NOTA DE PRENSA | CENTRO JURÍDICO TOMÁS MORO

El Centro Jurídico Tomás Moro ante la propuesta de Ciudadanos, apoyada por Cristina Cifuentes, en defensa de la regulación de los vientres de alquiler.

La iniciativa en el sentido de legislar los vientres de alquiler supone el reconocimiento legal en España de la explotación sexual de la mujer y de la mercantilización de la vida, que queda así sujeta a las normas del mercado.

Madrid, a 15 de marzo de 2016


 

Efectivamente, el próximo día 16 de Marzo se pretende aprobar en el Pleno de la Asamblea de Madrid una proposición no de ley que inste al Gobierno Central a regular los vientres de alquiler que son erróneamente concebidas por el Grupo Parlamentario de Ciudadanos como una técnica de reproducción más. Dicha iniciativa parlamentaria ya ha nacido con un gran déficit democrático, pues el pasado lunes 9 de marzo el Grupo Parlamentario de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid invitó a la Asamblea Regional al Presidente de la Asociación de Familias por Gestión Subrogada, Son Nuestros Hijos al objeto de informar sobre actividad que desarrollan, así como sus planes y propuestas, sin que las asociaciones contrarias a la mercantilización de la mujer y la patrimonialización de la procreación hayan sido invitadas a exponer su punto de vista contrario a la trata sexual de las mujeres.

La propuesta del Grupo Parlamentario de Ciudadanos constituye un auténtico engaño por cuanto trata de llamar subrogación de la maternidad o lo que es uso y mercantilización del vientre de la mujer, y trata de engañar al introducir la ausencia de transacción económica ni comercial entre los padres biológicos y la madre gestante, es decir que supuestamente la nueva ley tratará de impedir que medie dinero para que la madre gestante acceda a la gestación de forma altruista, cosa verdaderamente inconcebible pues a este Centro Jurídico no se le alcanza ningún supuesto en que una mujer acceda de forma voluntaria y a sabiendas a quedarse embarazada y llevar adelante un embarazo durante 9 meses para ceder de forma altruista al hijo que ha llevado en sus entrañas.

Es inconcebible que se pretende legislar los vientres de alquiler con ausencia total de ánimo de lucro, salvo que los propios legisladores ya estén pensando en el fraude de ley.

Según el Grupo Parlamentario de Ciudadanos el «acceso a la paternidad y/o maternidad ha evolucionado con grandes cambios en la reproducción pero el modelo de familia también y ambos cambios deben ir juntos, es un derecho a la igualdad que se debe garantizar siempre», a juicio de los promotores, estas "nuevas" técnicas dan soluciones a problemas de esterilidad y, con la actual regulación, «se conculca el principio constitucional de igualdad», ya que sólo los más pudientes pueden subrogar un vientre en el extranjero.

Dicho enfoque parte de numerosos errores 

Igualmente se equivoca el Grupo Parlamentario de Ciudadanos y la Presidenta Cifuentes al calificar a los vientres de alquiler como nuevas técnicas de reproducción pues por desgracia la violación y explotación de las mujeres no suponen ninguna nueva técnica sino una antigua lacra que las legislaciones más progresistas europeas tienen prohibida.

Desde este Centro Jurídico queremos recordar al Grupo Parlamentario de Ciudadanos que la maternidad de alquiler no constituye ningún progreso ni avance social, pues realmente supone una nueva forma de explotación de la mujer y tráfico de personas que convierte a los niños en productos comerciales, atentando gravemente a la dignidad de las mujeres y de los niños.

Aunque eufemísticamente se trate de llamar al alquiler del cuerpo femenino maternidad subrogada, y se trate de vender dicha propuesta como un tratamiento altruista para paliar la infertilidad y ayudar a las parejas que no pueden tener hijos dándoles la oportunidad de poder realizar el sueño de ser padres, la realidad es bien distinta pues los problemas éticos, morales, sociales y jurídicos son bien complejos.

Así es necesario recordar a los impulsares de tal propuesta que en la realidad  6 adultos pueden llegar a luchar y litigar por la maternidad/paternidad de los menores, a saber: la madre genética o biológica (donante de óvulos), la madre gestante (el vientre de alquiler), la mujer que ha encargado el bebé, el padre genético (el donante de esperma), el marido o pareja de la madre gestante ( que tiene la presunción de paternidad), y el hombre que ha encargado el bebé.

Por mucho que los promotores se quieran empeñar en otra cosa, los contratos de subrogación (realmente alquiler) son una manera de explotación de la mujer que vende o alquila su cuerpo por dinero, o por algún tipo de compensación. Alquiler que está prohibido por cuanto nuestro ordenamiento jurídico no permite comerciar con las personas, es decir y siendo claros, nuestro ordenamiento jurídico prohíbe taxativamente la esclavitud y el comercio humano en cualquiera de sus formas.

En la maternidad subrogada, la mujer alquila su cuerpo, normalmente bajo algún tipo de coacción (constatándose que en algunos países la subrogación se encuentra unida a redes de prostitución que ofrecen pasaportes o contratos a cambio de la maternidad fallida), convirtiéndose dicha práctica en una nueva forma de explotación y tráfico de mujeres, con la agravante de que el niño es utilizado como producto comercial y objeto de transacciones económicas.

El objetivo de la maternidad subrogada no es el bien del niño sino el de satisfacer el capricho o deseo de unos adultos de ser padres , por lo que su regulación no encuentra su fundamento en el bien del menor, único bien que inspira todo nuestro ordenamiento nacional e internacional sobre la materia.

Desde el Centro Jurídico Tomás Moro abogamos a nuestros representantes a que realicen una reflexión previa antes de aprobar ninguna norma que suponga la esclavitud sexual de la mujer y que fomente el tráfico de menores; es necesario recordar a nuestros políticos que aunque no hay norma legal expresa, sin embargo si hay normas éticas y morales que impiden a los representantes políticas legislar en perjuicio de la ciudadanía.

Desde este Centro Jurídico queremos volver a manifestar nuestro compromiso firme con la dignidad de la mujer y nuestra defensas sin paliativos del interés de los menores, aún de aquellos no nacidos pero si concebidos. 

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