Católicos
Debate sobre la relación entre física y fe

El decano de Teología de San Dámaso alerta del peligro de absolutizar el conocimiento científico y negar el moral

En el curso que organiza la Universidad Eclesiástica y la Complutense participan tanto entusiastas del movimiento ecológico como otros que denuncian sus riesgos

Gerardo del Pozo, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid, anuncia que en el curso de verano que organizan junto a la Complutense titulado “Fe en Dios Creador, Ciencia y Ecología en el Siglo XXI”, contará con el testimonio de científicos como el profesor David Jou, catedrático de Física de la Universidad Autónoma de Barcelona, que intentará  poner en relación la física con las preguntas acerca del origen de todo y con la fe judeo-cristiana en Dios Creador.

En relación a la ecología, este curso dará la voz tanto a los entusiastas del movimiento ecológico como a los que hablan de los peligros del mismo, desvela  Gerardo de Pozo a Religión Confidencial.

El decano de Teología explica por qué el movimiento ecologista ha estado más ligado a la izquierda y al comunismo que al cristianismo: “La fe cristiana es siempre un misterio de encuentro de la gracia de Dios y la libertad humana. Ciertamente, en occidente los iniciadores de los movimientos reivindicativos como el ecologista suelen tener carácter anticristiano porque identifican la cultura occidental, impregnada por el cristianismo, con la fe cristiana sin más”.

Sin embargo, el movimiento ecologista ha propiciado que “quede demostrado que las fuentes bíblicas y la predicación de la Iglesia, no han avalado nunca el dominio despótico de la tierra. Lo verdadero, bueno y bello del movimiento ecologista puede encontrar su sentido en el Evangelio de Jesucristo y en la fe en Dios Creador. Es lo que ha hecho el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si”, explica del Pozo a RC.  

Eco-latría como forma de poder

Asimismo, este experto recuerda que la ciencia moderna surgió en el contexto de la cultura occidental determinada por la fe judeo-cristiana y no por otras religiones ancentrales. “Cuando surgió la crisis ecológica, algunos autores acusaron no sólo a la ciencia y técnica modernas, sino también a esa fe judeo-cristiana de haber contribuido a ella mediante el mandato de dominar la tierra. Pero ellos mismos reconocieron posteriormente que las fuentes bíblicas no avalan un dominio despótico de la tierra, sino todo lo contrario”,

Uno de los puntos que se debatirá en este curso es el “peligro del ecologismo ideológico, es decir, la apelación a la ecológica como medio para alcanzar el poder, sin un encuadramiento adecuado en el bien común de una ecología humana. “El peligro del ecologismo ideológico es la instrumentalización política, el oscurecimiento de la singularidad y superioridad del hombre como imagen de Dios sobre el resto de cosmos, y, a la postre, la eco-latría”, subraya el experto.  

“Seréis como dioses”

Ante el peligro de que los avances científicos favorezcan la cita bíblica “seréis como dioses”, Gerardo del Pozo matiza: “En sí mismos, lo avances técnicos no demuestran ni la existencia de Dios ni lo contrario. Otra cosa distinta es la explicación filosófica y, a la postre, metafísica que se haga de los mismos. El creyente, filósofo o no, puede ver en esos avances una realización del mandato de Dios Creador”.

Y añade: “El problema surge cuando se absolutiza el conocimiento científico-técnico y se niega todo valor a otras formas de conocimiento intelectual como puede ser el moral, el estético o el religioso. Cuando esto sucede, se empobrece la relación del hombre con la tierra, con los demás hombres y consigo mismo. Pueden surgir entonces los sueños imposibles de crear hombres, o de no tener en cuenta la dignidad intangible del hombre como persona”.

El origen del universo en los colegios       

Respecto a cómo se instruye a los alumnos sobre el origen del universo señala: “Una cosa es el origen del universo tal como se halla ahora, a lo que suelen remitir las diversas teorías científicas, y otra el origen absoluto de la realidad que actualmente conocemos y, más aún, al fundamento de todo lo que existe, que es el nivel en el que se mueve la fe en Dios Creador. Si ha habido una explosión cósmica, cabe continuar preguntando de dónde ha venido lo que ha explotado. Sería un empobrecimiento de la educación que dejase de intentar responder”

En esta línea, aunque ve razonable que en la investigación y enseñanza de las ciencias no se recurra a la fe en Dios Creador, considera “empequeñecer al hombre no educar al mismo tiempo para un uso moral de la ciencia y la técnica, no introducir en las grandes preguntas del hombre acerca del origen, sentido y fin de todas las cosas,  y en las grandes tradiciones religiosas desde las que se ha intentado responder a estas preguntas”.