¿Para qué ayunar si no lo entiendo? ¿Para qué hacerlo si no “sirve para nada”? ¿No es una “tradición” y como tal hay que actualizarla precisamente para mantenerla viva? Las preguntas son pertinentes si nos ayudan a seguir conociendo, si son el reconocimiento de que aún nos queda mucho por saber, y son también, si es que tenemos claras las respuestas, ocasión para exponer con la mayor claridad y sin complejos la doctrina católica. Una doctrina que, precisamente se mantiene viva, si nosotros somos capaces de hacerla vida.

El Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, que fue presentado hace unas semanas en la sede de la madrileña calle Añastro, establece la celebración de un día de ayuno y oración, el próximo 22 de enero, para pedir la ayuda de Dios y disponernos a colaborar con todas nuestras fuerzas en la gran tarea misionera. Los que tuvieran alguna duda, ya tienen explicitada una de las muchas utilidades “prácticas” del ayuno y la oración. “Somos conscientes y estamos persuadidos –dicen los obispos españoles- que para evangelizar es preciso renovar nuestro encuentro personal con Jesucristo”.

Ese encuentro personal, esa renovación a la que tanto nos está llamando el Papa, en particular en este Año de la Misericordia, es imprescindible para afrontar con garantías la conversión misionera de nuestras comunidades. De manera especial, se nos está pidiendo salir al encuentro de los cristianos practicantes, de los más tibios y rutinarios en esa práctica, de los no practicantes, y de la cantidad de gente que se cruza con nosotros a diario que ya no ha recibido el anuncio de Jesucristo y que vive al margen de la Iglesia sin el don de la fe.

Esta es la tarea. Este es el Plan con mayúscula que tenemos por delante, que lleva el sello de la Conferencia Episcopal y está concebido desde ella, pero que por supuesto nos incluye como pueblo también en misión. “Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo”. Puede consultarse íntegro en http://www.conferenciaepiscopal.es/la-cee-presenta-el-plan-pastoral-2016-2020-iglesia-en-mision-al-servicio-de-nuestro-pueblo/

Y encima nos invitan a comenzar el próximo día 22, de la mejor manera posible: ayunando. No se puede pedir mucho más para empezar el año.