El Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, presidió el sábado día 31 de octubre la Eucaristía del XIII Congreso de Escuelas Católicas que se celebra desde el pasado jueves en el Hotel Auditórium de Madrid y que contó con las voces de la Escolanía de la Abadía Benedictina de Santa Cruz del Valle de los Caídos. En sus palabras hizo alusión al lema de congreso, subrayando que la escuela católica “sabe educar” y es además “un ejemplo de libertad y compromiso”.

 “Sabemos educar, construimos la libertad y aceptamos el compromiso afianzados en Él”, dijo Monseñor Osoro, al tiempo que animó a todos a educar en el compromiso impulsando un “sistema educativo que una a los hombres”, respondiendo así a la petición del papa Francisco. “Descubramos el alcance del compromiso. Descubramos el alcance de nuestra misión”.

En su homilía insistió en la importancia de formar al ser humano en libertad y poner al otro en el centro, construir cultura del encuentro en las aulas y desarrollar la inclusión para hacer grande el corazón del ser humano: “la inclusión hace grande el corazón del hombre”. “Creemos cultura del encuentro, entreguemos a otros lo que Jesucristo nos da”. “Nuestras escuelas -añadió- no están cerradas a nadie, están abiertas a quien quiera venir a ellas. Demos a quienes vienen a nuestra aulas la capacidad para ser solidarios, de comprometerse”.

Compromiso, comunicación en red y emoción

Tras la Eucaristía, abrió la ronda de ponencias Victoria Colbert, directora de la Fundación Escuela Nueva, organización no gubernamental creada que ha llevado fórmulas pedagógicas de éxito (aprendizaje colaborativo, personalizado, formación docente, compromiso de los padres…) a “escuelas olvidadas” rurales, beneficiando a más de cinco millones de niños. Explicó que los buenos resultados obtenidos han hecho que la iniciativa rural se adapte a las escuelas urbanas, así como a la población desplazada y emigrante. Una iniciativa que demuestra que la innovación no es cuestión de tecnología, sino de un cambio en la mentalidad: “la necesidad es la madre de la innovación”, dijo.

Xiskya Valladares, religiosa de Pureza de María, filóloga y periodista habló al auditorio de educación y viralidad y, sobre todo, de la necesidad de ser una escuela católica atractiva que se haga un hueco en el continente digital informando y compartiendo. Por ello, animó a la escuela católica y a los educadores a estar en la redes sociales: “salgamos sin miedo del ostracismo. Somos muchos y muy fuertes, si fuéramos conscientes de ello tendríamos mucha más repercusión”. Para Xiskya Valladares la escuela católica “es una de las mayores redes sociales”, por ser una gran red donde se crean sinergias y donde unos y otros se ayudan.

María Garaña, vicepresidenta de la división de soluciones empresariales de Microsoft EMEA, aseguró en su ponencia que una buena gestión de la información en una comunidad exige compartir las mejores prácticas, involucrar a la gente en los posibles problemas y en sus soluciones y fomentar que aporten su valor propio al conjunto. Por su extensa experiencia en el mundo empresarial, Garaña destacó la importancia de que los trabajadores se sientan valorados e integrados en su grupo de trabajo y se mostró convencida de que es perfectamente trasladable a la escuela.

Sobre Escuelas Católicas

Escuelas Católicas es la marca de FERE-CECA, que agrupa a titulares de centros educativos católicos desde 1957, y de Educación y Gestión, organización empresarial de dichos centros desde 1989.

Hoy representa a 2.048 centros educativos concertados católicos, a los que pertenecen 1.207.527 alumnos y 100.400 trabajadores, de los que 84.252 son docentes. A su vez, Escuelas Católicas supone el 14,9% del total del sistema educativo y el 59% de la privada concertada, lo que la convierte en la organización más representativa de este sector. Apuesta por la innovación y mantiene una actitud emprendedora para adecuarse a la nueva realidad de los alumnos.