A estas alturas del calendario seguro que hay miles de jóvenes que andan cerrando festejos de fin de año. Lo que les vamos a proponer aquí no es exactamente un cotillón al uso. Es mucho más apasionante. Y además no es solo una noche, la fiesta incluye cuatro noches porque el próximo encuentro europeo de jóvenes de Taizé va a tener lugar en Valencia del 28 de diciembre al 1 de enero. Preparado por la propia comunidad de Taizé, por invitación de la archidiócesis y otras iglesias cristianas, va a reunir a decenas de miles de jóvenes en los alrededores de la ciudad del Turia. Se trata de una etapa más de la peregrinación que inició el hermano Roger, allá por los años 70.

Jóvenes llegados desde toda Europa serán acogidos por las parroquias, las comunidades religiosas y las familias de la comunidad valenciana. París, Varsovia, Londres, Bruselas, Ginebra, Barcelona … y ahora Valencia. Cada año, entre Navidad y año nuevo, la comunidad de Taizé anima un encuentro europeo en una de las principales ciudades del viejo continente.
El Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia, ha expresado su profunda gratitud por poder acoger a los miles de jóvenes que llegarán a la diócesis y ha animado a los jóvenes valencianos a participar de forma multitudinaria. “Va a ser un encuentro de Iglesia –ha subrayado-, un encuentro de unidad y de oración por la unidad de todos los cristianos y va a ser un encuentro también que suponga un revulsivo dentro de nuestra iglesia valenciana para vivir muy de cerca lo que desde Taizé nos llega a todos. El Cardenal ha mostrado la disponibilidad de toda la archidiócesis que abre sus puertas para acoger el Encuentro como expresión de “que somos una Iglesia que cree en Jesucristo, una Iglesia unida, una Iglesia que cumple el deseo del Señor de que todos seamos uno para que el mundo crea, porque en creer es donde está realmente la esperanza”.

Todos cuantos quieran conocer en detalle el programa del Encuentro de este año pueden consultar www.taize.fr y www.archivalencia.org.
La Comunidad de Taizé comenzó su andadura en 1940 cuando, a la edad de 25 años, el hermano Roger dejó su país natal, Suiza, para ir a vivir a Francia, el país de su madre. Había estado inmovilizado durante años por una grave enfermedad pulmonar y durante este tiempo de prueba fue madurando la llamada a crear una comunidad. En el momento en que comenzó la Segunda Guerra Mundial lo vio claro y comenzó la aventura en la aldea de Taizé, un lugar que estaba muy cerca de la línea de demarcación que dividía a Francia en dos, por lo que era un lugar idóneo para acoger refugiados.

Hoy la comunidad de Taizé reúne a un centenar de hermanos, católicos y de diversos orígenes protestantes, procedentes de más de 30 naciones. Los hermanos viven de su propio trabajo. No aceptan ningún donativo ni tampoco aceptan para sí mismos sus propias herencias, que la comunidad dona a los más pobres. Tienen también presencia en pequeñas comunidades de fraternidad que están Asia, África y América Latina, con el objetivo de ser testigos de paz y de estar al lado de los que sufren.