Servicio diario - 08 de abril de 2016


 

Amoris Laetitia: “Acompañar, discernir e integrar” en las situaciones de fragilidad
Sergio Mora | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La exhortación post-sinodal sobre la familia escrita por el papa Francisco y presentada hoy en el Vaticano, aborda en el capítulo octavo el tema de las familias heridas, de los que conviven antes del matrimonio y personas en dificultad, a las cuales invitó a no sentirse excluidas de la Iglesia, mientras que a los obispos y sacerdotes y fieles invitó a proponerles un camino de acercamiento a la plenitud de la ley. El capítulo octavo es muy delicado y constituye una invitación a la misericordia y al discernimiento pastoral frente a situaciones que no responden plenamente a aquello que el Señor propone.
La exhortación reafirma con fuerza que “el matrimonio cristiano, reflejo de la unión entre Cristo y su Iglesia, se realiza plenamente en la unión entre un varón y una mujer, que se donan recíprocamente en un amor exclusivo y en libre fidelidad, se pertenecen hasta la muerte y se abren a la comunicación de la vida, consagrados por el sacramento que les confiere la gracia para constituirse en iglesia doméstica y en fermento de vida nueva para la sociedad”.
Pero no olvida los casos de fragilidad y de alejamiento del ideal cristiano, por ello pide “acompañar, discernir e integrar”, en la “lógica de la misericordia pastoral”.
“Hay que evitar los juicios –señala el Papa– que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y es necesario estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición”. Porque “se trata de ayudar e integrar a cada uno “a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia inmerecida, incondicional y gratuita”.
También invita a hacer de la dificultad una oportunidad, señalando que cuando “la unión alcanza una estabilidad notable mediante un vínculo público, está connotada de afecto profundo, de responsabilidad por la prole, de capacidad de superar las pruebas, puede ser vista como una ocasión de acompañamiento en la evolución hacia el sacramento del matrimonio”.
El documento señala el hecho de que muchas parejas conviven o eligen el matrimonio civil, no necesariamente por prejuicios, sino también por situaciones contingentes, como la falta de trabajo. El Papa pide transformar estas situaciones en “camino hacia la plenitud del matrimonio y de la familia a la luz del Evangelio”, y así llevar gradualmente a las personas a practicar plenamente las exigencias objetivas de la ley, siguiendo la lógica de reintegrar.
El documento explica: “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y pastoral” (AL 298).
Y propone un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios. “La conversación con el sacerdote, en el fuero interno, contribuye a la formación de un juicio correcto sobre aquello que obstaculiza la posibilidad de una participación más plena en la vida de la Iglesia y sobre los pasos que pueden favorecerla y hacerla crecer”. Un discernimiento que “no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”.
El documento añade que “los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana” claramente evitando “cualquier ocasión de escándalo”, pero sin que se sientan excomulgados y abriendo la posibilidad a algunos servicios eclesiales. Una integración necesaria también para “la educación cristiana de sus hijos”.
El Papa reconoce que no existe “recetas sencillas” y sabiendo de “la innumerable diversidad de situaciones concretas” no se puede pretender del Sínodo o de esta exhortación “una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos”. Porque además “el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos”, las consecuencias o efectos de una norma no necesariamente deben ser siempre las mismas” (AL 300).
“Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano” indica, y “lo que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma” (AL 304).
El Papa desarrolla así de modo profundo las exigencias y características del camino de acompañamiento y discernimiento en diálogo profundo entre fieles y pastores.
En la última sección del capítulo: “la lógica de la misericordia pastoral”, Papa Francisco, para evitar equívocos, reafirma con fuerza: “de ninguna manera la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza”. Y añade que “la tibieza, cualquier forma de relativismo, o un excesivo respeto a la hora de proponerlo, serían una falta de fidelidad al Evangelio y también una falta de amor de la Iglesia hacia los mismos jóvenes”.
Y subraya que “hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas” (AL 307).
“Invito a los fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor” escribe el Papa en este capítulo. “No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrán descubrir un camino de maduración personal”. Y a los pastores les invita “a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia” (AL 312).
Y sobre la “lógica de la misericordia pastoral” Papa Francisco afirma con fuerza:“A veces nos cuesta mucho dar lugar en la pastoral al amor incondicional de Dios” porque “ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311).





________________________________________

Amoris Laetitia: El Papa explica la belleza del matrimonio
Rocío Lancho García | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en su exhortación apostólica Amoris Laetitia, hace un análisis sobre qué es y cómo debe ser un matrimonio. Así, recuerda que es una unión afectiva, espiritual y oblativa, pero que recoge en sí la ternura de la amistad y la pasión erótica, aunque es capaz de subsistir aun cuando los sentimientos y la pasión se debiliten.
Asimismo, precisa que “es una unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida”. Pero –advierte– el matrimonio agrega a todo ello una exclusividad indisoluble, que se expresa en el proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia.
“Un amor débil o enfermo, incapaz de aceptar el matrimonio como un desafío que requiere luchar, renacer, reinventarse y empezar siempre de nuevo hasta la muerte, no puede sostener un nivel alto de compromiso”, asegura Francisco.
Por otro lado, observa que “cuando la búsqueda del placer es obsesiva, nos encierra en una sola cosa y nos incapacita para encontrar otro tipo de satisfacciones. De este modo, el Santo Padre afirma que “la alegría matrimonial, que puede vivirse aun en medio del dolor, implica aceptar que el matrimonio es una necesaria combinación de gozos y de esfuerzos, de tensiones y de descanso, de sufrimientos y de liberaciones, de satisfacciones y de búsquedas, de molestias y de placeres, siempre en el camino de la amistad, que mueve a los esposos a cuidarse”.
También habla de los momentos difíciles en la pareja y de las crisis, y a propósito alienta recordando que “después de haber sufrido y luchado juntos, los cónyuges pueden experimentar que valió la pena, porque consiguieron algo bueno, aprendieron algo juntos, o porque pueden valorar más lo que tienen”.
Para ellos, añade que “el diálogo es una forma privilegiada e indispensable de vivir, expresar y madurar el amor en la vida matrimonial y familiar”.
Muchas veces –indica el Santo Padre– uno de los cónyuges no necesita una solución a sus problemas, sino ser escuchado. Por esta razón, “es importante la capacidad de expresar lo que uno siente sin lastimar; utilizar un lenguaje y un modo de hablar que pueda ser más fácilmente aceptado o tolerado por el otro, aunque el contenido sea exigente; plantear los propios reclamos pero sin descargar la ira como forma de venganza, y evitar un lenguaje moralizante que sólo busque agredir, ironizar, culpar, herir”.
El Papa también recuerda que el amor de los esposos es apasionado. De este modo, explica que “se puede hacer un hermoso camino con las pasiones, lo cual significa orientarlas cada vez más en un proyecto de autodonación y de plena realización de sí mismo, que enriquece las relaciones interpersonales en el seno familiar”.
De ahí, que el Pontífice asegura que “la sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor”. De ninguna manera –advierte– podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos.
También recuerda que “en esta época se vuelve muy riesgoso que la sexualidad también sea poseída por el espíritu venenoso del ‘usa y tira’”.
Además, recuerda que “un verdadero amor sabe también recibir del otro, es capaz de aceptarse vulnerable y necesitado, no renuncia a acoger con sincera y feliz gratitud las expresiones corpóreas del amor en la caricia, el abrazo, el beso y la unión sexual”.
Finalmente, subraya que “no podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una rica intimidad”.
A propósito de la fecundidad en el matrimonio, el Santo Padre asegura que “si un niño llega al mundo en circunstancias no deseadas, los padres, u otros miembros de la familia, deben hacer todo lo posible por aceptarlo como don de Dios y por asumir la responsabilidad de recibirlo con apertura y cariño”. Y hace una petición a las mujeres embarazadas: “cuida tu alegría, que nada te quite el gozo interior de la maternidad. Ese niño merece tu alegría. No permitas que los miedos, las preocupaciones, los comentarios ajenos o los problemas apaguen esa felicidad de ser instrumento de Dios para traer una nueva vida al mundo”.
Por otro lado, alienta “a quienes no pueden tener hijos a que sean magnánimos y abran su amor matrimonial para recibir a quienes están privados de un adecuado contexto familiar”.
Estudiando algunas perspectivas pastorales el Papa también invita a las comunidades cristianas a reconocer que acompañar el camino de amor de los novios es un bien para ellas mismas.
Conviene encontrar –asegura– las maneras, a través de las familias misioneras, de las propias familias de los novios y de diversos recursos pastorales, de ofrecer una preparación remota que haga madurar el amor que se tienen, con un acompañamiento cercano y testimonial. De este modo, recuerda que “aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa ni puede ser el objetivo de un breve curso previo a la celebración del matrimonio. En realidad, cada persona se prepara para el matrimonio desde su nacimiento”.
El Pontífice asevera que “los novios deberían ser estimulados y ayudados para que puedan hablar de lo que cada uno espera de un eventual matrimonio, de su modo de entender lo que es el amor y el compromiso, de lo que se desea del otro, del tipo de vida en común que se quisiera proyectar”. Se deben detectar –pide el Papa– las señales de peligro que podría tener la relación, para encontrar antes del casamiento recursos que permitan afrontarlas con éxito.
En esta línea, el Santo Padre pide directamente a los novios: «Tened la valentía de ser diferentes, no os dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. Lo que importa es el amor que os une, fortalecido y santi cado por la gracia. Vosotros sois capaces de optar por un festejo austero y sencillo, para colocar el amor por encima de todo».
Asimismo, el Santo Padre subraya que es imprescindible acompañar en los primeros años de la vida matrimonial para enriquecer y profundizar la decisión consciente y libre de pertenecerse y de amarse hasta el fin.
La pastoral familiar –advierte el Santo Padre–debe ser fundamentalmente misionera, en salida, en cercanía, en lugar de reducirse a ser una fábrica de cursos a los que pocos asisten.
Recordando los momentos de crisis en el matrimonio, el Pontífice pide “poner a disposición de las personas separadas o de las parejas en crisis un servicio de información, consejo y mediación, vinculado a la pastoral familiar, que también podrá acoger a las personas en vista de la investigación preliminar del proceso matrimonial”.





________________________________________

Presentación de la exhortación post-sinodal: ‘la lógica es la misericordia pastoral’
Sergio Mora | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La exhortación apostólica, ‘Amoris laetitia’ sobre el amor en la familia ha sido presentado este viernes en la sala de prensa de la Santa Sede por el secretario general del Sínodo de los obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri; el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, Mons. Fabio Bene, subsecretario del Sínodo; y los profesores y cónyuges de dos universidades italianas, Francesco de Miano, y Giuseppina De Simone Miano.
Los dos sínodos sobre la familia han sido un largo camino de reflexión sobre la familia que inició con el primer sínodo extraordinario, del 5 al 19 de octubre de 2014, preparado mediante un documento de sondeo con 38 preguntas sobre cómo los fieles viven su fe. El segundo sínodo de los obispos comenzó el 5 de octubre de 2015, y profundizó sobre el tema: ‘La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo’.
La adecuada clave del lectura del documento es ‘la lógica de la misericordia pastoral’, indicó el cardenal Baldisseri. El Santo Padre “afirma claramente la doctrina sobre el matrimonio y la familia, y la propone en el capítulo III como un ideal irrenunciable” precisa que “hoy más importante que una pastoral de fracasos, es el esfuerzo pastoral para consolidar a los matrimonios”. Y en los casos de fracasos, indica que “sin disminuir el valor del ideal evangélico, es necesario acompañar con misericordia y paciencia las posibles etapas de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día”, dejando espacio a la “misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible”.
El documento explica: “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y pastoral” (AL 298).
Y propone un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios. Un discernimiento que “no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”.
El cardenal Schönborn señaló que leyó con gratitud la exhortación, porque “en estas 200 páginas el papa Francisco habla de amor en la familia y lo hace de una forma tan concreta y tan sencilla, con palabras que calientan el corazón”. Y añadió que “este texto del Papa es legible” e invitó a no dejarse asustar por su longitud, porque se encontrará alegría en la concreción y el realismo de este documento, ya que “Francisco habla de las familias con una claridad que pocas veces se encuentra en los documentos del magisterio de la Iglesia”.
Señaló también que existe una tendencia tal vez inconsciente a definir de un lado los matrimonios y las familias “normales”, de otro se ponen los “irregulares” que plantean un problema.
El purpurado recordando la situación difícil de su familia, indicó que sabe lo difícil que es esto para los que vienen de una familia ‘remendada’ porque la enseñanza de la Iglesia, puede dar la sensación de que están excluidas. “El papa Francisco ha conseguido –señaló el cardenal– hablar de todas las situaciones sin catalogar, sin categorizar, con esa mirada fundamental de benevolencia que tiene algo que ver con el corazón de Dios, con los ojos de Jesús, que no excluyen a nadie (AL 297), que acogen a todos y a todos conceden la alegría del Evangelio”.
El purpurado arzobispo de Viena invitó también a leer los capítulos 4 y 5 como “centrales de Amoris Laetitia” y a no saltarlos para ir inmediatamente a los puntos críticos.
En concreto las respuesta decisivas sobre las personas heridas se encuentran en Amoris Laetitia 300. “Si se tiene en cuenta la innumerable variedad de situaciones concretas (…) puede comprenderse que no debía esperarse del Sínodo o de esta exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos.
Quienes se esperaban en una norma concreta “quedarán desilusionados”. ¿Qué es posible? El Papa lo dice con toda claridad: “Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares”.
“Se trata de un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios”. Pero el papa Francisco recuerda también que “este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia” (AL 300).
Fijarse en el tema de los sacramentos para los divorciados y vueltos a casar por lo civil puede convertirse en una trampa, no existen “simples recetas” y “el discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites”.
En el sentido de esta “via caritatis” (AL 306) el Papa afirma, de manera humilde y simple, en una nota (351), que se puede dar también la ayuda de los sacramentos “en ciertos casos”.
Pero a este propósito Francisco no ofrece una casuística de recetas concluyó el cardenal de Viena citando cuando el Papa dice: “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308) y objeta, que si “ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio”.





________________________________________

El Papa: ‘La persecución y los sufrimientos son parte del testimonio cristiano’
Rocío Lancho García | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El testimonio no podemos darlo nosotros solos, debemos hacerlo siempre con el Espíritu Santo. Así lo ha indicado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta tarde con los miembros del Centro Aletti.
La misa ha sido celebrada en la capilla “Redemptoris Mater”, ubicada en el Vaticano, en el segundo piso del Palacio Apostólico y llamada también la capilla Sistina de nuestros tiempos. Está decorada con diversos mosaicos que cubren las paredes y el techo y fue concluido poco antes del Jubileo del 2000.
Haciendo referencia a la primera lectura en la que los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido ultraje por el nombre de Jesús, el Santo Padre ha asegurado que este es “otro signo del testimonio cristiano”.
Al respecto, ha querido subrayar que “el testimonio siempre pierde” porque “el testimonio siempre te lleva al sufrimiento, a la persecución”. Tal y como enseña –ha recordado– la última de las bienaventuranzas. Del mismo modo, el Papa ha aseverado que “la persecución, los sufrimientos, son parte del testimonio cristiano”.
En esta línea, ha observado que algunos pueden pensar que esta sea una espiritualidad masoquista, pero esta es “la espiritualidad del Reino de Dios”.
Por otro lado, ha recordado también a las personas que no derraman su sangre pero que viven silenciosamente, sin juzgar, dando testimonio de mansedumbre, “siempre pierden”, “no ganan”. El testimonio cristiano –ha advertido– no es para ganar. “Si sigo a Jesucristo para ganar sigo al dios dinero, el otro patrón”, ha añadido.
Finalmente, el Santo Padre ha contado que le gusta rezar el rosario delante de un cuadro de la Virgen en el que ella está en el centro del icono. En brazos tiene a Jesús. En realidad –ha precisado– en el centro es siempre Jesús que viene y Ella es la gran Madre que ha hecho posible este milagro del abajamiento de Dios para caminar como uno de nosotros, para ser uno de nosotros.
Para concluir la homilía, el Pontífice ha invitado a rezar los unos por los otros “para que Dios nos dé la gracia de dar verdadero testimonio de Jesucristo con la fuerza del Espíritu Santo y también con las bienaventuranzas, de la persecución y la humillación, cosas que el Señor ha sufrido en su vida”.
El centro de Estudios e investigaciones “Ezio Aletti” es un centro que se añade a la misión que la Compañía de Jesús desempeña en el Pontificio Instituto Oriental. Los jesuitas lo abrieron en un edificio donado a la Compañía por la señora Anna Maria Gruenhut Bartoletti Aletti, con el deseo de que se convirtiera en un centro de encuentro y de reflexión intercultural.
El Centro Aletti se dirige, ante todo, “a estudiosos y artistas de inspiración cristiana del centro y este de Europa, y se erige con el fin de facilitar el encuentro con los colegas del oeste europeo. Encontrarse en la caridad favorece la actitud creativa que brota del estudio de la memoria y se deja interpelar por devenir de hoy”, explican en su página web. Asimismo, precisan que el Centro promueve la convivencia de ortodoxos, católicos de rito oriental y latino impulsándolos al crecimiento en la propia Iglesia, en la caridad del único Cristo.






________________________________________

El Papa hará una donación significativa para la colecta a favor de Ucrania
Redaccion | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El Pontificio Consejo Cor Unum ha anunciado que el Santo Padre donará una significativa cantidad de dinero para la colecta del próximo 24 de abril, destinada a Ucrania.
El 3 de abril, durante la oración del Regina Coeli en la plaza de San Pedro, el papa Francisco anunció su iniciativa extraordinaria en favor de los que padecen las consecuencias de la violencia en Ucrania. Y que, con tal fin, se realizará una colecta en las iglesias en Europa, el domingo 24 de abril, en beneficio de los que residen en las zonas afectadas y de los desplazados.
El Pontificio Consejo Cor Unum –recuerdan en el comunicado publicado esta mañana– es el encargado de evaluar y de aprobar la gestión técnica de los fondos, de acuerdo con los proyectos revisados localmente por un comité especial.
Asimismo, han anunciado que a finales de abril, está prevista una misión a Ucrania, de parte de monseñor Giampietro Dal Toso, secretario de dicho dicasterio.





________________________________________

El vicario auxiliar del Opus Dei: ‘El Papa nos convoca a un nuevo dinamismo en la pastoral familiar’
Sergio Mora | 08/04/16

(ZENIT – Roma).- Este viernes ha sido presentada la exhortación apostólica post-sinodal del papa Francisco, ‘Amoris laetitia’, fruto de los dos sínodos sobre la familia que se realizaron en 2014 y 2015. ZENIT le preguntó a Mons. Fernando Ocáriz, vicario auxiliar del Opus Dei, teólogo y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, las primeras impresiones sobre el documento pontificio.
El número dos de la prelatura aseguró que “la exhortación Amoris Laetitia promueve un nuevo dinamismo en la pastoral familiar, y recuerda la centralidad de las familias en la nueva evangelización y en la construcción de la sociedad”. Añadió que el papa Francisco “muestra que la pastoral familiar implica muchos aspectos y retos, como pone de manifiesto la misma extensión del texto”.
“Entre estos, tras una primera y rápida lectura –aseguró el sacerdote francés– me parece central el de la formación entendida no sólo como transmisión de conocimientos sino de acompañamiento a las personas, para ayudarlas a encarnar el Evangelio, y no simplemente a conocerlo”.
Esto, porque la Amoris Laetitia “recoge las animantes catequesis del Papa sobre las virtudes cotidianas de la vida familiar, la caridad conyugal, las relaciones intra-familiares, la educación de los hijos, las dificultades inherentes a una familia del siglo XXI, la alegría de la convivencia y otros tantos aspectos del día a día de una familia que desea reflejar las enseñanzas y valores del Evangelio”.
El vicario auxiliar del Opus Dei señaló también que “la llamada de Dios a la santidad es universal y actual: cada uno de nosotros, cada familia, con sus fragilidades y con la ayuda de la gracia, está llamado a una meta alta, y está convocado a acompañar a los demás en ese camino”.
“El Papa nos invita –concluyó Mons. Ocáriz– a seguir meditando y reflexionando sobre algunas consecuencias prácticas en conformidad con el Evangelio, especialmente las relativas a las situaciones llamadas irregulares, que son muy delicadas y requerirán un serio discernimiento”.





________________________________________

Francisco envía un mensaje a los obispos de México
Sergio Mora | 08/04/16

(ZENIT – Roma).- El papa Francisco envió ayer un mensaje a los obispos de México reunidos en su 101 Asamblea Plenaria.
“El Santo Padre, con el vivo recuerdo de su reciente Viaje Apostólico en ese país, agradece con afecto a los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano los sentimientos de comunión eclesial manifestados en el amable mensaje enviado con motivo de su 101 Asamblea Plenaria”.
La misiva añade que el Papa “eleva sus plegarias al Señor para que en este Año Jubilar, continúen encontrando los modos más idóneos, a fin de que todos los creyentes se acerquen cada vez más a la misericordia de Dios, manifestada en Jesucristo”.
El texto enviado por el secretario de estado, el cardenal Pietro Parolon al presidente de la CEM, el cardenal José Francisco Robles Ortega, concluye señalando que “con estos deseos, el Papa Francisco les suplica que recen y hagan rezar por él y su servicio a la Iglesia, e invocando la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, les imparte la implorada Bendición Apostólica”.
Durante la plenaria se procedió a la elección de los miembros del Consejo de Presidencia y del Consejo Permanente para el trienio 2016-2018. El cardenal Ortega, arzobispo de Guadalajara, se mantiene como presidente de la CEM. Monseñor Javier Navarro Rodríguez, obispo de Zamora, será el vicepresidente.
Sobre la conferencia de prensa con motivo de la Plenaria, los medios reportaron que el cardenal Robles Ortega, aseguró que entre los obispos del país “no hay rupturas”, aunque sí “diferencias” porque está conformada por personas diversas. El presidente de la CEM añadió que si la prensa pudiera tener acceso a las sesiones de las asambleas plenarias de la CEM (las cuales en otros países son abiertas), los reporteros podrían confirmar que existe un “ambiente fraterno”.
Los obispos en la rueda de prensa dieron también un mensaje titulado “Echarle ganas sí, resignarnos, no” en el que recordaron que el Papa exhorta justamente a “echarle ganas” frente a “las dificultades que ensombrecen, deprimen y, aún, derrumban a muchos en las orillas del camino de la vida, dejándolos sin ánimo para levantar la mirada en busca del horizonte”.
“Somos un país con una gran riqueza por la variedad de sus culturas y la diversidad de sus recursos. No desperdiciemos este patrimonio en el despilfarro egoísta que sólo busca la propia satisfacción o la consecución del proyecto personal, olvidando el bien común. Todos necesitamos de todos. En una familia no sobra nadie” dijeron.
Recordaron que el país “debe construirse como una familia. La común-unión, comunión en palabras cristianas, es una tarea en la que todos debemos comprometer todo nuestro esfuerzo”.
“Hay que ‘echarle ganas’. No podemos ‘construir muros’ ni entre nosotros, ni para otros. Somos un pueblo que sabe darse la mano y dar la mano para hacer puentes a pesar de nuestras diferencias”.
Señalaron que la frase “hay que ‘echarle ganas’ es un verdadero criterio cristiano ante la terrible tentación de creer que la victoria es de la muerte”. Ante la idea de que “la corrupción, la droga, la violencia, el narcotráfico, la impunidad, el consumo materialista son las ofrendas necesarias que hay que entregarle” o que “el desaliento se olvida con el espectáculo; que la verdad se puede vender al mejor postor; que a la vida de cada persona se le puede poner un precio comercial”.
E invitaron a no resignarse a vivir de rodillas delante del mal, sin renunciar a la idea de una sociedad justa y fraterna, buscando fuerza en las raíces cristianas y confiando en la Virgen de Guadalupe. “Ella nos invita a abrir el corazón al Espíritu de Amor para que seamos testigos de esa Misericordia sobre todos, pero particularmente sobre aquellos que se sienten desechados, abandonados, y han buscado refugio por caminos equivocados”.





________________________________________

Francisco agradece a la Papal Foundation su misión
Redaccion | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Estamos llamados por Cristo a compartir la misericordia con aquellos que están espiritual y materialmente en la necesidad mediante las obras de misericordia espirituales y corporales, con ese espíritu de generosidad y ternura que refleja inconmensurablemente la bondad de Dios. Es la invitación del papa Francisco a los miembros de la Papal Foundation, reunidos en Roma para su peregrinación anual.
Además, el Papa les ha agradecido su generosidad hacia su ministerio y hacia la Iglesia en el mundo. Por eso les ha dado las gracias en nombre de todos los que reciben asistencia mediante su compromiso de caridad.
Por otro lado, ha subrayado que su peregrinación de este año se desarrolla en el ámbito del Jubileo de la Misericordia, “durante el cual contemplamos el misterio de la misericordia, que es fuente de alegría, serenidad y paz, y de la cual depende nuestra salvación”.
Tal y como ha recordado a los presentes durante su discurso el Pontífice, “mediante vuestra generosa ayuda a los proyectos diocesanos, parroquiales y de las comunidades, como también a través de las becas de estudio”, asisten a muchas personas para que respondan eficazmente a las necesidades presentes en sus comunidades y llevan adelante de una forma cada vez más proficua las obras de misericordia. De esta forma –ha asegurado el Santo Padre– vuestra caridad se irradia en el mundo, ofreciendo nuevas iniciativas que ayudan a expandir el abrazo misericordioso del Padre.
Finalmente, Francisco expresa su deseo que de esta peregrinación sea “una nueva y fuerte invitación a la santidad y una experiencia intensa de la misericordia de Dios”.
La Papal Foundation es una asociación católica estadounidense instituida en Filadelfia (EE.UU.) en 1990 por el fallecido cardenal John Krol, que financia las necesidades de la Iglesia en el mundo.





________________________________________

España: El Papa nombra nuevo obispo de Ciudad Real
Redaccion | 08/04/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano). El papa Francisco ha nombrado a Monseñor Gerardo Melgar Viciosa obispo de la diócesis de Ciudad Real. El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis presentada por monseñor Antonio Ángel Algora Hernando, conforme al canon 401, párrafo 1, del Código de Derecho Canónico. Mons. Melgar es en la actualidad obispo de Osma-Soria, desde 2008
Mons. Gerardo Melgar Viciosa nació en Cervatos de la Cueza (Palencia) el 24 de septiembre de 1948. Realizó su formación humanística, filosófica y teológica en los seminarios menor y mayor de Palencia. Obtuvo la Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1974-1976).
Recibió la ordenación sacerdotal el 20 de junio de 1973 en Palencia, sede en la que desarrolló su ministerio sacerdotal. Comenzó sus tareas pastorales como cura ecónomo de Polentinos, Vañes, San Felices, Celada y Herreruela y coadjutor de la parroquia San Lázaro de Palencia. En el seminario menor de Palencia fue formador (1977-1982) y rector (1982-1987). Desempeñó también otros cargos pastorales como vicario parroquial, vicario episcopal de pastoral, párroco, confesor ordinario del seminario menor y delegado diocesano de pastoral familiar. En agosto de 2005 fue nombrado vicario general de la diócesis de Palencia. Desde el 21 de enero al 10 de septiembre de 2006 fue su administrador apostólico.
El 1 de mayo de 2008 se hacía público su nombramiento como obispo de Osma‐Soria. Recibió la ordenación el 6 de julio del mismo año.
En la CEE es miembro de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, dentro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, desde el año 2008.
Mons. Algora, obispo de Ciudad Real desde 2003
Mons. Antonio Algora Hernando nació en La Vilueña (Zaragoza), el 2 de octubre de 1940. Cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Madrid.
El 20 de julio de 1985 fue nombrado obispo de Teruel y Albarracín. Recibió la consagración episcopal el 29 de septiembre de ese mismo año. Desde el 18 de mayo de 2003 es obispo de la diócesis de Ciudad Real.
En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 1990 y dentro de esta Comisión, el responsable de la Pastoral Obrera. También es miembro, desde 1993, del Consejo de Economía y el responsable del Secretariado para el Sostenimiento Económico de la Iglesia. Además ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (1987-1999) y de la “Junta San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia”, que se creó con el encargo de preparar la Declaración y la promoción de la figura del nuevo Doctor.





________________________________________

Beata Celestina (Catalina) Faron – 9 de abril
Isabel Orellana Vilches | 08/04/16

(ZENIT – Madrid).- Celestina, nombre tomado al profesar en la congregación de las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción, fue beatificada junto a Natalia Tulasiewicz por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999. Fueron las dos únicas mujeres que componían el grupo de 109 mártires. ¡Quién le iba a decir a la religiosa que compartiría ese altísimo honor con su fundador, Edmundo Bojanowski! Pero así lo determinó la divina Providencia que fue conduciéndola desde pequeña al camino de la plena consagración.
Nació en la ciudad polaca de Zabrzeży el 24 de abril de 1913. A los 5 años perdió a su madre y se trasladó al domicilio de unos familiares que cuidaron de ella con verdadera ternura. En este nuevo hogar alumbrado por la fe se impregnó del amor de Dios sintiéndose cada vez más cerca de María, a la que había elegido como Madre en su corazón. Su afecto por Teresa del Niño Jesús iba a tener gran trascendencia espiritual en su vida. A los 16 años dispuesta a ofrendar pobreza, obediencia y castidad, particularmente ésta última hasta la muerte, pidió ser admitida en la congregación de las Pequeñas Siervas. Y en 1930 inició el noviciado en la casa madre. Una de las líneas de este carisma se halla en el entorno rural donde proporcionan educación a los campesinos y a sus hijos a través de escuelas gratuitas y talleres de formación profesional. Al tiempo inculcan los principios de la fe. Así que la beata realizó cursos en Lviv, Poznań y Przemyśl que le permitían ayudar a los demás con el rigor debido, sin descuidar la catequesis.
En 1936 obtuvo la capacitación en jardinería. Iba dejando el poso de su delicadeza con su forma de trato dispensado a los demás, siempre colmado de atenciones. En 1938 fue destinada a Brzozow donde tenían un jardín de infancia. Se puso al frente del mismo. Los niños fueron «sus grandes tesoros». Compartían su corazón junto a los enfermos, otra de sus debilidades. Por su excelente quehacer con ellos fue reconocida y respetada en la ciudad. Era una mujer inteligente, discreta y valerosa. Estaba al tanto de las vicisitudes de la historia y, cómo no, de lo que acontecía en la Iglesia. Le animaba el celo apostólico con ese visible afán de conquistar a las personas para Cristo.
Hallándose en Lviv aconteció un hecho doloroso al que dio una respuesta similar a la ofrecida por Teresa de Lisieux. Supo que un antiguo obispo católico, Władysław Marcin Faron, cuyo apellido coincidía con el suyo aunque no les unía parentesco alguno, había apostatado de la Iglesia. Y ante sus hermanas de comunidad ofreció su vida por la conversión del prelado. De forma taxativa, consciente de las consecuencias de tan magnánimo gesto, confesó que se disponía a morir por él. En 1938 había sido elegida superiora de la comunidad. Y su gran labor fue más que ostensible en el orfanato que dirigía. Durante unos años trató de paliar las graves carencias que trajo consigo el nazismo y de infundir esperanza en los corazones atemorizados de tantos. En 1942 fue delatada a la Gestapo. El propietario del edificio que ocupaban era un activista político que había prestado una de las habitaciones a miembros principales de la organización y la labor que llevaban a cabo quedó al descubierto. Una de las hermanas le aconsejó huir, pero ella pensó en los que no tuvieron posibilidad de escapar y en la repercusión que su desaparición podría tener para el resto de su comunidad. Y se dispuso a materializar la promesa que hizo abrazándose a la cruz. Sin dudarlo, se presentó ante la Gestapo.
Le esperaba un camino de atroces sufrimientos. Desde que se produjo su detención a finales de agosto de 1942 pasó por las prisiones de Jaslo y de Tarnow hasta que el 6 de enero de 1943 fue trasladada a Auschwitz-Birkenau. Condenada a ser menos que un número –el que le tatuaron fue el 27989–, quedó recluida en el bloque 7. La muerte iría llegándole lentamente, aunque el acero del odio que acompañaba a sus hostigadores no logró penetrar en su corazón. El látigo, el barro, el frío, la inanición, nauseabundos roedores e insectos en medio de un inmundo espacio habitado por el terror y la angustia eran compartidos por otros congéneres injustamente atrapados en el lúgubre campo de concentración. Contrajo el tifus, la sarna, y vio como se abría la cicatriz de una antigua intervención dejando al descubierto en la ingle una llaga supurante que no podía cerrarse y que apenas le permitía mantenerse en pie.
Conducida al bloque 24, abandonada en su dolor por los crueles carceleros, afrontó una tuberculosis con hemorragias recurrentes que se unían a la peste, la falta de alimentos y de agua acentuando su calvario. Los más afectados por las plagas eran los que se hallaban en las literas a ras de tierra, como la suya. Pero ella, en medio de tanto sufrimiento, se esforzaba por animar a los que tenía al lado y agradecía las muestras de solidaridad y bondad que recibía de sus desdichados compañeros. Los que sobrevivieron, impresionados por su conformidad, confianza, mansedumbre, humildad y fortaleza ante tanta calamidad, serían testigos de su causa. Agradecía a Dios poder ofrecerle su infortunio. Consideraba que estaba cumpliendo su voluntad.
Solía rezar el rosario que había realizado con migas de pan, y ofrecía sus oraciones por la conversión de los pecadores, su congregación, su país y los sacerdotes del campamento que eran torturados y llevados al crematorio; se afligía de que no pudieran oficiar la misa. Además, oraba por el artífice de tanta tragedia: Hitler. Lo más importante para ella era recibir la comunión. Un sacerdote que la llevó clandestinamente se la dio el día 8 de diciembre 1943. La consideró su viático. Y movida por una antigua convicción de que no moriría antes de tomarla, al comulgar supo que su fin estaba cerca. Falleció el 9 de abril de 1944. El prelado por el que dio su vida, más tarde se reconcilió con la Iglesia.