre de pueblo se mete a exorcista y despacha a los demonios. Ya vimos en la primera lectura cómo Moisés paró los pies a esos intolerantes que le pedían que les prohibiese profetizar. La intolerancia es cerrilismo, ignorancia y pecado. La tolerancia es cortesía, inteligencia y virtud. Ahora entendemos mejor al Papa Francisco. La intolerancia es un escándalo. Y escandalizar, según nuestra moral y el evangelio, no es dar que hablar, sino incitar, colaborar….con el pecado. En este caso la intolerancia es virtud porque su objetivo es lo malo. Las palabras de Jesús hoy son una exhortación a la tolerancia y a la magnanimidad. La exclusión sectaria, la mirada narcisista, la pretensión monopolizadora, son actitudes extrañas al espíritu de Jesús. Eliminando toda cerrazón ortodoxa, el cristianismo ha de saber acoger, apoyar y estimular a todos los hombres que defiendan una causa noble, aunque no estén inscritos en su comunidad ni pertenezcan a su confesión. A éstos, por mínima que sea su acción humanitaria, no se les negará la recompensa divina. ¡Cuánto menos la acogida humana!

Finalmente, habría que preguntarnos si realmente somos tolerantes o intolerantes. Tolerantes en qué. Intolerantes en qué y cuándo. Ya sabemos lo que nos vendrá. La intolerancia de los intolerantes es tan grave, que Jesús les cuelga hoy al cuello una rueda de molino ¡y al mar!, los mutila –ojo, brazo, pierna- ¡y al tostadero!, les cierra a cal y canto la puerta del cielo ¡y a la calle! Naturalmente, es un decir de decires, una hipérbole, pero no un decir por decir. La intolerancia religiosa es las ganas fracasadas de alzarse con el santo y la peana, es decir, con Dios en exclusiva y eso es un sacrilegio. La intolerancia divide a los hombres, les amarga la existencia y eso es un pecado contra el amor y su unidad. La intolerancia fastidia a los hombres, y los hombres por eso se enemistan con Dios. La intolerancia es intolerable. Punto.

Para reflexionar: ¿Con quién soy intolerante: con los demás, conmigo? ¿A qué o a quién debo ser intolerante: a mi hermano que piensa o cree distinto que yo, al pecado y al que me invita a ofender a Dios? ¿Por qué creo que yo tengo el monopolio de la verdad y la salvación? ¿Creo que “mi” verdad es “la” verdad?

Para rezar: Señor, te pido, que me liberes de mi mal carácter, agresividad e intolerancia. La inestabilidad de mi carácter, el mal trato hacia los que se me acercan o se relacionan conmigo, así como con mis familiares, parroquianos, amigos y vecinos gobierna, tristemente mi vida, y el daño que les causo a los demás, al prójimo, a los que en general tratan conmigo, es excesivamente doloroso, y el que me infiero a mi mismo es también insoportable y me produce una inevitable y gran culpa, al punto que me paralizo, y veo pasar los días en una secuencia interminable. Me arrepiento de haber incurrido en esta actitud y conducta, pero necesito de tu celestial y poderoso auxilio para liberarme definitivamente de la intolerancia. Te doy gracias Señor porque tú siempre escuchas al que te invoca. Amén.

 

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

 

 

 

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