Servicio diario - 03 de julio de 2016


 

El Papa reza por las víctimas de los atentados y la conversión de los ‘cegados por el odio’
Posted by Sergio Mora on 3 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco expresó hoy después de rezar la oración del ángelus en la plaza de San Pedro, ante miles de peregrinos y fieles alli congregados, su cercanía a los familiares de las víctimas de los ataques del terrorismo islámico en dos capitales: el del sábado en Daca, Bangladesh; y el de esta mañana en Bagdad, Irak. Y junto a los presentes el Santo Padre rezó por las víctimas, los familiares, y para que “el Señor convierta el corazón de los violentos cegados por el odio”.
“Queridos hermanos y hermanas, expreso mi cercanía a los familiares de las víctimas y de los heridos del atentado que se registró ayer en Daca. Y también ante el sucedido en Bagdad. Recemos juntos por ellos, por los difuntos y pidamos al Señor que convierta el corazón de los violentos cegados por el odio” dijo y rezó junto a los presentes un Ave María…
El atentado en la capital de Bangladesh
El viernes por la noche un comando terrorista atacó un restaurante en Daca, la capital de Bangladesh, causando muertos y tomando rehenes. La operación de las fuerzas del orden concluyó el sábado por la mañana con un saldo provisorio de al menos 20 muertos, de los cuales nueve italianos y siete japoneses, y la liberación de 13 rehenes.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, por la televisión dijo: “Somos como una familia que ha sufrido una pérdida dolorosa pero que no tiene la menor intención de dar la razón a quien piensa que la destrucción de nuestros valores es un objetivo al que consagrar la existencia. Nosotros somos más fuertes”.
El doble atentado en Irak
En Bagdad un coche bomba que estalló en la madrugada y una segunda bomba un poco más tarde, provocaron decenas de fallecidos y heridos. El Califato Islámico se atribuyó los atentados.
La primera explosión fue en el distrito de Karada, una concurrida zona comercial frecuentada por jóvenes y familias, y causó 78 muertes y 160 heridos. El segundo fueen el este de la ciudad, con un saldo de 5 muertos y 16 heridos.


Francisco en el ángelus: ‘debemos testimoniar con alegría el Evangelio en la vida diaria’
Posted by Redaccion on 3 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- En este domingo del verano europeo el papa Francisco rezó la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro, donde le aguardaban miles de fieles y peregrinos.
La misión del cristiano es estupenda –dijo el Pontífice– porque debe llevar la Buena Noticia a todos. Entrentanto reconoció que es una tarea difícil y que a veces encuentra hostilidad. Por ello no hay que dejarse condicionar confiando en los medios humanos, sino llevando solamente la potencia de la Cruz de Cristo.
A continuación las palabras del Santo Padre.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En la página evangélica del día de hoy, en el capítulo décimo del Evangelio, Lucas nos hace entender cuánta necesidad tenemos de invocar a Dios, “el Señor de la mies, para que envíe operarios a su mies”. Los operarios de los cuales habla Jesús son los misioneros del Reino de Dios, que Él mismo llamaba y enviaba “de dos en dos delante de sí en cada ciudad y lugar a donde estaba por ir”.
Su taera era anunciar un mensaje de salvación dirigido a todos. Los misioneros anuncian siempre el mensaje de salvación a todos; no solamente los misioneros que van lejos, también nosotros, misioneros cristianos que decimos una buena palabra de salvación. Y este es el don que nos da Jesús con el Espíritu Santo. Este anuncio es decir: “Está cerca el Reino de Dios”.
Porque Jesús ha ‘acercado’ a Dios hacia nosotros, Dios reina en medio de nosotros, su amor misericordioso vence el pecado y la miseria humana.
Esta es la Buena Noticia que los ‘operarios’ tienen que llevar a todos: un mensaje de esperanza y de consolación, de paz y de caridad. Jesús, cuando envía a sus discípulos delante de él en los pueblos les recomienda: ‘Antes digan: paz a esta casa’ (…) curen a los enfermos que allí se encuentren’.
Todo esto significa que el Reino de Dios se construye día a día y ofrece ya en esta tierra sus frutos de conversión, de purificación, de amor y de consolación entre los hombres. ¡Es algo muy hermoso construir día a día este Reino de Dios que va naciendo! ¡No destruir, sino construir!
¿Con cuál espíritu el discípulo de Jesús deberá realizar esta misión? Como primera cosa deberá ser conciente de la realidad difícil y a veces hostil que lo espera. De hecho Jesús dice: ‘Les envío como corderos en medio de los lobos’. Es clarísimo. La hostilidad está siempre al inicio de la persecución de los cristianos: porque Jesús sabe que la misión es obstaculizada por la obra del maligno.
Por esto, el operario del Evangelio se esforzará en ser libre de los condicionamientos humanos de todo tipo, no llevando ni bolsa, ni alforja, ni sandalias, como ha recomendado Jesús, para solamente confiar en la potencia de la Cruz de Cristo. Esto significa abandonar todo motivo de vanagloria personal y volverse humilde instrumento de la salvación obrada por el sacrificio de Jesús, muerto y resuscitado por nosotros.
La del cristiano en el mundo es una misión estupenda y destinada a todos, es una misión de servicio, ninguno excluído. Esta necesita de tanta generosidad y sobre todo de la mirada y del corazón dirigido hacia lo alto para invocar la ayuda del Señor.
Hay mucha necesidad de que hayan cristianos que testimonien con alegría el Evangelio en la vida de cada día. Los discípulos enviados por Jesús, ‘llegaron llenos de alegría’.
Cuando nosotros hacemos así, el corazón se llena de alegría. Y esta expresión me hace pensar a la alegría de la Iglesia cuando sus hijos reciben la Buena Noticia, gracias a la dedicación de tantos hombres y mujeres que diariamente anuncian en Evangelio: los sacerdotes, aquellos buenos párrocos que todos conocemos, las monjas , misioneros, misioneras… Y me pregunto, escuchen la pregunta: ¿Cuántos de los jóvenes que ahora está aquí presentes en la plaza sienten la llamada del Señor para seguirlo?
¡No tengan miedo! Sean valientes y lleven a los demás esta llama del celo apostólico que nos ha sido dada por estos discípulos ejemplares.
Recemos al Señor, por la intercesión de la Virgen María, para en la Iglesia no falten nunca corazones generosos, que trabajen para llevar a todos el amor y la ternura del Padre celeste”.
El Santo Padre reza la oración del ángelus y después dirige las siguientes palabras:
“Queridos hermanos y hermanas, expreso mi cercanía a los familiares de las víctimas y de los heridos del atentado que se registró ayer en Daca. Y también ante el sucedido en Bagdad. Recemos juntos por ellos, por los difuntos y pidamos al Señor que convierta el corazón de los violentos enceguecidos por el odio.
(El Papa reza) Dios te Salve María…
Saludo a todos los fieles de Roma y peregrinos que llegaron de Italia y de diversos países. En particular al grupo de Bérgamo guiado por su obispo. Los bergamascos no han ahorrado para el cartel, ¡se ve bien! Y a los de Braganca-Miranda (Portugal); a las monjas Misioneras del Sagrado Corazón que vinieron desde Corea con algunos fieles; a los jóvenes de Ibiza que se preparan para la Confirmación;y al grupo de peregrinos venezolanos. Quiero saludar también a mis compatriotas de La Rioja, de Chilecito: ¡se ve bien la bandera allí!
Saludo a algunas peregrinaciones especiales, en el signo de la misericordia: el de los fieles de Ascoli Piceno, que llegaron a pié a lo largo de la antigua vía Salaria; el de los socios de la Federación italiana de turismo equestra, que vinieron a caballo, incluso algunos desde Cracovia; a los que vinieron en bicicleta y motocicleta desde Cardito (Nápoles).
Saludo al concluir, a la Asociación “Bricciole di speranza di Carla Zichetti, la familia Camiliana laica, la escuela jardín de Verdellino, a los jóvnes dde Albino y Desenzano, y a los de Sassari.
(Texto completo traducido desde el audio por ZENIT)


El chequeo médico del Papa: ‘como una persona de 40 años’
Posted by Sergio Mora on 3 July, 2016



(ZENIT – Roma).- Un análisis completo de la salud del santo padre Francisco le acaba de confirmar que su estado de salud es excelente. Se lo indicó el Papa al periodista y opinionista Joaquín Morales Solá a quien le concedió una entrevista en su residencia de Santa Marta, la cual fue publicada hoy en el diario argentino La Nación.
Morales Solá señala que el Papa le indicó el comentario del médico: “Los resultados son los de una persona de 40 años. El periodista que le conoce desde hace unos 20 años indicó que el Pontífice “está más delgado que la última vez que lo vi. Una dieta equilibrada, que no le exige mayores sacrificios, le permitió terminar con el sobrepeso que tenía”. Y concluye “Está contento”.
Francisco también le habló sobre la salud de Benedicto XVI: “Tiene problemas para movilizarse, pero su cabeza y su memoria están intactas, perfectas”. Y añadio que “su desprendimiento fue encomiable. Su renuncia expuso todos los problemas de la Iglesia. Su abdicación no tuvo que ver con nada personal. Fue un acto de gobierno, su último acto de gobierno”.
Interrogado sobre “sus relaciones con los ultraconservadores de la Iglesia”, el Santo Padre responde que él quiere “una Iglesia comprensiva, que acompañe a las familias heridas. Ellos le dicen que no a todo”. Y concluye: “No corto cabezas. Nunca me gustó hacerlo. Se lo repito: rechazo el conflicto”. Entretanto indica “con una sonrisa amplia”: “Los clavos se sacan haciendo presión hacia arriba. O se los coloca a descansar, al lado, cuando llega la edad de la jubilación”.
La entrevista aborda, o si preferimos parte de temas más nacionales: “Yo no tengo ningún problema con el presidente Macri. No me gustan los conflictos. Ya me cansé de repetir eso” asegura el Santo Padre. Y precisa: en seis años él como jefe de gobierno de la Capital y yo como arzobispo hubo un problema. Una sola vez en tanto tiempo. El promedio es muy bajo”.
Por lo que se refiere a la donación de casi 1,7 millones de dólares que la fundación pontificia Scolas Occurrentes rechazó del gobierno Macri, el Pontífice califica de incorrecta la interpretación de que fue un gesto contra el actual Gobierno. Y especifíca que les explicó a los responsables de Scholas que los estaba estaba cuidando de eventuales tentaciones o errores en el manejo de la fundación. Y reitera su convicción de que “no tenemos derecho a pedirle un peso al gobierno argentino cuando éste tiene tantos problemas sociales para resolver”.
El Papa respondió también sobre las críticas que recibió por haber recibido a la anciana activista Hebe de Bonafini que siempre fue muy crítica hacia él: “Fue un acto de perdón. Ella pidió perdón y yo no se lo negué. No se lo niego a nadie”. Y concluye: “Es una mujer a la que le mataron dos hijos. Yo me inclino, me pongo de rodillas ante semejante sufrimiento” si bien en pasado sabe que haya dicho cosas horribles sobre él.
Sobre si hay algún vocero suyo en Argentina, el Papa indica que el único vocero es la oficina de prensa de la Santa Sede, y lo repitió por si quedaran dudas.
El Papa reiteró también que la agenda de viajes este año está cerrada, o sea que “veremos el próximo año”.
Leer también: Scholas no acepta un financiamiento del Gobierno Macri


‘Los cinco santos del Perú’, un libro para reforzar la identidad del país
Posted by Redaccion on 3 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El libro “Los Cinco Santos del Perú. Vida, obra y tiempo”, ha sido presentado esta semana en Lima, como parte de su compromiso por impulsar la difusión de valores.
La edición a cargo del Arzobispado de Lima junto con Telefónica del Perú, propone la vida y obra de santa Rosa de Lima, santo Toribio de Mogrovejo, san Juan Macías, san Francisco Solano y san Martín de Porres, para inspirar a sus lectores del compromiso de esperanza y amor que difunden.
Lo indicó en un comunicado el arzobispado de Lima, precisando que el libro recoge la vida y obra de estos santos quienes se comprometieron en la construcción y fortalecimiento de la Iglesia en el País.
Los cinco santos representan el fruto más maduro del catolicismo en el Perú, son símbolo de la historia y parte de la riqueza cultural y de valores que guarda el país”, señaló el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú.
Es muy grato poner al alcance del público esta verdadera joya que ofrece en sus páginas la vida de cinco peruanos que se comprometieron en la construcción y fortalecimiento de la iglesia en el Perú, haciendo de sus vidas una proclamación y compromiso con la fe, convirtiéndose en modelos de santidad reconocida y enaltecida”, afirmó Javier Manzanares, presidente de la empresa de telecomunicaciones.
Las biografías están acompañadas de iconografía religiosa de la época, una demostración del arte cristiano en el país.
Por otro lado, Jorge Salmón Jordán, editor del libro señaló sobre el reto que significó el encargo del Arzobispado para realizar esta obra que destaca la vida, misión a través del tiempo de los cinco santos, así como trabajar al lado de destacados historiadores de las vidas de los santos peruanos.


Beato Pier Giorgio Frassati – 4 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 3 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- Pier Giorgio dio al mundo, y en particular a los jóvenes, una magistral lección que nunca se debería olvidar: «Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando… Incluso a través de cada desilusión tenemos que recordar que somos los únicos que poseemos la verdad». Previamente reconoció la gracia que había recibido al ser católico. Fue su mayor heredad, y no se la legó su acaudalada familia de Turín.
Nació el 6 de abril de 1901. Su madre Adelaide Ametis era pintora, y su padre, Alfredo Frassati, agnóstico declarado, fue senador y embajador en Alemania, además de fundador del prestigioso periódico La Stampa, cuya tendencia no era precisamente afín a la Iglesia. Y aunque su entorno no proporcionó al beato una formación en la fe anclada en la vivencia, siguió los dictados de su corazón. No miró para otro lado, ni alojó en cómodo vacío la íntima persuasión que le instaba a buscar lo máximo, sino que se dispuso a vivir el evangelio con todas sus consecuencias. Su hermana y él se formaron en un centro estatal y en el colegio de los jesuitas. En éste último Pier Giorgio se vinculó a la Congregación Mariana y al Apostolado de la Oración. A los 17 años se integró en la Sociedad de San Vicente de Paúl, y a los 19 se comprometió con la Federación de Estudiantes Católicos y con la Acción Católica.
Se matriculó en la Politécnica de Turín en la carrera de ingeniería de minas. Se había convertido en un joven de finas facciones, con innegable atractivo, un consumado montañero que hacía gala de su gran sentido del humor, apasionado e idealista, inclinado a defender siempre a los débiles; ni siquiera sus estudios pusieron coto a las misericordiosas acciones que venía realizando anteriormente. La universidad era entonces caldo de cultivo para tendencias dispares; un entramado complejo en el que fácilmente germinaban conflictos ideológicos y políticos, dejando a la religión fuera de concurso.
En este ambiente, gravemente enrarecido y hostil a la fe, organizó acciones para despertar la dormida conciencia espiritual de sus compañeros. Y se le ocurrió invitarlos a una adoración nocturna. Los extremistas de fanáticos modales arrancaron los carteles en su presencia. La impresión ante ese signo de intolerancia le acompañaría hasta el fin. No se desanimó. No podía hacerlo porque se había abrazado a Cristo encarnando con su vida el evangelio. Estaba entregado a la causa de auxiliar a los enfermos, atender a los huérfanos y a los que regresaban malheridos en el cuerpo y en el alma de la sangrienta guerra mundial. Era catequista en un barrio marginal en el que, además de formar a los niños, defendía al religioso dominico que estaba al frente del centro donde se reunían de las notorias agresiones verbales y físicas que le infligían ciertos comunistas. Era frecuente verle por las calles acarreando los humildes enseres de los pobres que no tenían donde ir, costeando el transporte público a quien lo precisara, dando limosnas, etc. Lo que fuera preciso, siempre con el objeto de socorrer a quienes lo necesitaban, a costa de quedarse sin dinero en su bolsillo. Su pudiente familia no lo comprendía. Sus padres nunca supieron que pensando en ellos renunció a un amor secreto.
En 1921 organizó el primer congreso de Pax Romana en Rávena con la idea de involucrar a todos los universitarios del mundo en defensa de la paz. Cualquier situación la aprovechaba para hacer apostolado: la montaña, el teatro, la ópera, los museos. Había recibido una educación exquisita. Le agradaba el arte, la música, le apasionaba Dante, y tenía predilección por los escritos de Catalina de Siena que le indujeron a convertirse en terciario dominico en 1922. No estaba dispuesto a contemporizar con ningún «ismo». Y como observó que el totalitarismo del signo que fuera no contemplaba entre sus principios la defensa de la persona, ni el respeto a la fe católica, se enfrentó abiertamente a él.
Primeramente, plantó cara al comunismo y luego al fascismo, sin comprender cómo personas conocidas, que se declaraban católicas, podían simpatizar con estas ideologías. Era un joven coherente, auténticamente comprometido con su ideal, y este sentimiento mal entendido por los exaltados, se tornó en un peligroso azote para su vida. No querían permitir que se saliera con la suya y agredieron bárbaramente su domicilio mientras almorzaba junto a su madre. Entonces el beato dio pruebas de su hombría, y valerosamente les arrebató el bastón, «arma» de los violentos, arremetiendo contra el grupo que escapó a toda prisa.
Para ejercitar su caridad se adentraba en barrios y viviendas faltas de higiene, corriendo un alto riesgo de contagio de muchas enfermedades; ese peligro era moneda de cambio habitual. Sus amigos, a quienes invitaba a seguirle, estaban amedrentados, pero él les recordaba que en esas personas se hallaba el rostro de Cristo. A finales de 1925 en una de estas acciones a domicilio, contrajo una poliomielitis. Tenía 24 años, ¿quién podía pensar en una muerte inminente? Su entorno siguió con su rutina habitual, sin prestarle atención. La abuela se hallaba en trance de muerte, y todas las inquietudes se polarizaron en ella. Cuando la familia se percató de su gravedad, ésta era irreversible. Ni siquiera el suero obtenido del instituto Pasteur de París sirvió para remediar lo inevitable.
A punto de morir, pensando en aquellos por los que dio su vida, encomendó a su hermana que llevase una caja de sus inyecciones a otra persona que las precisaba anotando su dirección en ella y se ocupó de costear un seguro médico. Murió en Turín el 4 de julio de 1925. Unos días antes había escrito: «En este mundo que se ha alejado de Dios falta la paz, pero falta también la caridad, o sea el amor verdadero y perfecto. Quizá si San Pablo fuese escuchado por todos nosotros, las miserias humanas serían un poco disminuidas». Juan Pablo II lo beatificó el 20 de mayo de 1990. Lo denominó «el hombre de las ocho bienaventuranzas».