Tribunas

Toledo se mueve

José Francisco Serrano Oceja

No se mueve solo en Toledo el arzobispo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, quien, por cierto, ha pronunciado no hace mucho una conferencia sobre la liturgia mozárabe que, comentan los entendidos, es un lujo de texto.

Se mueven los fieles cristianos, los laicos, y eso es, sin duda, un valor añadido a la vitalidad de una Iglesia que bien merece el reconocimiento debido. 

Me refiero a la iniciativa bautizada como “Polis”, plataforma de pensamiento y acción laical, que ofrece una perspectiva nueva de presencia pública y regeneración de la fe y de la esperanza. Ligada, por decirlo de alguna manera, a la delegación de apostolado seglar de la archidiócesis primada, este grupo de fieles cristianos organiza este verano un segundo curso, en los primeros días de mes de julio, bajo el título “Renovar la política”, un desiderátum reiterado por las valoraciones morales de no pocos de los líderes eclesiales.

Son ponentes de este encuentro: Agustín Domingo Moratalla, catedrático de filosofía de moral y política de la Universidad de Valencia; Ana Sánchez Sierra, profesora de Doctrina Social de la Iglesia, de la Universidad CEU San Pablo; y Josep Miró i Ardévol,  responsable de “eCristians” y destacado líder seglar del catolicismo catalán.

La clave de estas jornadas no solo son sus ponentes. También lo son las cuestiones que se van a plantear los más de cien fieles laicos de la Iglesia en Toledo. Por ejemplo, la formación del cristiano en política; o la sociología política española; o las propuestas para la renovación política española.

Si bien es cierto que el programa se mueve en la dinámica de los grandes principios, se echa de menos referencias a la estructura de los medios de participación política, por ejemplo, la dinámica interna de los partidos, por decirlo sin citar a Robert Michels.

Esta iniciativa de los fieles cristianos de Toledo bien merece el reconocimiento de todos. Máxime si se celebra en un momento en el que se constituirá el nuevo parlamento y la política ocupara, de forma obsesiva, el espacio público. 

 

José Francisco Serrano Oceja