Vaticano
El arzobispo de Viena es un prestigioso teólogo

Cardenal Schönborn: “Amoris Laetitia supera la división entre familias regulares e irregulares”

El Papa recomienda leer lo que dijo este prelado durante la presentación de la exhortación

En el avión de Lesbos a Roma, un periodista le preguntó al Papa sobre si un divorciado vuelto a casar civilmente, puede recibir la eucaristía. “¿Hay nuevas posibilidades concretas o no?”, fue la pregunta. Y Francisco respondió: “Yo puedo decir que sí. Pero sería una respuesta demasiado pequeña. Les recomiendo que lean la presentación del documento que hizo el cardenal Schönborn, que es un gran teólogo y que ha trabajado en la Congregación para la Doctrina de la Fe”.

El Cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, fue una de las personas encargadas de presentar la Exhortación Apostólica post-sinodal  “Amoris laetitia” del  Papa Francisco.  

En dicha presentación, “Schönborn explicó que en la enseñanza eclesial sobre el matrimonio y la familia a menudo hay una tendencia, tal vez inconsciente, a abordar con dos enfoques estas dos realidades de la vida. Por un lado están  los matrimonios y las familias  “normales”, que obedecen a la regla, en los que todo está “bien”,  y está “en orden”, y luego están las situaciones “irregulares” que plantean un problema”.

Reconoció que a veces, para las personas que están en estas situaciones irregulares “las enseñanzas de la  Iglesia, pueden  hacer daño, pueden dar la sensación de estar excluidos”. Y añadió que el “Papa Francisco ha puesto su exhortación bajo el lema: “Se trata de integrar a todos”.

Y explica que “detrás de esto hay “un profundo respeto ante  cada persona  que nunca es,  en primer lugar, un “caso problemático”, una “categoría”. La gran alegría del cardenal es que el documento “supera la  artificiosa, externa y neta división entre “regular” e  “irregular” y pone a todos bajo la instancia común  del Evangelio”.

Dudas y relativismo

Respecto a las dudas, el arzobispo de Viena sostiene: “Obviamente,  este principio continuo de “inclusión”, preocupa a algunos. ¿No se habla aquí a favor del relativismo? ¿No se convierte en permisivismo la tan evocada misericordia? ¿Se ha acabado la claridad de los límites que no se deben superar? Esta exhortación ¿no favorece una cierta laxitud?”.

Para aclarar esto el Papa Francisco no deja duda alguna  sobre sus intenciones y nuestra tarea, dice el cardenal alemán. Y añade: “El Papa Francisco está convencido de que la visión cristiana del matrimonio y de la familia tiene, también hoy  en día,  una fuerza de  atracción inmutable. Pero  exige “una saludable reacción autocrítica”: “Tenemos que ser humildes y realistas, para reconocer que a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos”, (AL 36).

El cardenal recuerda que la exhortación dice: “Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas” (AL 37). Y añade: “La gran cuestión obviamente es ésta: ¿cómo se forma la conciencia?”.

Schönborn recuerda las palabras del Papa: “Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares”. Y el cardenal Schönborn señala: “Y de cómo puede y debe ser este discernimiento personal y pastoral, es el tema de la entera sección de Amoris laetitia 300-312”.

Regular de un modo preciso

Se pone naturalmente la pregunta: ¿qué dice el Papa respecto del acceso a las personas que viven en situaciones “irregulares”? Ya el Papa Benedicto había dicho que no existen “simples recetas” (AL 298, NOTA 333). Y el Papa Francisco vuelve a recordar la necesidad de discernir bien las situaciones (AL 298). “El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites. Por creer que todo es blanco o negro a veces cerramos el camino de la gracia y del crecimiento, y desalentamos caminos de santificación que dan gloria a Dios” (AL 305).

“¿No es un desafío excesivo para los pastores, para los guías espirituales, para las comunidades, si el discernimiento de las situaciones no está regulado de modo más preciso? El Papa Francisco conoce esta preocupación: “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308). A esta él objeta diciendo: “Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311)”, afirma Schönborn.

Todo el discurso íntegro aquí.