Tribunas

El año de la familia misericordiosa

José Francisco Serrano Oceja

El año 2016, como todos los años, también será el año de la familia, de la familia misericordiosa. 

Mucho se escribirá sobre ella, máxime en un momento cultural, social y político, en España, en el que la familia ha entrado en la espiral del silencio público y político. Habrá que ver quiénes y cómo, en un futuro, reivindicarán articuladamente el valor social del matrimonio y la familia en la sociedad española.

De momento, ahora que estamos en los pactos y en las alianzas de gobierno, los temas referidos a la vida, el matrimonio y la familia, han desaparecido. Quizá porque todas las formaciones políticas lo tienen claro. Hablar de estas cuestiones no es que sume votos, los resta. Y ese es el drama. No el hecho solo, que hay que analizar; sino el pensamiento sobre el hecho. 

            La Iglesia tiene ahí una misión particular porque su palabra sobre estas materias se hace presente en la periferia temática de la sociedad. El cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, lo sabe bien. Acaba de publicar el magnífico libro “Vocación y misión de matrimonio y de la familia en la Iglesia y en el mundo”, que es acta de las Jornadas diocesanas celebradas el septiembre pasado.

            Estas jornadas tuvieron tres ponentes que bien pudiéramos calificar de lujo: monseñor Livio Melina, Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios sobre el matrimonio y la familia; y los cardenales Robert Sarah, Carlo Caffara y Antonio María Rouco Varela. Hubo también quien dijera, entonces, que eran demasiada concentración de cardenales defensores de la disciplina común de acceso de los divorciados y vueltos a casar a la comunión.

Añade la publicación una crónica del profesor valenciano Juan Andrés Talens Herandis.

            De las ponencias hay que destacar el texto de monseñor Livio Melina titulado “Misericordia y verdad pastoral”. Una conferencia que, en el marco del Año Jubilar de la misericordia, habla de la superación de toda falsa divergencia entre verdad pastoral y verdadera misericordia a partir de la superación de la estrecha mentalidad legalista que reduce la pastoral a la elaboración de un simple juicio valorativo de las exigencias de la norma en las situaciones vividas.

Para monseñor Livio Melina la verdadera tragedia de las familias hoy no reside en las lógicas dificultades que debe afrontar toda la familia, sino en la pérdida de su horizonte de comprensión: la vida verdadera que Jesús ha venido a traer al mundo, la gracia y la verdad sobre lo humano.

 

José Francisco Serrano Oceja