ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 10 de octubre de 2015

La frase del día 10 de octubre

"Al desgranar el Rosario, suplicad a la Reina del Mundo por la santidad de la familia". Beato Álvaro del Portillo

 


Papa y Santa Sede

El arzobispo de Corfú explica qué es la santidad
Mons. Ioannis Spiteris alertó a los padres sinodales del peligro del fariseísmo y recordó que la obediencia a Dios es más importante que los sacrificios en la vida del cristiano

El Sínodo comienza a debatir sobre la vocación y la misión de la familia
Los padres sinodales iniciaron el viernes por la tarde las intervenciones sobre la segunda y la tercera parte del documento de trabajo. Insistieron en profundizar sobre el acompañamiento a las familias y mejorar la formación para los matrimonios

Mundo

Asesinados tres cristianos en Siria
Daesh difunde un vídeo con la ejecución y exige un rescate por otros cautivos

Iglesia y Religión

España: la Iglesia reflexionará sobre la asistencia religiosa católica en los hospitales
La CEE ha organizado un encuentro nacional sobre la pastoral hospitalaria que tendrá lugar en Madrid del 13 al 15 de octubre

Espiritualidad y oración

Le miró con amor
Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. 'La misericordia de Dios es capaz de hacerlo todo nuevo'

San Juan XXIII - 11 de octubre
«La inesperada influencia eclesial y mundial de un hombre bueno que desde niño vivió con honda piedad. Fue un gran pacificador, artífice del Concilio Vaticano II y de memorables encíclicas como la Pacem in terris y Mater et Magistra»  


Papa y Santa Sede


El arzobispo de Corfú explica qué es la santidad
 

Mons. Ioannis Spiteris alertó a los padres sinodales del peligro del fariseísmo y recordó que la obediencia a Dios es más importante que los sacrificios en la vida del cristiano

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

La VI Congregación general del Sínodo ordinario sobre la familia, que se está celebrando en el Vaticano, ha comenzado este sábado con el canto de la Hora Tercera. En la oración, que ha estado acompañada por las voces del coro de la Capilla Sixtina, ha participado el papa Francisco.

A continuación, el arzobispo de Corfú, Zante y Cefalonia, monseñor Ioannis Spiteris, se ha dirigido a los presentes. Meditando sobre un pasaje del Primer Libro de Samuel, el prelado ha señalado que “la santidad, que es la comunión con Dios Amor y que se expresa en el compromiso de vivir con amor los propios esfuerzos humanos y cristianos, no consiste en el primado del sacrificio, del culto externo y sin alma, sino en la amorosa obediencia a Dios, poniendo en práctica su mandamiento por excelencia que es el amor recíproco”.

De hecho, ha añadido, “puede ser un engaño fatal querer a toda costa imponerse sacrificios exorbitantes, no para hacer más serena y buena la propia vida y la de los demás, sino para parecer más valientes, más santos que los otros y --como el fariseo de la parábola-- alardear de los propios méritos y menospreciar al otro considerándolo publicano, pecador”.

Para Mons. Spiteris, “el fariseísmo, imperante en los tiempos de Jesús, está siempre listo para reaparecer allí donde no hay suficiente escucha de la Palabra que hay que acoger con alegría y ponerla en práctica”.

El arzobispo griego ha concluido su homilía haciendo votos para que “cada uno de nosotros --sacrificando dentro de sí la escucha de muchas voces que nos instan a encontrar la salvación en nuestras buenas obras, acallando la voz del Señor que nos invita a la amorosa comunión con Él-- pueda confiarse a Aquel que todo lo puede y que tiene constantemente abiertos los brazos para acogernos”.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


El Sínodo comienza a debatir sobre la vocación y la misión de la familia
 

Los padres sinodales iniciaron el viernes por la tarde las intervenciones sobre la segunda y la tercera parte del documento de trabajo. Insistieron en profundizar sobre el acompañamiento a las familias y mejorar la formación para los matrimonios

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El Sínodo ha comenzado las intervenciones de los padres sinodales respecto a la segunda y tercera parte del Instrumentum Laboris. Ahora, es el momento para hablar sobre “El discernimiento de la vocación familiar” y “La misión de la familia hoy”.

Entre la tarde del viernes y la mañana del sábado intervinieron 75. Entre los temas abordados, explicó el padre Federico Lombardi en la rueda de prensa del sábado, están “la familia como escuela de humanidad y de santificación”, “espiritualidad familiar, cómo orar juntos, vivir los sacramentos”. Asimismo, la misericordia fue analizada bajo diversos aspectos, “misericordia y verdad, misericordia y justicia, misericordia y acogida”. Se habló también de la “misión de la familia, responsable de sostener al otro en la vida de la Iglesia”.

Otro aspecto analizado, explicó el portavoz de la Santa Sede, fue cómo “la vocación matrimonial no debe ser vista como inferior respecto a la sacerdotal, es igualmente digna ante a Dios”.

Por otro lado, se subrayó la importancia de los movimientos y asociaciones de vida familiar, tan importantes en la pastoral. La indisolubilidad --comentaron los padres sinodales-- debe ser presentada positivamente y no como un yugo.

El padre Lombardi también indicó otros temas surgidos pero en menos intervenciones, como la relación interreligiosa en las familias, cuyo punto de referencia para la reflexión fue el testimonio de una pareja india, ella católica y él hindú. También se habló de los hijos como don, y la educación de los mismos. Y se advirtió que la familia no es siempre un lugar adecuado de referencia para todas las personas, “no se debe idealizar la familia”, porque también sucede que la corrupción o el crimen están presentes en algunas de ellas y esto puede condicionar en la formación y crecimiento personal de sus miembros. 

Por su parte, el padre Manuel Dorantes, portavoz para la lengua española, precisó que varios padres sinodales insistieron en la importancia de la formación previa al matrimonio. “El matrimonio es una vocación. El mismo Dios que llama al sacerdocio, llama al matrimonio”, recordó. Y se han planteado por qué no una preparación equivalente al catecumenado o el noviciado antes del matrimonio. En el Sínodo se plantea que la formación no debe ser solo previa sino también de acompañamiento posterior. Además, lo previo no debe ser solo una catequesis, sino un ayudar a la pareja a plantearse y ver cómo será su programa de vida en común.

Otro aspecto subrayado por algunos padres sinodales, es que no se puede olvidar que “es el Sínodo de la familia, no del matrimonio. En la Iglesia hay muchas familias sin matrimonio: viudos, monoparentales, parejas no casadas”.

En la rueda de prensa, participaron también el cardenal Baselios Cleemis Thottunkal de la Iglesia católica siro-malankara de la India y el padre Javier Álvarez-Ossorio, SS.CC., superior general de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María.

El cardenal recordó que el Sínodo “es un tiempo para escuchar, compartir y llevar a casa algo positivo que facilite la naturaleza divina de la familia. Y aseguró que “hablar de la misericordia de Dios, exige aceptar personalmente esta misericordia”. También observó que “necesitamos personas más motivadas, solidarias y misericordiosas, que ayuden a los otros a alcanzar la misericordia de Dios”.     

Mientras que el padre Álvarez-Ossorio, afirmó que sería bueno que el fruto del Sínodo, no sea solo el documento final, sino la puesta en marcha de dinámicas en la Iglesia.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mundo


Asesinados tres cristianos en Siria
 

Daesh difunde un vídeo con la ejecución y exige un rescate por otros cautivos

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Tres de los cristianos asirios del valle del río Jabur mantenidos como rehenes por los milicianos del Estado Islámico (Daesh, por su acrónimo en árabe) han sido ejecutados por sus secuestradores. El vídeo de la ejecución ha sido difundido en las últimas horas a través de un sitio web yihadista, informó la agencia FIDES.

En la grabación, los tres cristianos asirios están de rodillas, vestidos con los cacarterísticos monos naranjas en una zona desértica, y son asesinados con un tiro en la nuca por tres verdugos encapuchados. Cada una de las víctimas, antes de ser asesinada, se identifica repitiendo su nombre y su localidad de origen: se trata de Audisho Enwiya y Assur Abraham, de la aldea de Tel Jazira, y de Basam Michael, de la aldea de Tel Shamiram. 

Después de su ejecución, el vídeo termina con la imagen de otros tres asirios de rodillas y con el mismo traje de color naranja delante de los cuerpos de los tres ejecutados. Estos últimos también dicen su nombre y pueblo de origen, y uno de ellos añade en árabe, señalando a los cuerpos de los difuntos, “nuestro destino será el mismo de éstos, si no se siguen los procedimientos correctos para nuestra liberación”.

La ejecución, según los terroristas, tuvo lugar en la mañana del 23 de septiembre, día en que los musulmanes conmemoran la “Fiesta del Sacrificio” (Eid al-Adha). Los tres hombres asesinados, al igual que los tres que aparecen en el vídeo aún con vida, formaban parte de un grupo de unos 230 cristianos asirios que los fundamentalistas islámicos tienen como rehenes desde finales de febrero, cuando la ofensiva yihadista alcanzó las aldeas cristianas del valle del Jabur. El lugar de su detención, con toda probabilidad sigue siendo Al-Shaddadi, un bastión de Daesh, a 60 kilómetros de Hassaké. 

El mensaje transmitido por el grupo terrorista es claro: el rescate exigido para la liberación de los prisioneros cristianos todavía no se ha pagado, y las ejecuciones continuarán hasta que se pague la suma solicitada.

En las fases sucesivas al secuestro colectivo, los milicianos exigieron 100 mil dólares por cada uno de los rehenes para su liberación. Ante la imposibilidad de recoger tal cantidad de dinero, las negociaciones se interrumpieron. Hace aproximadamente un mes, el arzobispo Jacques Behnan Hindo informó a la agencia FIDES que se había abierto una espiral de esperanza, al retomar las conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo sobre una suma mucho menos onerosa. Ahora, con la difusión del vídeo de la ejecución, aumenta la preocupación por la suerte de los cristianos de Jabur --incluidos mujeres y niños-- que siguen en manos de los yihadistas.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Iglesia y Religión


España: la Iglesia reflexionará sobre la asistencia religiosa católica en los hospitales
 

La CEE ha organizado un encuentro nacional sobre la pastoral hospitalaria que tendrá lugar en Madrid del 13 al 15 de octubre

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha organizado un simposium sobre la pastoral hospitalaria que tendrá lugar en Madrid del 13 al 15 de octubre. Unas 200 personas, que trabajan en la asistencia religiosa en los hospitales, participarán en este encuentro con el objetivo de buscar las claves para vivir una pastoral evangelizadora más adaptada a las circunstancias actuales hospitalarias, informó la CEE en un comunicado.

En la sesión inaugural, el día 13 a las 10.00 horas, participarán el secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, Mons. Jean-Marie Mupendawatu, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral, Mons. Sebastià Taltavull, y el obispo responsable de la Pastoral de la Salud, Mons. Jesús Fernández.

El programa del encuentro incluye distintas ponencias, presentación de experiencias y trabajos en grupo que permitirán definir cómo hacer eficaz la asistencia religiosa católica en los hospitales teniendo en cuenta los cambios que se han producido en la sociedad y en los centros hospitalarios en los últimos años. Estos cambios plantean un desafío y el reto es dar una respuesta adecuada para que la acción evangelizadora de la Iglesia esté presente en los hospitales respondiendo a estas nuevas necesidades.

La pastoral sanitaria en cifras
En la actualidad hay presencia del Servicio de Asistencia Religiosa Católica Hospitalaria (SARCH) en 322 hospitales públicos en los que se atiende 125.134 camas y se hace acompañamiento a unas 146.460 personas al mes (enfermos y familiares). Para este trabajo pastoral se cuenta con 483 capellanes a jornada completa; 271 a media jornada; 83 personas idóneas (no sacerdotes) a jornada completa; 61 personas idóneas a media jornada; y alrededor de 800 voluntarios.

Encuesta sobre el servicio religioso en los hospitales
Uno de los trabajos de este simposium será analizar los resultados de una encuesta previa realizada por el departamento de Pastoral de la Salud de la CEE. Este estudio permitirá conocer el trabajo que hoy se está realizando y valorar cuáles deben ser los cambios.

La encuesta recoge los datos de las delegaciones diocesanas de pastoral sanitaria y las repuestas personales de los miembros del SARCH. Se plantean 39 cuestiones sobre, entre otras cosas, la motivación para elegir esta pastoral; grado de satisfacción personal; necesidades de formación; actividades pastorales a las que se dedica más tiempo; qué aspectos valora más la gente; actitudes imprescindibles para desarrollar este servicio; la relación con el personal hospitalario; problemas en el desarrollo del servicio; qué se podría hacer para mejorar el servicio religioso a los enfermos y sus familias; y cómo ven el futuro. Con sus respuestas se han elaborado 10 temas de reflexión sobre el trabajo pastoral.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Espiritualidad y oración


Le miró con amor
 

Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. 'La misericordia de Dios es capaz de hacerlo todo nuevo'

Por Mons. Demetrio Fernández

Córdoba, (ZENIT.org)

La llamada de Jesús a seguirle de cerca no es una iniciativa humana ni una ocurrencia subjetiva, sino que tiene su origen en el amor de predilección del mismo Jesús. Aquella mirada con la que Jesús llama al joven rico es la misma mirada con la que se han sentido llamados tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia. “No se me había ocurrido”, “Yo no quería”, “Me vino por sorpresa”, comentan muchos de los llamados. Es como si en un momento cualquiera, del que uno guarda imborrable recuerdo, hubiera entendido que Alguien me ama con amor eterno y llena de sentido pleno toda mi existencia. Si el corazón humano está hecho para ser amado, la llamada personal va acompañada de ese amor en plenitud que promete una vida fecunda. Después viene el análisis de los signos, puesto que la fe es razonable, no una corazonada irracional. Pero el punto de arranque es el amor, “Él nos amó primero” (1Jn 4,10), que busca correspondencia.

Esa llamada, precisamente por ser total, implica una respuesta de totalidad. “Véndelo todo y dalo a los pobres”. Seguir a Jesús es incompatible con la reserva de algo para sí. Hay que darlo todo, porque uno ha encontrado a quien le da todo. Y además, se trata de una actitud sostenida a lo largo de toda la vida. No se cumple de una vez por todas. Es un camino, un itinerario de progresivo despojamiento, sin posibilidad de reconquista. Dejarlo todo, quemar las naves y no volver la vista atrás. Todo un proceso de conversión permanente y de crecimiento en el seguimiento de Cristo.

La riqueza es un peligro. Aquel joven era rico simplemente por ser joven. Tenía toda su vida por delante, además de las cualidades y recursos a su alcance. Es en la juventud normalmente cuando Dios llama. E invita a dejarlo todo, no cuando pase la mitad de la vida, sino en los albores de esa vida, en la primera juventud, cuando la persona tiene todas las posibilidades por delante, cuando es rico.

La juventud es por tanto el momento de la llamada y es cuando más tiene uno que dejar. Su vida entera. Pero al mismo tiempo, como aquellos amores primeros de juventud, la respuesta tiene un encanto que no lo tiene cualquier otro momento posterior de la vida. La perseverancia en ese primer amor exige el cuidado atento para mantener un corazón libre y siempre disponible, un corazón pobre, de manera que la llamada y la respuesta no pierdan el encanto primero. Ha habido personas que se entregaron con toda sinceridad y sin escatimar nada, pero han dejado crecer en su corazón otras hierbas, espinas y abrojos. Y eso ha sofocado la generosidad del amor primero. Hay que cuidar el corazón, que se agarra a lo que pilla y puede malograr aquella respuesta generosa de juventud.

Aquel joven no quiso responder. Entramos en el misterio de la libertad humana. Me he encontrado con muchos jóvenes que han aplazado la respuesta e incluso con algunas personas que se arrepienten de no haber respondido a tiempo y ya no haber podido estrenar un amor que se ofreció en su primera juventud. Sólo la misericordia de Dios es capaz de devolver lo primigenio, la frescura de aquel amor. La misericordia de Dios es capaz de hacerlo todo nuevo.

Qué difícil es que un rico entre en el reino de los cielos, insiste Jesús. No se trata de despreciar todo lo bueno que Dios nos da. Y las riquezas (materiales, espirituales) son dones de Dios. Pero tales riquezas suponen un peligro constante en la vida de la persona. Buenas son las riquezas, pero mejor es la pobreza, cuando se trata de parecerse a Jesús. Y el que ha sido tocado por un amor de este calibre, debe aspirar a vivir en pobreza y humildad para parecerse a su Maestro y Señor. Es un lenguaje que el mundo no entiende. Pero el que ha sido tocado, entiende que su tesoro es el Señor y no aspira a otra cosa. Incluso, busca renunciar a todo con tal de tenerle a él. “Por él lo perdí todo” (Flp 3,8), con tal de ganarle a él.

Esta es la sabiduría de la vida, acertar en descubrir aquel proyecto de amor que Dios me tiene preparado. Esa es la vocación en cualquiera de sus formas. Y todas ellas tienen un punto común de arranque: el amor de Cristo que supera toda ideología.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


San Juan XXIII - 11 de octubre
 

«La inesperada influencia eclesial y mundial de un hombre bueno que desde niño vivió con honda piedad. Fue un gran pacificador, artífice del Concilio Vaticano II y de memorables encíclicas como la Pacem in terris y Mater et Magistra»

 

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Ángelo Giuseppe, internacionalmente conocido por su afabilidad como el «papa bueno», nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, Bérgamo, Italia. Era el cuarto de trece hermanos de una humilde familia de fervorosos campesinos. Creció arropado por las hondas convicciones religiosas del clan Roncalli. Su tío y padrino Zaverio influyó notablemente en su formación espiritual. Ingresó en el seminario de Bérgamo en 1892.

En 1895 comenzó a redactar su extraordinario Diario del alma mientras realizaba ejercicios espirituales. No solo consignó en él buenos propósitos sino que, al ser fiel a ellos, arrebató para su vida un cúmulo de bendiciones. Incluyó pautas cotidianas de oración, reflexión, examen de conciencia, lectura de libros piadosos, rezo a María, de la que fue devoto, etc. Un programa minucioso que iba ampliando atendiendo al mes, al año, y en todo tiempo, caracterizado por la concisión en cuanto a las prácticas de las virtudes en las que juzgó debía progresar. Se encomendaba a sus santos preferidos, que eran junto a Bernardino, Luís Gonzaga, Estanislao de Kostka y Juan Berchmans, todos adalides de la pureza a la que aspiraba. Entonces advirtió que le conduciría al altar la «vida oculta, oración y trabajo. Orar y trabajar, trabajar orando».

El Diario muestra su extraordinaria sensibilidad plasmada en su amor a Cristo, a la Iglesia, a su familia y al género humano: «cualquier forma de desconfianza o de trato descortés con alguien –sobre todo, si se trata de débiles, pobres o inferiores–, cualquier dureza o irreflexión de juicio me procuran pena e íntimo sufrimiento». Revela la conciencia de su propia indigencia –«el Miserere por mis pecados debería ser mi plegaria más familiar»–, la humildad y generosidad de un alma nobilísima, dispuesta a conquistar la santidad: «el pensamiento de que estoy obligado, como mi tarea principal y única, a hacerme santo cueste lo que cueste, debe ser mi preocupación constante; pero preocupación serena y tranquila, no agobiante y tirana». En suma, el Diario revela la trayectoria vital y espiritual de este gran hombre de Dios. Es uno de esos textos que, por su enseñanza, merecen estar en la cabecera de cualquier persona.

Becado en 1901 por la diócesis de Bérgamo, prosiguió su formación en el Pontificio seminario romano. Mientras aguardaba el momento de su ordenación, que se produjo en 1904, cumplió el servicio militar. En 1905 fue designado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo María Radini Tedeschi, misión que simultaneó como profesor en el seminario de diversas disciplinas y otras acciones pastorales y apostólicas. Comenzaba a ser reconocido como excelente predicador y reclamado por diversas instituciones católicas. Monseñor Radini murió en 1914, y al año siguiente el futuro pontífice tuvo que partir al frente actuando como sargento sanitario y capellán de los combatientes heridos en la batalla.

Culminada la Primera Guerra Mundial, creó la «Casa del estudiante» y desempeñó una gran labor entre los alumnos. Fue director espiritual del seminario en 1919, y a partir de entonces su carrera diplomática fue imparable. Presidió el consejo central de las Obras pontificias para la Propagación de la Fe, fue visitador apostólico y obispo de Bulgaria con sede en Areópoli, delegado apostólico en Turquía y Grecia, nuncio apostólico en París, y finalmente, cardenal y patriarca de Venecia en 1953. En estas relevantes misiones fueron evidentes su sencillez y apertura, así como su carácter respetuoso y dialogante. Era un observador excepcional y supo actuar con prudencia y tacto en todos los momentos delicados que se le presentaron. Ya entonces acogió a miembros de otras religiones. A su paso fue dejando copiosos frutos, apaciguando los ánimos entre el clero y el estamento diplomático. En la Segunda Guerra Mundial ayudó a muchos judíos proporcionándoles el «visado de tránsito». Siempre tuvo presente el fiat evangélico: «Basta la preocupación por el presente; no es necesario tener fantasía y ansiedad por la construcción del futuro».

Cuando en 1958, contando ya 77 años, fue elegido pontífice, nadie pudo imaginar –y menos él mismo– que su pontificado iba a suponer un hito de insondables proporciones en la Iglesia. «No puedo mirar demasiado lejos en el tiempo», decía. Sin embargo, en cinco años escasos fue artífice de una renovación sin precedentes. «Obediencia y paz», el lema que escogió cuando fue nombrado obispo de Bulgaria, seguía animando su vida que le urgía al amor. No se olvidó de los enfermos, especialmente de los niños, ni de los presos a los que confortó visitándoles, portando con su testimonio el evangelio de la mansedumbre, de la alegría evangélica y de la generosidad. Fue un intrépido apóstol, creativo, innovador… Con ese gesto de paz que le acompañó abría sus brazos a todos. Pero fue también un papa firme. No dudó en cercenar de raíz formas de vida de la curia que juzgó impropias de su condición, logró que se respetasen los derechos laborales de los empleados del Vaticano, designó cardenales a miembros de países lejanos del Oriente y de América, algo novedoso en la Iglesia, etc.

A los tres meses de pontificado convocó el Concilio Vaticano II, y poco después mantuvo un encuentro con el arzobispo de Canterbury. El Concilio se inició el 11 de octubre de 1962 y con él franqueó la puerta al ecumenismo. «Lo que más vale en la vida es Jesucristo bendito, su santa Iglesia, su Evangelio, la verdad y la bondad», dijo antes de morir. Había querido renovar la Iglesia con el fin de que pudiese afrontar su misión evangelizadora en la etapa moderna en la que estaba inserta con este luminoso criterio: fijarse «en lo que nos une y no en lo que nos separa». Escribió ocho encíclicas, entre otras, la Pacem in terris y Mater et Magistra. En mayo de 1963 se conoció el funesto diagnóstico: cáncer de estómago. Murió el 3 de junio de ese año en medio de la consternación del mundo que le amaba profundamente. Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre de 2000 indicando que su fiesta se celebrase el 11 de octubre. Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba



Collect?cc=%5bzs151010%5d+el+mundo+visto+desde+roma&cd2=es&cid=8a4693ed 79a9 4fdd ac4b ae8d190ede60&cm=email&cn=diariohtml&cs=dispatch&dp=%2femail%2fnewsletter%2f1258&ds=dispatch+tracker&dt=%5bzs151010%5d+el+mundo+visto+desde+roma&ea=open&ec=email&el=zs151010&ni=1&t=event&tid=ua 8460673 1&v=1