Tribunas

Un nuevo documento doctrinal

José Francisco Serrano Oceja

Uno de los temas más interesantes en este momento de la Iglesia, y del Pontificado, es la cuestión del valor, y del papel, de la doctrina en la propuesta cristiana. Sabemos lo que ha dicho reiteradas veces el Papa Francisco; su comprensión de la doctrina, -que no se toca-, en la difusión del mensaje y de la forma de vida cristiana. Y sabemos los efectos que está produciendo esta nueva ubicación en el imaginario personal y colectivo.

La pasada Asamblea Plenaria de los obispos, según el comunicado final, abordó, por primera vez, un documento presentado por la Comisión Episcopal de Doctrina de la fe, en concreto, por su presidente, el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes.

El texto del comunicado final dice que “los obispos han estudiado los borradores de otros dos documentos: “Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo”, que está redactando la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe, que preside Mons. Adolfo González Montes, y el informe sobre la situación del clero, realizado por la Comisión Episcopal del Clero, que preside Mons. Jesús Catalá Ibáñez. Los documentos se han enriquecido con las aportaciones de los obispos y pasarán a la reunión de la próxima Comisión Permanente”.

El documento “Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo”, que, entre otras argumentaciones, contiene destacables ideas sobre la especificidad y singularidad de la confesión de fe en Jesucristo, por tanto, del cristianismo, fue ampliamente debatido en la plenaria hasta el punto de que su viabilidad se decidió en una votación que resultó favorable a la continuidad, a seguir trabajando sobre del documento y sobre la firma final o atribución de autoría. No, lógicamente, se discutió, ni se votó, sobre el contenido del documento.

Una discusión no exenta de argumentos contarios al texto por razones, unas teóricas, otras prácticas, unas de contexto, otras de forma del texto. Un escrito que tenía la impronta redaccional de la factoría obispo de Almería, que no en vano fue Catedrático de Teología Fundamental y Dogmática de la Universidad Pontificia de Salamanca, experto ecumenista, y uno de los teólogos españoles de mayor prestigio hace décadas.

Habrá que esperar a la presentación pública de este documento que seguro prestará un servicio relevante al aliento de la fe, la caridad y la esperanza del pueblo cristiano, que necesita, también, la iluminación de la inteligencia de la fe para el camino.

 

José Francisco Serrano Oceja