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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 01 de octubre de 2015

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'Enamorado de Cristo'

San Francisco de Asís es uno de los santos más queridos por la gente, debido a su espíritu de humildad y pobreza. La colección de meditaciones más rica sobre el 'pobrecillo de Asís' es posible leerla en el libro 'Enamorado de Cristo', del predicador de la Casa Pontificia, el padre Raniero Cantalamessa. El libro se puede comprar en el siguiente link:

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El papa Francisco

Francisco a los combonianos: la Palabra de Dios fecunda el compromiso misionero
El Santo Padre les recibió durante su Capítulo General y les recordó que el “vivir con Cristo” determina todo nuestros ser y nuestro actuar

Francisco en Sta. Marta: el cristiano no debe perder la nostalgia de Dios
En la homilía de este jueves, el Santo Padre reflexiona sobre la sustancia de la identidad de un cristiano 

El Papa recibe las cartas credenciales del nuevo embajador de Uruguay
Francisco José Ottonelli nació en 1931 y es licenciado en Derecho y Ciencias Sociales

Papa y Santa Sede

El Papa: No reducir a los inmigrantes solo en 'regulares' o 'irregulares'
Resumen del texto. En el mensaje de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2016, el Papa pide hacer de la integración una experiencia enriquecedora y prevenir de la discriminación, racismo, nacionalismo extremo o de la xenofobia

'Francisco concretizó el mensaje a los refugiados: pidió a las parroquias que acojan a una familia'
El cardenal Veglió presentó el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado

España: 5 nuevos mártires del siglo XX
El Papa ha aprobado también los decretos de las virtudes heroicas de un español, un mexicano, tres italianos y dos polacos

Iglesia y Religión

Franciscanos de todo el mundo rezan ante los restos mortales de su fundador
Entonaron el Laudato Sii en honor al ‘padre’. El acto de reconocimiento se celebró reservadamente en la cripta. El reconocimiento se ha realizado cuatro veces en ocho siglos

La Iglesia contará este sábado con 18 nuevos beatos
Se trata de un grupo de religiosos cistercienses que fueron martirizados durante la persecución religiosa del siglo XX en España

Los obispos españoles estudian la reforma sobre los procesos de nulidad
La Comisión Permanente de la CEE, reunida en Madrid los días 29 y 30 de septiembre, ha elaborado un mensaje con motivo de la canonización en Roma de la beata María de la Purísima

España: luz verde del Vaticano a la creación del Ateneo Universitario San Paciano
Se trata de una institución promovida por el cardenal arzobispo de Barcelona que integrará a tres facultades orientadas al estudio de la teología, la filosofía y la humanística cristianas

Espiritualidad y oración

Beato Antonio Chevrier - 2 de octubre
«Fundador de la Providencia del Prado. El Santo Cura de Ars fue como un padre para este gran sacerdote que tuvo como ejes de su vida el Pesebre, la Cruz y la Eucaristía, y que tanto amó a los pobres»


El papa Francisco


Francisco a los combonianos: la Palabra de Dios fecunda el compromiso misionero
 

El Santo Padre les recibió durante su Capítulo General y les recordó que el “vivir con Cristo” determina todo nuestros ser y nuestro actuar

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

En la Palabra de Dios está la sabiduría que viene de lo alto, y que permite encontrar lenguajes, actitudes, instrumentos aptos para responder los desafíos de la humanidad que cambia. Son palabras del santo padre Francisco en la audiencia que esta mañana tuvo con los misioneros combonianos del Corazón de Jesús, que tiene lugar en el contexto del Capítulo general.

De este modo, el Papa reflexionó durante el encuentro sobre “vuestro nombre y vuestra identidad”: misioneros. Por ello, les recordó que son “servidores y mensajeros del Evangelio, especialmente para aquellos que no lo conocen y lo han olvidado”. Igualmente, señaló que al inicio de su misión hay un don: “la iniciativa gratuita del amor de Dios que os ha dirigido una doble llamada: estar con Él e ir a predicar”.

El “vivir con Cristo” determina todo nuestros ser y nuestro actuar, y se vive y se alimenta sobre todo en la oración, en el permanecer ante el Señor, en la adoración, en el coloquio corazón a corazón con Él, indicó el Pontífice.

Por otro lado, subrayó que el misionero se hace servidor del “Dios-que-habla, que quiere hablar a los hombres y a las mujeres de hoy, como Jesús hablaba a los de su tiempo”. A propósito, Francisco dijo que “esta relación de la missione ad gentes con la Palabra de Dios no se coloca tanto en el orden del ‘hacer’ como del ‘ser’”. La misión --añadió-- debe referirse y poner en el centro la gracia de Cristo que brota de la Cruz: creyendo en Él se puede transmitir la Palabra de Dios que anima, sostiene y fecunda el compromiso misionero.

En cuanto Combonianos del Corazón de Jesús, el Papa aseguró que contribuyen con alegría a la misión de la Iglesia, “testimoniando el carisma de san Daniele Comboni, que es un punto clave en el amor misericordioso del Corazón de Cristo para los hombres indefensos”.

Y añadió que “en este corazón está la fuente de la misericordia que salva y genera esperanza”. Por lo tanto, indicó el Santo Padre a los presentes, “estáis llamados a imitar a Jesús misericordioso y manso, para vivir vuestro servicio con corazón humilde, cuidando a los más abandonados de nuestro tiempo”.

Por otro lado, les subrayó que Ese Corazón que tanto amó a los hombres “os empuja a las periferias de la sociedad para testimoniar la perseverancia del amor paciente y fiel”. Asimismo aseguró que “de la contemplación del Corazón herido de Jesús se puede renovar siempre en vosotros la pasión por los hombres de nuestro tiempo, que se expresa con amor gratuito en el compromiso de solidaridad, especialmente hacia lo más débiles y desfavorecidos”. Así --añadió-- podréis continuar promoviendo la justicia y la paz, el respeto y la dignidad de cada persona.

Por todo ello, el Papa deseó que la reflexión profunda de las temáticas del Capítulo “ilumine el camino de vuestro Instituto en los próximos años, ayudándoos a redescubrir cada vez mejor nuestro gran patrimonio de espiritualidad y de actividad misionera”.

Y antes de marchar, el Pontífice aseguró sentir una gran admiración por ellos, por su trabajo y por los riesgos que afronta, desde siempre.

                    

                

            

        

 

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Francisco en Sta. Marta: el cristiano no debe perder la nostalgia de Dios
 

En la homilía de este jueves, el Santo Padre reflexiona sobre la sustancia de la identidad de un cristiano 

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Un cristiano nunca debe dejar de sentir la nostalgia de Dios, sino, nuestro corazón no puede hacer fiesta. Así lo aseguró el santo padre Francisco en la homilía de la misa celebrada en Santa Marta este jueves, en la que también recordó que la alegría del Señor es nuestra fuerza, en Él encontramos nuestra identidad.

El pueblo de Israel, tras largos años de deportación, vuelve a Jerusalén. El papa Francisco tomó como referencia la primera lectura, del libro de Nehemías, para ofrecer una reflexión sobre la sustancia de la identidad de un cristiano.

Así, señaló que, también en los años de Babilonia, el pueblo siempre recordaba la patria. Y después de muchos años, llegó finalmente el día del regreso, de la reconstrucción de Jerusalén y pide al escriba Esdras leer delante del pueblo el Libro de la Ley. El pueblo estaba feliz: “estaba alegre pero lloraba, y escuchaba la Palabra de Dios; tenía alegría, pero también llanto, todo junto”.

¿Cómo se explica esto?, se preguntó el Papa durante la homilía. Simplemente, “este pueblo no solo había encontrado su ciudad, la ciudad donde había nacido, la ciudad de Dios, este pueblo al escuchar la Ley, encontró su identidad, y por esto estaba feliz y lloraba”, explicó.

De este modo, Francisco prosiguió: “pero lloraba de alegría, alegría porque había encontrado su identidad, había reencontrado esa identidad que con los años de deportación se había perdido un poco. Un largo camino este. ‘No estéis tristes --dice Nehemías-- pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza’. Es la alegría que da el Señor cuando encontramos nuestra identidad. Y nuestra identidad se pierde en el camino, se pierde en tantas deportaciones o auto-deportaciones nuestras, cuando hacemos un nido aquí, un nido allí, un nido... y no en la casa del Señor. Encontrar la propia identidad”.

A propósito, el Papa se preguntó de qué forma se puede encontrar la propia identidad. “Cuando has perdido lo que era tuyo, tu casa, lo que era propio tuyo, te viene la nostalgia y esa nostalgia se lleva de nuevo a tu casa”, indicó Francisco. Y este pueblo --añadió-- con esta nostalgia, ha sentido que era feliz y lloraba de felicidad por esto, porque la nostalgia de la propia identidad le había llevado a encontrarla. Una gracia de Dios.

El Pontífice dio un ejemplo: “si nosotros estamos lleno de comida, no tenemos hambre. Si estamos cómodos, tranquilos donde estamos, no necesitamos ir a otro sitio. Y yo me pregunto, y estaría bien que todos nosotros nos preguntáramos hoy: ‘¿estoy tranquilo, contento, no necesito nada --hablo espiritualmente-- en mi corazón? ¿Se me ha apagado la nostalgia?’”

De este modo, invitó a mirar a este pueblo feliz, que lloraba y estaba alegre. “Un corazón que no tiene nostalgia, no conoce la alegría. Y la alegría, precisamente, es nuestra fuerza: la alegría de Dios. Un corazón que no sabe qué es la nostalgia, no puede hacer fiesta. Y todo este camino que comenzó desde hace años termina en una fiesta”.

Finalmente, el Obispo de Roma observó que el pueblo exultó con gran alegría porque había “entendido las palabras que habían sido proclamadas. Habían encontrado lo que la nostalgia les hacía sentir e ir adelante”. Por ello, invitó al concluir la homilía a preguntarnos cómo es nuestra nostalgia de Dios: “¿estamos contentos, estamos felices así, o todos los días tenemos este deseo de ir adelante?” Que el Señor --dijo Francisco-- nos dé la gracia. Que nunca, nunca, nunca, se apague en nuestro corazón la nostalgia de Dios.



 

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El Papa recibe las cartas credenciales del nuevo embajador de Uruguay
 

Francisco José Ottonelli nació en 1931 y es licenciado en Derecho y Ciencias Sociales

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco ha recibido al señor Francisco José Ottonelli, embajador de Uruguay ante la Santa Sede, con ocasión de la presentación de la Cartas Credenciales.

El nuevo embajador nació el 29 de mayo de 1931, es viudo y tiene 3 hijos. Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales, y después se especializó en Derechos Humanos, en la Universidad de la República de Uruguay en 1964.

Además de ser abogado, ha sido director de la Revista OPCIÓN (1981-1982); Director de la Revista AQUÍ (1983-1989); Representante Nacional, Diputado

(1985-1990; Director Ejecutivo del IELSUR Instituto de Estudios Legales y Sociales de Uruguay (1990-1999) y vicepresidente y secretario general del Partido Democrático de Uruguay.

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Papa y Santa Sede


El Papa: No reducir a los inmigrantes solo en 'regulares' o 'irregulares'
 

Resumen del texto. En el mensaje de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2016, el Papa pide hacer de la integración una experiencia enriquecedora y prevenir de la discriminación, racismo, nacionalismo extremo o de la xenofobia

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

La Sala de Prensa de la Santa Sede dio a conocer este jueves el mensaje del papa Francisco con motivo de la Jornada mundial del inmigrante y refugiado 2016, que se celebrará el 17 de enero de 2016 y que lleva por título: "Migrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la Misericordia".

"Cada vez con mayor frecuencia, las víctimas de la violencia y de la pobreza, abandonando sus tierras de origen, sufren el ultraje de los traficantes de personas humanas en el viaje hacia el sueño de un futuro mejor" indica el Santo Padre 

Y recuerda en el texto, que los flujos migratorios están en continuo aumento en todas las áreas del planeta. Y si después de sufrir ese ultraje de los traficantes,  sobreviven a los abusos y a las adversidades, “deben hacer cuentas con realidades donde se anidan sospechas y temores”.

Además, observa el Pontífice, “no es raro que se encuentren con falta de normas claras y que se puedan poner en práctica, que regulen la acogida y prevean vías de integración a corto y largo plazo, con atención a los derechos y a los deberes de todos”.

Por ello, Francisco asegura que “el Evangelio de la misericordia interpela a las conciencias, impide que se habitúen al sufrimiento del otro e indica caminos de respuesta que se fundan en las virtudes teologales de la fe, de la esperanza y de la caridad, desplegándose en las obras de misericordia espirituales y corporales”.

Es importante mirar a los emigrantes --pide el Santo Padre-- no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos, de modo particular cuando asumen responsablemente los deberes en relación con quien los acoge, respetando con reconocimiento el patrimonio material y espiritual del país que los hospeda, obedeciendo sus leyes y contribuyendo a sus gastos.

Asimismo, indica que “los flujos migratorios son una realidad estructural y la primera cuestión que se impone, es la superación de la fase de emergencia para dar espacio a programas que consideren las causas de las migraciones, de los cambios que se producen y de las consecuencias que imprimen rostros nuevos a las sociedades y a los pueblos”.

Sin embargo, tal y como advierte Francisco, todos los días “las historias dramáticas de millones de hombres y mujeres interpelan a la Comunidad internacional, ante la aparición de inaceptables crisis humanitarias en muchas zonas del mundo”. La indiferencia y el silencio --asegura-- abren el camino a la complicidad cuanto vemos como espectadores a los muertos por sofocamiento, penurias, violencias y naufragios. “Sea de grandes o pequeñas dimensiones, siempre son tragedias cuando se pierde aunque sea sólo una vida”, indica el Santo Padre.

En esta misma línea, señala que las sociedades que acogen “deben afrontar los nuevos hechos, que pueden verse como imprevistos si no son adecuadamente motivados, administrados y regulados”. Por esta razón, el Papa se pregunta “¿Cómo hacer de modo que la integración sea una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?”

Por otro lado, tal y como asegura el Pontífice latinoamericano, “muchas instituciones, asociaciones, movimientos, grupos comprometidos, organismos diocesanos, nacionales e internacionales viven el asombro y la alegría de la fiesta del encuentro, del intercambio y de la solidaridad”.

Y sin embargo, “no cesan de multiplicarse los debates sobre las condiciones y los límites que se han de poner a la acogida, no sólo en las políticas de los Estados, sino también en algunas comunidades parroquiales que ven amenazada la tranquilidad tradicional”.

A propósito, el Santo Padre asegura que cada uno de nosotros es responsable de su prójimo. “Somos custodios de nuestros hermanos y hermanas, donde quiera que vivan”, advierte.  El cuidar las buenas relaciones personales y la capacidad de superar prejuicios y miedos --añade en el mensaje-- son ingredientes esenciales para cultivar la cultura del encuentro, donde se está dispuesto no sólo a dar, sino también a recibir de los otros.              

De este modo, prosigue afirmando que “la Iglesia apoya a todos los que se esfuerzan por defender los derechos de todos a vivir con dignidad, en particular ejerciendo el derecho a no tener que emigrar para contribuir al desarrollo del país de origen”. Y añade que “es necesario evitar, posiblemente ya en su origen, la huida de los prófugos y los éxodos provocados por la pobreza, por la violencia y por la persecución”.

Un punto indispensable subrayado por el Santo Padre es “que la opinión pública sea informada de forma correcta, incluso para prevenir miedos injustificados y especulaciones a costa de los migrantes”.                

Nadie puede fingir no sentirse interpelado --advierte Francisco-- por las nuevas formas de esclavitud gestionada por organizaciones criminales que venden y compran a hombres, mujeres y niños como trabajadores en la construcción, en la agricultura, en la pesca y en otros ámbitos del mercado.

De este modo, el Pontífice quiere recorda que “el amor de Dios tiende alcanzar a todos y a cada uno, transformando a aquellos que acojan el abrazo del Padre entre otros brazos que se abren y se estrechan para que quien sea sepa que es amado como hijo y se sienta «en casa» en la única familia humana”.
 

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'Francisco concretizó el mensaje a los refugiados: pidió a las parroquias que acojan a una familia'
 

El cardenal Veglió presentó el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado

Por Sergio Mora

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, cardenal Antonio María Veglió, presentó este jueves en la sala de prensa de la Santa Sede, el mensaje del santo padre Francisco con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que se celebrará el próximo 16 de enero.

El cardenal subrayó que el tema “entra en el contexto del Año Jubilar de la Misericordia, punto de referencia para toda la Iglesia en los próximos meses”. Y precisó que "el fenómeno migratorio no durará solamente uno o dos años y no podemos quedarnos indiferentes ni callados".

Como en todo problema de la vida es más fácil verlo que dar las soluciones, si bien identificarlo es el primer paso, y confesó que le asombra "lo concreto del papa Francisco que invitó a todas las parroquias y estructuras religiosas de Europa para que acojan a una familia”, o sea, consideró el purpurado, “unos 600 mil migrantes podrán encontrar una solución”.

“Delante a una situación --indicó el cardenal-- en la cual la migración está asumiendo proporciones inmensas y a tantas tragedias que suceden en todo el mundo, debemos reconocer que este fenómeno en todas sus formas, nos interpela para que demos una respuesta. Porque son personas concretas, con un rostro, una identidad, una familia” y “no son paquetes, ni números o solo estadísticas”.

El primer punto que podemos notar --dijo-- es “la crisis humanitaria en el ámbito de la migración”; a la que se suma “el tema de la identidad”, porque escribe el Santo Padre, “la llegada del inmigrante en un nuevo contexto social, solicita un proceso de mutua adaptación a una nueva situación”. Y como tercer punto se ubica el tema de “la acogida”.

Delante de estas cuestiones, el Papa, indica que 'La respuesta del evangelio es la misericordia' y en su mensaje puntualiza tres temas: la solidaridad hacia el prójimo; la cultura del encuentro; y defender el derecho que tiene cada uno de vivir con dignidad, quedándose en la propia patria.

Porque la llegada de los inmigrantes interpela seriamente a las diversas sociedades que les acogen, y por lo tanto “el proceso de inserción y de integración tiene que ser respetuoso de los valores que ponen al hombre en la debida relación con Dios, con los otros y con la creación.

El cardenal además recordó que la Iglesia tiene “una palabra profética para sensibilizar” para favorecer la acogida, “la que resuena con fuerza a través de las diversas acciones y las obras de las que diariamente se encargan las comunidades cristianas”.

Porque la caridad --prosiguió-- es el don de Dios misericordioso que, al mismo tiempo estimula el servicio y la solidaridad hacia el prójimo. Si bien reconoció que no es posible quedarse solamente en el ámbito de la asistencia, sino también como dice el mensaje: en 'la capacidad de superar prejuicios y miedos', lo que lleva a cultivar la cultura del encuentro.

Y si bien cada persona tiene el derecho de inmigrar, ante todo tiene el derecho de no emigrar y a tener las condiciones de quedarse en su propio país.

Por su parte Mons. Giancarlo Perego, director de la Fundación Migrantes, precisó que en Italia ya 22 mil personas han sido acogidas en las estructuras eclesiásticas, sean casas religiosas, parroquias, o un centros de acogida, cuando el año pasado eran 10 mil. Una acogida muy difundida en el territorio, dijo, si pensamos que en Italia en 10 centros de acogida hay 10 mil personas.

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España: 5 nuevos mártires del siglo XX
 

El Papa ha aprobado también los decretos de las virtudes heroicas de un español, un mexicano, tres italianos y dos polacos

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco, tras reunirse con el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, ha autorizado la promulgación de los siguientes decretos:
  • El martirio de los siervos de Dios Valentino Palencia Marquina, sacerdote diocesano, y 4 compañeros, asesinados por odio a la fe el 15 de enero de 1937 cerca de Suances (España).

  • Las virtudes heroicas del Siervo de Dios José Rivera Ramírez, sacerdote diocesano; nacido en Toledo (España) el 17 diciembre 1925 y fallecido el 25 marzo 1991.

  • Las virtudes heroicas del siervo de Dios Juan Manuel Martín del Campo, sacerdote diocesano; nacido en Lagos de Moreno (México) el 14 de diciembre de 1917 y muerto en Jalapa (México) el 13 de agosto de 1996.

  • Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giovanni Folci, sacerdote diocesano y Fundador de la Obra del Divino Prisionero; nacido el 24 de febrero de 1890 en Cagno (Italia) y muerto en Valle Colorina (Italia) el 31 de marzo de 1963.

  • Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Franciszek Blachnicki, sacerdote diocesano; nacido en Rybnik (Polonia) el 24 de marzo de 1921 y muerto en Carlsberg (Alemania) el 27 de febrero de 1987.

  • Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Antonio Filomeno Maria Losito, sacerdote de la Congregación del Santísimo Redentor; nacido en Canosa de Puglia (Italia) el 16 de diciembre de 1838 y muerto en Pagani (Italia) el 18 julio de 1917.

  • Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Maria Benedetta Giuseppa Frey, monja de la Orden Cisterciense; nacida en Roma el 6 marzo de 1836 y fallecida en Viterbo (Italia) el 10 mayo de 1913.

  • Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Anna Chrzanowska, Laica, Oblata de las Ursulinas de San Benito; nacida en Varsovia (Polonia) el 7 de octubre de 1902 y muerta en Cracovia el 29 de abril de 1973.


 

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Iglesia y Religión


Franciscanos de todo el mundo rezan ante los restos mortales de su fundador
 

Entonaron el Laudato Sii en honor al ‘padre’. El acto de reconocimiento se celebró reservadamente en la cripta. El reconocimiento se ha realizado cuatro veces en ocho siglos

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

Franciscanos de todo el mundo se han reunido en Asís para un evento muy particular, el ‘reconocimiento’ de los restos mortales de san Francisco. El acto tuvo lugar el pasado 25 de marzo en presencia de 150 frailes de las cuatro órdenes de la familia franciscana. La ceremonia se celebró reservadamente y ahora las imágenes han sido retransmitidas en exclusiva por Tv2000, la televisión de la Conferencia Episcopal Italiana. 

El custodio informó que había llegado el momento de verificar las condiciones del cuerpo de san Francisco y que tenía que ser en secreto para no crear expectativas mediáticas.

El reconocimiento de los restos del santo de Asís, se ha realizado solo cuatro veces en ocho siglos. Y así, el pasado mes de marzo, en el momento solemne, en la cripta de la Basílica inferior de Asís, los franciscanos entonaron el Laudato Sii en honor al ‘padre’.

La tumba se abrió lejos de la atención de los medios de comunicación para evitar demasiada atención mediática. En las imágenes se puede ver el esqueleto del santo, así como la losa de la tumba que contiene el sarcófago de bronce que desde 1820, por voluntad de Pío VII, guarda los restos.

El padre Enzo Fortunato, director de la Revista San Francisco de Asís, cuenta a Tv2000 que “el custodio ha convocado a todas las familias franciscanas presentes en Asís, se ha vivido un momento de oración y nos hemos dirigido en peregrinación a la cripta de san Francisco”. Ha sido --añade-- como ver de nuevo la elección de nuestra vida, como ver de nuevo al papá que nos esperaba para animarnos en el camino, para ir adelante. Ha sido un silencio muy fuerte el que ha acompañado estos momentos.

El único laico presente fue el profesor Nicolò Valentino Miani, el médico que ha guiado los tres reconocimientos efectuados en 1978, 1994 y el último el pasado 25 de marzo. Así, constató que en los últimos 37 años no ha habido cambios relevantes y que el cuerpo está bien conservado.
 

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La Iglesia contará este sábado con 18 nuevos beatos
 

Se trata de un grupo de religiosos cistercienses que fueron martirizados durante la persecución religiosa del siglo XX en España

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

“Es uno de los acontecimientos más extraordinarios que ha vivido la historia de la Diócesis de Santander”. Así ha calificado el obispo cántabro, Mons. Manuel Sánchez Monje, la beatificación de 18 mártires cistercienses durante una misa que presidirá el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, y que se oficiará este sábado, a las 12 horas, en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.

De los futuros beatos, 16 pertenecen al monasterio de Santa María de Viaceli de Cóbreces y otras dos monjas más al monasterio valenciano de Fons Salutis de la localidad de Algemesí, todos ellos mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España, informó el Obispado en una nota. En su mayoría murieron víctimas del odio a la fe en la bahía de Santander en el año 1936, indicó.

Se trata de Pío Heredia (Álava), Amadeo García (León), Valeriano Rodríguez (León), Álvaro González (León), Antonio Delgado (Burgos), Eustaquio García (Palencia), Ángel de la Vega (León), Ezequiel Álvaro de la Fuente (Palencia), Eulogio Álvarez (León), Bienvenido Mata (Burgos), Marcelino Martín (Palencia), Leandro Gómez (Burgos), Eugenio García (Burgos), Vicente Pastor (Valencia), José Camí (Lérida), Micaela Baldoví (Valencia) y Natividad Medes (Valencia).

El monje cisterciense Francisco Rafael Pascual Rubio ha sido el encargado de llevar a cabo el proceso de beatificación, causa que comenzó en 1964. Para el postulador, estos mártires “eran unos sencillos monjes trabajadores del campo y de la quesería del monasterio y que nunca se inmiscuyeron en actividades políticas”. Por ello, calificó de injustas las muertes violentas de estos religiosos que murieron sin odio y perdonando a sus agresores.

Por su parte, Mons. Sánchez dijo a los medios informativos que estos nuevos mártires “enriquecen el patrimonio espiritual de la Iglesia y de la humanidad” porque arriesgaron su vida por no traicionar su conciencia. Así, el acto de la beatificación se convierte en “una llamada a todos a ser consecuentes con la fe”, a llevar una vida coherente con sus verdades y a ser fieles “a nuestra conciencia” en una sociedad “relativista donde todo da igual”, destacó el prelado.

Esta será la primera vez que la Diócesis de Santander acoja una ceremonia de beatificación a la que asistirán, entre otros, el nuncio Renzo Fratini y los obispos de Santander, Mons. Manuel Sánchez; de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, acompañado por su auxiliar, Mons. Juan Antonio Menéndez; de León, Mons. Julián López; de Astorga, Mons. Camilo Lorenzo; de Victoria, Mons. Miguel Asurmendi; el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, y el administrador diocesano de Palencia, D. Antonio Gómez.

Por otro lado, la abadía de Santa María de Viaceli celebrará el 9 de octubre, a las 18.30 horas, unas Vísperas solemnes para la veneración de las reliquias de los mártires y la colocación de la urna en el templo del monasterio.

La misma iglesia de Cóbreces acogerá el 10 de octubre, a las 12 horas, una solemne Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de los monjes y las monjas mártires que estará presidida por el obispo de Santander, Mons. Sánchez Monge.

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Los obispos españoles estudian la reforma sobre los procesos de nulidad
 

La Comisión Permanente de la CEE, reunida en Madrid los días 29 y 30 de septiembre, ha elaborado un mensaje con motivo de la canonización en Roma de la beata María de la Purísima

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha celebrado en Madrid su 236 reunión el 29 y 30 de septiembre. Durante este encuentro, el presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos y obispo de Salamanca, Mons. Carlos López, ha presentado la reforma de los procesos de nulidad matrimonial que aprobó el papa Francisco, el pasado 8 de septiembre, con el motu propio Mitis Iudix Dominus Iesus, que permitirá sentencias en tiempos más cortos.

Por otra parte, el Santo Padre canonizará el próximo 18 de octubre en Roma a la beata María de la Purísima, séptima superiora general de la Compañía de las Hermanas de la Cruz. Los miembros de la Permanente han elaborado un mensaje sobre esta celebración importante para la Iglesia en España.

Quienes conocieron personalmente a la madre María de la Purísima --tan cercana a nuestros días-- ponderan su piedad y altísima vida de oración, su austeridad y amor a la pobreza, su alegría, su fidelidad al carisma de las Hermanas de la Cruz hasta en los más mínimos detalles, su amor a los menesterosos y enfermos y a las niñas de los internados, señala la CEE en un comunicado.

En el marco del Sínodo Ordinario sobre la familia, los obispos españoles destacan la gran importancia que en la forja del espíritu cristiano y de la vocación religiosa de la nueva santa española tuvo el ejemplo de sus padres y el ambiente cristiano vivido en su familia. Asimismo, resaltan su comprensión por los problemas y dificultades de los hombres y mujeres de hoy, a los que siempre mostró una gran cercanía y misericordia.

En otro orden de cosas, los prelados han manifestado su satisfacción por el Encuentro Europeo de Jóvenes que tuvo lugar del 5 al 9 de agosto en Ávila, dentro de los eventos del V Centenario del Nacimiento de santa Teresa de Jesús. El año jubilar será clausurado el 15 de octubre en Ávila con una solemne misa presidida por el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE.

Dentro de los informes que presentan los presidentes de las comisiones episcopales sobre sus ámbitos de actuación, sobresale la positiva valoración que han hecho los obispos de la pronta y generosa respuesta tanto de las diócesis y parroquias como de las congregaciones religiosas e instituciones y organismos eclesiales ante el drama de los refugiados, ofreciendo sus disponibilidad para colaborar bajo la coordinación de Cáritas en los programas de ayuda que establezca las autoridades competentes. Esta valoración positiva de los obispos se extiende a toda la sociedad española por su sensibilidad solidaria mostrada ante este drama.

Además, los asistentes a la reunión han aprobado el temario de la próxima Asamblea Plenaria, que tendrá lugar en la Casa de la Iglesia del 16 al 20 de noviembre. También se traslada a dicha Asamblea, tras el visto bueno de la Permanente, la propuesta de constitución y distribución del Fondo Común Interdiocesano para el año 2016 y los presupuestos para el año 2016 de la CEE y de los organismos que de ella dependen.

En esta misma línea, los prelados han revisado el borrador del Plan Pastoral de la CEE para el cuatrienio 2016-2020. Ha presentado el documento Mons. Juan José Omella Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. La Comisión Permanente ha ratificado su presentación en la Asamblea Plenaria del mes de noviembre, para su estudio y posible aprobación.

Por último, los miembros de la Comisión Permanente han sido informados sobre la próxima publicación del primer grupo de leccionarios para las lecturas bíblicas en las celebraciones litúrgicas, que incorporan el texto de la Sagrada Biblia, edición oficial de la Conferencia Episcopal Española.

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España: luz verde del Vaticano a la creación del Ateneo Universitario San Paciano
 

Se trata de una institución promovida por el cardenal arzobispo de Barcelona que integrará a tres facultades orientadas al estudio de la teología, la filosofía y la humanística cristianas

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El Vaticano ha autorizado la creación del Ateneo Universitario San Paciano promovido por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach, que unifica las tres facultades eclesiásticas existentes en la Ciudad Condal. 

El Ateneo, del que el teólogo y biblista Armand Puig será nombrado rector, se constituirá este jueves por el prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal Giuseppe Versaldi, venido desde Roma para inaugurar el curso académico de las facultades, ha informado el Arzobispado en un comunicado.

La aprobación de esta institución era una de las reivindicaciones históricas del cardenal Sistach, que es Gran Canciller de las tres facultades eclesiásticas que existen en Barcelona: la Facultad de Teología de Cataluña (1967), la Eclesiástica de Filosofía de Cataluña (1988) y la Antoni Gaudí de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas (2014). 

Culmina así un proceso de casi medio siglo que ha llevado a la creación de una institución universitaria dedicada exclusivamente a los estudios eclesiásticos y directamente vinculada a la Iglesia de Barcelona y, por medio de ella, con el resto de diócesis que tienen su sede en Cataluña. 

El Ateneo hermana a tres facultades orientadas al estudio de la teología, la filosofía y la humanística cristianas, y queda configurado como una institución universaritaria que promueve la docencia y la investigación sobre las áreas centrales del pensamiento cristiano, ha explicado la Archidiócesis de Barcelona en su nota.

Por otra parte, el Ateneo amparará, mediante la Facultad de Teología, a nueve instituciones más, que quedan conectadas con él: el Instituto de Teología Fundamental, el Instituto Superior de Liturgia de Barcelona, el Centro de Estudios Teológicos de Mallorca y los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas de Barcelona, Girona, Lleida, Mallorca, Tarragona y Vic. Así, el nuevo Ateneo articulará una red de doce instituciones eclesiásticas, radicadas en Cataluña y las Islas Baleares, que tienen naturaleza universitaria: tres facultades, ocho institutos y un centro teológico.

El purpurado catalán ha impulsado que el ateneo se denomine San Paciano, en honor al que fue obispo de Barcelona en la segunda mitad del siglo IV y uno de los Padres de la Iglesia latina, autor de varios tratados teológicos.

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Espiritualidad y oración


Beato Antonio Chevrier - 2 de octubre
 

«Fundador de la Providencia del Prado. El Santo Cura de Ars fue como un padre para este gran sacerdote que tuvo como ejes de su vida el Pesebre, la Cruz y la Eucaristía, y que tanto amó a los pobres»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

En esta festividad de los Ángeles Custodios, la Iglesia celebra también la vida de este beato que nació en Lyon, Francia, el 16 de abril de 1826. Su humilde familia se dedicaba al tejido de la seda. Y quizá el conocer de primera mano la realidad de la gente escasa de recursos le interpeló y selló su vida apostólica. La tenacidad materna ligada a sus firmes creencias fueron grandes aliadas para educar al beato a todos los niveles. De ahí que, siendo adulto, pudiera decir: «¿Sabéis lo que hace hombres? Los sufrimientos, las privaciones, las humillaciones. Quien no ha sufrido nada, no sabe nada: es un blandengue». Poco antes de recibir la primera comunión se le otorgó una gracia extraordinaria. Durante la misa, en el momento de la consagración, vio una esfera de luz que se alzaba sobre el cáliz, pero entonces no apreció el alcance del hecho sobrenatural.

Con 14 años, tras la pregunta que le formuló un presbítero acerca de su vocación sacerdotal, sintió que Cristo le llamaba por este camino que antes no se había planteado. Hallándose en el seminario de Argentière percibió el anhelo de integrarse en el Instituto de Misiones Extranjeras, de París. Su madre se oponía temiendo que pudiera perder la vida. Nada hubiera frenado sus ansias, pero como Dios tenía otros planes su acontecer siguió otros derroteros. En 1850 fue ordenado, y lo designaron vicario de Saint-André de la Guillotière, en un barrio marginal de Lyon; un campo apostólico complejo que se propuso evangelizar con oración y entrega, dedicado a él desde tempranas horas sin concederse apenas descanso. Sufrió el desaire, los malos modales y agresiones físicas sin arredrarse, haciendo de su pobreza un potente baluarte.

En 1856 el Ródano arrasó las escasísimas pertenencias de aquellas pobres gentes, y no dudó en asistirlas obviando el riesgo que corría su vida. Fue un año decisivo, el de su «conversión», momento en que la luz de lo alto iluminó el sendero que habría de seguir. Se hallaba ante el pesebre reflexionando acerca del misterio del Verbo hecho carne por amor al género humano. Entonces se sintió poderosamente llamado a vivir pobre entre los pobres que le rodeaban. Esa sintonía personal con ellos, llevada con radicalidad evangélica, le permitiría compartir el amor insondable de Dios. El apostolado social ejercido con las gentes de Lyon contaba con la asesoría y aliento del santo Cura de Ars, contemporáneo suyo, al que había consultado. Ambos experimentaban la dificultad pastoral ante un colectivo que apenas obtenía los recursos precisos para vivir, y que tan frecuentemente se hallaba lejos de la Iglesia, movido por un sentimiento anticlerical.

Juan María Vianney le animó a dirigir espiritualmente la ciudad del Niño Jesús orientada a la asistencia y formación en la fe de niños pobres y abandonados, que había impulsado el adinerado y generoso Camilo Rambaud. El cardenal de Bonald pensó en Chevrier para que fuese su capellán. Y como hacen siempre quienes tienen verdadero espíritu apostólico, salía a la calle a buscar a tanto desheredado; era la táctica seguida también por el Cura de Ars. Los dos se admiraban profundamente. El flujo de personas que acudían para confesarse desde Lyon a Ars era constante, y Juan María Vianney solía animarles a dirigirse al beato: «Por qué venís? En Lyon tenéis un santo, el P. Chevrier. Acudid a él; no os defraudará». Es el signo de los santos que reconocen inmediatamente la alta virtud de otros.

Mientras, algunos sacerdotes, más preocupados por el tema crematístico que por el espiritual, sometían a crítica al padre Chevrier. Por eso, y dado que su oración le marcaba el rumbo a seguir, en 1859 el virtuoso sacerdote se centró expresamente en los jóvenes marginados. Tenía como modelo al Poverello, y alentado por la austera vida de Rambaud, se afilió a la Tercera Orden Franciscana. Contando con la asistencia de fray Pedro Louat y de dos religiosas, sor Amelia y sor María, adquirió un salón de baile de grandes dimensiones, que no venía precedido de buena fama precisamente, estableciendo en él la «Providencia del Prado» para asistencia de los muchachos que no tenían recursos. En 1867 fue designado párroco de Moulin-à-Vent, a 3 km. del Prado, misión que desempeñó hasta 1871. Entonces abrió una nueva vía apostólica: la formación de sacerdotes que tenían como objetivo desarrollar su labor evangelizadora entre los pobres. «El conocimiento de Jesucristo es la clave de todo. Conocer a Dios y a su Cristo eso lo es todo para el hombre, todo para el sacerdote, todo para el santo», les decía. Dentro de sí bullía su celo apostólico: «¡Oh!, por un alma que impartiera bien el catecismo, que tuviera espíritu de pobreza, de humildad y de caridad, por esa alma daría todo el Prado».

Los primeros cuatro ordenados en 1877 fueron el germen de la Sociedad de los Sacerdotes del Prado, que fundó. En esos momentos iniciales tuvo que sufrir por las dudas y abandono de uno de ellos. Entonces decía: «Dios me ha dado ayudas, unos buenos coadjutores, y ahora me los quita. ¡Bendito sea su santo nombre!». El Pesebre, la Cruz y la Eucaristía eran los tres ejes vertebrales de esta espiritualidad, un carisma que tenía en el punto de mira a los indigentes. «Nosotros debemos representar a Jesucristo pobre en su pesebre, Jesucristo sufriente en su pasión, Jesucristo que se deja comer en la santa Eucaristía». En su oración, pura entrega, decía: «¡Señor, si tienes necesidad de un pobre, heme aquí! ¡Si tienes necesidad de un loco, heme aquí! Que piensen lo que quieran, que me miren como a un loco, poco me importa, yo soy de Jesucristo». En 1879 dimitió como superior, sucediéndole en este oficio el padre Duret. Sufría muchos dolores por una úlcera, y el 2 de octubre de ese año entregó su alma a Dios. Tenía 53 años. Culminó santamente lo que había dejado escrito en una de sus cartas: «Conocer a Jesucristo, trabajar por Jesucristo, morir por Jesucristo». Juan Pablo II lo beatificó en Lyon el 4 de octubre de 1986.

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