La Virgen del Rosario, cuya festividad se celebra el día  7 de octubre, es la advocación que históricamente acompaña a la Orden dominicana, presente en nuestra diócesis desde hace casi 500 años. José Antonio Rodríguez Gutiérrez O.P. es en Oviedo el párroco de Santo Domingo, y en esta entrevista describe la importancia del rezo del Rosario, una oración difundida desde hace 800 años por la Orden a la que él pertenece

-Acabamos de celebrar en esta semana la festividad de la Virgen del Rosario, y en la parroquia de los Dominicos, en Oviedo, ya han celebrado la fiesta, con una novena.

Los dominicos siempre comenzamos el curso en torno a la Virgen, ya que el día 7 de octubre se celebra la Virgen del Rosario, nuestra titular. De hecho, históricamente cualquier fraile dominico, cuando llega a un pueblo, lo primero que hace es poner a la Virgen del Rosario en el frente, en cofradías, en los templos, etc. Que no es ni mejor ni peor que la Santina, o la Virgen del Camino, por poner un ejemplo, pero es lo que la Orden ha vivido siempre, desde sus comienzos. Por algo nos han llamado los “frailes de la Virgen”.

Por otro lado, es tradición que celebremos esta fiesta a nivel parroquial el primer domingo del mes de octubre, sin esperar al día 7. Lo hacemos porque es la única manera de que todo el pueblo pueda participar, un domingo, cuando la gente tiene libertad de horarios. Entonces, 9 días antes del primer domingo de octubre empezamos la Novena de la Virgen del Rosario, con el objetivo de coger fuerzas para empezar el nuevo curso, siempre con la compañía de María.  El pasado domingo, el día 4, hicimos una pequeña procesión con la Virgen del Rosario por el claustro del convento. Éramos un buen grupo de personas, más de cien, y con ella, antes de la Eucaristía, rezamos el Rosario. Para nosotros, es la forma de comenzar el curso bajo la protección de María, que es la patrona y la titular de nuestra iglesia.

-Además de los frailes, la familia dominicana abarca también a un grupo de seglares, identificados con el carisma de la Orden.
 

La familia dominicana está formada por monjas de clausura, hermanas, frailes y laicos. Estos son los que antiguamente se llamaban “Orden tercera”, que ya no existe, pues el nombre se cambió por el de “Fraternidades laicales”. En Oviedo cuenta con unos 40 miembros, de una edad avanzada, aunque en otros puntos de España tienen mucha más vida. Se trata de seguir el carisma de Santo Domingo, y para ello no hace falta ser célibe, sino vivir elementos comunes de oración, espiritualidad, apertura, libertad, estudio, etc.

-¿Cómo está distribuida la Orden en Asturias?

Hay un buen número de religiosas dominicas de vida activa en la diócesis, especialmente las Dominicas de la Anunciata. También están las Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazaret, en Salinas, y las de vida contemplativa, en el monasterio de Cangas del Narcea. Nosotros, los dominicos, tenemos desde el pasado 1 de junio una sola comunidad en Oviedo, con un solo Prior. En ella estamos trece frailes, mas tres que viven en el monasterio de Corias, que es filial de nuestra comunidad, y que, aunque son mayores, se dedican a atender pastoralmente las necesidades de la zona. Hasta hace poco teníamos una comunidad en el colegio de La Felguera, que se ha cerrado y los dominicos de allí ahora viven con nosotros, pero van todos los días a trabajar al colegio.

-Octubre es el mes del Rosario. ¿Es una oración pasada de moda?

No, pero yo creo que lo que está es mal entendida. Los frailes de la Virgen, como nos llamaban, o Predicadores, no anunciaban a la Virgen hace 800 años, sino al Evangelio, los misterios de Jesús, de nuestra fe, y para ello, llevaban a su Madre con ellos, por lo que en realidad se acordaban “de María, junto a Jesús”. Lo importante no son los 15 ó 20 Misterios que se rezan, sino lo que ello esconde, que es anunciar el Evangelio.

Lo fundamental no son los modos, sino el qué, y para ello es fundamental no rezar el Rosario de forma monótona, repetir Ave Marías sin saber lo que se dice, sino meditar sobre esos misterios, acompañados por la Virgen. Por eso, creo que no está pasado de moda, porque los Misterios de la vida de Jesús nunca están pasados de moda. La moda es el Evangelio, y anunciarlo con María.

-El próximo 2016 se cumplirán los 800 años de la creación de la Orden dominicana.

Exactamente. En el año 1216 se aceptó la Orden, que surgió como una necesidad de anunciar el Evangelio por frailes bien formados. En aquel tiempo, sólo los obispos podían predicar, ya que se suponía que tenían más formación que el clero. Santo Domingo se encontró en Francia con herejes que, por predicar de forma sencilla, se hacían entender mejor que los propios Obispos, por lo que pidió un permiso al Papa para hacer una Orden de Predicadores que no fueran Obispos, sino frailes formados en comunidad. Como todos los Jubileos, será momento para mirar hacia atrás y dar gracias, pero también para pedir perdón, pues 800 años dan para mucho. Sobre todo, es momento de renovar nuestra vocación, por lo que nuestro lema será “Enviados a predicar el Evangelio”. Como podamos, con nuestro estilo y mirando el futuro. Que sí, que tenemos pocas vocaciones, pero por supuesto tenemos futuro y vale la pena apasionarse por anunciar el Evangelio.

(Arzobispado de Oviedo)