Diócesis
Ha recibido un premio de la Fundación Alter Christus

Un 10% de las parejas civiles piden casarse por la Iglesia tras un cursillo prematrimonial en Madrid

Se imparte en la parroquia del Santísimo Cristo de la Victoria por el equipo del sacerdote Julio Sáinz, que lleva 22 años preparando a novios

El sacerdote Julio Sáinz, misionero claretiano, lleva 22 años preparando a parejas de novios para recibir el sacramento del matrimonio. El éxito de su cursillo es tal, que el boca a boca ha hecho efecto. Muchas parejas que conviven o están casadas civilmente acuden a estas charlas “a ver qué pasa”. Tras recibir la preparación, “el 10% sale tan contento, que pide casarse canónicamente, y esta cifra sí que es un milagro”, sostiene.

En estos 22 años ha atendido a más de 11.000 parejas. “Ahora podría formar una ciudad de 45.000 habitantes, compuesta por estos matrimonios y sus hijos”, señala a Religión Confidencial el padre claretiano Julio Sáinz Torres, quien afirma que mantiene contacto con 5.300 esposos a través del correo electrónico y de las redes sociales.

El cursillo dura un día y medio, durante el fin de semana. Su secreto radica en una preparación basada en la libertad y en el compromiso, impartido con naturalidad y mucho cariño. “Al cuarto de hora de cursillo, nuestros novios ya están haciendo oración”, afirma el padre Julio.

Su equipo está formado también por otros matrimonios, algunos que recibieron en su día este cursillo. Una de estas personas ha sido Carmen García de Ayuso, una madre de nueve hijos que ha ayudado a muchas parejas y que falleció recientemente.

Considera que Madrid es una gran ciudad a la acuden gran cantidad de universitarios de toda España a estudiar. Alquilan sus pisos, disponen de dinero y las parejas se van a vivir juntos. Pero aquellos chicos que han recibido buena formación y valores, tarde o temprano desean comprometerse con el amor de su vida ante Dios. En esta labor, afirma que la “insistencia amorosa” de las madres, es esencial para que los hijos den el paso a casarse por la Iglesia.

Al Papa le preocupa especialmente que los jóvenes no quieran casarse por la iglesia. “Algo no va”, dice Francisco con ese tono que le caracteriza. El padre Julio responde: “No hay culpables, hay que fijarse siempre en lo positivo. Ayudemos desde la fe. Y no tengamos miedo a hablar de la castidad y de la virginidad, en casa y en los colegios”, explica.

Pero ¿hablar de la castidad en este siglo no es algo antediluviano? “Pues cuando yo les hablo de este tema a parejas que llevan alguna temporada viviendo juntos, me entienden, no me miran mal. Les hablo siempre desde la libertad personal”, señala el sacerdote claretiano.

Respecto a la moral sexual que predica la Iglesia católica, reforzada en el texto final del sínodo de obispos de la familia, el padre Julio comenta que a los novios se les instruye en los métodos naturales, “algo fácil de vivir, no tan complicado como se piensa. “Carmen Ayuso siempre les decía: no miréis las dificultades para tener hijos, solo pensar cuántos hijos sois capaces de amar”.

Estos cursillos prematrimoniales no están orientados exclusivamente para jóvenes. También lo reciben parejas que llevan por ejemplo, diez años casados y pasan por la famosa crisis de los diez años. Incluso acuden matrimonios que van a celebrar sus bodas de plata: “Renuevan su compromiso y salen como nuevos”, señala don Julio.

El padre Julio ha recibido recientemente el galardón de la Fundación Alter Christus –un apostolado del Regnum Christi- a la Pastoral Familiar, por su dedicación durante tantos años a la pastoral universitaria y a preparar a tantos novios al sacramento del matrimonio.