El Presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid, Cardenal Ricardo Blázquez, ha destacado en la apertura de la Asamblea Plenaria de los obispos algunas líneas de la Exhortación “La alegría del Evangelio”; ha tenido un recuerdo agradecido para la propia historia de la CEE, que cumple ahora cincuenta años, y se ha extendido en analizar la situación tanto social como política que vive España. Momentos de preocupación e incertidumbre, en los que se hace más necesario que nunca volver a sacar lo mejor de nosotros mismos y de nuestra Historia.

“La Iglesia no aspira en España a ser privilegiada ni quiere ser preterida -ha subrayado el Cardenal Presidente-. Se siente en el derecho de reclamar la libertad religiosa y este mismo derecho quiere compartirlo con las demás confesiones cristianas, con otras religiones y con quienes no se reconocen en ninguna religión. La aconfesionalidad significa que el Estado no profesa ninguna confesión religiosa para que todos se puedan sentir igualmente libres e igualmente respetados, garantizando una sociedad plural en lo religioso.

El Estado es aconfesional, y los ciudadanos seremos lo que creamos conveniente. El Estado debe proteger el derecho a la libertad religiosa. La fe tiene una dimensión colectiva y social irrenunciable. «Un sano pluralismo no implica una privatización de las religiones, con la pretensión de reducirlas al silencio y a la marginalidad de los recintos cerrados de los templos, sinagogas o mezquitas» (papa Francisco)”.

Vídeo, audio y texto del discurso en http://www.conferenciaepiscopal.es/discurso-inaugural-de-la-cvii-asamblea-plenaria-de-la-cee/