Misericordia. Jubileo de la Misericordia. Y cine. Cine del bueno. En este caso, cine que habla de misericordia para disfrutarlo en este año que comienza mañana, 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, con la apertura de la Puerta Santa, en Roma, del año jubilar anunciado por el Papa Francisco.

Según sus palabras sobre este Año Santo: “Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita el corazón de cada persona cuando mira con los ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado” (Misericordiae Vultus 2).

El siguiente domingo, III de Adviento, se abrirá una idéntica Puerta Santa en todas las catedrales, o en iglesias de especial significado, en todo el mundo. “En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza” (MV 3). El deseo del Papa es que se convierta en un signo visible de la comunión de toda la Iglesia. Como anticipo de este llamamiento, en su reciente visita pastoral abrió una primera puerta en la catedral de Bangui, en la República Centroafricana, que se convirtió así en ‘capital espiritual de la misericordia’, en el corazón de África.

¿También en el cine?

¿Y si en este camino de misericordia nos damos un paseo por el cine? Una buena película puede sensibilizarnos, hacernos reflexionar, abrir nuestra mente y nuestro corazón, descubrirnos aspectos insospechados, darnos tema de conversación en profundidad, ayudarnos a preparar un debate…

Una vez más, como decían los clásicos, ‘deleitar aprovechando’ o ‘aprovechar deleitando’: pasarlo bien viendo una buena película y, al mismo tiempo, procurar que alimente nuestra cabeza y nuestro corazón y nos anime a una vida impregnada de misericordia.

Repasando por encima las películas estrenadas este año en España –sin pretender agotar las posibilidades–, encontramos unas cuantas que pueden resultar muy apropiadas para tratar el tema de la misericordia. A cada una de ellas se podría vincular, como motivación, algún número de la carta escrita por el Papa Francisco para anunciar el Jubileo (Bula Misericordiae Vultus). Y, junto a él, alguno de los textos bíblicos que la misma carta cita.

Entre esas películas encontramos Little boy, Selma, Walesa. La esperanza de un pueblo, Calvary, La historia de Marie Heurtin, Mandarinas, Difret, La profesora de Historia, El maestro, Lejos de los hombres, Una pastelería en Tokio…

Jesús, el Maestro, habló de la misericordia en parábolas. También nosotros, hoy, podemos hablar de ella con el cine. Daremos unas breves pinceladas sobre algunas películas sugerentes para este propósito.

Little boy. Las obras de misericordia como meta cotidiana.

Ambientada en los Estados Unidos, durante la II Guerra Mundial, cuenta la historia de un muchachito que, al marchar su padre al frente, al otro lado del Atlántico, pone todo su esfuerzo en hacer que vuelva a casa. Su ingenua mente infantil, o su limpieza de corazón –“si no os hacéis como niños…”– le hace entender literalmente la fuerza de la fe, como el grano de mostaza que acaba siendo el árbol más grande, o como aquélla que mueve montañas. Con el deseo de encauzar sus deseos y ayudar a madurar su fe, un sacerdote le entrega una ‘lista ancestral’ de lo que debe cumplir en su vida cotidiana si quiere que su fe crezca. Esa lista no es sino una relación de las obras de misericordia, que se convierten en su modo de caminar diario.

En parte drama y en parte comedia, con fondo histórico bélico, la trama pone al protagonista en situación de experimentar en su propia carne la misericordia y sus consecuencias. Y hace que en el espectador también resuene esa ‘lista ancestral’ que conviene refrescar también aquí y ahora: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar posada al forastero… (MV 15 y Mt 25)

El director y guionista de Little boy es Alejandro Monteverde, mexicano afincado en Los Ángeles, y director también de la muy conocida Bella, película protagonizada por Eduardo Verástegui, que se convirtió en un canto a la vida con gran éxito de público. En esta ocasión Verástegui se ha implicado en la producción, contando con un reparto estupendo, entre los que se encuentran Emily Watson, Tom Wilkinson y Michael Rapaport. Pero quien conquista al espectador es el pequeño Jacob Salvati en el papel de Little boy. También él nos cuestiona a los adultos sobre la coherencia de nuestra fe y la limpieza de corazón al vivir la misericordia en lo concreto y real de cada día. En la práctica, no en la teoría aprendida.

“La misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor ‘visceral’. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (MV 6).

Selma. La lucha por la dignidad desde un corazón misericordioso

Martin Luther King, el gran líder defensor de los derechos de las personas de raza negra, acabó pagando con su vida su lucha por la dignidad de todo ser humano, hijo de Dios sea cual sea su color.

El largometraje del que hablamos es un drama histórico que cuenta un trozo significativo de su vida. Selma es el nombre de la población de la que partió la gran marcha pacífica encabezada por él en 1965 para reclamar el derecho a voto de la población negra. En la multitudinaria marcha participaron líderes de distintas confesiones religiosas y razas, llegando hasta Montgomery, en el estado de Alabama, uno de los más racistas de los Estados Unidos en aquel tiempo. Cumplió su objetivo, el ejercicio real de ese derecho al voto, que supuso un paso importantísimo en la defensa de los Derechos Humanos y, desde su fe de pastor protestante, en un testimonio vivo de las obras de misericordia en sus circunstancias concretas. Este año, 2015, se han cumplido 50 años de la marcha de Selma. Y aún quedan muchas obras de misericordia que poner en práctica.

Dirigida por Ava DuVernay, directora y guionista afroamericana, está protagonizada por David Oyelowo, a quien acompañan en el reparto Carmen Ewjogo, Tim Roth, Martin Sheen y hasta Oprah Winfrey, que también se implicó en la producción junto a Brad Pitt. Conviene no perderse la canción ‘Glory’, que consiguió el Óscar a mejor canción, en parte gospel y en parte rapeada, sobre la igualdad y sobre el sueño de Luther King.

Y de paso, se puede leer, por ejemplo, el número 20 de la carta del Papa en el que habla de la justicia y la misericordia.

Sólo un botón de muestra

Esto es sólo un botón de muestra. Hay muchas otras películas que pueden ayudar a profundizar en el tema de la misericordia y hablar de perdón, de compasión, de consuelo, de solidaridad, de curar las heridas, de reconciliación, de justicia, de entrega…

Tiempo tenemos, durante este año, para buscar todos los medios que nos ayuden a vivir este año del Jubileo. También el cine es un buen medio, no para este año, sino para siempre.

“¡Cómo deseo –dice el Papa Francisco– que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!” (MV 5).