Servicio diario - 14 de mayo de 2016


 

El Papa: ‘No se puede sentir compasión por los animales e indiferencia por el prójimo’
Posted by Rocío Lancho García on 14 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Bajo una intensa lluvia, la plaza de San Pedro ha quedado cubierta por miles de paraguas de colores, para proteger a los peregrinos venidos de todos las partes del mundo para asistir a la audiencia jubilar del sábado con el papa Francisco. Aunque el mal tiempo no ha impedido que los fieles demostraran su alegría y entusiasmo ante el paso del Pontífice en el jeep cubierto antes de comenzar la audiencia.
A causa de la lluvia, los enfermos han seguido la audiencia desde el Aula Pablo VI, hasta donde el Papa se ha dirigido antes de salir a la plaza. Saludando a los allí presentes, les ha pedido que recen por él.
Antes de comenzar la catequesis en la plaza, el Santo Padre ha querido agradecer a los presentes su presencia a pesar del mal tiempo. Asimismo, ha pedido un aplauso para los enfermos que siguen la audiencia gracias a las pantallas gigantes colocadas en al Aula Pablo VI. “Es difícil aplaudir con el paraguas en la mano”, ha bromeado.
En el resumen hecho en español de la catequesis, el Pontífice ha explicado que “uno de los aspectos de la misericordia consiste en apiadarse de los que sufren”. La pietas –ha indicado– es un concepto que, en el mundo greco-romano, indicaba la devoción debida a los dioses, así como el respeto de los hijos hacia sus padres. Por eso ha reconocido que “hoy se debe estar atentos a no confundir la piedad con el pietismo, que consiste solo en una emoción superficial, que no se preocupa del otro”. Del mismo modo ha aseverado que tampoco se puede confundir con “la compasión hacia los animales, que exagera el interés hacia ellos, mientras deja indiferente el sufrimiento del prójimo”.
La piedad verdadera –ha asegurado Francisco– es manifestación de la misericordia de Dios y uno de los siete dones del Espíritu Santo, que el Señor da a sus discípulos para que sean dóciles y sigan sus inspiraciones divinas.
El Papa ha recordado que en los Evangelios encontramos el grito espontáneo que muchas personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús, expresando su fe en Él, “porque veían en su persona el amor salvador del mismo Dios”. Jesús –ha añadido– respondía a todos con la mirada de la misericordia y con el consuelo de su presencia, invitándolos a confiar en Él y en su Palabra, porque, para Cristo, apiadarse del otro es compartir su tristeza para convertirla en júbilo y alegría, sanándolo del mal.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. “Que la Virgen Santa, Madre de Piedad y Misericordia, interceda por nosotros ante el Señor Jesús, para que nos conceda apiadarse y compadecernos amorosamente del prójimo y nos libre de la esclavitud de las cosas materiales”, ha deseado.
Después de los saludos en las distintas lenguas, ha dirigido unas palabras especiales para los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Así, ha recordado que hoy es la fiesta de San Matías, el último de los apóstoles que entró a formar parte de los doce. Por eso ha pedido que “su vigor espiritual” estimule a los jóvenes a “ser coherentes con vuestra fe”. A los enfermos ha deseado que “su abandono en Cristo Resucitado” les sostenga en los momentos de mayor dificultad. Finalmente, ha exhortado a los recién casados a que “su dedicación misionera” les recuerde “que el amor es el fundamento insustituible de la familia”.

Leer la catequesis completa aquí


Los cardenales Parolin y Santos Abril no testificarán en el juicio Vatileaks 2
Posted by Rocío Lancho García on 14 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El juicio que se está celebrando en el Vaticano, conocido como Vatileaks II, sobre el robo y publicación de documentos reservados, ha celebrado esta mañana una nueva audiencia. Antes de dar comienzo a los interrogatorios de los nuevos testigos citados hoy, el presidente del tribunal ha leído una disposición en la que han determinado que no tendrá lugar la audiencia con tres testigos que habían sido solicitados por la defensa de Francesca Chaoqui. Se trata del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado; el cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor y monseñor Krajewski, limosnero pontificio.
Los tres se amparan en el artículo 248 inciso 2 del Código procesal Penal de la Santa Sede, en el que se indica que “oficiales públicos no deben ser obligados a declarar sobre los asuntos de trabajo, salvo en casos donde lo obliga expresamente la autoridad pública”.
Por su parte, el Secretario de Estado envió una declaración en la que indica que siente “el deber de especificar que no tengo nada de decir sobre la relación entre Francesca Chaouqui y monseñor Lucio Vallejo Balda”.
En la audiencia de esta mañana estaban presentes solo tres de los cinco imputados: monseñor Lucio Vallejo Balda, Francesca Chaouqui –secretario y miembro respectivamente de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA)–, y Nicola Maio. Ausentes los dos periodistas italianos: Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi.
Hoy han sido interrogados tres testigos: el obispo auxiliar de Roma, monseñor Augusto Paolo Lojudice; el responsable de los servicios informáticos de la Prefectura de Asuntos Vaticanos, Roberto Minotti y el jefe de oficina de la Prefectura, monseñor Alfredo Abbondi.
Monseñor Abbondi ha asegurado hoy durante su interrogatorio que no tuvo nada que ver “con el grupo mafioso” de los imputados, respondiendo a una pregunta del presidente del tribunal. Asimismo ha precisado que Francesca estaba convencida de que en las oficinas de la Prefectura de Asuntos Económicos habían colocado micrófonos. Hasta el punto que una vez ella llegó a la Prefectura con un técnico que con un aparato confirmó la presencia de estos supuestos micrófonos.
El sacerdote ha respondido a las preguntas durante casi cinco horas, en las que ha explicado también que Francesca aseguraba, y así lo creía también monseñor Vallejo, su pertenencia a los servicios secretos italianos. También ha hecho referencia a la carta que mandó a Benedicto XVI en la que se lamentaba del mal funcionamiento de la prefectura y que acabó publicada en el primer libro de Nuzzi.
Por eso monseñor Abbondi ha aseverado que desde entonces ha sido poco tenido en consideración en el trabajo, y que se sentía víctimas de las acusaciones de compañeros, incluso hasta el punto de recibir amenazas. Queda de este modo constancia, una vez más, tal y como hicieron otros testigos trabajadores de la Prefectura en sus interrogatorios, del ambiente tenso y hostil con el que se trabaja en esta oficina.
El juicio ya tiene fijadas las audiencia para el próximo lunes y martes. De este modo, está previsto que la semana que viene terminen los interrogatorios a los testigos. Aún deben declarar ante el juez dos gendarmes y los peritos informáticos.



El Papa felicita a Paraguay en su fiesta patria
Posted by Redaccion on 14 May, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco ha enviado una carta para saludar al jefe de Estado de Paraguay, Horacio Cartes, por el día del aniversario de la independencia de este país. Así, en el mensaje del Pontífice indica que “en el día en que este querido país celebra su fiesta nacional, me complace manifestar a vuestra excelencia mi cordial felicitación, que acompaño con mi oración al Señor” para que “conceda a todos los paraguayos abundantes dones de su misericordia, que les ayuden a avanzar por sendas de justicia, solidaridad y paz”.
El Santo Padre visitó Paraguay del 10 al 12 de julio del 2015. Allí tuvo ocasión de reunirse con el presidente, las autoridades y el cuerpo diplomático a su llegada a Asunción. También visitó un hospital pediátrico, el Santuario mariano de Caacupé y se reunió con representantes de la sociedad civil y con los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas y movimientos católicos. En su última jornada visitó a la población del Bañado Norte y celebró la misa en el Campo grande Ñu Guazú. Finalmente, antes de regresar a Roma, se encontró con los jóvenes en el Paseo marítimo Costanera.
El Pontífice ha reconocido en varias ocasiones su admiración por la mujer paraguaya, “la más gloriosa de América”. Al respecto, el Santo Padre hace referencia a un periodo histórico muy concreto de la historia de Paraguay. La Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), de Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay, que terminó con más del 70 por ciento de la población masculina paraguaya. Las mujeres, en su mayoría viudas y huérfanas, se hicieron cargo de las tierras y de los talleres, decidieron tener hijos y, en dos generaciones, lograron reconstruir el país.
Este 14 de mayo, el presidente Cartes desarrolla su jornada oficial en Palacio de López, formando parte de los actos protocolares. A las 7 horas encabezará la ceremonia de izamiento del pabellón patrio en los jardines del Palacio de Gobierno. Posteriormente, dará su mensaje a la ciudadanía y, a las 8 horas, participará de la tradicional celebración de Te Deum en la Catedral Metropolitana. Asimismo, a las 9 horas, presidirá el Desfile Militar y Policial en la Avda. “José Asunción Flores”, más conocida como Avenida Costanera.



Francisco escribe a la Universidad Católica de Bolivia por su 50º aniversario
Posted by Redaccion on 14 May, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco ha enviado un saludo a la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” por sus 50 años de servicio en la formación de nuevos profesionales y llamó a ser más “incisivo” en la tarea de llevar el Evangelio a la sociedad.
“Su Santidad el papa Francisco saluda cordialmente al rector nacional, así como a los profesores, alumnos y a los colaboradores de la Universidad Católica Boliviana ‘San Pablo’, con motivo de la celebración del 50 aniversario de esa institución y se une a la acción de gracias a Dios por los dones recibidos de su voluntad en estos años dedicados a la promoción humana integral profesional y técnica de tantos jóvenes”, indica el mensaje leído por el Secretario de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede, monseñor Angelo Vicenzo Zani, al finalizar una misa que concelebró en la Catedral Metropolitana Basílica de San Lorenzo de la ciudad de Santa Cruz.
En la misiva del Pontífice alienta los esfuerzos realizados por la UCB en la formación de nuevos profesionales, en medio siglo. “Asimismo, el Santo Padre ruega al Señor que aliente los esfuerzos por fomentar en esa obra educativa el servicio de la cultura de inspiración cristiana con el fin de vivificar y hacer más incisivo el mensaje del Evangelio en la sociedad de hoy”, agrega.
Francisco concluye su saludo a la UCB –indica la nota– pidiendo la comunidad universitaria a que recen por él. “Con estos sentimientos el Papa les pide que recen por él, a la vez que invoca a la maternal protección de la Virgen María y les imparte la bendición apostólica”, indicó monseñor Vicenzo Zani al leer el mensaje.
La UCB inició labores académicas con 31 alumnos y siete docentes el 14 de mayo de 1966 en las carreras de Economía y Administración de Empresas, en la zona de Obrajes de La Paz. El 16 de julio del mismo año, la Conferencia Episcopal Boliviana emitió un decreto que “crea y erige canónicamente, contando con el beneplácito de la Santa Sede Apostólica, la Universidad Católica Boliviana”.
Hoy, la UCB cuenta con más de 14.000 alumnos, en las cuatro regiones del país –La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija– y en 50 años entregó 28.338 títulos a nuevos profesionales.


La Santa Sede pide plena ciudadanía para los cristianos en Oriente Medio
Posted by Redaccion on 14 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Juntos con los líderes religiosos de Oriente Medio para mejorar la promoción de las minorías en los Estados de mayoría musulmana”. Bajo este lema se ha celebrado un encuentro en Tokio esta semana, en el que ha participado monseñor Ángel Ayuso Guixot, secretario del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, en representación de la Santa Sede.
El obispo subrayó que “su presencia es la demostración de la que reunión es una excelente iniciativa para invitar a todas las partes implicadas una vez más a contribuir en la promoción de la ciudadanía y a una verdadera coexistencia para todos”.
En su intervención –publicada por el Osservatore Romano– monseñor Ayuso recordó que muchas veces el papa Francisco ha dado voz “a la atroz, inhumana e inexplicable persecución” de la que –sobre todo cristianos– en distintas partes del mundo “son víctimas de fanatismo e intolerancia, a menudo bajo los ojos y ante el silencio del mundo entero”.
El encuentro, organizado por Religions for peace (Rfp) y United nations alliance of civilizations (Unaoc), debería, según monseñor Ayuso, “invitar al respeto para todos, independientemente de la identidad religiosa” comprometiéndose “a apoyar los derechos de los ciudadanos de los cristianos en Oriente Medio”.
En la construcción de un mundo más fraterno –observó el obispo– todos están llamados a promover la justicia. “La sed y la búsqueda de la justicia son comunes a todo tipo de persona que busca construir una sociedad más humana. Aún así, para nosotros creyentes, hay un terreno común mayor sobre el que construir”.
Además, el secretario del dicasterio vaticano advirtió que el rol de la religión en la sociedad moderna es a menudo “mal entendido, no apreciado e incluso criticado como fuente de problemas y conflictos que enferman la sociedad moderna”. Al contrario, la religión tiene un rol importante que desarrollar en el debate político, precisó.
Finalmente, subrayó que la libertad religiosa está en el corazón del proyecto social y es necesaria para la justicia, que es el fundamento a la base para todas las otras libertades. El obispo precisó la exigencia de encontrar temas sociales comunes sobre los cuáles cooperar juntos. Entre ellos, la situación financiera mundial y la pobreza y su difusión en el mundo.



Texto completo de la audiencia jubilar del sábado 14 de mayo de 2016
Posted by Redaccion on 14 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- En la audiencia jubilar de este sábado, el Santo Padre ha reflexionado sobre la capacidad de sentir piedad y de apiadarse, que es una manifestación de la misericordia de Dios. Así ha señalado que estamos llamados a sacudirnos de encima la indiferencia que impide reconocer las exigencias de los hermanos que nos rodean y liberándonos de la esclavitud del bienestar material.

Publicamos a continuación el texto completo:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El día no parece muy bueno, pero vosotros sois valientes y habéis venido con la lluvia. Gracias. Esta audiencia se hará en dos lugares. Los enfermos están en el Aula Pablo VI, por la lluvia, están más cómodos allí y nos siguen desde allí con las pantallas gigantes. Y nosotros aquí. Estamos unidos los dos y os pido que les saludemos con un aplauso. No es fácil aplaudir con el paraguas en la mano ¿eh?
Entre los aspectos de la misericordia, hay uno que consiste en sentir piedad o apiadarse de los que necesitan amor. La pietas, la piedad, es un concepto presente en el mundo greco-romano, donde se indicaba un acto de sumisión a los superiores: sobre todo la devoción a los dioses, después el respeto de los hijos hacia los padres, sobre todo ancianos. Hoy, sin embargo, debemos estar atentos a no identificar la piedad con el pietismo, bastante difundido, que es solo una emoción superficial y ofende la dignidad del otro.
Al mismo tiempo, la piedad no se debe confundir con la compasión que sentimos por los animales que viven con nosotros; sucede, de hecho, que a veces se siente esto hacia los animales, y se permanece indiferente hacia el sufrimiento de los hermanos. Cuántas veces vemos gente muy unida a los gatos, a los perros, y después no ayudan con el hambre del vecino, la vecina, ¿eh? No, no. ¿De acuerdo?
La piedad de la que queremos hablar es una manifestación de la misericordia de Dios. Es uno de los siete dones del Espíritu Santo que el Señor ofrece a sus discípulos para hacerlos “dóciles al obedecer a las inspiraciones divinas” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1830). Muchas veces en los Evangelio se habla del grito espontáneo que personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús: “Ten piedad” (cfr Mc 10,47-48; Mt 15,22; 17,15). A todos Jesús respondía con la mirada de la misericordia y el consuelo de su presencia. En estas invocaciones de ayuda y petición de piedad, cada uno expresaba también su fe en Jesús, llamándolo “Maestro”, “Hijo de David” y “Señor”. Intuían que en Él había algo extraordinario, que le llevaba a ayudar y salir de la condición de tristeza en la que se encontraban. Percibían en Él el amor de Dios mismo. Y también si la multitud se aglomeraba, Jesús se daba cuenta de esas invocaciones de piedad y se apiadaba, sobre todo cuando veía personas que sufrían y heridas en su dignidad, como en el caso de la hemorroísa (cfr Mc 5,32). Él les pedía tener confianza en Él y en su Palabra (cfr Jn 6,48-55). Para Jesús sentir piedad equivale a compartir la tristeza de quien encuentra, pero al mismo tiempo a trabajar en primera persona para transformarla en alegría.
También nosotros estamos llamados a cultivar actitudes de piedad delante de tantas situaciones de la vida, sacudiéndonos de encima la indiferencia que impide reconocer las exigencias de los hermanos que nos rodean y liberándonos de la esclavitud del bienestar material (cfr 1 Tm 6,3-8).
Miremos el ejemplo de la virgen María, que cuida de cada uno de sus hijos y es para nosotros creyentes icono de la piedad. Dante Alighieri lo expresa en la oración a la Virgen en la cima del Paraíso: “In te misericordia, in te pietate, […] in te s’aduna quantunque in creatura è di bontate” (XXXIII, 19-21). Gracias.

Traducción realizada por ZENIT


San Isidro Labrador – 15 de mayo
Posted by Isabel Orellana Vilches on 14 May, 2016



(ZENIT – Madrid).- La vida de Isidro nuevamente pone sobre el tapete una indiscutible realidad: para ser santo basta con amar en todo momento. No hay más. Cualquier otro afán que no esté regido por ello se deslinda de ese camino. Lo que viene llamando la atención en él desde hace siglos fue que, siendo tan escasa su notoriedad, inmediatamente después de morir fue aclamado por las gentes que habían visto en su conducta cotidiana los rasgos de la santidad. Posteriormente, con visos de rigor o movidos por antiguos criterios hagiográficos tendentes a magnificar retazos de su acontecer, se han ido sumando páginas ensalzando virtudes que hicieron de Isidro uno de los personajes históricos más queridos de Madrid, ciudad de la que es patrón. De su memoria ha quedado fehaciente constancia en la arquitectura y en la pintura, entre otras artes. En muchos rincones de la capital de España hay vestigios del fervor que suscita. Simplemente esto da que pensar. No se tributan a cualquiera tantos honores.
Juan Diácono sintetizó su existencia en seis páginas en su Vita Sancti Isidoro, redactada en el siglo XIII. Nació Isidro de Merlo y Quintana en Madrid a finales del siglo XI, puede que hacia 1082, en una humilde casa cercana a la iglesia de San Andrés. Sus padres eran cristianos mozárabes, fieles a la fe que le inculcaron. Entonces Madrid era una modesta Villa que al ser conquistada por los almorávides obligó a muchos a huir. Uno de ellos fue Isidro, cuyo primer oficio había sido el de pocero. Al llegar a la localidad madrileña de Torrelaguna comenzó a ganarse la vida como labrador. Era un hombre humilde y sencillo, de gran corazón, que enamoró a María Toribia, con la que se desposó. Ella, también canonizada, es conocida con el nombre de santa María de la Cabeza.
Después de pasar por Caraquiz y Talamanca, la pareja se asentó en Madrid. Isidro retornó al campo si bien no poseía tierras que cultivar, sino que estaba al servicio de Juan de Vargas al que conoció en Talamanca. Juan era una especie de terrateniente, dueño de hectáreas extendidas por las riberas del Manzanares así como por barrios y aledaños de la ciudad, como los Carabancheles Alto y Bajo, Getafe, Jarama… En casa de Vargas nacería Illán, hijo de Isidro y de María, y en ella fue objeto de uno de los numerosos milagros que se atribuyen al santo ya que la familia había establecido su morada en ese palacio. El niño era muy pequeño cuando en un descuido se cayó al pozo, con la natural conmoción de su madre. Conocedor del hecho su padre, al regresar de su trabajo suplicó a la Virgen de la Almudena su mediación. Entonces el agua subió llegando casi a rebasar el borde del pozo lo cual le permitió extraer a Illán sin rasguño alguno.
Isidro era especialmente devoto de la Eucaristía y de la Virgen. No fue hombre versado. No conoció más paisajes que las pocas localidades que recorrió y la majestuosidad de una naturaleza que le hablaba de Dios. Así se doctoró humana y espiritualmente. La paciencia, el tesón, la generosidad, la constancia, la esperanza, la belleza…, todas las virtudes brotaban en su entorno enhebradas de silencios, rotos únicamente por la inigualable sinfonía que le acompañaba: el murmullo del agua, el trinar de las aves o el susurro del viento. Todo era imagen de Dios. Y María acunándole desde su trono en la Almudena y en Atocha. Su camino hacia la santidad lo efectuó desde el anonimato y la sencillez de una vida colmada del amor a Dios, rubricada por la honestidad en cada uno de sus actos: responsabilidad en el hogar y en el trabajo, abnegación con todos… Un sentimiento hondo de gratitud y paz en medio de la humilde tarea que llenaba muchas de sus horas: uncir los bueyes, cuidado de los animales, poda de rastrojos, vendimia, siembra, cosecha, etc.
Su conducta quedaba realzada en medio de una sociedad dada a vivir con largueza, sumida en ciertas costumbres alejadas del evangelio. Digamos que los gestos del santo denunciaban vicios que dominaban a la clase civil y a la eclesiástica. El pueblo llano siempre ha sabido distinguir de forma natural la grandeza de una vida que se derrama sin estridencias, pero que está ahí, haciendo germinar en derredor multitud de bendiciones, marcando la brújula de la verdad divina.
Gregorio XV dijo de él: «nunca salió para su trabajo sin antes oír, muy de madrugada, la Santa Misa y encomendarse a Dios y a su Madre Santísima». Todos se percataban de su piedad, bondad y caridad con los pobres. Su fe era tanta que alguna vez, según narra la tradición popular, los ángeles acudieron a reemplazarle en su tarea, arando las tierras para que pudiera asistir tranquilo a misa sin faltar a su trabajo. El hecho, que forma parte de su proceso de canonización, fue contemplado por un atónito Juan de Vargas que acudió a comprobar su rendimiento laboral ante alguna denuncia que debió llegar a sus oídos en contra de Isidro. Este milagro ha sido recogido por la iconografía; es, por ello, uno de los más conocidos que se le atribuyen al santo, en cuya causa se contabilizaron más de cuatrocientos. Otros prodigios los compartió con su santa esposa, como cruzar el río Jarama sobre una mantilla.
Murió en Madrid el 15 de mayo de 1130. Fue sepultado en el cementerio de San Andrés, de cuya parroquia era diácono Juan, redactor de su vida. A través de una revelación divina en 1212 se descubrieron sus restos, constatándose que su cuerpo estaba incorrupto. Desde entonces se le considera patrón de Madrid. Pablo V lo beatificó el 14 de junio de 1619. Y Gregorio XV lo canonizó el 12 de marzo de 1622, pero al fallecer éste, hubo que esperar al 4 de junio de 1724 fecha en la que Benedicto XIII expidió la bula de canonización. Aquél gran día de 1622 en la gloria de Bernini se encumbraba a los altares a un humilde campesino junto a estas grandes figuras de la Iglesia: Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Teresa de Jesús y Felipe Neri. El 16 de diciembre de 1960 Juan XXIII declaró a Isidro patrón de los agricultores y campesinos españoles.