ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 07 de octubre de 2015

La frase del miércoles 7 de octubre

Como se haga la oración que es lo más importante, no dejará de hacerse todo lo demás... 
(Santa Teresa de Jesús)

 

 


El papa Francisco

El Papa: 'La familia requiere toda nuestra atención y cuidado'
En la audiencia general de este miércoles, el Papa asegura que los hombres y mujeres de hoy necesitan una inyección de espíritu de familia

Texto completo de la catequesis del Papa en la audiencia del miércoles 7 de octubre
En el contexto el Sínodo, el Santo Padre indica que en este periodo las catequesis serán reflexiones inspiradas por algunos aspectos de la relación indisoluble, entre la Iglesia y la familia

Papa y Santa Sede

Sínodo sobre la familia: comienza el trabajo de los círculos menores
Los grupos por idiomas han elegido relator y moderador y comenzaron este miércoles sus debates

OSCE: la Santa Sede indica preocupación por el aumento del antisemitismo
Monseñor Janusz Urbanczyk pide un “Día Internacional contra la discriminación de los cristianos”

Iglesia y Religión

Italia: sacerdote destituido por declaraciones inaceptables sobre pedofilia
En una entrevista televisada, el hasta ahora colaborador de la parroquia de San José, dio su parecer sobre la pedofilia y la homosexualidad

Mártires de Chimbote: la beatificación será sin los restos del sacerdote italiano
La diócesis peruana está avanzando en los preparativos de la ceremonia de beatificación, prevista para el próximo 5 de diciembre

La Cruz de Caravaca de santa Teresa de Jesús, de visita en España
Antes de regresar de nuevo a Bruselas, se podrá venerar hasta este viernes en la localidad murciana que lleva el nombre de la reliquia

España: donaron en 2014 más de 13 millones de euros para las misiones
En la presentación del DOMUND, destacan que "la gente se fía de las OMP porque sabe que pone su dinero en las manos del Santo Padre"

Espiritualidad y oración

Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre
Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. 'La familia es un proyecto precioso de Dios para hacer felices a los hombres'

San Hugo de Génova - 8 de octubre
«Miembro destacado de la Orden de Malta, combatiente de la tercera Cruzada, gran asceta que tuvo el don de realizar numerosos milagros en Génova, donde es muy venerado»  


El papa Francisco


El Papa: 'La familia requiere toda nuestra atención y cuidado'
 

En la audiencia general de este miércoles, el Papa asegura que los hombres y mujeres de hoy necesitan una inyección de espíritu de familia

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco se ausentó de los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre la familia, durante la mañana del miércoles, para celebrar la audiencia general en la plaza de San Pedro. Como cada semana, miles de personas han acudido para saludar y escuchar las palabras del Pontífice. El papamóvil pasó por los pasillos de la plaza para que el Papa pudiera ver más de cerca a los peregrinos que, entusiasmados, se acercaban para pedirle la bendición y, quienes lo conseguían, decirle unas palabras.

La catequesis de hoy, ha querido dedicarla a reflexionar precisamente sobre los temas que se están abordando en el Sínodo, inaugurado en Roma el pasado día 4 y que concluye el 25 de octubre. De este modo, en el resumen hecho en español por el Santo Padre, recordó que “el pasado domingo comenzó el Sínodo de los Obispos con el tema «vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo». La familia requiere toda nuestra atención y cuidado, y el Sínodo debe responder a esta solicitud”.

Del mismo modo, aseguró que “los hombres y mujeres de hoy necesitan una inyección de espíritu de familia. Ante el débil reconocimiento y apoyo a la persona en las diversas relaciones sociales, la familia abre una perspectiva más humana, que permite establecer vínculos de fidelidad, sinceridad, cooperación y confianza”. Y añadió “enseña a honrar la palabra dada, a respetar a cada persona y a comprender sus límites. Brinda una atención insustituible a los miembros más pequeños, vulnerables, heridos y devastados en su vida”.

Para la Iglesia --prosiguió Francisco-- el espíritu de familia es como su carta magna: la Iglesia es y debe ser la familia de Dios. A través de ella, Jesús pasa de nuevo entre nosotros para persuadirnos de que Dios no nos ha olvidado.

Al concluir, el Pontífice señaló que “a través de la familia la Iglesia sale de nuevo a pescar para evitar que los hombres se ahoguen en el mar de la soledad y la indiferencia. Que el entusiasmo de los Padres sinodales, animados por el Espíritu Santo, de renovado impulso a la Iglesia echando de nuevo las redes confiando en las palabras del Señor”.

A continuación, el Papa saludó cordialmente “a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica”. E invitó a todos “a invocar la intercesión de Nuestra Señora del Rosario por los trabajos del Sínodo”.

Después del resumen de la catequesis en las distintas lenguas, el Santo Padre dirigió un saludo particular a monseñor Vincenzo Paglia y los colaboradores del Pontificio consejo para la Familia, y les dio las gracias por el “compromiso en la organización del VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia”.

Finalmente, dirigió un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que hoy celebramos la memoria de la beata Virgen María del Rosario, deseó a los jóvenes que “la esperanza que habita el corazón de María os infunda valentía frente a las grandes elecciones de la vida”.

Del mismo  modo, para los enfermos pidió que “la fortaleza de la Madre a los pies de la cruz os sostenga en los momentos más difíciles”. Y para los recién casados, pidió que “la ternura materna de Aquella que ha acogido en el vientre a Jesús acompañe la nueva vida familiar que acabais de comenzar”.

Clicar aquí para leer el texto completo de la audiencia

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Texto completo de la catequesis del Papa en la audiencia del miércoles 7 de octubre
 

En el contexto el Sínodo, el Santo Padre indica que en este periodo las catequesis serán reflexiones inspiradas por algunos aspectos de la relación indisoluble, entre la Iglesia y la familia

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Publicamos a continuación la catequesis completa del Santo Padre en la audiencia general del miércoles 7 de octubre

 

Queridos hermanos y hermanas, buenos días.

Hace pocos días comenzó el Sínodo de los Obispos sobre el tema “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. La familia que camina en la vía del Señor es fundamental en el testimonio del amor de Dios y merece por ello la dedicación de la que la Iglesia es capaz. El Sínodo está llamado a interpretar, hoy, esta solicitud y esta atención de la Iglesia. Acompañemos todo el recorrido sinodal sobre todo con nuestra oración y nuestra atención. Y en este período las catequesis serán reflexiones inspiradas por algunos aspectos de la relación --que podemos decir indisoluble-- entre la Iglesia y la familia, con el horizonte abierto para el bien de la entera comunidad humana.

Una mirada atenta a la vida cotidiana de los hombres y de las mujeres de hoy muestra inmediatamente la necesidad que hay por todos lados de una robusta inyección de espíritu familiar. De hecho, el estilo de las relaciones --civiles, económicas, jurídicas, profesionales, de ciudadanía-- aparece muy racional, formal, organizado, pero también muy “deshidratado”, árido, anónimo. A veces se hace insoportable. Aún queriendo ser inclusivo en sus formas, en la realidad abandona a la soledad y al descarte un número cada vez mayor de personas. Por esto, la familia abre para toda la sociedad una perspectiva más humana: abre los ojos de los hijos sobre la vida - y no solo la mirada, sino también todos los demás sentidos - representando una visión de la relación humana edificada sobre la libre alianza de amor. La familia introduce a la necesidad de las uniones de fidelidad, sinceridad, confianza, cooperación, respeto; anima a proyectar un mundo habitable y a creer en las relaciones de confianza, también en condiciones difíciles; enseña a honrar la palabra dada, el respeto a las personas, el compartir los límites personales y de los demás. Y todos somos conscientes de lo insustituible de la atención familiar por los miembros más pequeños, más vulnerables, más heridos, e incluso los más desastrosos en las conductas de su vida. En la sociedad, quien practica estas actitudes, las ha asimilado del espíritu familiar, no de la competición y del deseo de autorrealización.

Pues bien, aún sabiendo todo esto, no se da a la familia el peso debido --y reconocimiento, y apoyo-- en la organización política y económica de la sociedad contemporánea. Quisiera decir más: la familia no solo no tiene reconocimiento adecuado, ¡sino que no genera más aprendizaje! A veces nos vendría decir que, con toda su ciencia y su técnica, la sociedad moderna no es capaz todavía de traducir estos conocimientos en formas mejores de convivencia civil. No solo la organización de la vida común se estanca cada vez más en una burocracia del todo extraña a las uniones humanas fundamentales, sino, incluso, las costumbres sociales y políticas muestran a menudo signos de degradación --agresividad, vulgaridad, desprecio…--, que están por debajo del umbral de una educación familiar también mínimo. En tal situación, los extremos opuestos de este embrutecimiento de las relaciones --es decir el embotamiento tecnocrático y el familismo amoral-- se conjugan y se alimentan el uno al otro. Es una paradoja.

La Iglesia individua hoy, en este punto exacto, el sentido histórico de su misión sobre la familia y del auténtico espíritu familiar: comenzando por una atenta revisión de la vida, que se refiere a sí misma. Se podría decir que el “espíritu familiar” es una carta constitucional para la Iglesia: así el cristianismo debe aparecer, y así debe ser. Está escrito en letras claras: “Vosotros que un tiempo estabais lejos – dice san Pablo – […] ya no sois extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y familia de Dios” (Ef 2,19). La Iglesia es y debe ser la familia de Dios.

Jesús, cuando llamó a Pedro para seguirlo, le dijo que le haría “pescador de hombres”; y por esto es necesario un nuevo tipo de redes. Podríamos decir que hoy las familias son una de las redes más importantes para la misión de Pedro y de la Iglesia. ¡Esta no es una red que hace prisioneros! Al contrario, libera de las malas aguas del abandono y de la indiferencia, que ahogan a muchos seres humanos en el mar de la soledad y de la indiferencia. La familia sabe bien qué es la dignidad de sentirse hijos y no esclavos, o extranjeros, o solo un número de carné de identidad.

Desde aquí, desde la familia, Jesús comienza de nuevo su paso entre los seres humanos para persuadirlos que Dios no les ha olvidado. De aquí, Pedro toma fuerzas para su ministerio. De aquí la Iglesia, obedeciendo a la palabra del Maestro, sale a pescar al lago, segura que, si esto sucede, la pesca será milagrosa. Pueda el entusiasmo de los Padres sinodales, animados por el Espíritu Santo, fomentar el impulso de una Iglesia que abandona las viejas redes y vuelve a pescar confiando en la palabra de su Señor. ¡Recemos intensamente por esto! Cristo, por lo demás, ha prometido y nos confirma: si incluso los malos padres no rechazan dar pan a los hijos hambrientos, ¡Imaginémonos si Dios no dará el Espíritu a los que – aun imperfectos como son – lo piden con apasionada insistencia (cfr Lc 11,9-13)!



 

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Papa y Santa Sede


Sínodo sobre la familia: comienza el trabajo de los círculos menores
 

Los grupos por idiomas han elegido relator y moderador y comenzaron este miércoles sus debates

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Este martes por la tarde se reunieron por primera vez los círculos menores del Sínodo de los Obispos, para elegir moderador y relator. Los grupos por idiomas, que se reunen para debatir sobre las intervenciones realizadas hasta el momento en el Aula Nueva del Sínodo, han empezado a trabajar esta mañana. De lengua española hay dos grupos, cuyos moderadores son los cardenales Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga, SDB, y Francisco Robles Ortega; y los relatores son el cardenal José Luis Lacunza Maestrojuan, OAR, y el arzobispo Baltazar Enrique Porras Cardozo. 

En la rueda de prensa en el Vaticano, realizada este miércoles con motivo del tercer día de asamblea del Sínodo sobre la familia, estuvieron presentes, el arzobispo de Filadelfia Charles J. Chaput, Ofm; el presidente de la Conferencia episcopal peruana, Salvador Piñeiro García Calderón; y el obispo francés de la arquidiócesis de Lille, Laurent Ulrich. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi moderó el encuentro con la prensa. 

Por su parte, Mons. Piñeiro García-Calderón indicó que viene de Perú, "donde en 1970 comenzó la tragedia de Sendero Luminoso, y si bien no hay terrorismo, aún hay muchas heridas". Indicó que es un pueblo pobre pero con mucha fe. “En todos los lugares invocamos a María como madre y usamos la legua de Cervantes”, aseguró. 

Además, indicó que "participamos del mismo lenguaje eclesial, consonantes con el mensaje de la Iglesia en Aparecida". Y precisó que el desafío que enfrentan las familias "lo hemos visto ya el año pasado, y que ahora queremos exponer la belleza de la misma y entender cómo tenemos que acompañarla".

Tanto monseñor Piñeiro como monseñor Ulrich coincidieron en que aunque todo el grupo habla el mismo idioma respectivamente hay matices que cambian y eso da una gran riqueza al debate. Hablando la misma lengua, cada uno procede de un país y una realidad muy diferente, lo que ofrece amplitud a la visión del análisis. 

Monseñor Chaput precisó que "no estamos aquí para ganar algo, estamos aquí para alcanzar esa Verdad, que el Señor ha establecido para su Iglesia". Asimismo recordó que "nuestra audiencia es inmensa y tenemos que tener en cuenta esta diversidad". 

Lista completa de los moderadores de los círculos menores divididos por idiomas

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OSCE: la Santa Sede indica preocupación por el aumento del antisemitismo
 

Monseñor Janusz Urbanczyk pide un “Día Internacional contra la discriminación de los cristianos”

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

“Las crecientes tendencias antisemitas en Europa y los actos de odio y violencia, incluso hasta matar vidas inocentes, son motivo de preocupación”, ha denunciado el Vaticano. Así lo ha indicado monseñor Janusz Urbanczyk, representante permanente de la Santa Sede ante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), durante su intervención en la “Sesión de trabajo 14: Tolerancia y no discriminación II” del pasado 30 de septiembre, que entre otros asuntos ha tratado sobre la “lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, prestando también atención a la intolerancia y discriminación contra los cristianos y miembros de otras religiones”.

Durante su turno de palabra, el prelado de origen polaco ha realizado un llamamiento para aprender la lección de la Historia: “Recientemente, hemos celebrado el septuagésimo aniversario de la liberación de Auschwitz, el campo de concentración que se convirtió en sinónimo de la gran tragedia de la Shoah. El recuerdo de lo que ocurrió allí, en el corazón de Europa, es una advertencia para las generaciones presentes y futuras. Esto no debería volver a ocurrir jamás en ningún lugar, ni contra nadie”.

Además, Mons. Urbanczyk ha deplorado los actos de violencia contra los cristianos: “Los ataques contra los cristianos siguen siendo insuficientemente reportados y cualquier investigación seria sobre estos ataques son aún más raros”. 

Por último, ha reiterado la petición de que se instituya un “Día Internacional contra la discriminación de los cristianos”.

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Iglesia y Religión


Italia: sacerdote destituido por declaraciones inaceptables sobre pedofilia
 

En una entrevista televisada, el hasta ahora colaborador de la parroquia de San José, dio su parecer sobre la pedofilia y la homosexualidad

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

Al sacerdote Gino Flaim, “hasta ahora colaborador de la parroquia de San José en Trento”, le han sido “revocadas las tareas de colaborador pastoral y la facultad de predicar”. Este ha sido el comunicado de la Archidiócesis de Trento en respuesta a sus declaraciones realizadas en La7, emisora televisiva italiana con sede en Roma. 

“Puedo entender la pedofilia, la homosexualidad no lo sé”, dijo en el programa 'L'aria che tira'. Al pedirle que explicara sus declaraciones, añadió: “Porque he trabajado mucho en la escuela y a los niños los conozco. Desafortunadamente hay niños que buscan afecto, porque no lo tienen en casa. Y quizás encuentran a un sacerdote, que también puede ceder. Y esto lo entiendo”. Y cuando se le preguntó si la culpa es en parte de los niños, indico que “en buena parte, sí”.

Preguntado entonces sobre si las acusaciones contra la pedofilia son injustificadas, la respuesta del sacerdote fue: “Las acusaciones son un pecado y como todos los pecados se aceptan también”. ¿Y qué puede decir sobre la homosexualidad?, le espetó el entrevistador. “No tengo conocimiento directo --afirmó--, no le sabría decir”.  La siguiente pregunta fue sobre si la homosexualidad es una enfermedad. Al respecto, D. Gino Flaim respondió: “Me parece, creo que sí”, y concluyó: “Los que viven en esta situación de pedofilia u homosexualidad, pienso que sientan un cierto sufrimiento interior, porque se ven un poco diferentes a los demás y tratan de salir, porque esto es humano”.

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Mártires de Chimbote: la beatificación será sin los restos del sacerdote italiano
 

La diócesis peruana está avanzando en los preparativos de la ceremonia de beatificación, prevista para el próximo 5 de diciembre

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El obispo de Chimbote, Mons. Ángel Francisco Simón Piorno, confirmó este lunes que dos de los siete hermanos del padre Alessandro Dordi se opusieron a exhumar su cadáver y con ello fracasaron las gestiones para llevar a Perú una parte de los restos del sacerdote italiano, con motivo de la ceremonia de beatificación del próximo 5 de diciembre.

El padre Dordi y dos frailes franciscanos polacos fueron asesinados por Sendero Luminoso en agosto de 1991, cuando desarrollaban su labor apostólica en el territorio de la diócesis de Chimbote, al norte de Perú. 

Ahora monseñor Luis Bambarén Gastelumendi viajó hasta Italia para tratar de convencer a los dos familiares que se habían opuesto a la exhumación de sus restos, pero sus gestiones terminaron siendo infructuosas. “Sin embargo, el proceso de beatificación continuará porque tenemos algunas reliquias del padre Sandro”, explicó el prelado.

“Cinco hermanos apoyaban la exhumación, pero dos, los menores, no la apoyaron, por ello resulta imposible traer los restos del padre Sandro Dordi. La legislación italiana exige la unanimidad por parte de los familiares para autorizar la exhumación, motivo por el cual no será posible”, añadió.

Por otra parte, el obispo de Chimbote confirmó que el próximo 13 de octubre se realizará la exhumación de los cuerpos de los sacerdotes polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski en la localidad de Pariacoto, los cuales serán trasladados a las nuevas tumbas, en la capilla de los mártires, en esa misma localidad.

La beatificación de los misioneros Michael Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Alessandro Dordi --también conocidos como “los mártires de Pariacoto y Santa”-- se realizará el 5 de diciembre en el estadio Centenario Manuel Rivera.

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La Cruz de Caravaca de santa Teresa de Jesús, de visita en España
 

Antes de regresar de nuevo a Bruselas, se podrá venerar hasta este viernes en la localidad murciana que lleva el nombre de la reliquia

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

La Cruz de Caravaca que santa Teresa de Jesús portó durante su vida se podrá venerar hasta el próximo viernes en la localidad murciana de Caravaca, al sureste de España, antes de su regreso  de nuevo a Bruselas.

La mística y doctora de la Iglesia española recibió este crucifijo en 1576 de Ana de San Alberto, su delegada en la fundación del convento de San José de Caravaca, un objeto religioso que le acompañó durante el resto de su vida y que a su muerte, su secretaria y enfermera, Ana de San Bartolomé guardó como reliquia.

En el siglo XVII, la Cruz de Caravaca estaría presente en las fundaciones en Francia y desde allí llegó a Bruselas, donde se conserva junto al sepulcro de Ana de Jesús. Santa Teresa hace mención a este crucifijo en sus cartas, informó la diócesis de Cartagena.

A petición de la Cofradía de la Vera Cruz, el prior de los Padres Carmelitas de Caravaca, el padre Pascual Gil, solicitó que la reliquia regresara temporalmente a la ciudad, de donde partió hace casi cinco siglos, durante la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa. El pasado mes de julio llegó a Caravaca acompañada en todo momento por el padre Joseph, como custodio de la misma.

El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, manifestó este lunes su emoción al poder besar y tener entre sus manos el crucifijo que acompañó a santa Teresa en sus fundaciones: “Tener esta cruz es un privilegio y un honor”, dijo emocionado el prelado, quien tras una oración, impartió a los presentes la bendición con la reliquia.

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España: donaron en 2014 más de 13 millones de euros para las misiones
 

En la presentación del DOMUND, destacan que "la gente se fía de las OMP porque sabe que pone su dinero en las manos del Santo Padre"

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) han presentado este miércoles en Madrid la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), que este año se celebrará el próximo 18 de octubre bajo el lema “Misioneros de la Misericordia”, sacado de la bula papal “Misericordiae vultus”.

El sacerdote Anastasio Gil, director de las OMP en España, ha señalado que los objetivos de la jornada son suscitar en el pueblo de Dios una reacción solidaria universal, con todos los lugares y todas las personas; servirse de los misioneros para llevar el mensaje evangélico, a través de ellos, a todos; y suscitar la cooperación para garantizar la subsistencia de la misión de la Iglesia católica en los 1.109 territorios en los que sirve.

“La gente se fía de las OMP porque sabe que pone su dinero en las manos del Santo Padre, que es quien conoce las necesidades”. "Podemos asegurar que cada euro llega íntegramente a la misión", ha afirmado.

España es el país que más misioneros envía a la misión de la Iglesia, 13 mil. De estos, un 49 por ciento son religiosas; casi un 35 por cientos, sacerdotes; poco más de un 8 por ciento, laicos; un 7 por ciento, religiosos (no sacerdotes).

Después de Estados Unidos, este es el país que mayor aportación económica envía a las misiones. En 2014, los españoles donaron más de 13 millones de euros, un 10 por ciento más que el año anterior.

Más allá de los datos, el director nacional de las OMP ha destacado que “los misioneros se dejan sorprender por Dios y eso hace que, a su vez, los destinatarios de ese amor se dejen sorprender también por la misericordia de Dios”.

En la presentación de la jornada han ofrecido su testimonio los misioneros Antonia Valverde, de la congregación Hermanas del Amor de Dios, y Carlos Gómez-Virseda, de la Compañía de Jesús.

La religiosa, que ha prestado su imagen para el cartel del DOMUND de este año, desarrolla su actividad misionera en Cuba, donde “tratamos de encarnar el amor misericordioso de Dios en lo que se presenta. Ofrecemos comidas, lavamos la ropa, limpiamos casas y acompañamos a las personas que están solas o en graves dificultades. Alzar la dignidad de las personas es también labor evangelizadora”. 

La hermana Antonia ha reconocido que en estos 9 años que lleva como misionera en la Isla ha notado un “cambio para bien”, al que han contribuido las visitas de los últimos tres papas, y así la Iglesia continúa con su tarea de anunciar a Cristo con alegría.

Por su parte, el médico jesuita ha prestado servicio en Chad, “curando a veces, cuidando siempre; porque no somos héroes, sino cauce de la misericordia de Dios y, a la vez, receptores en nuestra tarea de su amor”. 

Ante la falta de vocaciones misioneras, Gómez-Vírseda ha dicho que, a pesar de que a los jóvenes españoles no les faltan inquietudes, les cuesta dar el paso y “salirse de la fila”.

En la presentación, se ha dado a conocer el spot de la campaña de este año, titulado “Tiritas”, con el que se busca difundir la idea de que “un gesto de misericordia, por pequeño que sea, puede curar el mundo”.

Además, las Obras Misionales Pontificias han organizado en Sevilla el espacio “El Domund al descubierto”, una exposición y una variada agenda de actos con la que se pretende acercar la realidad de los misioneros a la gente de la calle.

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Espiritualidad y oración


Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre
 

Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. 'La familia es un proyecto precioso de Dios para hacer felices a los hombres'

Por Mons. Demetrio Fernández

Córdoba, (ZENIT.org)

Este domingo 4 de octubre, comienza el Sínodo de los Obispos sobre la familia que se prolongará hasta el domingo 25 de octubre. Representantes de los obispos de todo el mundo con el Papa, invitados seglares, varones y mujeres, matrimonios. Cerca de 500 personas intervienen en este magno acontecimiento, que ha sido largamente preparado y ha suscitado gran interés por los temas a tratar: “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. Ciertamente, la familia es un proyecto precioso de Dios para hacer felices a los hombres. Y al mismo tiempo constatamos que la familia atraviesa una fuerte crisis en nuestros días con ataques que la ponen en peligro. Oremos por el Sínodo de los Obispos para que, junto al Papa, orienten al mundo de hoy sobre los caminos pastorales para ayudar a la familia a cumplir su vocación y su misión hoy.

Y en este domingo nos sale al encuentro Jesucristo con su enseñanza sobre el matrimonio, fundamento de la familia según el plan de Dios. A Jesús le plantean el tema del divorcio, porque el hombre de todos los tiempos ha vivido este problema, y en nuestros días constituye una verdadera plaga. ¿Puede el hombre casarse con otra mujer, o la mujer con otro hombre? Jesús responde: No. Si se une a otro/a comete adulterio. Y amplía el horizonte: no sólo la mujer comete adulterio, también el varón, si se va con otro/a. Jesús nos da así una lección de igualdad. Si el marido o la mujer, dejando a su primer cónyuge vive maritalmente con otro/a, comete adulterio. Porque lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.

Algunos han tenido la osadía de proponer que la Iglesia suprima esta enseñanza de Jesús, como si la Iglesia pudiera hacer lo que quisiera, incluso contradiciendo la enseñanza de su Maestro. Pero la Iglesia no es dueña arbitraria, sino esposa fiel de su Señor. Y cuenta con la gracia de Dios para llevar a la práctica lo que parece imposible para los hombres, pero es posible para Dios.

Manteniendo firme la enseñanza del Señor, que es lo único que puede hacer feliz el corazón del hombre, la Iglesia quiere acercarse a sus hijos que sufren por la fractura de su matrimonio. Y quiere tender su mano hacia los que viven separados o divorciados, e incluso han comenzado una nueva relación. Quiere acogerlos como hijos, de manera que no se sientan excluidos o excomulgados, quiere incorporarlos a la vida de la Iglesia, en la parroquia, en la diócesis, en las asociaciones, aunque no puedan recibir los sacramentos.

Y en este sentido el Papa Francisco ha reformado los procesos de declaración de nulidad matrimonial, haciendo más ágil el procedimiento y, por tanto, abaratando sus costes o haciéndolos incluso gratuitos. No se trata de un divorcio exprés a lo católico. No. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Nadie por tanto puede deshacer –ni siquiera el Papa- lo que Dios ha unido por voluntad de los esposos en el sacramento del matrimonio. Pero hay situaciones en las que no hubo matrimonio, por algún defecto importante. Y eso ¿quién lo decide? –El Obispo con su tribunal eclesiástico, puesto al servicio de los fieles que lo soliciten. Presentado el caso ante el párroco o en el mismo obispado, se estudia atentamente la situación y el obispo puede dictar sentencia de que aquel matrimonio, que parecía matrimonio y todos tenían por matrimonio, resulta que no lo fue, y explica las razones. La sentencia eclesiástica no es un divorcio, sino un reconocimiento de que allí no hubo matrimonio.

Tendremos que explicar bien esto a los fieles. Porque es muy importante la reforma del proceo, pero no debe inducir a equivocación de que la Iglesia acepta el divorcio. El matrimonio en el plan de Dios sigue siendo indisoluble, uno con una para toda la vida. La reforma del Papa hace más rápidos tales procesos. Sólo los que piensan que su matrimonio no fue tal matrimonio, podrán acudir al obispo, que estudiando el caso, verá si hubo o no hubo matrimonio, y dictará la sentencia correspondiente.

Oremos durante estas semanas por el Sínodo de los Obispos, reunidos con el Papa en Roma. De este acontecimiento esperamos luces y caminos para acompañar a todas las familias, de manera que vivan su vocación y su misión tan preciosa en la Iglesia y en el mundo de hoy.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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San Hugo de Génova - 8 de octubre
 

«Miembro destacado de la Orden de Malta, combatiente de la tercera Cruzada, gran asceta que tuvo el don de realizar numerosos milagros en Génova, donde es muy venerado»  

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Hugo Canefri es uno de los más destacados miembros de la Orden de Malta, a la que pertenecía, y particularmente venerado en Génova. Vino al mundo en Castellazzo Bormida, Alessandría, Italia. No existe unanimidad en la fecha; algunos la sitúan en 1148 y otros en 1168. Ésta última quizá sea la más verosímil toda vez que existe constancia de que ese año su ilustre familia participó en la fundación de Alessandría iniciada entonces. Su padre era Arnoldo Canefri. Su madre Valentina Fieschi era hija del conde Hugo di Lavagna, y hermana de Sinibaldo di Fieschi (pontífice Inocencio IV). El peso de su apellido era de gran envergadura. Su abuelo paterno había donado importantes sumas a la iglesia de S. Andrea di Gamondio. Además, tenía entre los suyos personas destacadas en los estamentos sociales, muy reputadas por su valía y alta responsabilidad tanto a nivel eclesiástico como civil, nada menos que condes, reyes, fundadores y santos... Aparte de ello, no se proporciona información sobre su infancia y adolescencia.

Los datos que se poseen se deben al arzobispo de Génova, Ottone Ghilini, paisano y contemporáneo suyo, que había pasado por las sedes de Alessandría y de Bobbio. Fue el papa Gregorio IX quien lo trasladó a Génova y al instruir el proceso canónico de Hugo, sintetizó por escrito su virtuosa vida, dando cuenta de sus milagros. Lo que se puede decir de él con más certeza arranca de la época en la que fue elegido caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta), aunque en esa época sus miembros eran conocidos como hospitalarios y sanjuanistas. Todo parece indicar que Hugo no debió ser ordenado sacerdote, pero sí vistió el conocido hábito que en su tiempo se distinguía por su color negro con una cruz blanca de ocho puntas en alusión a las ocho bienaventuranzas; el hábito cambió de color algunos años después de su fallecimiento.

Las cruzadas contra los infieles se hallaban entonces en su apogeo. Eran muchos los que se integraban en los ejércitos que partían para liberar Tierra Santa del dominio de los enemigos de la fe cristiana. Después de la conquista de Jerusalén por Godofredo de Bouillón en 1099, el hospicio (hubo varios y de distintas nacionalidades) construido junto al Santo Sepulcro para la atención de los peregrinos, que había sido dedicado a san Juan, fue donado por el califa de Egipto, Husyafer, al beato Gerardo de Tenque, fundador de la Orden de Malta. Tras esta primera Cruzada se convirtió no solo en el lugar donde iban a sanar sus heridas los caballeros cruzados que lucharon en combate, sino que fue el origen del nacimiento de la Orden puesta bajo el amparo del pontífice Pascual II, a petición de fray Gerardo. Cuando Hugo nació, el papa Calixto II ya le había concedido nuevos privilegios, y el Gran Maestre Gilbert d'Assailly, el quinto, gozaba de gran prestigio. Esta Orden de caballería estaba integrada por seculares y también por los caballeros que habían emitido votos y tenían como objetivo la tuitio fidei et obsequium pauperum (la defensa de la fe y la ayuda a los pobres, a los que sufren), dedicándose a las tareas de enfermería. Además, los capellanes, que eran «una tercera clase», se ocupaban del servicio divino.

Pues bien, Hugo fue uno de los ilustres combatientes en Tierra Santa. Participó en la tercera Cruzada junto a Conrado di Monferrato y al cónsul de Vercelli, Guala Bicchieri. Y al regresar de estas campañas, fue designado capellán de la Encomienda del hospital de san Giovanni di Pré, en Génova. Desde ese momento, la vida del santo, alejado de las armas, se centró en la oración y en el ejercicio de la caridad con los enfermos y marginados que acudían al hospital, además de los peregrinos que iban y venían de Tierra Santa. A los enfermos los asistió procurándoles consuelo humano, espiritual y económico. Cuando fallecían, les daba sepultura con sus propias manos. Pero uno de los rasgos representativos y más loados de su espiritualidad, junto a su amabilidad, modestia y piedad, fue su fe. Con ella era capaz, como dice el evangelio, de trasladar montañas.

Entre otros milagros que se le atribuyen se halla el acaecido un día de intensísimo calor. Hubo un problema con el suministro del agua, y las lavanderas del hospital se veían obligadas a recorrer un intrincado camino para proveerse de ella. Sus lamentos fueron escuchados por Hugo, quien se apresuró a atenderlas. Entonces le rogaron que pidiese a Dios un milagro, y él les recomendó que rezasen. Pero a las mujeres les faltaba fe, y pronto su lamento se tornó en exigencia: él era el único que podía arrebatar esa gracia; ellas estaban cansadas de tanto trabajo en medio del sofocante calor. No le agradó a Hugo su propuesta, pero en aras de la caridad hizo lo que le pedían, y después de orar y de realizar la señal de la cruz obtuvo de Dios el bien que solicitaban. También se le atribuye el rescate de una nave que se hallaba a punto de naufragar, logrado con su oración, y la mutación del agua en vino, que se produjo en un banquete, al modo que hizo Cristo en las bodas de Caná. Otros fenómenos místicos que se producían a veces mientras oraba o se hallaba en misa, momentos en los que podía entrar en éxtasis, fueron visibles para otras personas, entre ellas el arzobispo de Génova, Otto Fusco.

Hugo fue un penitente de vida austera (su lecho era una tabla situada en el sótano del centro hospitalario), que vivió entregado a la mortificación y al ayuno. Su muerte se produjo en Génova hacia el año 1233, un 8 de octubre. Sus restos fueron enterrados en la primitiva iglesia en la que residía, sobre la que se erigió la de San Giovanni di Pré donde hoy día continúan venerándose.

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