Servicio diario - 10 de febrero de 2016
El papa Francisco ha inaugurado hoy, miércoles de ceniza, la
iniciativa “KeepLent”, promovida y organizada por el Servicio para
la Pastoral Juvenil de Pompeya, para anunciar el evangelio cuaresmal
a través de las redes sociales. Quien se inscriba recibirá a partir
de hoy un verso del Evangelio del día, acompañado de un minuto y
medio de comentario audio. La aplicación móvil utilizada será “Telegram”,
un servicio de mensajería instantánea.
A través de un audio
mensaje difundido por la App, el Santo Padre recuerda a los jóvenes
que Jesús dice a sus discípulos “estad atentos a no practicar
vuestra justicia delante de los hombres para ser admirados por
ellos”, “cuando des limosna no toques la trompeta delante de ti”,
“tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. La Palabra de
Dios –recuerda el Pontífice– nos da la orientación justa para vivir
bien la Cuaresma.
Cuando hacemos algo bien, a veces estamos tentados de ser
apreciados y tener una recompensa: la gloria humana. Pero se trata
de una recompensa falsa porque nos proyecta hacia lo que los otros
piensan de nosotros. Por eso, Francisco asegura que “Jesús nos pide
hacer el bien porque está bien”. Nos pide –observa– sentirnos
siempre bajo la mira del Padre celeste y vivir en relación con Él,
no en relación al juicio de los otros. Asimismo, el Papa precisa que
“vivir en la presencia del Padre es una alegría mucho más profunda
que una gloria mundana”.
De este modo, pide que nuestra actitud durante este Cuaresma sea
por tanto “vivir en el secreto donde el Padre nos ve, nos ama, no
espera”. Recordando que también las cosas exteriores son
importantes, debemos “elegir siempre y vivir en la presencia de
Dios”.
Finalmente pide que hagamos “en la oración, en la mortificación y
en la caridad fraterna lo que podamos, humildemente, delante de
Dios”. Así –concluye el Santo Padre– seremos dignos de la recompensa
de Dios Padre.
Miles de fieles, venidos de todas las partes del mundo, se han dado
cita esta mañana en la plaza de San Pedro, para ver y escuchar al
papa Francisco en la audiencia general. Como desde hace varias
semanas, la catequesis de hoy se ha centrado en el Jubileo de la
Misericordia, en concreto, sobre el sentido bíblico.
Tras su paso
por los pasillo de la plaza con el papamóvil para saludar y bendecir
a los presentes, el Santo Padre, desde el atrio, ha dado la
catequesis. En el resumen realizado en español, ha explicado que hoy
reflexionamos sobre el sentido bíblico del Jubileo”. “Cada 50 años,
en el día de la expiación, tenía lugar un gran evento de liberación.
Consistía en una especie de indulto general por el que se cancelaban
las deudas y se restituía la tierra a sus propietarios”, ha
indicado. Asimismo, ha precisado que “la idea central es que la
tierra pertenece a Dios y ha sido confiada a los hombres como
administradores. El jubileo bíblico era un verdadero jubileo de la
misericordia, que tenía la función de ayudar al pueblo a vivir una
fraternidad concreta buscando, a través de la ayuda recíproca, el
bien del hermano necesitado”. En esta misma línea, el Pontífice ha
observado que “otras instituciones, como el pago del diezmo y las
primicias, así como la prohibición de dar préstamos con intereses
desproporcionados, los usureros, estaban también destinadas a
favorecer a los pobres, a los huérfanos y a las viudas”. El mensaje
del jubileo bíblico –ha concluido– nos invita a construir una tierra
y una sociedad basada en la solidaridad, en el compartir y en la
repartición justa de los recursos.
A continuación, ha saludado cordialmente a los peregrinos de
lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y
Latinoamérica. Al comenzar hoy el tiempo de cuaresma, les ha
invitado a pedir al Señor “que nos ayude a prepararnos para la
Pascua abriendo nuestros corazones a su misericordia, para que
también nosotros sepamos vivirla en nuestra vida diaria, con las
personas que nos rodean”.
Después del resumen de la catequesis en las distintas lenguas, ha
dirigido unas palabras especiales a los jóvenes, a los enfermos y a
los recién casados. Recordando que hoy es miércoles de ceniza,
inicio del camino cuaresmal, ha pedido a los jóvenes “vivir este
tiempo de gracia como una vuelta al Padre Misericordioso, que espera
a todos con los brazos abiertos”. A los enfermos les ha animado a
“ofrecer vuestros sufrimientos por la conversión de los que viven
lejos de Dios. Y finalmente ha invitado a los recién casados a
“construir sobre la roca firme el amor divino de vuestra nueva
familia”.
Este jueves, memoria de la beata Virgen María de Lourdes, se
celebra la XXIVª Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá su
celebración culminante en Nazaret. En el mensaje de este año –tal y
como ha recordado Francisco al final de la audiencia– se ha
reflexionado sobre el rol insustituible de María en las bodas de
Caná. Por eso ha indicado que “en la atención de María se refleja la
ternura de Dios y la inmensa bondad de Jesús Misericordioso”. Por
esto, ha invitado a rezar por los enfermos y hacer que sientan
nuestro amor. La misma ternura de María –ha pedido– está presente en
la vida de tantas personas que se encuentran junto a los enfermos
sabiendo acoger sus necesidades, también las más imperceptibles,
porque son vistos con ojos llenos de amor.
Antes de despedirse de los fieles presentes en la plaza, el papa
Francisco ha pedido que recen por su próximo encuentro con el
patriarca Kirill y por su viaje a México.
Publicamos a continuación la catequesis que Santo Padre
realizó este miércoles, durante la audiencia en la plaza de
San Pedro.
“¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días y
buen camino de cuaresma!
Es bonito y también significativo tener esta audiencia
precisamente este miércoles de ceniza, cuando comenzamos el
camino de la cuaresma. Hoy nos detenemos sobre la antigua
institución del ‘jubileo’, una cosa antigua, atestiguada en la
Sagrada Escritura. La encontramos en particular en el Libro
del Levítico, que la presenta como un momento culminante de
la vida religiosa y social del pueblo de Israel.
Cada 50 años, ‘en el día de la expiación’ (Lv 25,9),
cuando la misericordia del Señor era invocada por todo el
pueblo, el sonido del cuerno anunciaba un gran evento de
liberación. Leemos de hecho en el libro del Levítico: ‘Así
santificarán el quincuagésimo año, y proclamarán una
liberación para todos los habitantes del país. Este será para
ustedes un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y
regresará a su familia’. (25,10.13).
Según estas disposiciones, si alguno había sido obligado a
vender su tierra y su casa, en el jubileo podía volver a
poseerla; y si alguno había contraído deudas y, por la
imposibilidad de pagarlas, hubiera sido obligado a ponerse al
servicio del acreedor, podría volver libre a su familia y
volver a tener sus propiedades.
Era una especie de ‘indulto general’, con el cual se
permitía a todos regresar a la situación originaria, con la
cancelación de todas las deudas, la restitución de la tierra,
y la posibilidad de gozar de nuevo de la libertad propia de
los miembros del pueblo de Dios. Un pueblo santo, donde las
prescripciones como aquella del jubileo servían para combatir
la pobreza y la desigualdad, garantizando una vida digna para
todos y una justa distribución de la tierra sobre la cual
habitar y de la cual tomar el alimento. La idea central es que
la tierra pertenece originariamente a Dios y ha sido confiada
a los hombres (Cfr. Gen 1,28-29), y por eso ninguno puede
atribuirse la posesión exclusiva, creando situaciones de
desigualdad.
Esto, hoy, podemos pensarlo y repensarlo; cada uno en su
corazón piense si tiene demasiadas cosas. Pero, ¿por qué no
dejar a los que no tienen nada? El diez por ciento, el
cincuenta por ciento… Yo digo, que el Espíritu inspire a cada
uno.
Con el jubileo, quien se había convertido en pobre
regresaba a tener lo necesario para vivir, y quien se había
hecho rico restituía al pobre lo que le había quitado. El fin
era una sociedad basada en la igualdad y la solidaridad, donde
la libertad, la tierra y el dinero se convirtieran en un bien
para todos y no solo para algunos, como ocurre ahora. Si no me
equivoco… de las cifras no estoy seguro, pero el ochenta por
ciento de las riquezas de la humanidad está en las manos del
menos del veinte por ciento de la gente. Es un jubileo — y
esto lo digo recordando nuestra historia de salvación– para
convertirse, para que nuestro corazón se haga más grande, más
generoso, más hijo de Dios, con más amor. Pero digo una cosa:
si este deseo, si el jubileo no llega a los bolsillos no es un
verdadero jubileo. ¿Habéis entendido? Y esto está en la Biblia
¡eh! No lo inventa este Papa: está en la Biblia. El fin –como
he dicho– era una sociedad basada en la igualdad y la
solidaridad, donde la libertad, la tierra y el dinero se
convertían en un bien para todos y no para algunos.
De hecho, el jubileo tenía la función de ayudar al pueblo a
vivir una fraternidad concreta, hecha de ayuda recíproca.
Podemos decir que el jubileo bíblico era un “jubileo de
misericordia”, porque era vivido en la búsqueda sincera del
bien del hermano necesitado.
En la misma línea, también otras instituciones y otras
leyes gobernaban la vida del pueblo de Dios, para que se
pudiera experimentar la misericordia del Señor a través de
aquella de los hombres. En esas normas encontramos
indicaciones válidas también hoy, que nos hacen reflexionar.
Por ejemplo, la ley bíblica prescribía el pago del “diezmo”
que venía destinado a los Levitas, encargados del culto, los
cuales no tenían tierra; y a los pobres, los huérfanos, las
viudas (Cfr. Deut 14,22-29). Se preveía que la décima parte de
la cosecha, o de lo proveniente de otras actividades, fuera
dada a aquellos que estaban sin protección y en estado de
necesidad, así favoreciendo condiciones de relativa igualdad
dentro de un pueblo en el cual todos deberían comportarse como
hermanos.
Estaba también la ley sobre las “primicias”, es decir, la
primera parte de la cosecha, la parte más preciosa, que tenía
que ser compartida con los Levitas y los extranjeros (Cfr.
Deut 18, 4-5; 26,1-11), que no poseían campos, para que así
también para ellos la tierra fuera fuente de alimento y de
vida. «La tierra es mía, y ustedes son para mí como
extranjeros y huéspedes (Lev 25,23). Somos todos huéspedes del
Señor, en espera de la patria celeste (Cfr. Heb 11,13-16; 1 Pe
2,11)», llamados a hacer habitable y humano el mundo que nos
acoge. ¡Y cuántas “primicias” quien es afortunado podría donar
a quien está en dificultad! Primicias no solo de los frutos de
los campos, sino de cualquier otro producto del trabajo, de
los sueldos, de los ahorros, de tantas cosas que se poseen y
que a veces se desperdician.
Esto sucede también hoy ¡eh! En la limosnería apostólica
llegan muchas cartas con un poco de dinero, poco o no poco,
con un escrito: “Esta es una parte de mi sueldo para ayudar a
los otros”. Y esto es bonito, ayudar a los otros, las
instituciones de beneficencia, los hospitales, las residencias
y las décimas; dar también a los forasteros, los que son
extranjeros y están de paso. Jesús estuvo de paso en Egipto.
Y justamente pensando en esto, la Sagrada Escritura exhorta
con insistencia a responder con generosidad a los pedidos de
préstamos, sin hacer cálculos mezquinos y sin pretender
intereses imposibles: «Si tu hermano se queda en la miseria y
no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuera un
extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas
ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto
a ti como un hermano. No le prestes dinero a interés, ni le
des comidas para sacar provecho» (Lev 25,35-37). Esta
enseñanza es siempre actual.
¡Cuántas familias en la calle, víctimas de la usura! Por
favor recemos para que en este jubileo el Señor quite de todos
nuestros corazones este querer tener siempre más, la usura.
Que volvamos a ser generosos, grandes. ¡Cuántas situaciones de
usura estamos obligados a ver y cuánto sufrimiento y angustia
llevan a las familias! Y muchas veces a la desesperación,
cuántos hombres terminan en el suicidio porque no pueden más,
y no tienen esperanza, no tienen la mano tendida que les
ayuda, solamente la mano que les obliga a pagar los intereses.
Es un grave pecado la usura, es un pecado que grita ante la
presencia de Dios. El Señor en cambio ha prometido su
bendición a quien abre la mano para dar con generosidad (Cfr.
Deut 15,10). Él te dará el doble, quizá no en dinero sino en
otras cosas, pero el Señor te dará siempre el doble.
Queridos hermanos y hermanas, el mensaje bíblico es muy
claro: abrirse con valentía al compartir. Y esto es
misericordia, y si queremos misericordia de Dios comenzamos a
hacerla nosotros. Entre conciudadanos, entre familias, entre
pueblos, entre continentes. Contribuir en realizar una tierra
sin pobres quiere decir construir una sociedad sin
discriminación, basada en la solidaridad que lleva a compartir
cuanto se posee, en una distribución de los recursos fundada
en la fraternidad y en la justicia. Gracias”.
El papa Francisco ha recibido esta mañana, en el estudio del aula
Pablo VI, a Haider al-Abadi, primer ministro de Irak. Durante la
reunión, “se hizo referencia al buen estado de las relaciones
bilaterales, a la vida de la Iglesia en el país y a la situación de
los cristianos y de las minorías étnicas y religiosas que viven en
Irak, con especial referencia a la importancia de su presencia y a
la necesidad de proteger sus derechos”, indica la nota publicada por
la oficina de prensa de la Santa Sede.
También se recordó “el
papel del diálogo interreligioso y la responsabilidad de las
comunidades religiosas en la promoción de la tolerancia y la paz”.
En este contexto, “se habló de la importancia del proceso de
reconciliación en curso entre los diversos componentes sociales del
país y sobre la situación humanitaria nacional y regional”.
Al finalizar la reunión, el primer ministro se ha encontrado
también con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado;
acompañado por monseñor Paul R. Gallagher, secretario para las
Relaciones con los Estados.
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) lanza su nueva página
web en el contexto de la visita del papa Francisco a México, con la
finalidad de presentar una plataforma multimedia, y así poder dar
seguimiento a este histórico acontecimiento. Lo indicó el
departamento de Comunicación y Prensa del CELAM, precisando que las
Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, han invitado
a todos los medios de comunicación a unirse a la cobertura de la
visita del Santo Padre a México.
A través de un equipo de
comunicadores latinoamericanos y caribeños, el Departamento de
Comunicación y Prensa del CELAM ofrecerá un servicio informativo
tanto en su nuevo portal www.comunicacioncelam.org, donde estará la
señal en directo para radio y televisión, como en las redes
sociales facebook: comunicacioncelam; Twitter: @Comunica_CELAM y en Youtube:
celamtv.
En estas plataformas estarán disponibles notas de prensa, fotos,
audios y vídeos de lo que sucede durante la visita del papa
Francisco a Ciudad de México, Ecatepec, Tuxtla Gutiérrez, San
Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad Juárez.
Este servicio informativo es posible por el apoyo de la Red de
Medios de Comunicación Católicos de Centro América, México y el
Caribe – REDCAM- y con la colaboración especial de la Red
Informática de la Iglesia en América Latina –RIIAL.
La Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos ha
aprobado este martes por unanimidad la beatificación de la
bienaventurada María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como
Mama Antula.
La fecha de beatificación aún no ha sido dada a
conocer, si bien se calcula que sea en este ‘Año de la
Misericordia’. En cambio sí se conoce el lugar de la ceremonia, que
será en Santiago del Estero y presidida por el cardenal Angelo Amato,
prefecto de dicha Congregación vaticana.
Lo indicó la doctora Silvia Correale, postuladora de la causa de
la Madre María Antonia de Paz y Figueroa, conversando con ZENIT, y
precisó que la Plenaria aceptó el estudio sobre el milagro
realizado por la junta médica.
La curación milagrosa fue a la hermana Rosa Vanina, una religiosa
del instituto de las Hijas del Divino Salvador, fundado por
la bienaventurada. Es una causa histórica porque el milagro fue en
1904 y la documentación se recogió en 1905. Fue una colecistitis
aguda, con todos los síntomas del shock séptico, que en aquella
época, sin antibióticos, era mortal. Pidiendo el milagro por
intercesión de la fundadora de su orden religiosa, se recuperó
rápidamente. Era un aparato probatorio sólido que demostraba el
milagro.
Silvia Correale precisó que cuando ella tomó la postulación, el
estudio sobre el milagro ya estaba muy avanzado. “Ahora solo falta
que se oficialice la publicación del decreto, y para ello el
Prefecto de la Congregación, el cardenal Amato, llevará la solicitud
al Santo Padre”.
La postuladora señaló también la importancia de la futura beata
para la historia de Argentina, ya que muchos de los próceres del
país habían participado en los retiros organizados por ella.
Asimismo tuvo una influencia muy grande en la sociedad del país,
porque estaba emparentada con muchas familias conocidas.
“En el bicentenario del nacimiento de la nación argentina,
providencialmente llega su beatificación” indicó la postuladora
Correale. Consideró que el evento además será muy importante para
una provincia como Santiago del Estero.
Es una causa de beatificación cuya fase instructoria fue en la
arquidiócesis de Buenos Aires, donde pasó los últimos 20 años de su
vida. El proceso se inició con el antiguo método, lo que hizo que su
duración fuera cuatro veces más largo de lo normal.
Recordó además que el Cura Brochero fue a Buenos Aires, donde
aprendió cómo gestionar una casa de retiros. Y que se han ido
encontrando una serie de documentos también en Roma, en los archivos
de la Compañía de Jesús sobre la futura beata, así como sus cartas
traducidas a varios idiomas, las cuales le ayudaban a mantener la
moral alta a los jesuitas porque habían sido expulsados de varios
países.
Algunos trazos biográficos
María Antonia de Paz y Figueroa o bien beata María Antonia de San
José, más conocida como Mama Antula, fue una religiosa argentina que
nació en Villa Silípica, Santiago del Estero, en 1730.
Desde muy joven comenzó a trabajar con los jesuitas ayudando a
organizar los ejercicios espirituales. Con un grupo de chicas
jóvenes que vivían en común, rezaban, ejercían la caridad y
colaboraban con los padres jesuitas.
Cuando se produjo la expulsión de los jesuitas en 1767, María
Antonia pidió al mercedario fray Diego Toro que asumiera las tareas
propias de la predicación y la confesión, mientras que ella se
ocuparía con sus compañeras del alojamiento y las provisiones para
continuar con los ejercicios espirituales.
Mama Tula organiza los ejercicios espirituales en Santiago del
Estero, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja. Los viajes los
hacía caminando descalza y pidiendo limosnas. No quedan testimonios
de cuántas veces preparó ejercicios en algunas ciudades, pero solo
en Tucumán se hicieron sesenta.
En 1795 fundó en Buenos Aires la Casa de Ejercicios Espirituales
la cual sigue cumpliendo su misión. En menos de un año organizó en
Córdoba ocho grupos entre 200 y 300 personas.
La acusaron de loca y fanática. El obispo de Buenos Aires, que al
inicio era reticente, acabó por estimarla y disponer que “ningún
seminarista se ordenase sin que primero la beata certificase la
conducta con que se hubiesen portado en esos ejercicios”, dándole a
una mujer un papel significativo en la Iglesia de entonces.
Murió el 7 de marzo de 1799 y el grupo de mujeres que la
acompañaba se convirtió en 1878 en la congregación religiosa de las
Hijas del Divino Salvador, que hoy desarrolla sus tareas apostólicas
en varias provincias.
Manos Unidas ha presentado este miércoles en Madrid su nueva campaña
“
Plántale
cara al hambre: siembra”. Su finalidad es que los ciudadanos se
sumen a la lucha contra la pobreza, que afecta a 800 millones de
personas en el mundo, abordando las causas que la provocan, como el
mal uso de los recursos o el sistema económico que prima el
beneficio.
“Parece contrario a la lógica, a la ética y a la moral
que una de cada nueve personas en la tierra pase hambre mientras se
desperdicia un tercio de los alimentos en el mundo”, ha asegurado la
presidenta de esta ONGD católica, Soledad Suárez, quien ha recordado
que en España se tiran 1.300 millones de kilos de alimentos al año.
Manos Unidas va a destinar 11 millones de euros a la lucha contra
el hambre, ha anunciado Suárez, quien ha destacado que la entidad
aumentó sus ingresos en 2015 un 4,7 por ciento, hasta los 45,1
millones, gracias al incremento de las donaciones privadas, que
beneficiaron a más de 2,8 millones de personas.
Por su parte, la misionera Victoria Braquehais, encargada de
poner rostro a las cifras y mensajes de la campaña de la ONGD
católica, ha señalado que “es posible acabar con el hambre, solo hay
que reflexionar que hay otra manera de hacer las cosas”.
Esta religiosa española dirige el Instituto Uzima en la localidad
de Kanzenze, en la República Democrática del Congo, donde también
gestiona, junto a otras misioneras de la Congregación Pureza de
María, el hospital general y una escuela de infantil y primaria.
Para sembrar necesitamos semillas, agua y tierra, ha apuntado
Braquehais. Pero sobre todo, ha añadido, “hacen falta capacidades y
la educación es la llave del desarrollo”.
En este sentido, los proyectos de Manos Unidas incluyen la
creación de huertos, la canalización y el abastecimiento del agua,
facilitar el acceso a la tierra y reforzar la capacidad de los
pueblos a través de microcréditos, ha explicado.
Otro ejemplo del trabajo de esta entidad lo ha descrito el
cirujano guatemalteco Carlos Arriola, dedicado a combatir la
desnutrición crónica infantil en la región de Jocotán, donde la
sufren un 72 por ciento de la población.
“La desnutrición crónica provoca menos retención escolar, menos
productividad, propensión a adquirir enfermedades y efectos
irreversibles durante toda la vida”, ha advertido Arriola, quien ha
denunciado que esta situación se perpetúa generación tras generación
y con ella “el ciclo humano de la pobreza”.
Con la presentación de esta mañana, Manos Unidas ha lanzado
oficialmente su nueva campaña anual, que prevé varios eventos en
torno al próximo 14 de febrero, cuando se celebrará en toda la
geografía española su Jornada Nacional.
La campaña número 57 marca el inicio de un nuevo trienio de lucha
contra el hambre (2016-2018) en el que la ONGD católica “trabajará
para dar respuesta a las causas y problemas que provocan el hambre
en el mundo desde una triple perspectiva: el mal uso de los recursos
alimentarios y energéticos; un sistema económico internacional que
prima el beneficio y excluye a los débiles y unos estilos de vida y
consumo que aumentan la vulnerabilidad y la exclusión”.
Para Manos Unidas, “solucionar el problema del hambre pasa por
acompañar a los más pobres y reforzar el derecho a la alimentación
de los pequeños productores, contribuir al cambio hacia unos
sistemas alimentarios más justos y educar para una vida solidaria y
sostenible”.
La entidad trabaja para apoyar a los pueblos del Sur en su
desarrollo y en la sensibilización de la población española. Sus
ingresos provienen, en un 87,1 por ciento, de fuentes privadas y en
un 12,9 por ciento del sector público.
Su misión es luchar contra el hambre, la deficiente nutrición, la
miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de
instrucción; y trabajar para erradicar las causas estructurales que
las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las
oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los
prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores
humanos y cristianos.
Esta ONGD católica financia proyectos de desarrollo agrícola,
sanitario, educativo, social y de promoción de la mujer, con el
objetivo de ayudar al desarrollo integral de las personas en los
países del Tercer Mundo. Además, atiende a poblaciones en situación
de emergencia y de ayuda humanitaria en catástrofes y en otras
circunstancias que así lo requieran.
Manos Unidas define el desarrollo como un proceso que debe llevar
a transformaciones y cambios sociales tanto en el Norte como en el
Sur, de forma que se alcancen condiciones de vida digna para todas
las personas. Los proyectos nacen de las necesidades que siente la
población de los países más empobrecidos, y son una herramienta para
favorecer el desarrollo de los pueblos, su educación, alimentación,
atención sanitaria, etc. En definitiva, contribuyen a la
erradicación de la pobreza.
Desde hace más de 50 años, el segundo domingo de febrero la
colecta que se realiza en cada parroquia de España, está destinada a
esta organización, su misión y proyectos. Tanto la sede de los
Servicios Centrales como sus 71 delegaciones están ubicadas en este
país.
Con el rezo de vísperas y un
espectáculo de luz y sonido proyectado sobre la fachada de la
Catedral Metropolitana de Santiago de Cuba, quedó inaugurada el
sábado 6 de febrero la exposición itinerante : La Biblia el
camino de Dios en el camino del hombre, creación de la
organización El Museo de la Biblia que permanecerá en la
ciudad hasta el 13 marzo.
Centenares de personas se congregaron al
atardecer en el Parque Céspedes y pudieron contemplar cómo la
catedral se iluminaba con escenas religiosas a tiempo que artistas
de la ciudad escenificaban pasajes de la Biblia y se escuchaban
obras musicales de autores europeos y americanos interpretados por
el Orfeón Santiago.
Desde el emblemático edificio de la alcaldía,
en el que se proclamó el triunfo de la revolución, el artista
Gaspare Dicaro utilizaba tres proyectores para iluminar la Catedral
que iba cambiando de tonalidad gracias a un innovador sistema que él
mismo ha ideado. Dos horas antes, en el interior del templo,
católicos y cristianos de distintas denominaciones se unieron en
oración, recitando salmos y escuchando la Palabra de Dios en el
pasaje de la parábola del Sembrador.
“Que tu palabra encuentre tierra fértil en
nuestros corazones y de fruto abundantes en nuestras vidas para tu
mayor gloria”, oró el arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio
García Ibañez.
El arzobispo dio la bienvenida a los
patrocinadores y organizadores del evento y a sus acompañantes y
benefactores, un grupo de unas 50 personas llegadas de los Estados
Unidos.
Mons. García señaló que la Biblia es un libro
inspirador para cualquier persona, porque “nos eleva buscar los
valores más altos que nos ayuden a ser más hermanos. Su mayor
mensaje, es que nos habla de Jesucristo nuestro salvador”.
El Museo de la Biblia es una institución no
lucrativa dedicada a poner a la gente en contacto con la Biblia a
través de la investigación, exposiciones itinerantes, programas
educativos y un museo aún en construcción en Washington DC. Cuenta
con la colaboración de varias colecciones privadas que en su
conjunto reúnen más de 40.000 objetos, manuscritos y artefactos
relacionados con la Biblia desde los tiempos de Abraham a los
manuscritos del Mar Muerto descubiertos durante la segunda mitad del
siglo XX.
La idea del Museo comenzó “hace 6 años cuando
nuestra familia empezó a coleccionar objetos relacionados con la
Biblia” explicó Steve Green, presidente de la Junta Directiva del
‘Museo de la Biblia’. Mientras se construye el Museo en Washington
D.C. decidieron hacer una exhibición itinerante que ya ha estado en
siete ciudades de Estados Unidos, El Vaticano, Roma, Jerusalén y por
segunda vez llega a Cuba.
Cary Summers, presidente ejecutivo del Museo
de la Biblia explicó que había tomado cuatro años llevar la
exposición a Santiago de Cuba. No se pudo hacer en 2012 por estar la
Catedral en reconstrucción y se llevó a la Habana en 2014. Tuvo una
gran acogida y fue visitada por 26.000 personas “lo que nos
convenció que teníamos que volver”. Para la exposición en Santiago,
los artefactos y documentos llegaron a La Habana en dos contenedores
y se trasladaron por carretera.
El montaje ha sido posible gracias a un equipo
con habilidades únicas y convicciones religiosas profundas. Norman
Conrad, curador de la Exposición, con gran experiencia en
producciones cristianas de luz y sonido relacionadas con la Biblia;
hijo de un pastor evangélico, el mismo estudió en seminario y fue
pastor. Y Dan Arnold, que llegó a este proyecto a través de un amigo
que guardaba en su granero toda clase de objetos valiosos con la
esperanza de montar un museo. Su colección fue adquirida por el
Museo de la Biblia. También está Francisco Rodríguez, restaurador de
documentos y libros antiguos que ha trabajado en el Vaticano, en la
Biblioteca de Florencia, en la Casa Blanca y en la Biblioteca del
Congreso. Heredó esta habilidad de su abuelo y de su padre y piensa
pasársela a sus hijos. Además de Amy Van-Dyke que se ocupa de la
colección de Oklahoma y de los programas educativos. Se suman Rob
Trann al frente de luces y sonido y Steve Maddux en las
instalaciones, hijo de misioneros que pasaron 40 años en Brasil. Es
su segunda visita a Cuba y no se cansa de elogiar la hospitalidad y
acogida de la gente.
Para esta exposición el equipo ha contado con
la colaboración de La American Bible Society, la Oficina del
Historiador de la Ciudad y la Arquidiócesis de Santiago de Cuba. Han
visitado alguna Iglesia evangélica y con el arzobispo han
participado en celebraciones en pequeñas comunidades católicas.
Están impresionados con la vitalidad de la Iglesia Católica y su
espíritu evangelizador.
Durante el acto de inauguración el arzobispo
recordó que la diócesis está a las puertas de celebrar sus 500 años
y apuntó que el edificio de la catedral es el cuarto en ocupar el
mismo lugar, un hecho que nos “habla de perseverancia, de fe y de no
tenerle miedo a las cosas, sino que lo importante es permanecer
fieles en el Señor”.
El nuncio apostólico, el arzobispo Giorgio
Lingua, envió un mensaje que expresaba el deseo de que la exposición
“ayude a reforzar interiormente a cada uno de los participantes y
los haga capaces de descubrir los valores del evangelio”.
Se encontraban presentes los obispos católicos
de las diócesis orientales, Mons. Wilfredo Pino, Mons. Álvaro Beyra
y Mons. Emilio Aranguren y el obispo emérito Episcopal Ulises
Agüero. Asistieron también las autoridades provinciales.
Al rezo de vísperas siguió un brindis en el
salón del templo, con proyección de un vídeo. Después, los invitados
hicieron un recorrido de la exposición guiados por el curador Dan
Arnold, de la misma manera que continúan haciendo los santiagueros
en estos días, guiados por voluntarios de la ciudad que han sido
entrenados para este servicio.
“Han venido de las parroquias y de todas las
iglesias cristinas”, explicó Heidi María Hernández. Vamos a
recibir a la gente con alegría y con amor y a mostrar el sentido de
unión de los cristianos,” explicó.
Coincidiendo con el miércoles de ceniza y el inicio de la Cuaresma,
el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, titula su nueva carta
semanal “La Cuaresma de la misericordia”. Publicamos a
continuación el texto íntegro:
Atrévete a hacer una peregrinación
interior y de confianza. Ten valentía, no vivas de la soledad que
nace de tus propias fuerzas. Esa soledad te hace sentir hambre de
alegría, de paz, de donación, de entrega, de servicio desinteresado,
de convivencia fraterna con todos los hombres y de amor. Te invito a
que descubras cómo la Cuaresma es el tiempo privilegiado de la
peregrinación interior hacia Aquel que es la fuente de la
misericordia. Tiene un nombre: Jesucristo. En esta peregrinación Él
nos acompaña siempre a través del desierto. Un desierto que tiene su
paisaje en vivir conscientemente la pobreza en la que estamos cuando
caminamos por nuestra cuenta y al margen de Dios. No vivas así. No
merece la pena vivir de esta manera que no es la real, no es la que
te ha regalado Dios.
Sin embargo, si vivimos este tiempo de Cuaresma como esa gran
peregrinación interior y de confianza en quien nos ha dicho que
solamente Él es el Camino, la Verdad y la Vida, dejándonos sostener
por esa alegría intensa de la Pascua, que es el triunfo de
Jesucristo, lograremos tener una experiencia de vida inigualable. El
abrazo de un Dios que nos levanta de la postración en la que vivimos
cuando caminamos sin más fuerzas que las nuestras es de tal hondura,
nos lleva a tal profundidad de vida, que hace que nos encontremos en
Él y le encontremos a Él en nosotros. Y vemos que la historia
personal y colectiva que hacemos, la realizamos sabiendo que Dios
nos guarda y nos sostiene.
La Cuaresma es el tiempo de gracia que Nuestro Señor nos otorga a
través de la Iglesia para experimentar la fidelidad de Dios en su
amor al hombre y al mundo. Te lo voy a explicar de una manera
sencilla: cuando el ser humano y el mundo cayeron en las tinieblas
de la ignorancia más tremenda y del error más absoluto, cuando entró
el ser humano en la cerrazón de sí mismo, viviendo desde el egoísmo
y en el desorden más terrible, cuando el ser humano experimentó el
sufrimiento y la muerte, Dios rico en misericordia devolvió al
hombre y al mundo todos los bienes perdidos enviando a su Hijo y
dándonos a los hombres el Espíritu Santo. ¡Qué bien nos lo decía el
Papa san Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Missio!
«El Reino de Dios no es un concepto, una doctrina o un programa
sujeto a libre elaboración, sino que es ante todo una persona que
tiene rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen de Dios
invisible» (18, 2). Y es que el Señor, con sus obras y con sus
palabras, comenzó a comunicar a los hombres el Reino de la verdad y
de la vida, de la justicia y del amor. Precisamente para eso funda
la Iglesia como canal inagotable de verdad y de vida, para
comunicarnos a todos los hombres su Reino.
Libremos el combate que Cristo libró en el desierto cuando fue
tentado por el diablo, y más tarde en Getsemaní cuando rechazó la
última tentación. Es un combate espiritual contra el pecado, un
combate que implica a toda nuestra existencia y que exige una
auténtica vigilancia. Quien quiere caminar en el amor de Dios y en
su misericordia no puede contentarse con una vida mediocre;
precisamente la Cuaresma nos recuerda que el combate es sin pausa y
no hay que dejar las armas con las que siempre se vence: la oración,
el ayuno y la limosna. Estas nos ayudan a morir a nosotros mismos
para vivir en Dios; un camino que todos los discípulos estamos
llamados a recorrer, con humildad, paciencia, generosidad y
perseverancia.
Te propongo un itinerario para esta Cuaresma de la misericordia:
1. Vivir la experiencia de la misericordia: ¿Cómo? Igual que lo
hizo la primera creyente, María. Deja que Dios te hable y deja que
su Palabra se haga vida en ti. Como Ella experimentarás la
misericordia. ¿No recuerdas cómo María canta el magníficat después
de haber acogido la Buena Noticia? Eso mismo nos pasa a nosotros:
acojamos a Jesucristo, acojamos su Palabra, acojamos su Persona,
entremos en comunión con Él. Si aceptamos la propuesta de Jesús –«id
por el mundo y anunciad el Evangelio»–, es decir, la propuesta de
evangelizar, hemos de vivir la experiencia de la misericordia, de un
Dios que nos quiere, que viene a nosotros, nos abraza y nos llena de
su amor. Un Amor que cuando lo tenemos nos hace fecundos, pues
quienes están a nuestro lado lo perciben y vuelven sus ojos y su
corazón a quien es misericordioso.
2. Pintar tu retrato con los colores de la belleza de la
misericordia: ¡Qué belleza tiene el Amor de Dios manifestado en
Jesucristo! ¡Cómo amaba a los hombres! ¡Cómo entregaba su vida!
¡Cómo manifestaba su pasión por todo ser humano y muy especialmente
con los más necesitados, los enfermos, los pecadores! ¡Qué belleza
tiene el ser humano cuando se deja llenar del Amor mismo de Dios! La
belleza se manifiesta en cómo vive para sí mismo, para los demás y
para Dios. Vive sin vivir en él, vive siempre para dar, para la
entrega, para la generosidad; para descubrir lo bueno de los que
tiene a su alrededor y hacerlo crecer y dinamizar; vive para dar
gloria a Dios, sabe perfectamente que la gloria del hombre es
mostrar la belleza del Amor de Dios, reflejado en su rostro, en su
corazón y en sus obras. Es una belleza que despierta conciencias y
nos hace ver la fealdad del ser humano cuando vive sin descartar la
pobreza, la miseria, el olvido del otro, la dignidad real de todo
hombre. Atrévete a pintar el cuadro de la belleza del amor de Dios
que es su misericordia. La que pintó el padre del hijo pródigo que
salió en búsqueda de su hijo a darle un abrazo incondicional y a
pesar de que había malgastado todo, pero volvía a la casa donde
la belleza se manifiesta en perdón, reconocimiento, fidelidad,
filiación, fraternidad, gozo y alegría.
3. Encarnar en tu vida la misericordia: Hazlo con quienes vives
día a día, en la historia concreta que construyes junto a los demás.
El Amor de Dios experimentado, dándote un rostro con la belleza
verdadera del ser humano, te hace irradiarlo y mostrarlo en obras
concretas de amor al prójimo, que se traducen en esas obras de
misericordia corporales y espirituales. Al poner por obra la
misericordia, despertarás muchas conciencias; las harás salir a
ellas y a ti de la alienación existencial en la que muchas veces
vivimos. Ten valentía: da de comer, viste, aloja en tu corazón y en
tu casa, visita a todos, sé buen consejero, enseña siempre a ser
imagen de Dios, perdona sin descanso, dialoga con quien nos lleva
más allá de nosotros mismos.
Para ello, déjate guiar en esta Cuaresma por la Palabra de Dios
que en los cinco Domingos el Señor te va a regalar: 1) Tentado:
Entra en el desierto de tu pobreza y adora a Dios, cree en su poder
y su gracia, tenlo a Él como al único Señor (cfr. Mc 4, 1-13). 2) Transfigurado:
Vive una experiencia profunda de Dios, sube a la montaña (cfr. Lc 9,
28-36). 3) Convertido: Da una versión nueva a tu vida,
descubre la paciencia de Dios y las oportunidades que te da para
hacerlo, es paciente y compasivo (cfr. Lc 13, 1-9). 4) Acogido
por la misericordia del Padre bueno: Volver al Padre, reacción
del padre, reacción del hijo mayor, en definitiva, filiación,
fraternidad y fiesta (cfr. Lc 15, 1-3.11-32). 5) Perdonado:
El Señor resuelve nuestra vida en dos afirmaciones: «Tampoco yo te
condeno. Anda, y en adelante no peques más» (cfr. Jn 8, 1-11).
Con gran afecto, os bendice,
+ Carlos, arzobispo de Madrid
Pedro era natural de Chihuahua, México, donde
nació el 15 de junio de 1892. Mientras estudiaba con los paúles se
sintió llamado por Dios, y a los 17 años ingresó en el seminario.
Allí germinó esta decisión irrevocable: «He
pensado tener mi corazón siempre en el cielo, en el sagrario».
Y ciertamente la Eucaristía fue el eje central de su vida y acción
apostólica. Eran tiempos agitados porque la ideología política
dominante se había propuesto erradicar violentamente todo
resquicio espiritual. Al cerrar el seminario, donde todos sus
integrantes habían pasado por múltiples penalidades y Pedro salió
con un organismo debilitado y expuesto a la enfermedad, regresó a
su casa paterna, y allí prosiguió su formación. Inclinado a la
música, aprovechó para aprender piano, órgano y violín.
En enero de 1918 fue ordenado sacerdote en El
Paso, Texas. Ejerció su labor pastoral en San Nicolás de Carretas,
Cusihuiachi y Jiménez. Se ocupó de los indígenas tarahumaras y se
afanó en reducir la ingesta de alcohol. Nunca ocultó su
predilección por los pobres, a quienes ayudaba en sus necesidades,
y llegó a criar y educar a un huérfano indigente. Era bien acogido
por los campesinos y las gentes sencillas que le pedían una
bendición para librar a sus campos de las temidas plagas de
langosta. Muchos atestiguaron cómo había logrado expulsarlas con
su oración algunas veces. En el distrito de Jiménez le
persiguieron grupos masónicos en distintas ocasiones.
En 1924 fue designado párroco de Santa Isabel.
Tenía un don especial para tratar con la gente. Fue significativa
su capacidad para formar a niños, jóvenes y adultos, a quienes
explicaba la historia de la salvación por medio de la fotografía
que se convirtió en fértil instrumento pedagógico. Sus cualidades
artísticas y musicales fueron muy útiles en esta labor catequética.
Devoto de la Eucaristía puso todo su entusiasmo en difundir el
amor a Jesús Sacramentado. Muy significativo fue el desarrollo que
bajo su amparo tuvieron la Adoración Perpetua al Santísimo
Sacramento, la Adoración Nocturna y las Hijas de María.
Entre 1926 y 1929 la persecución religiosa
inundó Chihuahua. Él fue uno de los acosados en medio de
hostilidades que desembocaron en la clausura de templos,
seminarios y centros de enseñanza católicos, además de la muerte
de sacerdotes y creyentes. Este encarnizamiento había tenido
ligeros puntos de inflexión con aparentes acuerdos entre el
gobierno y la Iglesia. Que no eran tales lo prueba que, a un breve
periodo de cierta permisión, le siguiera otro de mayor ferocidad
en las prohibiciones. Las de esa franja aludida fueron
especialmente virulentas. Pedro pasó esos años como un fugitivo;
se hallaba a merced de personas de nobles sentimientos que le
abrían las puertas de sus casas. Un frágil impasse le
permitió atender a los fieles hasta 1934, mientras las autoridades
proseguían con su programa de veto total a la fe. Restricciones y
castigos ejemplarizantes contra los que se oponían a las consignas
gubernamentales eran caldo de cultivo para los católicos. Ese año
de 1934 Pedro fue detenido, sufrió maltrato y amenazas de muerte,
aunque en un primer momento lo desterraron a El Paso. Quizá
pensaron que amedrentado dejaría a su grey. Pero no fue así.
Regresó a Chihuahua, a la parroquia de Santa
Isabel, junto a su pueblo. La fiebre no pudo con su ardor
apostólico, y en medio de la enfermedad confirmó a todos en la fe.
Dos escenarios últimos de su incansable celo fueron El Pino, un
rancho donde tuvo que pasar un año, y Boquilla del Río. En este
lugar una familia creyente y valerosa puso su casa a merced de la
iglesia para convertirla en un improvisado oratorio en el que el
sacerdote daba continuidad a las misas y la celebración de los
sacramentos. El 10 de febrero de 1937 había celebrado el miércoles
de ceniza y se hallaba confesando. Un grupo de violentos ebrios y
portando armas irrumpieron en la casa. Los fieles quisieron
protegerle, pero Pedro, a fin de mantener a salvo sus vidas de la
brutalidad que preveía se iba a desatar, tomó la Eucaristía
consigo y se entregó.
El camino que tuvo que recorrer descalzo y
atado con fuertes cuerdas fue un calvario que afrontó rezando el
rosario en voz alta. El pistoletazo que recibió en la cabeza fue
de tal calibre que afectó de forma irreversible al cráneo. La
pérdida de uno de sus ojos que en ese instante se desprendió del
rostro, por decirlo suavemente, da idea de la brutalidad del golpe
que le asestaron. Previamente, tomaron la Eucaristía que cayó del
relicario, y se la ofrecieron sin atisbos de compasión: «¡Cómete
esto!». Al día siguiente, entregó su alma a Dios. Fue
beatificado por Juan Pablo II el 22 de noviembre de 1992, quien lo
canonizó el 21 de mayo de 2000.