La Comisión episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española ha publicado una nota informativa para seguir insistiendo en la necesaria y urgente toma de medidas de acogida, hospitalidad, y acompañamiento a refugiados. A ella se comprometió el Gobierno Español a quien la Iglesia española se ofreció y se sigue ofreciendo para lo que necesitara y pudiera ofrecer.

Los obispos señalan que “en las diócesis españoles se han establecido ya los mecanismos y previsiones generosas y necesarias para colaborar y sensibilizar en dicha acogida. Y en el trabajo posterior para su integración social .Del trabajo ya hecho estamos seguros se beneficiarán emigrantes, refugiados y demás personas en situaciones de especial vulnerabilidad como lo vienen haciendo hasta la fecha”.

Agradecen la labor incisiva y solidaria que está haciendo la Red de Entidades eclesiales que trabajan con emigrantes (CEM, Confer, Caritas, Justicia y Paz y Sector Social de la Compañía de Jesús) y la de tantas organizaciones y entidades de Iglesia y otras a propósito de las personas concretas a quienes tan gravemente afecta esta crisis humanitaria necesitada de repuestas eficaces. Y desean que no se ponga en cuestión la imprescindible necesidad de ayuda a los que huyen de la guerra o del hambre, refugiados e inmigrantes. Muchos en su camino hacia Europa son víctimas de la trata de personas y de muchos otros tipos de violencia. “Deseamos también – subrayan – que no caigamos en estereotipos ni en estigmatizaciones que afecten a su dignidad y a la fraterna y evangélica acogida”.

Siguiendo palabras del Papa, los obispos españoles piden que se pase de las declaraciones formales a los hechos. “Con los refugiados y emigrantes en Europa y con los que están en lugares de conflictos, origen de la gran tragedia que vivimos. Y necesitamos hacerlo con urgencia porque está en juego la vida de muchas personas sobre todo las más vulnerables. Estamos ante una situación muy urgente que necesita también celeridad y eficacia en la toma de decisiones. Mientras tanto continuaremos con nuestra labor humanitaria, de servicio, de acompañamiento y de defensa de los derechos de todos los emigrantes y refugiados. De los que vendrán y de los que ya están entre nosotros, favoreciendo su integración social, cultural y religiosa”.