División de las ciencias teóricas, especulativas o contemplativas

 

Para comprender la división de las ciencias es necesario comprender que la división de las ciencias es un asunto estrictamente filosófico. Y eso es debido a que ninguna ciencia que tenga un objeto limitado a un ámbito de la realidad puede clasificar lo que está por encima de su objeto. Para resolver la clasificación es necesaria una metodología que trascienda la metodología particular de cada ciencia, porque desde el método de cada ciencia particular únicamente es posible desarrollar conocimiento dentro de los límites de su propio objeto.

Para clasificar las ciencias es necesario un saber o un conocimiento que abarque mucho más que un aspecto particular, y desde el punto de vista meramente natural. Este conocimiento es el que proporciona la Filosofía. Y para comprender cómo clasifica la Filosofía, es necesario comprender el criterio del objeto material y del objeto formal de una ciencia. Mientras el objeto material de una ciencia es la materia a estudiar, es decir, lo que estudia esa ciencia; el objeto formal es el punto de vista desde el cual se estudia esa ciencia. De modo que un mismo objeto material puede estudiarse bajo puntos de vista distintos, es decir, bajo objetos formales distintos. En efecto, una misma cosa (objeto material) puede ser estudiada por distintas ciencias según la diversidad de aspectos o de puntos de vista (objetos formales). El objeto material se hace congnoscible o inteligible según el objeto formal o punto de vista desde el que se estudie, haciéndose así posible la división esencial de las ciencias.

Pero a lo anterior hay que añadir que aunque el objeto formal es el medio por el que se alcanza el objeto material; el objeto formal es un aspecto real de lo conocido que está presente en el objeto material a la vez que se encuentra en dicho objeto material y no únicamente en el conocimiento. El objeto formal es el aspecto o dimensión real que la ciencia aprehende en la cosa, es aquello que hace posible la comprensión científica de la cosa. Pero en el objeto formal es necesario distinguir dos aspectos: Un es este aspecto o dimensión real desde el cual se comprende la cosa, que es lo que la ciencia capta de la cosa, es decir, en este caso se considera el objeto formal por lo que es en sí mismo (objeto formal quo). Y el segundo aspecto se trata de que, el hecho de hacer científicamente inteligible o cognoscible a una cosa, supone que también el objeto formal es inteligible (objeto formal quod).

En suma, se llama objeto formal quo, a lo que en el objeto formal quod (inteligibilidad de una cosa)hace posible el conocimiento científico, y gracias a lo cual la intelección científica es también posible.

Siendo el intelecto una facultad inmaterial, su objeto son analógicamente los objetos inmateriales. Aun en los entes materiales, su objeto es lo que hay de inmaterial en estos entes materiales. El intelecto abstrae de lo material, prescinde de lo material. De modo que debido a que la inmaterialidad es lo que hace posible el conocimiento científico puesto que el objeto formal quo  (aspecto desde que se estudia el objeto material y que hace que sea conocido el objeto formal quod que es lo inteligible objetivamente de la cosa), se sigue que las distintas formas de inmaterialidad es lo que determina las distintas modalidades del conocimiento científico. La división esencial de las ciencias se realiza por lo que hace a las cosas científicamente inteligibles, es decir, según las formas de sus respectivas inmaterialidades.

Una vez aclarado esto, según este criterio, tenemos en primer lugar las cosas que dependen de la materia según el ser. Se trata de seres entitativamente materiales, que no pueden existir si no es en la materia. Y aquí se trata de las ciencias físicas (Física, Química, Biología, otras ciencias humanas como la Antropología, la Sociología…) Y así vemos que en este nivel tenemos los entes que tienen la inmaterialidad más baja, se hacen inteligibles únicamente cuando se prescinde de su materia individual o singular. Esto es debido a que ninguna ciencia versa sobre lo singular en cuanto tal. A la Zoología, por ejemplo, no le interés este o aquél caballo sino al caballo en general.

En segundo lugar tenemos aquellas a las que corresponde el estudio de cosas que son existencialmente dependientes de la materia, pero que no incluyen a la materia en su esencia. En ellas se prescinde de la singularidad y de lo que constituye la materia sensible. Al geómetra no le interesa el color de las figuras geométricas, tampoco le interesan las sensaciones táctiles que las figuras puedan producir. El geómetra se queda con algo que aunque únicamente puede existir en la materia, es concebido de un modo inmaterial, por no incluir a la materia en la estructura interna de su esencia. Se trata de las ciencias matemáticas (Aritmética, Álgebra, Geometría…). Estas ciencias quedan por encima de las ciencias físicas a las que corresponde un objeto tanto esencial como existencialmente materiales.

En tercer lugar tenemos el conocimiento científico que versa sobre cosas entitativamente inmateriales. Las que pueden existir sin la materia, y estas ciencias son las filosóficas, especialmente la Metafíscia. Lo metafísico trasciende lo entitativamente material y se dirige hacia aquello que no necesita ser en la materia, esto por tratarse de un ser absolutamente inmaterial, o porque se trate de una naturaleza que unas veces exista en la materia y otras sin ella. Pero en estos dos casos se trata de entes que poseen inmaterialidad entitativa. El ejemplo más relevante de esto es la deidad misma, que no sólo carece de toda materia y de toda indeterminación por ser Acto Puro.

Es de este modo como podemos comprender de una manera muy general, la división de las ciencias experimentales que realiza la Filosofía realista.

 

manuel.ocampo.ponce@hotmail.com