Los cristianos “son parte del plan de Dios para la humanidad”. Con esta afirmación, recogida en un documento de diciembre de 2015 y firmada por más de 80 destacados rabinos ortodoxos de todo el mundo, los judíos pusieron por escrito el hermanamiento que cultivan en los últimos tiempos con la Iglesia Católica. Para hablar de este acontecimiento, y del 50 aniversario de la declaración Nostra Aetate, la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) contó con la presencia de David Rosen, uno de los protagonistas de la histórica declaración.

Organizada por el Centro Isaías 2 para el diálogo interreligioso de la UFV, la mesa redonda sobre el documento publicado en el mes de diciembre y titulado Los dones de Dios son irrevocables. 50 años del diálogo judeocatólico, fue moderada por Florentino Portero, director del Grado en Relaciones Internacionales. Este documento afirma que la declaración Nostra Aetate (n 4) es uno de los documentos del Concilio vaticano II que más han influido en la vida de la Iglesia católica en estos 50 años.

En el encuentro, el rabino David Rosen, director de Asuntos Interreligiosos del American Jewish Committee (AJC) y uno de los líderes judíos más destacados en el acercamiento entre las dos religiones, intercambió ideas con el director del Instituto John Henry Newman, y sacerdote, Florencio Sánchez, LC. También estuvo presente el embajador de Israel en España, Daniel Kutner. “La Iglesia católica está irrevocablemente comprometida en el camino acogido durante el Concilio Vaticano II con vistas a una auténtica y duradera reconciliación entre cristianos y judíos”, explicaba el embajador.

En la mesa redonda, tanto el rabino como el sacerdote han buscado puntos de encuentro al hilo del documento editado por la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, el pasado mes de diciembre. El texto es una reflexión sobre cuestiones teológicas en torno a las relaciones entre católicos y judíos en el aniversario de Nostra Aetate.

“El Papa Juan Pablo II llamó a los judíos ‘hermanos mayores en la fe’, y Benedicto XVI ‘padres en la fe’. Esto demuestra una relación intrínseca que no se da entre otras religiones. El Papa Francisco es amigo de los judíos y ha manifestado que no se puede ser cristiano y antisemita”, comentó el rabino David Rosen durante su intervención. “El acercamiento es algo asombroso, que no se ha dado antes a lo largo de la historia. Un pueblo que era odiado pasa a ser querido, y tiene una proximidad con la Iglesia”, comentó Rosen.

El significado de la Palabra de Dios para las dos religiones, la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, la universalidad de la salvación en Jesucristo, la alianza irrevocable de Dios con Israel o las metas del diálogo con el judaísmo, fueron algunos de los temas tratados por los ponentes. “Angelo Roncalli, cuando era nuncio, fue responsable de emitir certificados de bautismo a miles de personas, para que se salvaran. Él sabía lo que era falsear ese tipo de documentos y no le importó. Su relación con los judíos era algo personal, que le tocaba de cerca”, comentó Rosen sobre el que años después llegaría a ser el Papa Juan XXIII.

Por su parte, el sacerdote Florencio Sánchez destacó en su intervención la oportunidad de encuentro abierta en la Iglesia hace cincuenta años. “Con la Nostra Aetate se abrió una nueva etapa, que es un gran desafío para católicos y judíos. Nuestro diálogo no es interreligioso sino intrarreligioso. Tenemos una oportunidad histórica muy importante, un verdadero desafío apasionante en el diálogo común con la cultura secularizada”, comentó el capellán de la UFV. “No se pueden entender las enseñanzas de Jesús sin el contexto de la tradición de Israel y, menos aún, si se pensaran en contraposición con esa tradición”, señaló Sánchez.

Así, sobre las metas del diálogo entre el judaísmo y el catolicismo, según ha sido recientemente formulado en diciembre por el documento de la Comisión de la Iglesia para la relación con los judíos, explicaba el Padre Florencio son tres: “el conocimiento recíproco, porque nos conocemos muy poco y tenemos un largo camino que recorrer; la construcción de una cultura y una civilización de paz, de reconciliación y de progreso; y en tercer lugar, seguir juntos tratando de superar todas las manifestaciones de antisemitismo que existen todavía en muchos lugares”.