Católicos
El destino se decide mediante sorteo

50 obispos solicitan al Camino Neocatecumenal familias para evangelizar

El Papa escucha la petición y envía a un total de 250 a países como Francia, Luxemburgo, Letonia y Suiza

El Papa Francisco se reúne hoy viernes 18 de marzo con 250 familias, en una audiencia general en Roma para enviarlas a Missio ad gentes para evangelizar los cinco continentes y dar ejemplo de vida cristiana. Un total de 50 obispos de distintos países han solicitado al Camino Neocatecumenal familias misioneras.


El encuentro de estas familias con el Santo Padre a las doce de la mañana será presidido por Kiko Argüello y Carmen Hernández, iniciadores del Camino. Estas familias que se han ofrecido voluntarias no conocían su destino. Algunos países son Francia, Luxemburgo, Letonia y Suiza y otros como Canadá o Etiopia.

El llamamiento se realizó en septiembre, y tuvieron que esperar hasta ayer por la tarde para saber dónde iba a comenzar su nueva vida. Todas ellas han vivido una convivencia internacional en Italia de cara a prepararse para esta gran misión.

Los destinos se han repartido entre cincuenta diócesis mediante sorteo, y a cada una de ellas se han destinado cuatro o cinco familias, un presbítero, un joven y dos mujeres.

Se trata de una misión evangelizadora, y su finalidad principal es dar testimonio del cristianismo mediante el ejemplo de familia cristiana. Durante los primeros meses sus comunidades de origen y las del destino, les ayudarán económicamente a asentarse. Los integrantes de las familias están dispuestos a dejar sus hogares y trabajos para comenzar una nueva vida.

Una vez avanzada la misión, se podrán llevar a cabo catequesis en los países de destino. Estas se realizarán en su mayor parte fuera de las parroquias, bien en las propias casas de los misioneros o bien en un local. De este modo, se espera atraer también a las personas más alejadas de la Iglesia.

La duración, voluntaria 

No existe un tiempo prefijado de estancia. Las familias pueden permanecer en el nuevo país el tiempo que quieran, desde unos pocos meses hasta años. Se han dado casos de misioneros que, una vez asentados, han decidido instalarse definitivamente en el país que les ha acogido.